En Ucrania, la vida no se detuvo el 24 de febrero de 2022. Dos años y medio después de la invasión a gran escala, ¿cómo resisten los ucranianos a la agresión de Putin? Para entender las transformaciones de una sociedad en guerra, nos reunimos con ministros, activistas y soldados. De Jerson a Kiev, del nuevo frente de Kursk al frente de diez años en el Donbas, sus testimonios e historias ofrecen una visión única. Una serie en 10 episodios: suscríbete al Grand Continent para no perderte ninguno

1 — Una Ucrania democrática sin alternativa

En un mundo roto en el que la democracia ya no es un hecho, los ucranianos libran una lucha desigual con la Rusia autoritaria de Putin.

La importancia que conceden los ucranianos a la transformación de su país en una democracia plenamente operativa cambió significativamente entre diciembre de 2016 y mayo de 2024.

En diciembre de 2016, el 35 % de los encuestados consideraba esta cuestión «muy importante», mientras que el 51 % la consideraba «importante».1 Aunque estas cifras han fluctuado, a partir de diciembre de 2020 se observa una clara tendencia: el porcentaje de quienes consideran «muy importante» esta evolución ha aumentado gradualmente, hasta alcanzar el 67 % en mayo de 2024.

2 — El viacrucis hacia la Unión y la OTAN

La mayoría de los ucranianos están decididos a ingresar en la Unión Europea y en la OTAN, pero sus aspiraciones y expectativas de aquí a 2030 a este respecto muestran una interesante dinámica entre lo que desean y lo que consideran realista.

Según el Instituto Internacional de Sociología de Kiev, en 2022, el 90% de los ucranianos expresó su deseo de que Kiev se convirtiera en miembro de la Unión en 2030 y el 87% creía que esto ocurriría. En cuanto a la OTAN, el 73% deseaba la adhesión, mientras que el 65% creía que Ucrania se convertiría en miembro de la Alianza.

En 2024, aunque el 90% de los ucranianos sigue queriendo ingresar a la Unión, las expectativas al respecto han descendido ligeramente, hasta un techo del 79%. Esto indica cierta cautela o un mayor realismo ante los retos de la integración europea, aunque este porcentaje siga siendo elevado. Por lo que respecta a la OTAN, el 84% de los ucranianos sigue deseando ingresar en ella, pero también en este caso las expectativas han fluctuado: el 71% cree que el ingreso será una realidad. Esta fluctuación puede explicarse en parte por la constatación de que la guerra duraría más de lo previsto y por la decepción ligada a los resultados de la cumbre de Vilna, en la que no se cumplieron plenamente las esperanzas de un compromiso claro de la OTAN con Ucrania.

Las opiniones de los ucranianos sobre cuándo podría su país convertirse en miembro de la Unión cambiaron significativamente entre mayo de 2022 y mayo de 2024, mostrando un ajuste de las expectativas a las realidades del proceso de adhesión. En mayo de 2022, al inicio del proceso, una mayoría relativa del 35% de los ucranianos pensaba que su país se incorporaría a la Unión en uno o dos años, mientras que el 28% esperaba la adhesión en menos de un año. Sin embargo, el 22% esperaba que tardara entre dos y cinco años, y sólo el 7% pensaba que tardaría más de cinco años.

Un año después, en mayo de 2023, las expectativas ya habían cambiado.

La proporción de quienes pensaban que la adhesión tendría lugar en menos de un año había caído al 10%, mientras que el 31% esperaba la adhesión en uno o dos años. El grupo más numeroso (39%) esperaba la adhesión en un plazo de dos a cinco años, lo que refleja un creciente realismo sobre la complejidad del proceso. Otro 13% pensaba que tardaría más de cinco años. En mayo de 2024, esta tendencia se reforzó aún más. Ahora, el 41% de los encuestados cree que Ucrania no ingresará en la Unión hasta dentro de dos a cinco años, mientras que el 29% cree que tardará más de cinco años.

En noviembre de 2023, la mayoría de los ucranianos (alrededor del 40%) creía que el ingreso en la OTAN podría producirse en un plazo de dos a cinco años. Una proporción significativa (alrededor del 25%) pensaba que podría producirse en uno o dos años, mientras que una minoría creía que podría ocurrir en menos de un año. Alrededor del 20% creía que el proceso duraría más de cinco años, y un pequeño porcentaje seguía sin estar seguro.

