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El acero es, en muchos sentidos, el material emblemático de la modernización de los dos últimos siglos. También desempeña un papel clave en la transición ecológica: las infraestructuras, los vehículos eléctricos y los aerogeneradores están hechos en parte de acero. Además, su fabricación representa el 7% de las emisiones mundiales de CO₂.

Como en muchos sectores manufactureros, China ocupa un lugar central en las cadenas de suministro de acero.

  • Entre enero y agosto de 2024, los fabricantes chinos representaron más del 55% de la producción mundial de acero (691,4 millones de toneladas).
  • El año pasado, el mayor fabricante del mundo (China Baowu Group, una empresa china con sede en Shanghai) produjo más acero que los 27 Estados miembros de la Unión Europea juntos1.

El dominio chino del mercado mundial del acero no es nada nuevo. Pekín se convirtió en el principal fabricante mundial a finales de la década de 1990, y ha representado más del 50% de la producción mundial cada año desde 2018. Sin embargo, las exportaciones chinas de acero no han dejado de aumentar desde 2020 —mientras que las japonesas, indias y estadounidenses se han estancado o incluso han caído— y amenazan el equilibrio de los mercados.

  • En los siete primeros meses de 2024, las exportaciones chinas aumentaron un 21,8% respecto al mismo periodo del año anterior, es decir, casi 11 millones de toneladas2.
  • Este aumento se debe principalmente a la debilidad de la demanda interna, que refleja en gran medida la crisis inmobiliaria china. En julio, el precio medio de la vivienda nueva cayó por decimotercer mes consecutivo.
  • La consecuencia directa de este aumento de las importaciones es el aumento de las barreras aduaneras y la caída general de los precios3.

En los países en desarrollo donde, a diferencia de los países ricos, se espera que la demanda crezca en los próximos años, algunos fabricantes de acero denuncian la competencia desleal de los productores chinos4. Desde principios de año, India, Brasil, México, Tailandia y Turquía, en particular, han introducido nuevos aranceles sobre el acero procedente de China.

Al igual que en el sector de los vehículos eléctricos, Washington denuncia el «exceso de capacidad» chino y las subvenciones masivas concedidas por Pekín a sus empresas5. Sin embargo, en una nota publicada el 12 de septiembre, el Fondo Monetario Internacional matizaba el impacto de las políticas industriales chinas en sus exportaciones: «las balanzas exteriores están determinadas en última instancia por los fundamentos macroeconómicos, mientras que el vínculo con el comercio y la política industrial es más tenue»6.

Notas al pie
  1. 2024 World Steel Figures, World Steel Association, 27 de mazo de 2024.
  2. Jing Zhang, China’s steel export downtrend persists in July ; traders wary of shrinking overseas demand, S&P Global, 7 de agosto de 2024.
  3. Global Steel Markets Under Pressure Due to Weak Demand ; Declining Prices, Fitch, 20 de septiembre de 2024.
  4. « Chinese overcapacity is crushing the global steel industry », The Economist, 17 de septiembre de 2024.
  5. Remarks by Secretary of the Treasury Janet L. Yellen at a Press Conference in Beijing, Embajada de Estados Unidos en China, 9 de abril de 2024.
  6. Pierre-Olivier Gourinchas, Ceyla Pazarbasioglu, Krishna Srinivasan et Rodrigo Valdés, Trade Balances in China and the US Are Largely Driven by Domestic Macro Forces, Fondo Monetario Internacional, 12 de septiembre de 2024.