En un artículo publicado en Le Point 1, Olivier Blanchard y François Ecalle cifran el esfuerzo necesario para estabilizar la deuda pública francesa.

Según sus estimaciones, Francia se enfrenta a un reto presupuestario de gran envergadura:

  • Estabilizar la deuda pública en relación con el PIB requiere un ajuste de 150.000 millones de euros, combinando recortes de gastos y aumentos de ingresos.
  • El déficit primario actual, del 4% del PIB (unos 120.000 millones de euros), debe reducirse a cero.
  • A ello se añaden dos prioridades que los dos expertos consideran «esenciales para el futuro»: la inversión pública y la transición ecológica, así como un esfuerzo en defensa que requiere al menos un 1% adicional del PIB, es decir, 30.000 millones de euros, para un ajuste total de 150.000 millones de euros.
  • Esto equivale a un esfuerzo global del 5% del PIB o 3.000 euros por adulto y por año, aunque este esfuerzo podría escalonarse en el tiempo.

Con unos ingresos fiscales ya elevados al 46% del PIB, los márgenes son limitados.

  • Un impuesto ambicioso sobre los más ricos podría aportar 20.000 millones de euros, un aumento del IVA del 20% al 21% podría aportar 10.000 millones de euros, y un aumento de la Contribución social generalizada al 10,2% podría aportar 16.000 millones de euros.
  • Total: 30.000 millones, lo que deja 120.000 millones por encontrar a través de los gastos.

De los 1.600.000 millones de gasto público, 50.000 corresponden a intereses de la deuda y 120.000 a inversiones. Por tanto, sería necesario «revisar todas las prestaciones sociales».

  • Quedan 1.430.000 millones, lo que exige una reducción media del 8%. 
  • Un recorte del 5% en los gastos de funcionamiento aportaría 25.000 millones, un recorte del 10% en las subvenciones 20.000 millones, pero seguiría habiendo un déficit de 75.000 millones, lo que exigiría un recorte del 10% en las prestaciones sociales: pensiones, sanidad, subsidios.
  • Aumentar un año la edad de jubilación ahorraría 15.000 millones, es decir, una quinta parte del esfuerzo necesario.
  • Otras hipótesis: una caída del 1% del tipo de interés ahorraría 30.000 millones, o un aumento del 1% del crecimiento reduciría el déficit primario en 30.000 millones. Un aumento de la tasa de empleo de las personas mayores podría reducir el déficit en un 1,25% del PIB.

Según Olivier Blanchard y François Ecalle, este ajuste presupuestario permitiría estabilizar la deuda pública y evitar una crisis de confianza de los inversores.

  • Si los partidos políticos no alcanzan rápidamente un compromiso claro y creíble, los mercados financieros podrían reaccionar negativamente, aumentando el coste de financiación de la deuda mediante una subida de la prima de riesgo.
  • Esta situación ejercería aún más presión sobre las finanzas públicas, lo que exigiría esfuerzos aún más drásticos. Los mercados podrían imponer ajustes brutales, como ha ocurrido en otros países europeos, dejando poco margen para opciones controladas —y con una consecuencia probable: el fortalecimiento de las fuerzas antisistema—.
  • Ayer por la tarde, pocas horas después del nombramiento de François Bayrou como Primer Ministro, Moody’s rebajó la calificación de Francia un escalón, hasta «Aa3 con perspectiva estable».