En mayo de 2024, las expectativas habían cambiado poco en la mayoría de las categorías. La mayoría (todavía en torno al 40%) sigue pensando que la adhesión podría tener lugar en un plazo de dos a cinco años. Sin embargo, el porcentaje de los que prevén la adhesión en uno o dos años ha descendido ligeramente, mientras que los que piensan que tardará más de cinco años ha aumentado hasta superar el 20%. Esto podría reflejar los continuos retos en las negociaciones y las realidades militares, especialmente tras la decepción que siguió a la cumbre de Vilna y el reconocimiento de la prolongada duración de la guerra.

3 — ¿Cuánto durará la guerra?

En cuanto a la duración probable de la guerra, las opiniones de los ucranianos están divididas, aunque una mayoría expresa incertidumbre. Hay que señalar que el cuestionario utiliza el término «duración de la guerra», es decir, sin especificar la forma concreta del cese de los combates: «victoria», por ejemplo, o «derrota», «paz», «alto al fuego», etc. Este enfoque deja por tanto la interpretación del resultado a la discreción del encuestado, centrándose en cambio en su percepción de la guerra como tal y de su duración.

El 36% de los encuestados afirma no saber cuánto puede durar la guerra. De los que sí lo saben, el 18% piensa que la guerra podría durar entre 1 y 2 años, mientras que el 17% cree que podría durar entre 2 y 5 años. El 14% espera que dure entre 6 y 12 meses, y el 8% prevé que la guerra dure más de 5 años. Sólo el 5% piensa que la guerra podría terminar entre 3 y 6 meses, y una minoría del 3% cree que podría terminar en los próximos tres meses.

Estos resultados muestran que, aunque la mayoría de los ucranianos espera una guerra prolongada, sigue existiendo una considerable incertidumbre en cuanto a la duración exacta de las hostilidades. Esta diversidad de opiniones subraya la complejidad e imprevisibilidad de la situación actual.

La evolución de las opiniones de los ucranianos sobre la duración probable de la guerra muestra un cambio significativo a lo largo del tiempo. En mayo de 2022, el comienzo de la guerra a gran escala, el 27% de los encuestados pensaba que la guerra duraría menos de tres meses, y el 17% pensaba que duraría entre tres y seis meses. Sólo el 7% pensaba que duraría más de 12 meses. Sin embargo, la incertidumbre ya estaba presente, con un 38% de los encuestados diciendo que no sabían cuánto podría durar la guerra.

Con el paso de los meses, este optimismo inicial disminuyó rápidamente. En agosto de 2022, el porcentaje de los que pensaban que la guerra terminaría en menos de tres meses había caído al 9%, mientras que los que creían que duraría más de 12 meses habían aumentado al 18%. En enero de 2023, las expectativas de una guerra prolongada habían aumentado: el 26% de los encuestados creía que duraría entre seis y doce meses, y el 15% esperaba que durara más de un año.

Esta tendencia se acentuó en mayo de 2023. En ese momento, el 23% de los encuestados pensaba que la guerra duraría más de 12 meses. Esta opinión se volvió dominante hacia noviembre de 2023, cuando la cifra subió al 43%. En mayo de 2024, la opinión se había estabilizado y una clara mayoría del 43% de los ucranianos creía ahora que la guerra duraría más de 12 meses, mientras que sólo el 3% creía que terminaría en los próximos tres meses. La incertidumbre sigue siendo alta, ya que el 36% de los encuestados no se pronunció sobre cuánto durará la guerra.

Estas cifras ilustran una toma de conciencia gradual entre la población ucraniana de que la guerra podría prolongarse durante un largo periodo, marcada por un aumento de la resignación ante la idea de una guerra prolongada.

4 — La actitud de los ucranianos ante las negociaciones de paz

Con la guerra bien entrada en su tercer año, la movilización sigue siendo intensa en ambos bandos. Kiev sigue reforzando sus capacidades militares, mientras que Rusia está llevando a cabo importantes reformas, sobre todo en el sector de la defensa. A pesar de estas circunstancias, el apoyo a la guerra en Rusia sigue siendo elevado. Una encuesta reciente muestra que el 71% de los rusos apoya o aprueba firmemente la «operación militar especial».

En Ucrania, la opinión pública sobre posibles negociaciones de paz ha mostrado notables fluctuaciones. En mayo de 2022, alrededor del 59% de los ucranianos se declararon favorables a las conversaciones con Rusia. Este porcentaje cayó al 29% en enero de 2023, antes de volver a subir al 57% en mayo de 2024. Mientras tanto, la proporción de los que se oponen a las negociaciones pasó del 37% en mayo de 2022 a cerca del 60% a principios de 2023, antes de volver a caer al 38% en mayo de 2024.

La cumbre por la paz de Ucrania en Suiza, a pesar de la participación de más de 100 países y organizaciones internacionales, sólo logró avances limitados en las negociaciones de paz, y Zelenski se planteó la posible participación de Rusia.

