Puntos claves
  • Este estudio examina un punto clave para el futuro de Europa: el rápido ascenso de China en el ámbito de la innovación puntera en inteligencia artificial, semiconductores e informática cuántica, así como las empresas más importantes que están detrás de estos avances.
  • Si bien Estados Unidos lidera globalmente estos tres ámbitos, China sigue acortando distancias y ahora destaca en sectores como la fabricación de semiconductores, el procesamiento de video y audio mediante IA y la visión aérea.
  • Sin embargo, Pekín acumula el mayor retraso en el ámbito de la computación cuántica. La Unión Europea está claramente por detrás de Estados Unidos y China en cuanto a patentes revolucionarias, con un rendimiento relativo ligeramente mejor en el ámbito cuántico.
  • En lo que respecta a la difusión de estos avances, los innovadores chinos y estadounidenses son mucho más rápidos que sus homólogos europeos a la hora de reproducir las patentes innovadoras de otros países. Los innovadores europeos tardan más del doble en reproducir los avances estadounidenses o chinos, ya sea en el ámbito de la IA, los semiconductores o la informática cuántica. 
  • El hecho de que la reproducción china sea casi tan rápida como la estadounidense, incluso en ámbitos sujetos a estrictos controles de exportación, es otra señal de la rápida evolución de la capacidad de innovación de China en tecnologías críticas.
  • China se distingue por la diversidad de empresas e instituciones que dominan el registro de nuevas patentes. En Estados Unidos, los avances se concentran en gran medida en las grandes empresas tecnológicas. Las patentes innovadoras originarias de la Unión son registradas por una combinación de empresas y centros de investigación públicos, siendo el sector de las telecomunicaciones más dominante que en otras regiones.
  • Además, China está avanzando en el ámbito de la innovación nacional en materia de investigación fundamental. Esto le confiere una ventaja, especialmente en el ámbito de los semiconductores, al que ha dedicado importantes recursos energéticos y financieros.
  • Al mismo tiempo, la fragmentación de los mercados europeos y su dependencia de la investigación pública limitan el efecto de escala y frenan la comercialización. Para colmar esta brecha, Europa debe intensificar la investigación y el desarrollo en tecnologías críticas, al tiempo que integra en mayor medida sus ecosistemas nacionales de innovación.

Introducción

La supremacía en tecnologías críticas, en particular la inteligencia artificial, los semiconductores y la computación cuántica, se ha convertido en el denominador común del poder económico y estratégico. 1

Estas tecnologías son la base de todo, desde las armas autónomas hasta la modelización climática.

Su control configura las cadenas de suministro mundiales, la seguridad nacional y la resiliencia económica.

El ascenso de China en estas tecnologías ha sido tan rápido que se cree que ya ha alcanzado a Estados Unidos, lo que le garantiza la autonomía que tanto tiempo lleva buscando. 2 El lanzamiento a principios de 2025 del modelo de IA de código abierto y rentable DeepSeek, un modelo revolucionario que superó los estándares de gigantes estadounidenses como Meta y eludió las restricciones a la exportación de chips, reforzó la idea de que China estaba a punto de superar rápidamente a Estados Unidos en materia de innovación en el campo de la IA. Por su parte, se considera que la Unión Europea va a la zaga en cuanto a avances tecnológicos en estos ámbitos. 3

En este estudio, mostramos, mediante un análisis que utiliza grandes modelos de lenguaje (LLM), 4 dónde se sitúa China en relación con Estados Unidos y la Unión Europea en materia de IA, semiconductores e informática cuántica.

Clasificamos las tres economías en función de su investigación fundamental en estos ámbitos y examinamos la rapidez con la que cada una reproduce las innovaciones patentadas por los demás países. Esta cuestión es importante porque, si estas repercusiones tecnológicas se producen rápidamente, pueden mitigar las consecuencias de la falta de avances tecnológicos para los países o regiones que no están a la vanguardia.

Por último, examinamos las empresas o institutos de investigación que están detrás de la mayoría de estos avances, y cómo difieren en China, Estados Unidos y la Unión Europea. 5

China parece tener éxito en los campos de la IA, los semiconductores y la computación cuántica, pero con algunas reservas.

