1 — Una primera vuelta como primaria de «las derechas» en Chile
Teniendo en Chile un sistema de elección directa de segunda vuelta en que pasan las dos más altas mayorías al balotaje, la gran duda —y donde se concentra el nerviosismo— es saber quién pasará de «las derechas».
Sin duda la representante del eje centro izquierda-izquierda radical, la militante del Partido Comunista Jeannette Jara, estará en la papeleta en diciembre. Esto se explica porque este conglomerado realizó elecciones primarias legales donde ganó por lejos a sus tres contendores, dentro de los cuales se encontraba la ex Ministra del Interior y Seguridad Pública del Gobierno de Gabriel Boric, Carolina Tohá (del centrista izquierda Partido por la Democracia). Por lo tanto, la «pelea política» ahí ya se realizó.
Sin embargo, por diferentes razones, «las derechas» —nótese que escribimos este concepto con comillas. Hace un año en Chile no se usaba esto, pero hoy es imprescindible utilizarlo ante la dispersión— no quisieron someterse a una primaria legal y optaron por llegar todas las candidaturas a la primera vuelta.
De facto, esta primera vuelta es la «primaria» de ese sector para elegir a quién se enfrentará a la líder del oficialismo en diciembre próximo.
Esta primera vuelta es la «primaria» de las derechas para elegir a quién se enfrentará a la líder del oficialismo en diciembre próximo.
Paulina Astroza
2 — Una campaña espectáculo
Esta campaña ha estado pobre de ideas, llenas de reels, selfies, programas que no se mencionan u olvidan, improvisaciones de último minuto y mucho espectáculo que poco aporta al debate y convivencia política.
La «política del Tik Tok y el trap», como en otros países, ha venido a reemplazar la exposición de argumentos profundos, grandes lineamientos para el Chile de las próximas décadas o del país que debe insertarse en un mundo complejo con problemas globales.
Siguiendo las encuestas de opinión relativas a las prioridades de las personas, el miedo a la delincuencia, asaltos y robos, aparece en primer lugar (encuesta CEP Nº 95 Sept.-Oct. 2025) seguido de los temas sociales como salud, empleo y educación.
En la parte baja de la tabla se encuentran temas antes prioritarios como el medio ambiente, derechos humanos y transporte público. Estos últimos no sólo no desaparecerán, sino que, lo más probable, se agudizarán por los efectos negativos que producen en uno de los países más vulnerables al cambio climático, en que se siguen violando los derechos humanos y el transporte púbico no mejora a la rapidez que la gran cantidad de usuarios quisiera, afectando su calidad de vida.
Poco y nada vemos hablar de temas de la niñez, los adultos mayores, la innovación, la inteligencia artificial, la educación técnica profesional, entre otros. Seguridad, seguridad y seguridad parece ser el mantra. Hasta la candidata del Partido Comunista partió su franja televisiva en la frontera con los países vecinos para proponer usar drones para el control migratorio y del narcotráfico.
Ante tal panorama de falta de reflexión más subterránea que los temas que la contingencia lleva a lo rápido y superficial, nos preguntamos qué Chile quieren nuestros candidatos/as para dejarle a nuestros hijos y nietos. Visión del Chile que queremos, con una mirada holística y abierto a nuevas ideas, no vemos.
Para un sector importante —el que podríamos llamar los «centristas sin campamento base»—, se está haciendo cuesta arriba votar. No aparece un representante de los nostálgicos de los muy buenos años de la Concertación por la Democracia, con todos sus errores y aciertos. Pero eso ya es el pasado.
Siguiendo las encuestas de opinión relativas a las prioridades de las personas, el miedo a la delincuencia, asaltos y robos, aparece en primer lugar.
Paulina Astroza
El Chile de la Generación Z está aquí y 6 millones de nuevos votantes permiten aumentar la incertidumbre del resultado porque ésta será su primera elección con inscripción automática y voto obligatorio. La gran incógnita es saber qué piensa esta generación Z si no alcanzamos a tener tiempo para entender a los millennials.
3 — Populismo en el rechazo a las instituciones y clase política
Siguiendo a Eva Illouz en su libro Les émotions contre la démocratie, el populismo —que también ha estado presente en esta campaña chilena— ha dirigido sus mensajes para encender las emociones del miedo, el asco, el resentimiento y el amor a la patria.
Esto lo hemos observado en grados distintos y apuntando a segmentos diferenciados. En general, el miedo ha sido la emoción más a flor de piel que tienen los chilenos, no sólo por el aumento de los delitos más graves, la percepción ciudadana que hay más crímenes y la aparición de asesinatos particularmente violentos (como sicariato, descuartizamiento, ajuste de cuentas, balazos a plena luz del día y en lugares concurridos), sino también por la inmigración y la falta de oportunidades y empleo.
