Economía rusa: el sector del carbón atraviesa su peor crisis desde los años 1990

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Las cifras publicadas por el Servicio Federal de Estadística ruso (Rosstat) muestran que la industria rusa del carbón atraviesa una grave crisis como no se veía desde hace 30 años¹.

• La producción rusa de carbón cayó un 6,7% interanual en julio, lo que supone un volumen de producción de 31,5 millones de toneladas (el más bajo desde la pandemia).
• Sin embargo, es probable que las cifras de producción varíen considerablemente de un mes a otro, y no bastan para reflejar la salud de la industria².
• Probablemente, la cifra más preocupante para Moscú es la proporción de empresas carboneras deficitarias en el primer trimestre de 2024: el 52,4%, frente al 32,7% en el mismo periodo de 2023. En concreto, una parte significativa del sector ruso del carbón corre el riesgo de hundirse a corto y medio plazo³.

El aumento de los costes, principalmente como consecuencia de las sanciones occidentales y de la caída general de los precios y la demanda, está afectando a todos los productores de carbón rusos. Los beneficios de las empresas que aún son rentables se desplomaron un 72% en los seis primeros meses del año, mientras que las pérdidas de las empresas que ya no lo son se multiplicaron por 3,4 en el mismo periodo⁴.

• El carbón ruso está sometido a embargo por los países de la Unión Europea desde diciembre de 2022. En la actualidad, la mayor parte de este carbón se envía a Asia, en particular a China.
• Aunque los fabricantes rusos se beneficiaron de los elevados precios de mercado del carbón en 2022 y 2023, el precio no ha dejado de bajar desde principios del año pasado.
• Esto se refleja en el descenso constante de los ingresos rusos por exportaciones de carbón en los últimos cinco meses (una media de 49 millones de euros al día en agosto, un 28% menos que en julio)⁵.

El carbón sólo ha representado el 12% de las exportaciones rusas de hidrocarburos desde febrero de 2022, frente al 68% del petróleo y el 20% del gas. Un colapso del sector del carbón supondría un importante déficit para el presupuesto ruso y probablemente tendría importantes consecuencias socioeconómicas: solo la minería del carbón representa alrededor de 150.000 puestos de trabajo, con otros 500.000 empleos que dependen directamente del sector⁶.