Los ucranianos siguen divididos sobre las concesiones que deben hacerse para poner fin a los combates. Según datos del Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KIIS), la opción más rechazada es la de limitar las negociaciones al territorio actualmente bajo control ucraniano, una perspectiva considerada inaceptable o bastante inaceptable por el 77% de los encuestados. Del mismo modo, la idea de abandonar los objetivos de pertenecer a la OTAN y a la Unión, consagrados en la Constitución ucraniana, es mal vista por tres de cada cuatro ucranianos. La propuesta de recuperar los territorios ocupados por Moscú hasta 2022, sin incluir Crimea, también es rechazada por la mayoría, con un 37% de encuestados que la consideran totalmente inaceptable. En cambio, el 85% de los ucranianos apoya firmemente la devolución de los territorios controlados por Ucrania antes de 2014.

5 — Opinión de los ucranianos sobre los tres escenarios para el final de la guerra

Desde el comienzo de la invasión a gran escala, las encuestas de opinión se han centrado a menudo en la cuestión de la disposición de los ucranianos a aceptar diversas concesiones, como renunciar a pertenecer a la OTAN.

Aunque estos sondeos ofrecen valiosos datos sobre la aceptabilidad de concesiones concretas, no siempre reflejan la complejidad de los acuerdos reales, que suelen ser paquetes de compromisos.

Para ilustrar esta complejidad, el KIIS realizó un experimento2 en el que proponía tres «escenarios» de posibles acuerdos, cada uno de los cuales combinaba elementos positivos y negativos para Ucrania. A cada participante se le presentaba aleatoriamente un único escenario y se le pedía que valorara su aceptabilidad en una escala que iba de «fácilmente aceptable» a «totalmente inaceptable».

Los tres escenarios eran los siguientes

  • Escenario 1: Rusia mantiene todos los territorios actualmente ocupados, Ucrania renuncia a la OTAN pero entra a la Unión con ayuda financiera occidental para la reconstrucción;
  • Escenario 2: Rusia mantiene el control de los territorios ocupados (sin que Ucrania reconozca oficialmente esta posesión), pero Ucrania se une a la OTAN y a la Unión, obteniendo garantías de seguridad y apoyo financiero.
  • Escenario 3: Rusia retiene el Donbas y Crimea, pero Ucrania recupera las regiones de Jerson y Zaporiyia, al tiempo que se une a la OTAN y a la Unión.

Los resultados muestran que el escenario 1 es considerado inaceptable por el 54% de los encuestados, mientras que el escenario 2, que incluye el ingreso en la OTAN, es mejor aceptado, con un 47% de respuestas positivas. Por último, el Escenario 3, que combina la devolución de ciertos territorios con la pertenencia a la OTAN y a la Unión, es aceptado por el 57% de los encuestados, aunque a menudo se percibe como un «compromiso difícil». Estos resultados indican que los ucranianos, aunque abiertos al debate, rechazan abrumadoramente la idea de la paz a cualquier precio, dando una clara prioridad a la seguridad y a la devolución de territorios estratégicos.

6 — Actitud con respecto a los acuerdos internacionales de seguridad

Ucrania ha firmado este año varios acuerdos de seguridad con diversos países y sigue engrosando la lista para reforzar sus capacidades de defensa. La mayoría de los encuestados valora positivamente estas iniciativas: el 65% de los encuestados considera que los acuerdos son «bastante útiles» o «muy útiles». Esto indica un nivel relativamente alto de confianza en la eficacia de las alianzas internacionales para la seguridad nacional de Ucrania.

Sin embargo, una pequeña pero significativa proporción de encuestados (el 27%) opina que los acuerdos no tienen ninguna repercusión y son «más bien inútiles» o «muy poco útiles», lo que podría reflejar cierto escepticismo o expectativas prudentes sobre los resultados concretos de estos compromisos diplomáticos.

Complementando la percepción de la utilidad de los acuerdos, otra encuesta de KIIS3 pregunta sobre la percepción de los acuerdos de seguridad firmados por Ucrania. Una mayoría del 51% de los encuestados cree que el apoyo recibido es insuficiente para contrarrestar eficazmente a Rusia. Sin embargo, el 27% cree que estos acuerdos permitirán frenar la expansión rusa y liberar ciertos territorios ocupados, mientras que el 13% cree que Ucrania obtendrá todo el apoyo que necesita para liberar todos sus territorios y repeler la agresión rusa a largo plazo.

