Según el ministro ruso de Desarrollo Económico, Maxim Reshetnikov, las cifras oficiales de que dispone el Gobierno indican una «desaceleración» de la economía tal que el país se encontraría ahora «al borde de la recesión» 1. Es la primera vez desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania en 2022 que un alto cargo ruso cuestiona tan abiertamente el discurso del Kremlin sobre la situación económica del país.

  • A pesar de los numerosos indicios que apuntan a un recalentamiento de la economía debido al coste que supone la guerra contra Ucrania y las sanciones internacionales, la línea oficial del Kremlin consiste en negar cualquier deterioro de las finanzas del país y destacar la estabilidad de Rusia, en contraposición al supuesto deterioro de Ucrania.
  • Así, a finales de mayo, Vladimir Putin alababa un crecimiento económico del 4,1% el año pasado y del 4,3% en 2023. También afirmaba que Rusia era ahora la cuarta economía mundial en paridad de poder adquisitivo.
  • Sin embargo, el Banco Central ruso prevé una desaceleración del crecimiento en 2025, con un aumento del PIB previsto entre el 1% y el 2%, y del 2,5% según el Gobierno.

Las declaraciones de Reshetnikov fueron rebatidas por el ministro de Finanzas, Anton Siluanov, que sólo habló de un «enfriamiento» temporal de la economía rusa y afirmó que, tras el frío, «siempre llega el verano». Por su parte, la presidenta del Banco Central, Elvira Nabiullina, habló de una situación de «sobrecalentamiento», al tiempo que minimizó el impacto de la guerra y del modelo económico ruso en las perspectivas de crecimiento del país.

  • Reshetnikov no es el único que menciona el riesgo de una recesión este año. Fuera del Gobierno, el economista Dmitry Belousov también habla de una posible «recesión técnica» en el segundo o tercer trimestre de 2025, debido, en particular, a la ralentización de las inversiones 2.
  • Desde 2022, el aumento del gasto militar ha contribuido a mantener un cierto crecimiento. Sin embargo, esta «luna de miel económica» parece estar llegando a su fin.

El Banco Central de Rusia bajó los tipos de interés un punto porcentual a principios de junio por primera vez desde 2022, expresando así su confianza en una disminución duradera de la inflación, que en junio se situó por debajo del 10%. No obstante, sigue siendo muy superior al objetivo del 4%.