¿Cómo podría ser una novela ultracontemporánea que mezcla, tanto en el fondo como en la forma, las redes sociales, internet, el amor, la enfermedad, la vejez, la ficción y la soledad entre la realidad virtual y la cotidiana?

La escritora alemana Martina Hefter propone una respuesta a esta pregunta con su novela Hey, Guten Morgen, wie geht es dir? (Klett-Cotta).

Junon es artista, bailarina y actriz. Pero se dedica principalmente a cuidar de su marido Jupiter, que está muy enfermo.

Para escapar de su rutina diaria, Junon pasa las noches charlando con estafadores sentimentales en internet. Al jugar con hombres que le mienten, ella misma parece convertirse en una mentirosa. En este juego de engaños, Junon conoce a Benu. Comienza otra historia.

Por la noche, estos dos seres se encuentran —o no se encuentran— en internet, en el oscuro terreno de juego de las citas online. Pero, por la magia de la ficción, este lugar por excelencia de la simulación, que podría servir de símbolo romántico del amor imposible, nos revela paradójicamente destellos de verdad filosófica y política, cuestionando en última instancia la verdad y sus fronteras.

Con Hey, Guten Morgen, wie geht es dir?, Martina Hefter es la ganadora del Premio Grand Continent 2024, cuya dotación apoya la traducción y difusión del libro ganador en cinco espacios lingüísticos y literarios europeos: alemán, español, francés, italiano y polaco.

El jurado del Premio ha querido destacar «una novela ultracontemporánea, tanto en su forma como en los temas que aborda, que toca al mismo tiempo lo más íntimo y lo más universal. En todos sus aspectos, la ficción de Martina Hefter plantea preguntas fundamentales a los lectores europeos.

Sabiendo manejar los límites de la realidad virtual y la realidad cotidiana, Martina Hefter entrelaza dos deseos con una rara potencia literaria, el deseo de amor y el deseo de Europa, como las dos caras de una palabra, de un «intraducible» muy europeo: la Sehnsucht.

La figura del Otro se convierte también en el rostro de un continente que sabe utilizar nuestros sueños y resucitarlos, donde la pertenencia y la exclusión coexisten y se alimentan de ilusiones, pero también de una aspiración a la autenticidad».

La novela se publicará en español en otoño por la editorial MAEVA y en italiano por Feltrinelli Gramma.

ZNAK la publicará en polaco y la editorial Globe en francés en 2026.

Su novela cuenta la historia de una mujer que lleva una doble vida: una prosaica y anclada en la realidad cotidiana —el trabajo, las dificultades económicas y el cuidado de un marido discapacitado— y otra que se desarrolla en el mundo virtual, donde frecuenta a estafadores sentimentales en línea, en particular a un estafador nigeriano. ¿Qué la llevó inicialmente a explorar esta dualidad?

Al principio, la idea de la dualidad no era el centro de mi reflexión.

Me interesaba sobre todo el fenómeno de las estafas sentimentales en sí mismo. Empecé a entrar en contacto directo con estafadores, a inventar historias y a ver cómo creían en mis mentiras, al igual que las mujeres a las que engañaban creían en las suyas.

Me fascinó esa dinámica: el sentimiento de necesidad compartido por ambas partes, aunque se expresara de formas muy diferentes.

Esto me llevó a reflexionar sobre los privilegios, el poscolonialismo y las estructuras sociales. Mi propia situación, como mujer blanca europea privilegiada que cuida de un marido enfermo, añadió otra dimensión. La dualidad pasó entonces a ser menos una cuestión de romance y más una cuestión de intersección entre diferentes formas de privilegios, dependencia y engaño.

¿Diría que esta novela es autobiográfica?

El punto de partida es autobiográfico, algunos elementos de mi vida han dado forma al marco de la historia. Pero una vez que empecé a escribir, rápidamente se convirtió en algo ficticio.

Incluso cuando una historia comienza con una experiencia personal, el acto de escribir la transforma.

No tenía intención de escribir sobre mí misma, sino que abordé mi vida como un material. Muchas de las emociones del libro no son mías, y gran parte es pura invención.

En cierto modo, Junon, su protagonista, ¿no es también una especie de estafadora?

Sí, tal vez.

Aunque la relación de Junon con el estafador Benu no parte de un engaño romántico o financiero, hay un elemento de falsedad.

Incluso cuando una historia comienza con una experiencia personal, el acto de escribirla la transforma.

Martina Hefter

Ella oculta ciertas verdades sobre sí misma, como el hecho de que está casada, en parte por miedo y en parte para mantener la relación. Con el tiempo, su objetivo se vuelve artístico: utiliza esta relación como materia prima para una obra de teatro, lo que, en cierto modo, es otra forma de estafa. Quizás podríamos llamarlo una forma de «estafa de la amistad».

Los estafadores suelen buscar dinero: ¿qué busca Junon en esta relación, construida a partir de mentiras y fragmentos de verdad?