Si Europa quiere diseñar una estrategia de innovación más eficaz en estas tecnologías, es esencial comprender cómo Pekín ha podido ascender tan rápidamente en la escala de la innovación y por qué la Unión se ha quedado atrás. Una estrategia mejor permitiría reducir la brecha entre la Unión y Estados Unidos y, en muchos casos, entre la Unión y China.

¿En qué punto se encuentra China?

Desde 2019, el número de solicitudes de patentes chinas en los ámbitos de la IA, los semiconductores y la computación cuántica se ha disparado. Pero hasta 2023, China aún no había superado a Estados Unidos. 6 En términos de patentes para «innovaciones radicales», 7 China ocupa el segundo lugar detrás de Estados Unidos en los campos de la IA y los semiconductores. La Unión ocupa un distante tercer lugar, excepto en el campo de las tecnologías cuánticas, donde está prácticamente a la par con China en términos de innovaciones radicales, aunque ambos siguen muy por detrás de Estados Unidos.

Los avances de China son especialmente evidentes en el ámbito de las innovaciones radicales relacionadas con los semiconductores, seguidas de la IA y, en menor medida, de las tecnologías cuánticas. Estados Unidos domina claramente este último ámbito. También domina el de la IA, aunque China está recortando distancias.

En lo que respecta a los semiconductores, China parece haber tomado la delantera, pero nuestro análisis no tiene en cuenta a dos actores importantes en este ámbito: Corea del Sur y Taiwán. Se trata de un dato importante: estos dos países están más cerca del ecosistema estadounidense y lo alimentan con avances que no se tienen en cuenta en nuestro análisis.

Dado que el dominio de un campo tan amplio como la IA, los semiconductores o la computación cuántica no es necesariamente revelador en sí mismo, resulta más útil realizar un análisis de los subcampos de estas tecnologías críticas para ofrecer una visión más concreta del estado actual de la técnica.

Inteligencia artificial

En el ámbito de la IA, en primer lugar, los avances más importantes que ha experimentado China se han producido en el campo de la visión por computadora para la vigilancia y los sistemas autónomos; si sumamos las innovaciones radicales en este campo realizadas por la Unión Europea, China y Estados Unidos, China es responsable de más del 40 % de ellas.

La ventaja comparativa de China en estos ámbitos se ha traducido rápidamente en la pronta implementación de una infraestructura digital de ciudad inteligente que procesa diariamente millones de puntos de datos. 8 En el ámbito de la IA para drones y vehículos aéreos, las empresas chinas lideran con el 55 % de todos los avances realizados en China, la Unión y Estados Unidos. En particular, China ha sido pionera en el campo de la inteligencia distribuida para la logística (swarm intelligence), superando a Estados Unidos (así como a la Unión Europea, que está aún más rezagada). 9

Semiconductores

En el ámbito de los semiconductores, el avance de China se basa en subámbitos muy orientados al hardware y la producción.

China representa el 65 % del total de patentes innovadoras registradas en los tres espacios económicos considerados en conjunto; presta especial atención al apilamiento 3D para la memoria de alta densidad. 10 Esta tecnología es esencial para los dispositivos de IA de última generación, lo que significa que China probablemente podría producir chips de IA si no se enfrentara a otras limitaciones, en particular en materia de litografía. 11 La rápida mejora de los chips chinos ha ido acompañada de un importante apoyo gubernamental, en particular a través del programa «Made in China 2025». 12 La expansión china, desde la fabricación de semiconductores hasta la extracción de los materiales necesarios para la robótica y la automatización, también refleja una estrategia deliberada para internalizar capacidades que antes se importaban, transformando la coordinación industrial en un multiplicador tecnológico.

Cuántica

El ámbito en el que China parece más rezagada es el cuántico. Estados Unidos domina la mayoría de los subámbitos cuánticos, en particular la computación cuántica. No obstante, China destaca en algunos, como los sistemas de iones atrapados para sensores escalables que mejoran la precisión de las mediciones; una de las aplicaciones de estos sensores es la predicción de terremotos. 13

Si bien China ha avanzado claramente en el ámbito de las tecnologías críticas, Estados Unidos sigue siendo dominante en general por dos razones.

En primer lugar, Estados Unidos tiende a dominar los subámbitos más avanzados, como el aprendizaje automático, el diseño de chips, la ingeniería de materiales y el control de sistemas cuánticos.

