¿Por qué se consume cada vez más champán fuera de Francia?

Para comprar una botella de champán en Nochevieja habrá que desembolsar una media de 38 euros si se adquiere en un supermercado francés, es decir, un 23% más que hace tres años. Como muchos de los productos que se consumen y regalan durante las fiestas, el champán se ha visto gravemente afectado por la inflación en los últimos años.

• El sector del champán se ha visto muy afectado por la pandemia del coronavirus. En 2020, las ventas habían caído un 18% con respecto al año anterior, antes de repuntar en los años siguientes.
• Aunque las exportaciones internacionales han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia, el año pasado solo se vendieron 127 millones de botellas en Francia.
• En 2013, la cifra fue de 167 millones. Según el Comité Champagne: «El mercado interior está sufriendo más que los mercados de exportación la inflación que ha lastrado los presupuestos familiares durante todo el año» ¹.

Los franceses siguen siendo los primeros consumidores mundiales de champán. La denominación de origen Champagne, que sólo cuenta con 34.000 hectáreas (frente a las 73.000 de Côtes-du-Rhône y las 50.000 de Burdeos), exporta unos 300 millones de botellas al año, el 42,6% de las cuales se vendieron en vinotecas y supermercados franceses el año pasado. Hace una década, sin embargo, esta cifra era del 55%. Hoy, menos de una de cada dos botellas de champán se consume en Francia.

Mientras los franceses —y los europeos— recurren a alternativas menos costosas, los estadounidenses consolidan su posición como segundo mercado de exportación de champán.

• El Crémant de Loire, que también cuenta con una denominación de origen controlada (AOC), es el mayor beneficiario del encarecimiento del champán: su producción ha aumentado un 40% desde 2016.
• Con 108 millones de «cols» (botellas) vendidas en Francia el año pasado, el crémant sigue estando muy por detrás del champán en el mercado de los vinos espumosos. Sin embargo, también es cada vez más demandado fuera de Francia, en particular en el Reino Unido, donde las ventas aumentaron un 16% el año pasado ².
• En Norteamérica, el crémant es mucho menos popular que el champán, cuyo consumo aumentó un 30% entre 2019 y 2022. Por ello, los estadounidenses, con mayor poder adquisitivo que los europeos, han seguido comprando tanto champaña a pesar de la inflación.

Sin embargo, el regreso de Trump a la Casa Blanca y las amenazas de imponer nuevos aranceles podrían frenar las exportaciones de champán a Estados Unidos. Las grandes casas, entre ellas Moët & Chandon (del grupo LVMH), han aumentado sus exportaciones desde las elecciones de noviembre para «dar unos meses de respiro» a los productores ³.