7 — Confianza en las instituciones

La celebración de elecciones en Ucrania en tiempos de guerra divide a la opinión pública. Sin embargo, una clara mayoría del 72% de los encuestados cree que deberían posponerse hasta el final de la guerra. Esta opción refleja probablemente una preocupación por la estabilidad y la legitimidad del proceso electoral en un contexto más seguro y pacífico. Por otra parte, el 24% de los encuestados opina que las elecciones deberían celebrarse antes del final de la guerra. Por último, el 4% de los participantes prefirió no hacer comentarios.

La confianza de los ucranianos en las instituciones y las autoridades varía. Tradicionalmente, las fuerzas armadas ucranianas gozan de un apoyo abrumador (91%), con un 50% de los encuestados que confían plenamente en ellas y un 41% que simplemente confían en ellas. El presidente Volodimir Zelenski le sigue, con un 34% que confía en él y un 11% de confianza total.

La policía y las autoridades locales también gozan de un fuerte apoyo, con un 36% y un 28% de los encuestados, respectivamente, que dicen confiar en ellas. Sin embargo, otras instituciones, como el gobierno y los partidos políticos, gozan de mayor desconfianza: el 33% de los encuestados dice no confiar en el gobierno, y el 40% no confía en los partidos políticos.

Las instituciones judiciales y legislativas, como los tribunales y el parlamento (la Rada), se encuentran en una posición intermedia, con una confianza más mixta y unos niveles de desconfianza relativamente altos. Esto es particularmente cierto en el caso de la Rada, donde el 41% de los encuestados no expresan ninguna confianza.

El final de la guerra es una perspectiva central en la vida cotidiana de muchos ucranianos: esto podría explicar por qué las fuerzas armadas y la policía disfrutan de los niveles más altos de confianza pública. Lo mismo podría decirse de los altos niveles de confianza en el presidente y las autoridades locales: el primero, además de ser el comandante en jefe supremo del ejército ucraniano, está capitalizando hábilmente todos los éxitos logrados en el frente, así como en política exterior; las segundas están implicadas en la vida cotidiana de los ciudadanos, que hoy en día a menudo necesitan resolver un gran número de problemas domésticos causados por la guerra.

Sin embargo, la confianza en Zelenski sigue disminuyendo. Esta evolución no es inesperada tras la subida repentina y sin precedentes de febrero de 2022; el descenso de la popularidad presidencial es una tendencia general, más aún en una guerra que se prolonga y pone a prueba a todos los ciudadanos ucranianos. Por otro lado, su nivel de confianza sigue siendo bastante alto: casi dos tercios de los ciudadanos confían en el presidente. Es posible que las operaciones de Kursk contribuyan incluso a aumentar su índice de confianza en un futuro próximo.

En definitiva, a pesar del relativo descenso de su apoyo, Volodimir Zelenski sigue siendo una de las figuras más populares del país y mantiene un amplio consenso sobre la celebración de elecciones sólo después del final de la guerra.

8 — Ucranianos, rusos y Rusia

Los sentimientos de los ucranianos hacia Rusia y los rusos son mayoritariamente negativos. Sin embargo, existe una distinción entre su opinión sobre Rusia, a menudo asociada a su gobierno, y su opinión sobre los rusos como población. Cuando se les pregunta qué palabras les vienen a la mente cuando oyen la palabra «Rusia», el 94% de los ucranianos expresan opiniones negativas o críticas, con un 5% de opiniones neutras o positivas.4 Entre los «rusos ordinarios», el 80% mencionó palabras negativas, el 6% neutras o positivas, y el 14% no dio ninguna respuesta.

La cristalización de los sentimientos negativos hacia Rusia y los rusos es tan pronunciada que el KIIS dejó de hacer estas preguntas con regularidad, ya que las respuestas eran muy predecibles. Sin embargo, el Instituto volvió a encuestar sobre el tema en febrero de 2024, utilizando un formato de pregunta más flexible que permitía tanto opiniones neutras como positivas. Los resultados confirman que la gran mayoría de los ucranianos asocian a Rusia y a los rusos de a pie con sentimientos extremadamente negativos, mientras que juzgan a la población rusa con algo menos de dureza que a Rusia como tal.

9 — La sombra de Stalin

Las actitudes hacia Stalin son un indicador clave del cambiante vector sociopolítico de un país tras el colapso de la Unión Soviética.5 Así que siempre merece la pena mirarlo de cerca.