En segundo lugar, Estados Unidos tiene una estructura más integrada verticalmente, centrada en la profundización de la especialización en algoritmos y diseño, que luego puede servir de base para avances tecnológicos en el campo del hardware.

Esta interconexión acelera la difusión entre tecnologías.

Por ejemplo, las mejoras algorítmicas en el campo de la IA mejoran el diseño de chips, mientras que los avances en el control cuántico repercuten en las arquitecturas informáticas. Las mismas empresas e instituciones suelen operar más allá de estas fronteras, lo que favorece los ciclos de innovación incluso cuando la fabricación se deslocaliza. El resultado es un ecosistema estadounidense menos diversificado que el de China, pero difícil de replicar, ya que mantiene el control de las etapas de diseño, optimización e integración de datos, que generan los mayores beneficios a lo largo de la cadena de valor.

Europa sigue siendo fuerte en algunos subámbitos, como la robótica, la inteligencia artificial médica, la electrónica de potencia, la litografía y la fotónica cuántica, pero estas ventajas están claramente más fragmentadas y aisladas que las de Estados Unidos y China. Sin embargo, la Unión Europea tiene oportunidades de ponerse al día en nichos complementarios.

En el ámbito de la fotónica cuántica, posee el 28 % de las innovaciones radicales de los tres espacios económicos considerados, es decir, más que China.

En materia de ética de la IA y modelos explicables, la Unión va ligeramente por detrás, con un 18 % frente al 20 % de China; es pionera en innovaciones en el ámbito de la mitigación de sesgos que se ajustan al Reglamento General de Protección de Datos de la Unión, lo que abre la vía a normas exportables. En el ámbito de los semiconductores, la participación del 15 % de Europa en litografía no refleja la evidente posición de ventaja reforzada por el cuasi monopolio de la empresa neerlandesa ASML en herramientas de litografía ultravioleta extrema. 14

En resumen, las ventajas de Estados Unidos y China son diferentes, pero ambas sólidas, mientras que la Unión va a la zaga.

La concentración de China en las tecnologías relacionadas con la fabricación respalda su capacidad para desarrollarse según una lógica de expansión industrial. Estados Unidos logra una rápida retroalimentación entre el diseño y la aplicación gracias a una estrecha integración. El perfil más plano de Europa refleja la excelencia en ámbitos individuales, pero una conectividad débil. En otras palabras, Europa demuestra profundidad, pero carece de densidad y de capacidad para aprovechar el efecto de escala de su mercado.

¿Qué empresas impulsan la innovación?

Los ecosistemas de innovación en China, Estados Unidos y la Unión Europea difieren considerablemente. Los innovadores chinos son mucho más diversos que sus homólogos estadounidenses, mientras que Europa se sitúa entre ambos, aunque depende en mayor medida de los centros de investigación públicos.

En Estados Unidos, las empresas tecnológicas dominan todo el espectro de las innovaciones radicales.

Microsoft, IBM, Intel y Qualcomm destacan por su implicación en varias tecnologías críticas, mientras que Micron Technology, Google y Amazon también figuran entre los diez principales innovadores estadounidenses en cuanto a número de patentes innovadoras. Esta fuerte concentración en el ámbito tecnológico presenta un riesgo, pero también ofrece la ventaja de favorecer las sinergias. Además, este ecosistema concentrado, respaldado por el mayor mercado de capital riesgo del mundo, garantiza una rápida comercialización, aunque corre el riesgo de compartimentar la innovación en el ámbito digital, en lugar de diversificarla en todos los sectores.

Las empresas estadounidenses son las más eficaces en los ámbitos del diseño y el software. En particular, las empresas de inteligencia artificial como Microsoft, Google, IBM y Nvidia están a la vanguardia de los avances en aprendizaje automático y procesamiento automático del lenguaje, mientras que Amazon se centra en el procesamiento automático aplicado. En el ámbito de los semiconductores, las empresas estadounidenses innovan más que las chinas o europeas en materia de diseño de chips, materiales y electrónica de potencia, ya que Intel, Qualcomm, Applied Materials y Micron han establecido una densa red de cooperación a lo largo de toda la cadena de valor. 15

En el ámbito de la computación cuántica, IBM, en colaboración con algunas universidades clave, está a la vanguardia en el campo del hardware y los sistemas de control, combinando la investigación y la comercialización temprana de productos.

