Observatorio del Cónclave. Metodología

Dado que la Iglesia católica es un organismo con una tradición unánime, sus jerarcas no tienen una tendencia política claramente definida: en ella no hay mayoría ni oposición.

A pesar de todo, es posible detectar indicios de posicionamiento según un esquema pertinente desde el Concilio Vaticano II (1962-1965), que opone a los progresistas, partidarios de una mayor apertura de la Iglesia al mundo y de reformas de gran alcance, a los conservadores, partidarios de reformas mesuradas, del mantenimiento de la integridad de la doctrina y de la aplicación rigurosa de la antigua disciplina eclesiástica, incluso cuando parece contradecir ciertos valores de las sociedades democráticas.

Los cardenales electores también pueden clasificarse según un segundo criterio, que evalúa esta vez su proximidad al poder central de la Iglesia o, por el contrario, su marginalidad.

Por lo tanto, hemos tratado de situar a los cardenales en este doble eje.