El déficit comercial de Estados Unidos con la Unión Europea se debe en particular a las multinacionales estadounidenses

Donald Trump ha dicho ¹ y repetido ² que quiere apuntar a la Unión Europea porque en 2024 registró un superávit de 235.600 millones de dólares ³ (198.200 millones de euros según la Comisión Europea ⁴) en su comercio de bienes con Estados Unidos.

¿Qué se esconde realmente detrás de estas cifras?

• En primer lugar, 235.600 millones de dólares pueden parecer una cifra enorme, pero en realidad sólo representan el 0,8% del PIB estadounidense. 

• Además, este superávit debe reducirse a 161.000 millones de dólares si se tiene en cuenta el intercambio de servicios, donde esta vez son los Estados Unidos los que tienen un superávit considerable con respecto a la Unión Europea.

• 161.000 millones de dólares sólo representan el 0,5 % del PIB de Estados Unidos. 
• La persistencia del déficit comercial estadounidense se inscribe, además, en una dinámica estructural a largo plazo, marcada por una demanda interna que supera la producción nacional, con un déficit público colosal.

Un análisis más detallado del origen de este déficit muestra que, de los 237.000 millones de dólares de superávit comercial registrado por la Unión, 87.000 millones —es decir, el 37%— proceden de Irlanda, un país que representa apenas el 1,2% de la población europea y menos del 3% del PIB total de la Unión.

¿Cómo es posible?

• Esta concentración se explica en gran parte por la presencia de multinacionales estadounidenses, que controlan más del 80% de la producción manufacturera irlandesa.
• Estas utilizan Irlanda como plataforma estratégica para optimizar su fiscalidad, aprovechando las condiciones ventajosas que ofrece el país. Esta posición perjudica los ingresos fiscales tanto de los Estados miembros de la Unión como de los Estados Unidos.

En resumen, como señala el economista estadounidense Brad Setser en su manual de autodefensa europea, una parte significativa del superávit comercial entre la Unión Europea y los Estados Unidos tiene su origen en las estrategias fiscales de las grandes multinacionales estadounidenses, en particular en el sector tecnológico.