Estos vínculos entre la IA, los semiconductores y las tecnologías cuánticas tienen importantes repercusiones intersectoriales y contribuyen a que las nuevas ideas pasen rápidamente de los laboratorios al mercado. Por ejemplo, el chip cuántico Willow de Google, construido a partir de semiconductores avanzados y corrección de errores mediante IA, permite una rápida escalabilidad de los qubits para simulaciones de baterías y medicamentos, gracias a herramientas de código abierto que aceleran la comercialización, en cuestión de minutos, de ideas surgidas en los laboratorios, una tarea que supera las capacidades de las supercomputadoras convencionales. 16

La alta concentración de empresas tecnológicas en el ecosistema estadounidense de innovación para tecnologías críticas pone de relieve la verdadera fortaleza de Estados Unidos: la profunda integración de la investigación, la ingeniería y la comercialización. Esto permite traducir la ciencia de vanguardia en tecnologías que pueden escalarse. Esto es especialmente cierto en el caso de las tecnologías críticas cuyos ecosistemas se refuerzan mutuamente: la IA depende de chips avanzados y los avances en el campo cuántico se basan en el diseño asistido por IA.

Pero la concentración de la investigación fundamental en unas pocas empresas también tiene sus limitaciones.

En primer lugar, las pequeñas innovaciones son fácilmente captadas por las grandes empresas tecnológicas, lo que puede frenar la aparición de nuevas vías y conducir a una dependencia tecnológica. En otras palabras, el dominio de las grandes empresas tecnológicas, aunque positivo en términos de sinergias, puede derivarse de la innovación realizada por pequeños actores que no pueden competir con estas empresas y son rápidamente adquiridos por ellas, lo que dificulta el acceso a otras vías de innovación.

En segundo lugar, los ámbitos de excelencia científica tienden a estar estrechamente relacionados con las necesidades de estas empresas —las tecnologías digitales y algorítmicas—, pero prestan menos atención a las aplicaciones industriales y al hardware.

Por lo tanto, el ecosistema tecnológico crítico estadounidense es eficaz, pero limitado. Para mantenerse a la vanguardia, es posible que Estados Unidos no pueda limitarse a mantener su ritmo y su potencial en materia de investigación y desarrollo, a menos que fomente una participación más amplia de todas las industrias.

A diferencia de Estados Unidos, China cuenta con una combinación equilibrada de entidades privadas y públicas.

Pero lo que realmente la distingue es la participación de empresas muy diferentes procedentes de diversos sectores, lo que hace que el ecosistema sea más diverso y permite diferentes formas de sinergias.

Si bien Huawei domina los tres ámbitos punteros —IA, chips y cuántica, lo que subraya su importancia—, los tipos de empresas que trabajan en ellos son mucho más variados que en Estados Unidos.

Los líderes en innovación en el campo de los semiconductores (TCL Technology, Changxin Memory, Yangtze Memory y SMIC) coexisten con gigantes de las telecomunicaciones como Huawei, pero también se están produciendo avances decisivos, por ejemplo, en Ping An, una compañía de seguros a la vanguardia de las innovaciones en IA para el análisis predictivo en el campo de la salud. 17

Las plataformas tecnológicas como Tencent y ByteDance también innovan en el campo de la IA para el procesamiento de video, al igual que los actores de la robótica Autel y UBTECH, pioneros en sensores cuánticos para la automatización industrial. Por su parte, la empresa de artículos para el hogar Haier contribuye a la eficiencia de la refrigeración de los centros de datos.

Esta diversidad, que abarca más de 15 ámbitos en los que la industria y el mundo académico están estrechamente vinculados, en particular a través de los centros de la Universidad de Tsinghua, permite su difusión en ámbitos como la IA para la vigilancia y la logística del comercio electrónico. El modelo chino anima a todas las empresas a llevar a cabo actividades de I+D en profundidad, gracias a programas de política industrial como «Little Giants». 18

Por lo tanto, el ecosistema más diversificado de China presenta una ventaja diferente a la de Estados Unidos: combina la política industrial con la experimentación del mercado.