De 2012 a 2023, la evolución de los sentimientos de los ucranianos hacia Stalin muestra una marcada tendencia hacia opiniones cada vez más negativas.6

En 2012, el 37% de los encuestados ya expresaba una opinión negativa de Stalin, mientras que el 23% tenía una opinión positiva y el 27% se mostraba indiferente. En 2022, las opiniones negativas se habían disparado hasta el 64%, mientras que las positivas habían caído drásticamente hasta el 5%. La indiferencia también ha disminuido, alcanzando un máximo del 23%. En 2023, esta tendencia se ha estabilizado, con un 61% de encuestados que expresan opiniones negativas y solo un 4% que expresan sentimientos positivos, mientras que el 26% permanece indiferente.

La evolución de esta métrica es tanto más sorprendente cuanto que muestra la creciente divergencia entre Ucrania y Rusia en su percepción de Stalin. Mientras que Ucrania rechaza cada vez más a esta figura histórica, en Rusia parecen haber aumentado las opiniones positivas sobre él. En Rusia, las opiniones positivas sobre Stalin han aumentado significativamente, pasando del 37 % en 2016 al 63 % en 2023.7

La invasión a gran escala parece haber puesto fin al debate sobre Stalin en Ucrania; es una apuesta segura que la curva de actitudes positivas hacia Stalin se mantendrá plana. Este indicador sigue siendo relevante como medida de la opinión pública en otros países postsoviéticos en el futuro, incluida Rusia.

10 — El futuro de las relaciones entre Ucrania y Rusia

Fue a partir de 2013 cuando las relaciones entre Ucrania y Rusia experimentaron una transformación radical en la opinión pública ucraniana. Ese año, una mayoría del 70% de los ucranianos quería mantener relaciones amistosas con Rusia, con fronteras abiertas y sin visados ni aduanas. Sólo el 15% abogaba por unas relaciones similares a las mantenidas con otros países: con fronteras cerradas y visados.

Esta tendencia se invirtió drásticamente tras el estallido de la guerra. En febrero de 2022, justo antes de la invasión a gran escala, el 48% de los ucranianos seguía apoyando la idea de una relación amistosa con fronteras abiertas, pero el 44% prefería una relación más distante con fronteras cerradas.8

Desde la invasión, el deseo de una relación amistosa ha descendido significativamente: en junio de 2022, el 79% de los ucranianos quería una relación estricta con Rusia, con fronteras, visados y aduanas cerradas, una tendencia que continuó con el 75% en febrero de 2024. La idea de que Ucrania y Rusia se unan para formar un único Estado, que contaba con el apoyo del 12% de los encuestados en 2013, ha desaparecido por completo con un 0% de apoyo en febrero de 2024.

La distribución de las respuestas a esta pregunta según la lengua materna de los encuestados revela un hecho fundamental: la diferencia entre quienes hablan ucraniano y quienes hablan ruso es mínima, lo que demuestra que en Ucrania la rusofonía no tiene nada que ver con la rusofilia.

No obstante, hay que señalar que, por un lado, es coherente que las personas con una actitud positiva hacia Rusia sean más numerosas entre los rusoparlantes que entre quienes hablan ucraniano; y, por otro, que las tres categorías presentadas (rusoparlantes; ucranoparlantes; quienes hablan ambas lenguas) no son equivalentes en cuanto al tamaño de la población, lo que podría influir en la interpretación de los resultados.

Independientemente de la lengua hablada, la mayoría de los ucranianos sigue estando a favor de mantener relaciones distantes con Rusia.

Notas al pie
  1.  Джерел Гілліам, «Опитування НДІ : Попри тягар війни, прагнення українців до інклюзивної демократії лишається незмінним», Київський міжнародний інститут соціології, 1 de agosto de 2024.
  2. Антон Грушецький, « Прес-релізи та звіти Динаміка готовності до територіальних поступок та ставлення до окремих пакетів мирних домовленостей », Київський міжнародний інститут соціології, 23 de julio de 2024.
  3. Антон Грушецький, «Сприйняття українцями безпекових угод», Київський міжнародний інститут соціології, 5 de julio de 2024.
  4. Антон Грушецький, «Прес-релізи та звіти Якими українці бачать відносини України і Росії та які асоціації у українців викликають Росія та прості росіяни», Київський міжнародний інститут соціології, 18 de julio de 2024.
  5. Данило Судин,  «Ставлення до Сталіна в українському суспільстві після 1991 р. : Основні тенденції та чинники», Народознавчі зошити. № 6 (162), 2021.
  6. Антон Грушецький, «Динаміка ставлення українців до Сталіна протягом 2012-2023 років», Київський міжнародний інститут соціології, 3 de agosto de 2023.
  7. Ibid.
  8. Антон Грушецький, «Прес-релізи та звіти Якими українці бачать відносини України і росії : результати телефонного опитування, проведеного 26 травня – 5 червня 2023 року», Київський міжнародний інститут соціології, 27 de junio de 2023.