• Antes de su ascensión, Carlos III fue Príncipe de Gales de 1958 a 2022: es el Príncipe heredero más longevo del Reino Unido. A partir de 1966, en su decimoctavo año, empezó a desempeñar un papel oficial en el sistema monárquico, cumpliendo funciones representativas además de las de su madre, Isabel II, y otros miembros de su familia. En esta calidad, Carlos fue un príncipe viajero, realizando 455 visitas oficiales al extranjero. La primera de ellas fue en 1966, cuando pasó un semestre en una escuela australiana, una forma de presentar al futuro soberano uno de los países que algún día estaría llamado a gobernar. La última fue en junio de 2022, unos meses antes de su investidura, cuando viajó a Ruanda para asistir a la 22ª Reunión de Jefes de Gobierno de la Commonwealth en representación de Isabel II. El mapa de sus viajes muestra los circuitos privilegiados de la monarquía británica, o más bien los usos que el Gobierno hace de esta institución, cuyo principal papel diplomático es el de representación.
  • Lo primero que hay que señalar es que se concede una gran prioridad a los aliados tradicionales del Reino Unido, así como a los miembros de la Commonwealth. El Príncipe Carlos parece haber visitado con mayor frecuencia aquellos países con los que el Reino Unido mantiene relaciones estrechas e históricas. El hecho de que Francia y Estados Unidos sean los dos Estados más visitados recuerda los estrechos vínculos históricos con estos dos países. Sin embargo, es interesante observar que, a diferencia de su hijo, Isabel II ha visitado más Estados Unidos que Francia: es más importante cultivar la «relación especial» que el «entendimiento cordial».
  • Mientras que los aliados europeos, Estados Unidos y los antiguos dominios de Australia, Canadá y Nueva Zelanda están particularmente bien representados, los Estados del Golfo también han recibido una atención especial: el hecho de que estos países sean monarquías explica sin duda el interés de la Familia Real por mantener buenas relaciones diplomáticas. Por el contrario, las naciones africanas, miembros o no de la Commonwealth, recibieron muy pocas visitas de Carlos.
  • Los miembros de la Familia Real sirven para confirmar o profundizar las buenas relaciones existentes, no para estrechar lazos con adversarios o rivales estratégicos: Carlos nunca ha visitado la Unión Soviética -sólo ha ido a Rusia dos veces, en 1994 y 2003- ni China. Estos viajes se encomiendan al Primer Ministro o a miembros del gobierno, lo que permite distinguir varios niveles de la diplomacia británica: en este sentido, la monarquía es un instrumento del soft power británico.
  • Ahora resulta difícil evaluar las tres primeras visitas de Carlos III al extranjero. Evidentemente, en un momento en que el gobierno de Rishi Sunak se esfuerza por mejorar las relaciones entre el Reino Unido y los países miembros de la Unión Europea tras varios años extremadamente tormentosos, el objetivo es cultivar los vínculos con Europa: las visitas a Francia -uno de los más antiguos aliados del Reino Unido- y a Alemania -el país más grande de la Unión- pueden entenderse en este sentido. El caso de Rumanía es más personal: desde hace décadas, Carlos manifiesta su pasión por la región de los Cárpatos, donde incluso ha adquirido una vivienda. Esta visita de Estado le ha brindado la oportunidad de subrayar este fuerte vínculo.