El lunes 10 de junio, al día siguiente de las elecciones europeas y del anuncio del presidente francés Macron de la disolución de la Asamblea Nacional, la economía francesa había sufrido un choque negativo.

  • El CAC 40 abrió a la baja, el diferencial (diferencia entre los rendimientos de la deuda pública francesa y alemana a 10 años, indicador clave del riesgo de crédito de Francia) se amplió y el euro se depreció frente al dólar.
  • Era difícil interpretar esta reacción en aquel momento, salvo para decir que los mercados veían en la economía francesa un riesgo importante de inestabilidad.

Aún era necesario saber de qué tipo de inestabilidad estábamos hablando. Varios análisis económicos, sobre todo de instituciones financieras, han clasificado los posibles escenarios del resultado de la segunda vuelta del 7 de julio. Revisamos las distintas posiciones, consultando documentos reservados a los inversores y realizando entrevistas semiestructuradas.

El escenario de lo peor: la mayoría NFP

En todas partes, llegaron más o menos a la misma conclusión: los escenarios percibidos como más desfavorables eran los de una mayoría (absoluta o relativa) para el Nuevo Frente Popular (NFP).

  • Para uno de los principales bancos americanos, cuyo documento reservado a los inversores pudo consultar la revista, tal situación se traduciría en un diferencial de 130 puntos básicos, frente a 48 antes del anuncio de la disolución.

El escenario intermedio: «la mayoría de RN no presentaría un riesgo importante»

Le siguen los escenarios con mayoría de Reagrupación Nacional (RN), vistos de forma mucho más favorable por varios actores clave.

  • Un destacado financiero, por ejemplo, cree que «una mayoría de extrema derecha llevaría a una expansión fiscal edulcorada al estilo Meloni».

El escenario privilegiado: un bloqueo en la Asamblea Nacional

Los escenarios preferidos parecían ser una mayoría absoluta de Ensemble (ahora impensable), o un estancamiento político.

El estancamiento político es el preferido por los mercados, al menos a corto plazo, ya que por un lado obligará a partidos muy opuestos a hacer concesiones en un intento de gobernar frágilmente juntos, y por otro evitará puntos de inflexión económicos importantes1. Al término de la primera vuelta de las elecciones legislativas, con los anuncios de retirada y el frente republicano, el escenario más creíble es el de la falta de mayoría absoluta, lo que descartaría a priori un gobierno presidido por Jordán Bardella, como él mismo ha declarado.

De hecho, los indicadores económicos han vuelto a la senda del crecimiento esta mañana:

  • En comparación con el viernes a las 17:30, el CAC40 cerró el lunes 1 de julio con una subida del 1,5%, impulsado principalmente por los bancos franceses, que repuntaron.
  • El spread bajó a 74,8 puntos básicos, frente a los 80,3 del viernes.
  • A las 19:30 del lunes, 1 euro cotizaba a 1,0735 dólares, frente a los 1,0722 dólares de ayer a la misma hora, lo que supone una ligera subida del 0,12%.

A estas alturas, sin embargo, no hay que subestimar la posibilidad de un gobierno mayoritario de RN. Los sondeos previos a las elecciones legislativas de 2022 daban a RN un número de escaños muy inferior al que el partido obtuvo realmente en las urnas. Los mercados lo han comprendido y, en este sentido, prefieren ampliamente a Bardella frente a Mélenchon. Las razones son varias:

  • El programa económico de RN parece excesivo a los ojos de muchos economistas, sin financiación, y con pocas probabilidades de devolver a Francia al equilibrio de las finanzas públicas, aunque en menor medida que el del NFP. Incluso economistas moderados como Olivier Blanchard se han pronunciado en este sentido2.
  • En los últimos días de la campaña, RN abandonó varios elementos clave de su programa, como la pensión de 60 años, a costa de numerosas contradicciones. Esto puede haber tranquilizado a los mercados.

Los límites del escenario «al estilo Meloni»

Lo que es más significativo, varios analistas financieros parecen ver en un gobierno de Reagrupación Nacional un escenario «al estilo Meloni».

  • Como señala Lorenzo Castellani: «Si, en los mitines, Bardella se muestra insolente, populista, nacionalista y se presenta como una nueva criatura de RN, cuando habla a los medios de comunicación internacionales, tiende a querer tranquilizar a sus interlocutores más cualificados: nada de Frexit, una política económica razonable, nada de caza de brujas contra los banqueros, los grandes industriales y los altos funcionarios».

Sin embargo, a estas alturas hay que señalar que, a diferencia del gobierno de coalición de Meloni, la hipótesis de un gobierno Bardella —que Bardella sólo desea presidir en caso de mayoría absoluta— no incluye por el momento, como en Italia, a las élites económicas del centro-derecha liberal, que han sido varias veces ministros y se apresuran a tranquilizar a los mercados.

  • Además, a diferencia del gobierno Meloni, que se encuentra en el centro del juego político europeo, Bardella también ha iniciado varios conflictos con la Unión Europea, de los que su voluntad de reducir en 2.000 millones de euros la contribución de Francia al presupuesto europeo es sólo un ejemplo. Por no hablar de la dimensión geopolítica del programa de RN, que afectaría inevitablemente a las posiciones económicas de Francia.

Sólo el tiempo dirá cómo reaccionarán los mercados el próximo lunes y cuáles serán los primeros anuncios económicos de la hipotética nueva Cámara Baja. Lo que está claro es que, dado que RN se ha mostrado últimamente contradictoria, dubitativa y evanescente en materia económica, no es seguro que ofrezca a los mercados una garantía de estabilidad. El otro escenario, el de la ausencia de mayoría parlamentaria, sí podría reducir las vicisitudes de la acción pública francesa, aunque Francia tendrá que votar en otoño un presupuesto y una política en el marco de un procedimiento de déficit excesivo —está por ver quién lo defenderá ante los cientos de nuevos diputados—.