La financiación pública y la coordinación proporcionan orientación, mientras que las empresas privadas compiten entre sí para ofrecer aplicaciones prácticas a gran escala. El resultado es una base de innovación en rápida evolución que conecta las tecnologías digitales con la fabricación, de acuerdo con las prioridades nacionales.

Europa se apoya en mayor medida en los centros de investigación públicos, especialmente en el ámbito de la física cuántica, donde instituciones como la Comisión de Energía Atómica (CEA) de Francia y las universidades 19 están a la vanguardia de la innovación, generando el 60 % de las innovaciones radicales de la Unión en este ámbito. Sin embargo, la participación de las empresas privadas es más limitada que en Estados Unidos y China, especialmente en los ámbitos de la inteligencia artificial y los semiconductores. No obstante, hay excepciones notables, como Ericsson y Nokia en el ámbito de la IA para la informática 5G, o Infineon, que representa el 42,9 % del total de las innovaciones chinas, europeas y estadounidenses en el ámbito de los semiconductores de potencia. 20

Europa también cuenta con dos entidades que destacan en estos tres ámbitos: la empresa sueca Ericsson y la CEA francesa. Aunque de naturaleza muy diferente —una empresa privada de telecomunicaciones y un centro de investigación público—, estas dos entidades tienen puntos en común muy importantes: un gasto en I+D superior al de sus homólogos 21 y una estrecha cooperación con otros líderes en investigación. 22

A pesar de estos ejemplos relativamente exitosos, la realidad es que el número y la magnitud de los avances europeos en el ámbito de las tecnologías digitales son inferiores a los de China y Estados Unidos.

Esta situación probablemente esté relacionada con la ausencia de un mercado integrado para la investigación fundamental y la fragmentación del mercado único, que limita la capacidad de las empresas para comercializar sus innovaciones de forma rentable.

La velocidad de las repercusiones tecnológicas es rápida en China y Estados Unidos, pero lenta en Europa

Si bien la competencia por los primeros puestos en materia de patentes innovadoras es importante, la capacidad de reproducir las grandes ideas innovadoras también lo es.

Con el fin de evaluar la forma en que China, la Unión Europea y Estados Unidos reproducen los avances tecnológicos en ámbitos críticos, Robin Schindowski y yo realizamos un análisis de la difusión tecnológica. 23

Para Europa, los resultados son muy negativos.

En este contexto, las repercusiones se refieren a la difusión de nuevas tecnologías o ideas de una región a otra. Se calculan midiendo el tiempo transcurrido entre la publicación de una patente original y radicalmente innovadora y la aparición de tecnologías similares en patentes de otras regiones.

De las tres tecnologías críticas analizadas, la IA es la que se difunde más rápidamente.

China destaca en la reproducción de patentes innovadoras de Estados Unidos o de la Unión Europea, que se reproduce en solo seis meses. Los flujos bidireccionales entre Estados Unidos y China (por ejemplo, los diseños de Nvidia que inspiran alternativas de Huawei) son bastante evidentes, ya que Estados Unidos también reproduce rápidamente las patentes chinas. En lo que respecta a los chips, China es aproximadamente dos veces más lenta que en los ámbitos de la IA y la tecnología cuántica a la hora de reproducir las patentes estadounidenses; esta relativa lentitud está relacionada con el hecho de que la mayoría de los controles de exportación estadounidenses se refieren a los semiconductores. 24

Por su parte, los países de la Unión tardan entre 18 y 24 meses en reproducir las innovaciones chinas o estadounidenses, ya sea en materia de IA, chips o tecnología cuántica. Es interesante señalar que los innovadores europeos tardan un poco menos en reproducir las nuevas patentes chinas que las nuevas patentes estadounidenses, especialmente en los ámbitos de la IA y la tecnología cuántica. En lo que respecta a los chips, el retraso de la Unión en la reproducción es prácticamente el mismo para las patentes estadounidenses y chinas.

La reproducción mucho más lenta de las patentes estadounidenses o chinas por parte de Europa es claramente un problema que se ve agravado por el hecho de que, dentro de la Unión, la velocidad de reproducción también es muy lenta. En otras palabras, el tiempo medio necesario para que una innovación de un país de la Unión sea reproducida por un innovador de otro país de la Unión es tan largo, o incluso más, como el tiempo necesario para que un innovador europeo reproduzca una patente china; la reproducción de las innovaciones estadounidenses es la más lenta.