El engaño de Junon no es total; miente de forma selectiva, principalmente para protegerse. Al mismo tiempo, la mueve la curiosidad, el deseo de explorar lo que es real y lo que no, casi en un sentido filosófico.

Quiere ver a dónde la lleva la historia. Como artista, aborda la conversación como una especie de acto creativo.

Benu se convierte en un público imaginario, un poco como los artistas crean pensando en un espectador o un lector. A veces incluso le envía poemas. También siente un extraño e inexplicable afecto por él, que la empuja a seguir comprometida.

¿Diría que esta relación es una metáfora del arte o de la literatura?

Sí, aunque no era mi intención inicial.

Al principio del proceso de escritura, se hizo evidente que esta relación reflejaba el proceso de creación de una ficción. La novela trata fundamentalmente de la invención, la interpretación y el juego de roles.

Junon, como artista de performance, encarna esta idea. En el arte performativo, a diferencia del teatro tradicional, el artista no interpreta un personaje, pero tampoco es completamente él mismo.

Esta tensión entre autenticidad y artificio es el núcleo de la novela y de las interacciones entre Junon y Benu.

En un principio, había pensado escribir un ensayo sobre las estafas sentimentales. ¿Qué le fascinó de este fenómeno?

Me intrigaban varios aspectos: la interacción entre la mentira y la verdad, las dimensiones sociológicas y geopolíticas, y la relación con el crimen organizado.

El uso de la tecnología —incluso de la inteligencia artificial— en las estafas modernas añade otra dimensión. También me llamaron la atención los datos demográficos: muchas de las víctimas son mujeres europeas de edad avanzada, a menudo procedentes de clases sociales desfavorecidas.

La novela trata fundamentalmente sobre la invención, la interpretación y el juego de roles.

Martina Hefter

El impresionante número de casos y las sumas de dinero en juego me llevaron a preguntarme por qué estas mujeres eran tan vulnerables y qué condiciones sociales las convertían en presas fáciles.

Explorar estas cuestiones fue a la vez doloroso y fascinante.

Antes mencionó la noción de privilegio. ¿Hay una dimensión poscolonial en esta historia?

Por supuesto. El hecho de que muchas estafas tengan su origen en países del Sur no es una coincidencia. Refleja las desigualdades mundiales y la historia de la explotación.

Pero la novela también se centra en las mujeres europeas que son víctimas, mujeres que, a pesar de pertenecer a una sociedad privilegiada, ocupan una posición social precaria.

La soledad juega aquí un papel importante.

Muchas mujeres mayores sienten una profunda necesidad de conexión, y los estafadores sentimentales se aprovechan de ello presentándose como hombres ricos y protectores, lo que nos recuerda de forma inquietante hasta qué punto algunas dinámicas de género siguen estando profundamente arraigadas.

Su protagonista se llama Junon y su marido hemipléjico, Jupiter. ¿Cómo interactúan las referencias mitológicas con la prosaica realidad de sus vidas?

La vida de Junon es profundamente banal, marcada por los cuidados y la rutina; pero para ella, esos momentos son tan dramáticos como los mitos.

Al principio, elegí el nombre Junon porque me gustaba cómo sonaba. Cuando necesité un nombre para su marido, Jupiter me pareció el complemento natural, aunque dudé, pensando que quizá era demasiado.

En literatura hay que arriesgarse, así que acepté el paralelismo mitológico. En la mitología romana, Júpiter es poderoso y aventurero, mientras que Juno se queda en casa. En mi novela, estos papeles se invierten, pero no del todo: Junon no es realmente salvaje, pero se aventura en un mundo nuevo a través de sus interacciones virtuales.

También hay una conexión con la exploración espacial: la sonda espacial Juno, que orbita alrededor del planeta Júpiter y lo estudia. Me encantó este simbolismo: en mi novela, Juno observa a menudo a su marido, gravitando alrededor de su universo, a veces en contacto con él, a veces distante.

La vida de Junon es profundamente banal, marcada por los cuidados y la rutina; pero para ella, esos momentos son tan dramáticos como los mitos.

Martina Hefter

Escribir ficción contemporánea a menudo implica integrar la comunicación digital y las redes sociales. ¿Ha sido un reto para usted?

Más que un reto, fue una oportunidad.

En esta novela, la comunicación digital era esencial. Los diálogos de los chats online, por ejemplo, se parecen a guiones teatrales o textos dramáticos, y siempre me ha gustado escribir diálogos.

El verdadero reto fue crear el lenguaje de los chats: no podían ser transcripciones literales, porque las conversaciones online reales habrían resultado extrañas o ridículas en una novela. Así que tuve que crear una forma de diálogo artificial, pero que sonara auténtico.

Esto es cierto para todo diálogo literario: nunca se trata de una reproducción exacta del lenguaje real, sino de una versión inventada que parece real.

Las redes sociales han creado nuevas formas de escritura y comunicación. Como escritora, ¿cómo cree que estos nuevos modos de expresión pueden influir en la literatura contemporánea?

