Según fuentes diplomáticas consultadas por el Grand Continent, más de diez países —entre ellos Alemania e Italia, dos de los principales exportadores europeos a Estados Unidos— habían expresado su apoyo al acuerdo con Donald Trump antes del anuncio del domingo 27 de julio.
- Estas posiciones son similares a las declaraciones públicas realizadas desde el anuncio del acuerdo, el domingo 27 de julio.
Así, la mayoría de los dirigentes y ministros de Economía de los Estados miembros que se han pronunciado públicamente desde el domingo 27 han manifestado su «alivio» por haber alcanzado un acuerdo, aunque muchos de ellos subrayan que este «no es ideal».
- La presidenta del Consejo italiano, Giorgia Meloni, declaró el lunes 28 de julio que el acuerdo era «positivo», aunque aún quedaban por «pulir» algunos detalles.
- Desde Addis Abeba, añadió: «Tenemos que verificar las posibles exenciones, en particular para algunos productos agrícolas. Faltan varios elementos, al igual que no sé a qué se refieren cuando hablan de inversiones y compras de gas. No puedo pronunciarme hasta que no tenga datos claros».
- El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, comparte la misma posición, ya que ha manifestado su «apoyo al acuerdo comercial», pero «sin entusiasmo». Por su parte, el canciller alemán Friedrich Merz subraya que el acuerdo permite «evitar un conflicto comercial que habría afectado gravemente a la economía alemana, fuertemente orientada a la exportación».
- Sin embargo, Merz añadió ayer, lunes 28 de julio, que la economía alemana «sufrirá daños considerables a causa de estos aranceles». Según el Instituto de Kiel, con una pérdida de 0,13 puntos del PIB, Alemania sería el Estado miembro más afectado por el acuerdo.
Estas declaraciones contrastan con la posición de Francia y Hungría, los dos únicos Estados miembros cuyos dirigentes se han declarado claramente en contra.
- En las horas posteriores a la rueda de prensa de Trump y Von der Leyen, el primer ministro francés, François Bayrou, denunció «un día sombrío en el que una alianza de pueblos libres, unidos para afirmar sus valores y defender sus intereses, se resigna a la sumisión».
- Varios miembros del Gobierno francés, como el ministro delegado para Europa, Benjamin Haddad, o el ministro de Industria y Energía, Marc Ferracci, adoptaron una línea más conciliadora, reconociendo la «estabilidad» que aportará el acuerdo.
- En Hungría, el primer ministro Orbán ha sido el más duro hasta la fecha con la presidenta de la Comisión, al declarar: «No es Donald Trump quien ha llegado a un acuerdo con Ursula von der Leyen, es Donald Trump quien se ha comido a Ursula von der Leyen en el desayuno».