La apertura de las negociaciones de coalición entre la Unión Cristiano-Demócrata (CDU/CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) permitió en primer lugar proporcionar una hoja de ruta general para la futura coalición (Sondierungspapier).

  • Luego, el 18 de marzo, se marcó un hito importante con la votación en el Bundestag saliente de una reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, inscrita en la Constitución, para autorizar más inversiones en defensa e infraestructuras del país, con el apoyo in extremis del partido ecologista Bündnis 90/Die Grünen.
  • Las cuestiones migratorias e identitarias habían estado en el centro de una campaña marcada por una serie de ataques terroristas cometidos por personas en situación irregular en territorio alemán.
  • El apoyo ostensible de la administración estadounidense a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que duplicó su resultado, no hizo más que reforzar la importancia concedida al tema en el debate público.
  • Friedrich Merz llegó incluso a romper un tabú al aceptar, el 29 de enero, los votos de la AfD para una propuesta de ley sobre inmigración que finalmente fue rechazada tras la deserción de algunos diputados de su partido.
  • El líder de la CDU siguió abogando por un giro drástico en materia de inmigración, que considera la «última oportunidad» de los partidos democráticos para hacer retroceder a la AfD.
  • Pero los rápidos acontecimientos del último mes han demostrado una vez más que la economía será el centro de la legislatura de Merz en la cancillería hasta 2029. Así, el acuerdo de coalición comienza con la defensa de la base industrial alemana y del empleo manufacturero, mientras que la primera potencia económica del continente se ve perjudicada por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y, ahora, por la guerra comercial iniciada por Donald Trump.

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En la rueda de prensa que tuvo lugar a las 13:00 horas en el Paul-Löbe-Haus, un anexo del Bundestag en Berlín, Friedrich Merz presentó el acuerdo como «una señal para los ciudadanos y para los socios de la Unión Europea: Alemania tiene un gobierno capaz de actuar y fuerte».

  • «Sabemos lo que está en juego: el futuro de nuestro país, de sus ciudadanos, pero también el futuro de Europa».
  • Friedrich Merz reconoce que el país se encuentra en «una situación de tensión, en la que muchas fuerzas, tanto internas como externas, actúan no con nosotros, sino contra nosotros». La guerra en Ucrania continúa, al igual que la incertidumbre económica. Pero el futuro canciller sigue convencido: «El centro es capaz de resolver los problemas a los que nos enfrentamos. Europa también puede confiar en Alemania».

Friedrich Merz detalló varios puntos de su programa de gobierno:

  • Un refuerzo de la competitividad de la economía alemana, un impulso a la inversión.
  • Un nuevo giro en la política migratoria, con controles en las fronteras nacionales, operaciones de repatriación intensificadas, el fin de la reagrupación familiar y una revisión de la ley de ciudadanía, que conducirá a una vuelta a la naturalización después de sólo cinco años.
  • La creación de un Consejo Federal de Seguridad adscrito a la Cancillería.
  • Aumento del gasto en defensa y aceleración de las adquisiciones.
  • Consolidación de las finanzas gracias a la modernización y aumento de la eficacia del gasto. Creación de un ministerio de digitalización y reducción del 8% del personal de la administración federal.

Para Lars Klingbeil, «las excavadoras deben funcionar y los aparatos de fax deben desconectarse». Alemania quiere enviar una señal: «aquí se puede invertir con total seguridad».

Markus Söder aplaude un acuerdo que constituye un «New Deal alemán» y afirma que aquellos que critican los cambios en la Constitución adoptados a finales de marzo se lo agradecerán más adelante. En cuanto a la inmigración, considera que el acuerdo marca un retorno a la situación anterior a 2015 y pone fin a la incertidumbre. Resume así las líneas generales del programa desde el punto de vista de la CSU: «Ley y orden, alta tecnología y patria».

El acuerdo de coalición, que consta de 146 páginas, recoge varias propuestas estrella de la CDU/CSU durante la campaña, como la restricción de las condiciones de pago del Bürgergeld (ingreso ciudadano) o la reducción del impuesto de sociedades.

  • Pero el SPD también ha podido imponer algunas medidas, como el aumento del salario mínimo, el mantenimiento del impuesto de solidaridad (Solidaritätszuschlag) y la garantía del nivel de las pensiones en un 48% hasta 2031.

La CDU obtiene los ministerios de Asuntos Exteriores (un cristiano-demócrata dirigirá el Auswärtiges Amt por primera vez desde 1966), Economía y Energía, Educación, Salud y Transporte. El futuro ministro de Asuntos Exteriores podría ser Johann Wadepuhl, originario de Schleswig-Holstein y diputado en el Bundestag desde 2009.

  • La CSU bávara designará a los ministros de Interior, Agricultura e Investigación.
  • El SPD recibe los ministerios de Finanzas, Defensa (Boris Pistorius, la personalidad política más popular del gobierno saliente, debería permanecer en el cargo con el título de vicecanciller), así como los ministerios de Trabajo, Justicia, Medio Ambiente y Cooperación Internacional.

A partir de ahora, se abre la fase de ratificación del acuerdo por parte de los delegados y miembros de los partidos. El SPD celebrará en las próximas semanas una votación en línea de los militantes, mientras que la CDU celebrará un congreso a finales de abril, lo que permitiría, en teoría, elegir al nuevo gobierno en el Bundestag el 7 de mayo. Una reunión del «Triángulo de Weimar» que reúna a Merz, Tusk y Macron podría celebrarse al día siguiente, el 8 de mayo.