Estas nuevas formas me parecen bastante fascinantes, sobre todo su parecido con la poesía.

Cuando se discute en internet, hay que ser conciso y evocador: hay que transmitir mucho con pocas palabras. En muchos sentidos, esto refleja lo que los poetas intentan hacer.

Por supuesto, el lenguaje utilizado por los estafadores sentimentales, por ejemplo, no es especialmente poético, pero las conversaciones cotidianas con mis hijas o mis amigos me parecen a menudo muy inventivas y líricas.

Estos intercambios tienen sus propios códigos y ritmos, que pueden ser una fuente de inspiración para la literatura. Sin embargo, aunque es un medio de expresión interesante que merece la pena explorar, no creo que sea viable escribir una novela íntegramente en forma de chat. Pero siempre se puede intentar.

El verdadero reto era crear el lenguaje de los chats: no podían ser transcripciones literales, porque las conversaciones online reales habrían resultado extrañas o ridículas en una novela.

Martina Hefter

Su novela narra una relación virtual entre Junon y Benu, que provienen de mundos muy diferentes. ¿Cómo refleja esta dinámica a Europa y su visión del mundo?

Junon se va dando cuenta cada vez más de su perspectiva eurocéntrica a través de sus interacciones con Benu.

Al crecer en Europa, a menudo no somos conscientes de la profundidad de este punto de vista. Por ejemplo, nunca había pensado realmente en cómo diferentes culturas interpretan las constelaciones antes de escribir sobre este tema. Esta toma de conciencia hace que Junon sea más consciente de sí misma, incluso ansiosa por parecer una europea estereotipada.

Benu, por el contrario, no parece tan preocupado por estas cuestiones: es menos parcial y más trivial en sus conversaciones. En última instancia, esta relación pone de manifiesto la dificultad de comprender realmente otro punto de vista cuando se está profundamente arraigado en el propio marco cultural.

¿Y qué hay de Europa vista a través de los ojos de Benu? ¿Cómo imagina su percepción?

Evité deliberadamente especular demasiado sobre el mundo interior de Benu. Hay una persona real detrás del personaje y no me parecía justo inventarle pensamientos o sentimientos más allá de lo que revelaban nuestras conversaciones.

Quería respetar su voz sin imponer una versión ficticia de su experiencia. Los lectores tendrán que interpretar su punto de vista por sí mismos.

La coreografía influye en la forma en que estructuro mis novelas.

Martina Hefter

¿Diría que Benu sirve para descentrar el punto de vista eurocéntrico del lector?

No exactamente.

No quería que Benu fuera una herramienta o un dispositivo para ese fin. Si la novela incita a los lectores a cuestionar su visión del mundo, es a través de toda la narración, y no solo a través de Benu.

Es un efecto colectivo creado por las interacciones y tensiones entre todos los personajes.

También es bailarina y performer. ¿Cómo influyen estas prácticas en su escritura?

En concreto, puede ser difícil conciliar la escritura con la danza y el performance. Pero en el plano creativo, creo que la coreografía influye en la forma en que estructuro mis novelas.

Con este libro, la forma me parecía una especie de coreografía: pensaba constantemente en cómo debían posicionarse las diferentes partes de la historia y cómo debían interactuar entre sí.

Más allá de eso, no veo muchas similitudes directas. La escritura y la danza son experiencias muy diferentes para mí, aunque la gente suele establecer paralelismos entre ellas.

¿Qué libros han influido en su obra o han marcado su escritura?

Mi escritura no está directamente influenciada por ningún libro en concreto, y nunca he intentado escribir al estilo de otro autor.

Sin embargo, hay una novela que me ha marcado especialmente: The Wall, de la escritora austriaca Marlen Haushofer. Es la inquietante historia de una mujer aislada por un muro invisible, atrapada sola en las montañas con la única compañía de un perro y algunos animales. La novela explora los temas de la soledad y la supervivencia, y presenta tanto el atractivo como el terror de la independencia total.

Aunque mis libros no se inspiran directamente en ella, creo que su atmósfera me conmueve especialmente. También leo mucha poesía contemporánea. Admiro especialmente a poetas como Marion Poschmann y Anne Weber, y siempre me han gustado los fragmentos de Safo.

Nunca he intentado escribir al estilo de otro autor.

Martina Hefter

Para terminar, ¿diría que su libro es íntimo o universal?

Ambas cosas.

Oscila constantemente entre la introspección personal y temas más amplios y universales. Hay un pasaje en el libro en el que Junon baila con una escuela de ballet, el Pas de Quatre, una coreografía abstracta del siglo XIX. Es uno de los primeros bailes sin roles definidos ni trama fija, dejando al público la tarea de interpretar su significado.

Creo que mi novela funciona de la misma manera.

Aunque cuenta una historia concreta, está abierta a la interpretación, y esa apertura le confiere una dimensión universal. El hecho de que tantos lectores diferentes se hayan identificado con el libro sugiere que encuentra eco a un nivel más amplio.