Ayer, lunes 24 de junio, el Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, acudió a Roma para reunirse con la Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni. A pocos días del inicio de la Presidencia húngara del Consejo de la Unión Europea y de la reunión del Consejo Europeo de los días 27 y 28 de junio, en la que se espera que se decidan los altos cargos, el encuentro adquirió un carácter especial.

  • A pesar de un cierto acercamiento, Orbán declaró que su partido, Fidesz (que abandonó el Partido Popular Europeo, PPE, en 2021), no se unirá al grupo de Conservadores y Reformistas (ECR) en el Parlamento Europeo, cuya delegación más numerosa es la de Giorgia Meloni: «No podemos formar parte de una familia política en la que un partido rumano [Alianza por la Unidad de los Rumanos] es antihúngaro. Pero estamos comprometidos con el fortalecimiento de los partidos de derecha europeos, aunque no formemos parte del mismo grupo». Orbán y Meloni se sentarán así en dos grupos diferentes del Parlamento Europeo.
  • Los dos líderes también tienen posturas opuestas sobre la invasión rusa de Ucrania: desde su elección, a diferencia de Orbán, Meloni se ha mostrado a favor del apoyo militar a Ucrania. En Roma, sin embargo, la primera ministra italiana dijo que apreciaba «la postura que Hungría ha adoptado en cuestiones a nivel europeo y de la OTAN, que ha permitido a los Estados miembros y a los aliados tomar decisiones muy importantes incluso cuando no estaba de acuerdo con ellas».
  • Meloni también subrayó que compartía algunos puntos del programa de Viktor Orbán para Europa, como el reto demográfico que plantea el descenso de la natalidad; la situación en los Balcanes («Estamos satisfechos del excelente nivel de cooperación alcanzado en particular en los Balcanes, una región que Italia y Hungría consideran estratégica»); la lucha contra la «inmigración ilegal masiva» y «la lucha contra los traficantes, el compromiso de construir con las naciones de origen y tránsito un nuevo modelo de cooperación y asociación que sea beneficioso para todos, abordando también claramente las causas profundas de la migración».

Sin embargo, el momento de la visita es revelador, ya que se produce en un momento de recomposición política en el Parlamento Europeo y antes de un Consejo Europeo crucial en el que se espera el nombramiento de los altos cargos y la adopción de la agenda estratégica para la próxima legislatura.

  • En la cena informal del 17 de junio, en la que en teoría los jefes de Estado y de Gobierno deberían haber llegado a un acuerdo sobre los tres principales cargos —Von der Leyen para dirigir la Comisión durante un segundo mandato, António Costa para la Presidencia del Consejo y Kaja Kallas para el puesto de Alta Representante—, Meloni se sintió excluida y se restó importancia al resultado de su grupo ECR (actualmente tercero en el Parlamento, por delante de Renew).

En vísperas de la reunión del Consejo de los días 27 y 28 de junio, Meloni hace hincapié sobre todo en su resultado electoral. En este contexto, la visita de Orbán es clave. Ursula von der Leyen, la candidata del PPE, cuenta con todo el apoyo de Forza Italia y probablemente también con el de Meloni. Tajani, ministro de Exteriores italiano, también está haciendo campaña a favor de un acuerdo con los conservadores y no con los Verdes para garantizar su elección al Parlamento.

Se dice que, a cambio de su apoyo, Meloni exige funciones importantes en la nueva Comisión, ya sea una vicepresidencia o un puesto central, como políticas de cohesión o agricultura. Raffaele Fitto, actual Ministro de Asuntos Europeos, podría ser propuesto por Meloni para un puesto clave, aunque en última instancia su papel central en la gestión del plan de recuperación a nivel nacional podría tener prioridad sobre una posible carrera en las instituciones europeas.