En la noche del 12 al 13 de junio, varias series de ataques israelíes, en los que participaron al menos 200 aviones, bombardearon intensamente al menos tres instalaciones del programa nuclear iraní.

  • Arak, donde se encuentra un reactor nuclear experimental.
  • Natanz, donde los iraníes enriquecen uranio.
  • Isfahán, donde se encuentra un centro de investigación nuclear.

Aún se desconocen las consecuencias de los bombardeos, pero Israel ya había logrado destruir una instalación secreta de investigación nuclear en Parchin en octubre.

Israel ha declarado que también ha atacado instalaciones nucleares, instalaciones de misiles de largo alcance, depósitos de armas y defensas antiaéreas iraníes.

Varios científicos iraníes y figuras clave del ejército iraní han sido atacados y eliminados, lo que vuelve a sugerir que Israel tiene un profundo conocimiento de sus enemigos, además de sus capacidades convencionales, como demostró la decapitación de Hezbolá.

  • El jefe del ejército regular, Mohammad Bagheri, que había enunciado la doctrina de la nueva ecuación tras el ataque del pasado mes de abril: «Con esta operación se ha establecido una nueva ecuación: si el régimen sionista ataca, será contraatacado desde Irán»;
  • Hossein Salami, comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, la poderosa organización paramilitar que depende directamente del líder supremo.
  • Gholamali Rashid, comandante adjunto del ejército.

Este ataque de una intensidad sin precedentes se produce mientras el presidente estadounidense Donald Trump y las autoridades iraníes llevaban varios días inmersos en unas negociaciones caóticas.

  • Aunque Donald Trump ha declarado que fue informado de antemano de los bombardeos israelíes, Estados Unidos no parece estar implicado militarmente en la operación.
  • La guerra en la sombra que enfrenta a Irán e Israel ha cambiado definitivamente de naturaleza.