Esta constatación es tan llamativa como preocupante y merece un análisis más profundo de las razones que la explican.

Nuestro análisis de la fragmentación en los ámbitos de excelencia en materia de investigación en Europa, así como de las diferencias entre los perfiles de sus innovadores en comparación con los de Estados Unidos y China, ofrece algunas pistas:

  1. La dependencia de la Unión de los fondos públicos, en comparación con la profundidad de los mercados estadounidenses de capital riesgo, ya que las inversiones privadas son la principal fuente de financiación de las tecnologías críticas en Estados Unidos.
  2. La ausencia en la Unión de empresas tecnológicas con gran liquidez, capaces de embarcarse en proyectos audaces de innovación y reproducción.
  3. La complejidad lingüística y normativa de la Unión, así como las normas de protección de datos potencialmente excesivas.
  4. La fragmentación del mercado único y las dificultades para escalar a la hora de comercializar las innovaciones son sin duda factores relevantes. 25

Recomendaciones

Estados Unidos sigue dominando la producción de innovaciones radicales en los campos de la inteligencia artificial, los semiconductores y la computación cuántica, gracias a un ecosistema concentrado de grandes empresas tecnológicas privadas que destacan en subcampos de alto valor añadido y favorecen una rápida comercialización. Este modelo sustenta entre el 35 % y el 40 % de las innovaciones radicales en China, la Unión Europea y Estados Unidos, transformando los avances teóricos en industrias que mueven miles de millones de dólares.

China se ha impuesto como un competidor formidable, situándose en segunda posición; destaca especialmente en la fabricación de semiconductores y en determinadas aplicaciones de la IA, como la videovigilancia y los enjambres de drones aéreos. Esto se debe a su modelo híbrido y a su expansión respaldada por el Estado, que le permiten absorber y adaptar rápidamente los avances tecnológicos.

Por el contrario, a pesar de sus puntos fuertes en fotónica cuántica e IA explicable, la Unión genera muchas menos innovaciones que Estados Unidos o China y tiene dificultades para aprovechar los beneficios, lo que limita su capacidad para seguir el ritmo. Si bien Europa domina algunos nichos, como el monopolio de ASML en litografía ultravioleta extrema, la fragmentación de la innovación es una desventaja evidente.

Esta disparidad podría agravarse si la Unión no redobla rápidamente sus esfuerzos para innovar más en tecnologías críticas y crear los ecosistemas adecuados que permitan reproducir más rápidamente los avances tecnológicos. También debe aumentar el número de innovadores. La financiación es un aspecto importante de la rápida recuperación de China con respecto a Estados Unidos; sin embargo, irónicamente, la Unión gasta más que China en investigación básica: 47.500 millones de dólares en 2024, frente a los 34.700 millones de dólares de China. 26 Sin embargo, el crecimiento del gasto en investigación básica en China es dos veces superior al de la Unión (más del 10 % frente al 5 %). En otras palabras, la convergencia es muy rápida.

Para ir más allá, China ha reforzado su política industrial, prestando especial atención a las tecnologías críticas, en particular a los semiconductores. El impulso chino en este ámbito comenzó con un plan maestro de política industrial lanzado en 2015, Made in China 2025. El esfuerzo industrial en el ámbito de los chips se ha financiado mediante dos iniciativas importantes, el Big Fund I y el Big Fund II, que han movilizado el equivalente a 90 mil millones de dólares. 27

Los resultados de estos esfuerzos están empezando a notarse. China ha avanzado, especialmente en la fabricación de chips, pero siguen existiendo retos en materia de diseño. En términos más generales, las considerables economías de escala logradas por China facilitan la comercialización de la investigación básica, con productos desplegables para los que existe un amplio mercado único, además de la enorme maquinaria exportadora china.

Si bien la política industrial es un factor importante en la dinámica de innovación de China, hay que evitar cualquier juicio simplista que atribuya el éxito del país a las importantes subvenciones. La política industrial china alinea estratégicamente los objetivos a largo plazo definidos en los planes quinquenales con mecanismos de implementación flexibles, incluida la selección de empresas especializadas a través de programas como «Little Giants». Estos programas dan prioridad a un marcado desarrollo de la I+D y a la concentración sectorial con el fin de canalizar eficazmente los recursos hacia diferentes tecnologías, incluidos los ámbitos críticos que hemos analizado. Las palancas políticas también incluyen desgravaciones fiscales para la I+D y ponen de relieve la capacidad de China para tomar la delantera en ámbitos específicos.

