El 4 de febrero de 2025 entraron en vigor los primeros aranceles del 10% sobre las importaciones chinas. 

  • En respuesta, China impuso aranceles del 15% a las exportaciones estadounidenses de carbón y gas natural licuado (GNL), así como aranceles del 10% al petróleo, la maquinaria agrícola, los automóviles de gran cilindrada y las camionetas pick-up. Estas medidas entraron en vigor el 10 de febrero.
  • Desde entonces, la escalada comercial no ha dejado de intensificarse. El 4 de marzo, además de los aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio impuestos a todos los países (lo que equivale al 45% para China, que ya era objeto de aranceles específicos), Donald Trump aumentó los aranceles sobre los productos chinos al 20%. China respondió con aranceles del 10 al 15% sobre los productos agrícolas estadounidenses.
  • El 2 de abril, Trump anunció nuevos aranceles «recíprocos» del 34% sobre las importaciones chinas y, el 3 de abril, entraron en vigor los aranceles del 25% sobre los automóviles. El 4 de abril, China respondió con aranceles del 34% sobre los productos estadounidenses.
  • Entre el 7 y el 9 de abril, la Administración Trump elevó los aranceles contra China al 104%. A su vez, Pekín los aumentó al 84%, antes de que Trump respondiera subiéndolos al 145%. El 11 de abril, China impuso a su vez aranceles del 125%.

Desde entonces, ante las repetidas declaraciones del presidente Trump afirmando que se estaban manteniendo conversaciones entre ambos países y que se podría alcanzar un acuerdo en las próximas semanas 1, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, respondió el 25 de abril en un mensaje publicado en X: «China y Estados Unidos NO están manteniendo ninguna consulta ni negociación. Estados Unidos debe dejar de sembrar la confusión» 2.

  • Sin embargo, Pekín ha mostrado cierta apertura en los últimos días. La portavoz del Ministerio de Comercio chino declaró el viernes 2 de mayo: «La parte estadounidense ha transmitido activamente mensajes a China a través de diversos canales, indicando su deseo de entablar conversaciones. China está evaluando esta propuesta» 3.
  • El comunicado añade: «La guerra arancelaria y comercial fue desencadenada unilateralmente por Estados Unidos. Si desean negociar, deben demostrar una sinceridad genuina, lo que implica, en particular, que estén dispuestos a reconocer sus errores y a anular los aumentos arancelarios unilaterales. La posición de China sigue siendo la misma: si hay que luchar, lucharemos hasta el final; si hay que negociar, la puerta sigue abierta».
  • El 1 de mayo, en una entrevista concedida a Fox News, Marco Rubio subrayó que los aranceles impuestos por Donald Trump tenían un impacto significativo en la economía china, y añadió: «Los chinos buscan establecer contactos, quieren reunirse con nosotros, quieren dialogar» 4.

En señal de apertura, ambas partes han eximido recientemente a determinados productos del pago de aranceles. Pekín ha retirado de su lista 131 productos, que representan un total de 40.000 millones de dólares en bienes (alrededor del 32% del total de las importaciones estadounidenses). Por su parte, Washington ha concedido exenciones a determinados productos electrónicos, en particular los teléfonos inteligentes, por un importe aproximado de 100.000 millones de dólares, lo que representa el 22% del total de las importaciones estadounidenses procedentes de China 5.

  • Si bien ambas partes parecen dispuestas a salvar las apariencias ante su opinión pública —cada una de ellas presenta la apertura de las negociaciones como una respuesta a la insistencia de la otra—, al mismo tiempo parecen animadas por la voluntad de limitar los daños económicos internos.
  • De hecho, se habrían celebrado conversaciones técnicas durante las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI.
  • Según el Wall Street Journal, Pekín estaría estudiando actualmente la forma de responder a las preocupaciones de la Administración Trump sobre el papel de China en el comercio del fentanilo 6 —uno de los temas con más posibilidades de dar resultados rápidos— antes de entablar conversaciones más profundas para reequilibrar la relación comercial.
  • Pero, dadas las profundas divergencias en cuestiones estratégicas, la distensión podría ser efímera. 
  • Una vez que la Administración Trump pueda presumir de los acuerdos alcanzados con otros países —el 25 de abril, Trump declaró que se habían cerrado «200» acuerdos comerciales, sin precisar si se trataba de países o empresas, y que las negociaciones concluirían en un plazo de tres a cuatro semanas 7—, podría volver a centrar su atención en Pekín.