Tras la visita de Rafael Grossi, Director General del OIEA, a Irán los días 14 y 15 de noviembre, la República Islámica anunció el martes 19 de noviembre que había aceptado limitar al 60% la tasa de enriquecimiento de uranio en su suelo.

  • A pesar de este anuncio, considerado simbólico por la mayoría de los observadores, Francia, Alemania y el Reino Unido presentaron esta semana una resolución a la Junta de Gobernadores del OIEA.
  • La resolución pide que se condene a Irán por violar el Tratado de No Proliferación e incumplir el JCPOA, en respuesta al último informe del OIEA sobre el estado del programa nuclear iraní, que estima que Teherán tiene suficiente uranio altamente enriquecido para producir cuatro cabezas nucleares 1.
  • La resolución también destaca la incapacidad de Irán para responder satisfactoriamente a las preguntas planteadas por el OIEA hace cinco años sobre material nuclear no declarado.

Dicha resolución podría allanar el camino para el regreso de las sanciones internacionales levantadas por el JCPOA. En efecto, a pesar de la imposición de nuevas sanciones estadounidenses tras el primer mandato de Donald Trump en 2016 y de las sanciones impuestas por la Unión Europea contra Irán por su apoyo militar a Rusia y por violaciones de los derechos humanos, aún no se han levantado las sanciones de la ONU impuestas por las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU (1737, 1747, 1803, 1929).

  • La resolución aprobada anoche, jueves 21 de noviembre, pide al director general del OIEA que elabore un informe detallado sobre el programa nuclear iraní antes de la primavera de 2025.
  • Este informe podría llevar a la Junta de Gobernadores del OIEA a remitir el asunto al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que a su vez permitiría el uso del mecanismo de snapback, que autoriza a cualquier miembro del JCPOA a reimponer toda la gama de sanciones de la ONU contra Irán.
  • Este mecanismo, que Donald Trump quiso utilizar en el verano de 2020 —sin éxito porque Estados Unidos ya había abandonado el JCPOA—, podría ser activado por los europeos, sin que China o Rusia pudieran vetarlo.

El refuerzo de la presión europea sobre Irán se debe principalmente al apoyo de este país a Rusia en la guerra contra Ucrania. La semana pasada, la Unión Europea y el Reino Unido introdujeron nuevas sanciones contra el transporte aéreo iraní, destinadas a debilitar la capacidad del país para transferir misiles balísticos a Rusia 2.

El deseo de Europa de ejercer presión sobre la República Islámica también debe considerarse a la luz de una estrategia adoptada a lo largo de las negociaciones nucleares de los últimos 20 años, que consiste en demostrar a las sucesivas administraciones estadounidenses el compromiso de Europa con la no proliferación nuclear y apoyar una solución diplomática en lugar de una intervención militar contra el programa nuclear iraní. Mediante la creación de un proceso en el seno del OIEA, el E3 espera proporcionar un marco legal y de la ONU para la presión que la nueva administración Trump podría ejercer sobre Irán.

  • El temor a un conflicto con Irán se ha acentuado con la elección de Donald Trump y, en particular, con la política de «máxima presión» que podría volver a aplicar, como hizo al retirarse del JCPOA en mayo de 2018 y ordenar después el asesinato del general iraní Qassem Soleymani en enero de 2020.
  • La destrucción de un centro secreto de investigación nuclear iraní por Israel a finales de octubre podría dar un nuevo impulso a los partidarios de un enfoque militar 3.

El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araqchi, instó a Estados Unidos a aplicar una política de «máxima racionalidad» en una conferencia de prensa celebrada el martes 19 de noviembre 4. En respuesta a la votación de la resolución, Irán anunció que estaba reactivando varias centrifugadoras avanzadas. Veinte años después de su inicio, las negociaciones nucleares parecen volver al punto de partida.