La Unión no puede copiar la política industrial de China debido a las marcadas diferencias institucionales, pero debe hacer más en materia de innovación. Una lección fundamental para Europa es que, en un mundo en el que la escala y la velocidad definen el liderazgo tecnológico, una forma fragmentada de excelencia corre el riesgo de quedar obsoleta. El dinamismo del sector privado estadounidense y la agilidad china —orquestada por el Estado— contrastan con la cautela regulatoria de Europa. Sin reformas, la Unión seguirá perdiendo terreno frente a Estados Unidos y China.

Aprendiendo del ascenso chino, especialmente en lo que respecta a la precisión de sus subvenciones, su eficacia a la hora de aprovechar los beneficios tecnológicos y su dinamismo intersectorial, la Unión puede remodelar sus políticas de innovación. También debe centrarse, mucho más que Estados Unidos y China, en la escala de su mercado, no solo para los bienes y servicios, sino también para la innovación.

Europa debería aplicar una estrategia multifacética destinada a reforzar la investigación fundamental y, al mismo tiempo, acelerar la difusión de las innovaciones, reforzando la integración del mercado único y los vínculos entre la investigación y la comercialización. Además de la financiación, esto requiere una reforma institucional, inspirándose selectivamente en el modelo industrial chino, en particular en lo que se refiere al énfasis en la innovación, al tiempo que se preservan los valores de apertura y sostenibilidad de la Unión. 

Proponemos cinco recomendaciones esenciales:

  1. A escala de la Unión, deberían crearse entornos de prueba para la concesión de patentes y la transferencia de tecnologías. Estos entornos normativos específicos fomentarían la colaboración transfronteriza en materia de investigación y reducirían los obstáculos burocráticos que actualmente hacen que los plazos de reproducción en Europa sean dos veces más largos que en China.
  2. La financiación de la investigación por parte de la Unión (Horizonte Europa) debería centrarse quizás más en las tecnologías críticas, en particular en su despliegue, incorporando incentivos financieros directos para que las empresas privadas desarrollen prototipos y comercialicen las innovaciones, a semejanza de las subvenciones chinas que han impulsado el ecosistema de semiconductores de ese país.
  3. Es esencial aprovechar la contratación pública para estimular la demanda. Al exigir la integración de tecnologías críticas en los contratos públicos —desde la inteligencia artificial en los servicios públicos hasta las comunicaciones cuánticas seguras en las infraestructuras—, la Unión puede crear mercados inmediatos que permitan llevar las innovaciones del laboratorio a la implementación, favoreciendo así el círculo virtuoso de difusión de productos y reinversión que sustenta la ventaja actual de China sobre la Unión. El sector de la contratación pública de la Unión, que representa 2 billones de euros, podría ampliarse mediante un «mandato sobre tecnologías críticas» que exigiría que el 30 % de los contratos (en los ámbitos de la defensa y el transporte, por ejemplo) integraran tecnologías de IA o semiconductores procedentes de la Unión de aquí a 2028, con sanciones en caso de incumplimiento.
  4. Debería crearse un observatorio europeo de tecnologías críticas, posiblemente bajo los auspicios de la Comisión Europea, para realizar un seguimiento en tiempo real de las tendencias mundiales en materia de patentes. Esto permitiría establecer estrategias proactivas de «rápido seguidor» para identificar y reproducir las innovaciones con gran potencial.
  5. Por último, la voluntad de Europa de aumentar su gasto militar, pero también de integrarlo mejor, debería crear una demanda de tecnologías de doble uso.
Notas al pie
  1. La versión en inglés de este estudio está disponible en el sitio web de Bruegel: Alicia García-Herrero, Michal Krystyanczuk, «What can Europe learn from China’s critical-tech innovation push?», Bruegel, 5 de noviembre de 2025.
  2. Justin Riggi, «How China Is Outperforming the United States in Critical Technologies», Innovation Files, Information Technology & Innovation Foundation, 23 de septiembre de 2025.
  3. The Draghi report on competitiveness, Comisión Europea, 9 de septiembre de 2024.
  4. Alicia García-Herrero, Michal Krystyanczuk y Robin Schindowski, «Radical novelties in critical technologies and spillovers: how do China, the US and the EU fare ?», Bruegel, junio de 2025.
  5. Nuestro análisis sobre este tema se basa en Alicia García-Herrero, Michal Krystyanczuk y Robin Schindowski «Which companies are ahead in frontier innovation on critical technologies? Comparing China, the European Union and the United States», Bruegel, agosto de 2025.
  6. Definimos una patente de «innovación radical» como una patente nueva para la que no existe ninguna patente similar anterior y que posteriormente se reproduce al menos cinco veces en patentes posteriores.

