Puntos claves
  • Las elecciones europeas y nacionales de los últimos meses han supuesto un punto de quiebre en la alineación de la composición política de las tres instituciones que prevalecía en las legislaturas anteriores.
  • Las causas hay que buscarlas en las diferentes dinámicas electorales a escala europea y nacional.
  • Este desequilibrio conlleva el riesgo inmediato de censura y no facilitará la labor legislativa.
  • Hay que buscar remedios en el reparto de carteras y responsabilidades en el seno de la Comisión —en particular en beneficio de los socialdemócratas — y cumplir los compromisos adquiridos en el momento de la investidura de Ursula von der Leyen, en particular con respecto al grupo de los verdes en el Parlamento.
  • Las audiencias previstas para el 23 de septiembre serán la primera prueba de la capacidad de la presidenta reelegida para navegar por este nuevo panorama institucional.

2024-2027: un peligroso punto de inflexión en el equilibrio institucional de la Unión

El 18 de julio, la presidenta saliente, Ursula von der Leyen, fue reelegida al frente de la Comisión por votación de cuatro grupos políticos del Parlamento Europeo: el centro-derecha (PPE), los liberales (Renew), los socialdemócratas y los verdes. Fue elegida con una cómoda mayoría, en un momento en que el poder en varias capitales europeas se enfrenta a grandes turbulencias.

Sin embargo, este episodio positivo y tranquilizador en un contexto de incertidumbre corre el riesgo de ser efímero si no se identifican correctamente una serie de peligros y si no se encuentran los remedios adecuados.

Un peligro en particular es la aparición de un profundo desequilibrio en la composición política de las tres grandes instituciones de la Unión (Comisión, Parlamento y Consejo). En un momento en que el nuevo Colegio de Comisarios está tomando forma y se están distribuyendo las carteras, es importante ser conscientes de ello, analizar las causas y medir los riesgos para protegerse de ellos con mayor eficacia.

1 – El fin de la alineación

En legislaturas anteriores, la composición política de las 3 instituciones estaba alineada, lo que facilitaba el proceso legislativo. Nos estamos alejando de este patrón en dos sentidos:

  • Debilitamiento de dos de los tres grupos políticos que han gobernado Europa durante décadas: los socialdemócratas (del 19.6% en 2019 al 18.9% en 2024) y sobre todo los liberales (del 14% en 2019 al 10.7% en 2024).
  • Ascenso de la extrema derecha con CRE (sube un punto, del 9.8% al 10.8%) y sobre todo Patriotas por Europa, antes Identidad y Democracia (del 7% al 11.6%).

Como resultado, el equilibrio de las principales fuerzas políticas europeas es diferente en el Parlamento, por un lado, y en el Consejo y la Comisión, por otro.

2 – Las causas de este desequilibrio

Es cierto que las elecciones europeas han debilitado a ciertos grupos del Parlamento Europeo, especialmente a los liberales y a los verdes, y han reforzado a la derecha y a la extrema derecha, pero los grupos centrales, el PPE (que ha pasado del 25.4% de los representantes electos al 26%) y los socialdemócratas, asociados a los liberales y a veces a los verdes, como en la legislatura anterior, siguen teniendo capacidad para trabajar juntos.

l equilibrio de las grandes fuerzas políticas europeas es diferente en el Parlamento, por una parte, y en el Consejo y la Comisión, por otra.

Geneviève Pons

Así quedó demostrado cuando Ursula von der Leyen fue elegida el 18 de julio con una cómoda mayoría de 401 votos sobre 719 diputados electos, gracias a la alianza del PPE, los liberales, los socialdemócratas y los verdes.

Por otra parte, las elecciones nacionales tuvieron un mayor impacto en los socialdemócratas en particular, que salieron de ellas muy debilitados. Esto se refleja en el Consejo y, a su vez, en la Comisión, donde este grupo político, que sigue representando el 19% de los representantes electos en el Parlamento Europeo, se ha visto reducido a 5 comisarios en la Comisión, al mismo nivel que Renew, que representa menos del 11% de los eurodiputados.

3 – Los riesgos de un desequilibrio

Este desequilibrio político, que se suma al desequilibrio de género en la Comisión —10 mujeres en el mejor de los casos sobre 27—, corre el riesgo de comprometer el voto de investidura en el Parlamento Europeo. Los socialistas y los verdes —que cuentan con el 7% de los representantes electos pero ningún comisario— corren el riesgo de rechazar a uno o varios de sus candidatos.

A lo largo de la legislatura, esta diferencia significativa en la composición de las tres instituciones puede complicar el trabajo legislativo en caso de que las propuestas de la Comisión estén más a la derecha que el centro de gravedad del Parlamento.

4 – Los remedios

Dentro de la Comisión, Ursula von der Leyen tiene previsto crear cinco o seis puestos de vicepresidente ejecutivo. Para corregir el desequilibrio cuantitativo dentro del Colegio, en detrimento de los socialdemócratas, una solución sería dar dos puestos de vicepresidencia ejecutiva a los socialistas, incluido el puesto clave de Teresa Ribera. Esto también ayudaría a corregir el desequilibrio de género. Del mismo modo, un puesto vinculado a las grandes prioridades económicas podría otorgarse a Maria Luisa Albuquerque, la candidata socialdemócrata propuesta por Portugal, cuyo perfil de experta en estas áreas es una ventaja.

En el conjunto de la legislatura, esta diferencia significativa en la composición de las tres instituciones puede complicar el trabajo legislativo.

Geneviève Pons

En el Parlamento Europeo, los verdes —que han apoyado a Ursula von der Leyen—, ausentes en la Comisión, tendrán que recibir muy pronto las promesas de su compromiso con la aplicación y culminación del Pacto Verde, incluso en el ámbito sensible pero esencial de la transición agroalimentaria.

5 – La primera prueba

La primera prueba será, obviamente, el debate de investidura. Si Ursula von der Leyen quiere mantener su cómoda mayoría de 41 votos obtenida en el momento de su investidura personal el 18 de julio, los riesgos de pérdidas que ahora habrá que considerar vendrán principalmente de dos lados:

  • Los socialdemócratas, si el doble desequilibrio político y de género en la composición de la Comisión no les parece suficientemente corregido. Otro factor de riesgo sería una cartera importante, incluido un posible puesto de vicepresidente ejecutivo, concedida a Raffaele Fitto, cediendo así a las solicitaciones de Giorgia Meloni. Esto probablemente también atraería la ira de Renew, como declaró recientemente Valérie Hayer.
  • Los verdes, sensibles a estos mismos aspectos, también estarán especialmente atentos a los primeros indicios de que Ursula von der Leyen cumpla sus compromisos.

En este sentido, su promesa de seguir las recomendaciones innovadoras del diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura, en particular sobre la reforma de las subvenciones agrícolas, pesará sin duda en la balanza.