La Comisión Europea intentó responder a la amenaza del presidente electo Donald Trump de imponer aranceles prohibitivos a Dinamarca si se negaba a ceder el control del territorio autónomo de Groenlandia a Estados Unidos en su rueda de prensa del 7 de enero.

  • Durante su rueda de prensa diaria del miércoles 8 de enero, la Comisión calificó estas declaraciones de «hipotéticas» y «teóricas», sin dar más detalles sobre una pregunta planteada seis veces seguidas por un grupo de periodistas.
  • Paula Pinho, principal portavoz de la Comisión von der Leyen, afirmó que, en caso de agresión, Groenlandia estaría protegida jurídicamente por el apartado 7 del artículo 42 del Tratado de la Unión Europea, ya que forma parte del Reino de Dinamarca, y añadió que «afortunadamente se trata de una cuestión teórica que no queremos desarrollar más».
  • El artículo establece que «si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le prestarán ayuda y asistencia por todos los medios a su alcance, de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Ello se entenderá sin perjuicio del carácter específico de la política de seguridad y defensa de determinados Estados miembros.» Concebido como contrapartida al artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, el apartado 7 del artículo 42 no especifica, sin embargo, las modalidades exactas de la asistencia que deben prestar los Estados.
  • Aparte de Dinamarca, de los 27 Estados miembros, sólo Francia y Alemania han reaccionado hasta ahora. El Ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, declaró que la Unión no permitirá que ningún país «ataque sus fronteras soberanas», mientras que el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, afirmó que «como siempre, se aplica el principio firme… las fronteras no deben desplazarse por la fuerza». El Canciller Olaf Scholz también declaró que «el principio de inviolabilidad de las fronteras se aplica a todos los países».

En su rueda de prensa en Mar-a-Lago, Trump dijo que no descartaría ejercer «coerción militar o económica» sobre Dinamarca, miembro de la OTAN. Citó la «seguridad nacional» como principal motivación.

  • La reacción de Bruselas contrasta con la de Canadá, que se encuentra en el punto de mira del mismo tipo de retórica: el primer ministro saliente, Justin Trudeau, declaró el 6 de enero que no había «ninguna posibilidad» de que Canadá se fusionara con Estados Unidos.
  • La Ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, acusó al Presidente electo de Estados Unidos de mostrar una «total falta de comprensión de lo que hace fuerte a un país» en un mensaje publicado en X unas horas más tarde. Chrystia Freeland, ex viceprimera ministra de Canadá que dimitió del Gobierno de Trudeau en diciembre, describió el programa MAGA de Trump como un «nacionalismo económico agresivo» que requeriría una respuesta contundente en caso de guerra arancelaria.

Una fuente de la Comisión declaró al Grand Continent que la Unión protegerá sus intereses, que se ha elaborado un plan de respuesta y que un grupo de trabajo específico está listo para actuar.

  • La misma fuente señaló que el estado de salud de la Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que se recupera de una grave neumonía, no ayudaba a mejorar las cosas.
  • Según la fuente consultada, la respuesta tendrá que venir de von der Leyen, en el momento oportuno, y no de su portavoz: de momento, los compromisos de la presidenta von der Leyen se han cancelado para toda la primera quincena de enero.

Las declaraciones del Presidente electo Trump siguen a una serie de ataques e injerencias de Elon Musk contra los Estados miembros. El 28 de diciembre, publicó un artículo en la edición dominical de Die Welt, periódico propiedad del grupo Axel Springer, en el que describía al partido de extrema derecha AfD como la última esperanza para revertir el declive económico de Alemania y el fracaso de su política migratoria.