Desde 2020, el gobierno de Bukele en El Salvador ha puesto en marcha una nueva iniciativa dentro de su plan antipandillas: el Plan Cero Ocio.

  • El objetivo de esta medida es evitar el «ocio penitenciario» de los detenidos, asignándoles distintos trabajos en todo el país para apoyar a la sociedad salvadoreña. Por ejemplo, participan en la «limpieza de playas, reparación de centros educativos y su mobiliario, hospitales de la red pública de salud, infraestructuras policiales, viviendas para familias de escasos recursos y otras acciones en beneficio de la comunidad»1.
  • Esta medida comenzó en agosto de 2020, cuando 147 reclusos limpiaron playas y distribuyeron paquetes de alimentos como parte de la ayuda estatal durante la pandemia de Covid-19.
  • En total, el gobierno salvadoreño dice que 2.000 reclusos forman parte del programa. Todos se encuentran en la «fase de confianza», que consiste en una relajación de la disciplina y la concesión de más libertad al condenado.

Uno de los objetivos del programa es mitigar las críticas vertidas contra Bukele por las condiciones en que miles de salvadoreños son detenidos y luego encarcelados, y la falta de un plan a largo plazo en la lucha contra la violencia2.

  • El Plan Cero Ocio es presentado por el gobierno como «una oportunidad para que los presos aprendan diversos oficios que les ayuden a reinsertarse en la sociedad»3.

El Estado parece ser el gran beneficiado de este plan.

  • Cada día, los 2.000 presos son asignados por 50 comisiones a actividades repartidas por todo el país.
  • Para el gobierno, una de las grandes ventajas de este programa es el ahorro que supone el trabajo realizado por los presos asignados a todo tipo de actividades.
  • El sistema penitenciario salvadoreño no tiene que preocuparse de proporcionar comidas a los presos en cuestión, que se supone que se alimentan gracias a su trabajo.
  • Como las condiciones de detención en El Salvador son muy malas —las cárceles están superpobladas con cientos de personas en la misma celda, a menudo no se proporcionan comidas, es complicado dormir y no se permite ningún contacto con el mundo exterior—, los presos prefieren trabajar en el marco de este programa antes que permanecer encerrados.

La polémica estalló después de que el gobierno pusiera a los reclusos del programa a disposición de empresas privadas.

  • En abril de 2023, decenas de reclusos fueron utilizados para trabajar en una propiedad privada. Los trabajos consistían en la construcción de la casa de playa de una amiga de la madre del viceministro de Justicia y director general de los centros penitenciarios de El Salvador, Osiris Luna4.
  • Este caso muestra los problemas que se pueden encontrar de forma más general en el El Salvador de Bukele: ante la ausencia de cualquier forma de control —el Presidente ejerce un dominio absoluto sobre todas las instituciones del país— se producen numerosos abusos.

El Plan Cero Ocio forma parte de la guerra contra las pandillas que Bukele libra desde 2022 y que ha contribuido a reducir drásticamente la delincuencia en el país. ¿A qué precio?

  • El Salvador vive bajo un estado de excepción desde marzo de 2022, que permite al Estado detener a cualquier individuo sin ningún procedimiento judicial ni defensa de los detenidos en nombre de la lucha contra las pandillas.
  • El estado de excepción se declaró por primera vez el 27 de marzo de 2022, cuando Bukele decidió declarar la guerra a las pandillas en respuesta a una oleada de asesinatos protagonizados por las maras que duró tres días y se saldó con 80 muertos.
  • Desde entonces, el plan del presidente salvadoreño parece haber funcionado: según datos oficiales publicados por el gobierno, en el año 2023 se registró la tasa de homicidios más baja de la historia de El Salvador, con 154 homicidios, una tasa de 2,4 por cada 100.000 habitantes. El año anterior, 2022, hubo 495 homicidios, es decir, 7,8 por cada 100.000 habitantes5.
  • Sin embargo, muchas organizaciones humanitarias siguen alertando de las violaciones de los derechos humanos que se están produciendo en El Salvador desde marzo de 2022. En total, más de 80.000 personas han sido detenidas —7.000 de las cuales tuvieron que ser puestas en libertad condicional por falta de pruebas—, se han presentado más de 6.000 denuncias por violaciones de derechos humanos y más de 300 personas han muerto en las cárceles salvadoreñas.

Aunque la política de Bukele está produciendo resultados innegables a corto plazo, sigue habiendo zonas grises en cuanto a la estrategia empleada. Entre bastidores de esta mano dura, también podría haber negociaciones secretas entre el Presidente y los líderes de las pandillas que son protegidos por el gobierno contra extradiciones solicitadas en varias ocasiones por Estados Unidos.

  • Incluso, pandilleros históricos han sido liberados en secreto por el gobierno, como en el caso de Crook, líder de la MS-13, quien fue liberado por personas cercanas a Bukele —entre ellas el viceministro Osiris Luna— y ayudado a llegar a México, donde finalmente fue detenido por las autoridades estadounidenses.
  • Para adelantarse a Washington, Bukele intentó detener de nuevo a Crook recurriendo a los servicios del cártel mexicano Jalisco Nueva Generación a cambio de 1,3 millones de dólares6.
  • Aunque él mismo nunca lo admitió, Bukele ya ha negociado con las maras en varias ocasiones: al inicio de su mandato y antes, cuando era alcalde de la capital, San Salvador.