La inflación parece estar controlada, pero en cualquier momento se nos dispara y por ello el Banco Central ha estado cauto. La corrupción, el financiamiento ilegal de la política, los escándalos a nivel estatal y subestatal, han aumentado la emoción de asco, entendido como un rechazo a las instituciones y clase política. Esto también se transforma en voto a la hora de estar frente a una urna. El resentimiento sigue cuando los privilegios no se acaban y son groseramente abusivos por parte de personas de diversas instituciones como el Gobierno, Congreso, Poder Judicial, FFAA, Carabineros, Municipalidades y un largo etc.
Y, por último, la concepción de la soberanía llevado a su nivel más chovinista, nativista y excluyente, ve en el «otro», especialmente el extranjero, la presa fácil para atraer fieles.
El choque cultural con nacionales de otros países ha sido fuerte. Chile no había estado aún en situación de presiones migratorias intensas respecto de personas necesitadas que arrancan de sus países, en especial de Venezuela. Esto produce roces, miedo a perder la propia identidad y el sentimiento de ser expulsados de sus propios espacios como plazas públicas, colegios, centros de salud, entre otros. Cóctel perfecto para los populistas que dividen a la sociedad en élite corrupta y pueblo virtuoso cuyo «Mesías salvador» y con «mano dura» ha llegado para salvar a los reprimidos.
Ese rol lo cumplió gran parte de la campaña Juan Antonio Kast y ahora Johannes Kaiser ha ido ganando adeptos radicalizando aún más el discurso.
La corrupción, el financiamiento ilegal de la política, los escándalos a nivel estatal y subestatal, han aumentado la emoción de asco, entendido como un rechazo a las instituciones y clase política.
Paulina Astroza
4 — ¿Y la izquierda?
Jannette Jara tiene una campaña cuesta arriba. Su militancia en el Partido Comunista no es fácil de avalar por muchos.
Tampoco son muy fáciles de soportar líderes de su propio Partido que, en principio no la querían —y que han torpedeado varias veces a su comando y a la propia candidata—. Como sacarse los ropajes de militancia del PC no es como cambiarse de Clark Kent a Superman, Jeannette Jara se mueve muchas veces incómoda entre los partidos que la apoyan. Éstos van desde la Democracia Cristiana —que nació para hacer frente al comunismo— hasta el Frente Amplio del Presidente Boric —en que se incluyen grupos de izquierda bastante radicales— y difícil es dejarlos contentos a todos.
Su paso a segunda vuelta está asegurado pero el porcentaje está en duda. Como tampoco está en duda que, en caso de enfrentarse a cualquiera de los tres candidatos de derecha y ultraderecha, perdería la elección presidencial dándose un vuelco importante en el gobierno.
También habrá que ver el resultado del Congreso. En esta elecciones se renueva totalmente la Cámara de Diputadas y Diputados y, parcialmente, el Senado. Importante será ver cómo quedan ambas configuradas.
La altísima desaprobación del gobierno del Presidente Boric se reflejará en ese voto descontento que irá a quienes mejor encarnen para la ciudadanía el «anti Boric».
Paulina Astroza
Hasta hoy la oposición tiene mayoría en el Senado, la que probablemente la mantendrán. En la Cámara, es el oficialismo quien desea mantener su supremacía pero se ve muy difícil que así sea. La altísima desaprobación del gobierno del Presidente Boric se reflejará en ese voto descontento que irá a quienes mejor encarnen para la ciudadanía el «anti Boric».
5 — Promesas de oasis y amenazas de infierno
Chile no es ni lo uno ni lo otro.
Si una persona que desconoce totalmente el país viniera a escuchar los debates de los candidatos o los cierres de campaña, sin duda pensaría que estamos viviendo en un «Estado fallido» que «se cae a pedazos».
Si escucha a otros sin autocrítica y cegados por el iluminismo y la soberbia, pensará que estamos en el Paraíso prometido con las promesas cumplidas.
No estamos en ningún escenario catastrófico ni en el Edén. Chile mantiene indicadores sólidos y primeros en varios ítems en América Latina. Las instituciones golpeadas por hechos de corrupción son resilientes.
Más allá de nuestra geografía singular, los movimientos tectónicos que afecta al mundo también nos llegan.
Paulina Astroza
Chile es resiliente. Salimos de una dictadura, vivimos una transición a la democracia pactada, sorprendimos por la fuerza del estallido social y por ser uno de los países que más vacunas tuvo en el mundo.
Más allá de nuestra geografía singular, los movimientos tectónicos que afecta al mundo también nos llegan, pero será por nuestra cultura sísmica o simplemente porque queremos mantener la esperanza, sea cual sea el resultado, se vienen tiempo de cambios, reflexión, autocrítica y mentes lúcidas que nos permitan no caer en los errores del pasado y dar ese salto que nos haga repetir la estrofa de nuestro himno y digamos que somos: «la copia feliz del Edén».