    Los datos disponibles sobre patentes van más allá de finales de 2023, pero nuestro enfoque requiere al menos un año más para identificar una patente como innovación radical, ya que debe reproducirse cinco veces para cumplir los criterios.

  7. Alicia García-Herrero, Michal Krystyanczuk y Robin Schindowski, «Radical novelties in critical technologies and spillovers: how do China, the US and the EU fare ?», op. cit.
  8. Ni Tao, «From Sensors to Smart Cities: China’s Digital Leap Forward», Cheung Kong Graduate School of Business, 17 de julio de 2025.
  9. Evelyn Cheng, «AI integration gives China supply chains an even greater advantage», CNBC, 4 de junio de 2025.
  10. Alicia García-Herrero, Michal Krystyanczuk y Robin Schindowski, «Radical novelties in critical technologies and spillovers: how do China, the US and the EU fare ?», op. cit.
  11. Jacob Wentz y Anita Lin, «Breakthroughs or Boasts? Assessing Recent Chinese Lithography Advancements», Center for Strategic and International Studies, 24 de septiembre de 2025. Cabe señalar también que el número de patentes procedentes de Taiwán y Corea del Sur (no incluidas en nuestro análisis) probablemente también sea muy significativo.
  12. Ver por ejemplo Kaiser Kuo, «Made in China 2.0: The future of global manufacturing?», Foro Económico Mundial, 26 de junio de 2025.
  13. Hodan Omaar y Martin Makaryan How Innovative Is China in Quantum ? Information Technology & Innovation Foundation, 2024.
  14. John VerWey, «Tracing the Emergence of Extreme Ultraviolet Lithography», Center for Security and Emerging Technology, 2024.
  15. Ver «Applied Materials Convenes Leaders from Industry, Academia and Government at ‘Summit to Advance Semiconductor Leadership’», Applied Materials, 22 de mayo de 2023.
  16. Hartmut Neven y Vadim Smelyanskiy, «Our Quantum Echoes algorithm is a big step toward real-world applications for quantum computing», Google Blog, 22 de octubre de 2025.
  17. Ping An ha adaptado así modelos financieros a la biotecnología para la telemedicina a escala nacional.
  18. Alicia García-Herrero y Michal Krystyanczuk «How Does China Conduct Industrial Policy: Analyzing Words Versus Deeds», Journal of Industry, Competition and Trade, 24 (10), 2024.
  19. Por ejemplo, la Escuela Superior Politécnica de Renania-Westfalia, la Universidad de Valencia y la Universidad Tecnológica de Delft.
  20. Alicia García-Herrero, Michal Krystyanczuk y Robin Schindowski «Which companies are ahead in frontier innovation on critical technologies? Comparing China, the European Union and the United States», op. cit.
  21. El CEA recibe cada año más de 2.500 millones de euros de financiación pública, mientras que Ericsson invierte masivamente en I+D: alrededor de 4.700 millones de euros en 2024.
  22. El CEA colabora con los mejores laboratorios de investigación europeos, en particular el IMEC (Bélgica) y Fraunhofer (Alemania), «joyas» de la I+D en el campo de los semiconductores. Ericsson se ha asociado con empresas como Intel e IBM, líderes en estos campos en Estados Unidos.
  23. Alicia García-Herrero, Michal Krystyanczuk y Robin Schindowski «Which companies are ahead in frontier innovation on critical technologies? Comparing China, the European Union and the United States», op. cit.
  24. Cabe señalar que los controles a la exportación impuestos por la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de Estados Unidos se centran en los productos y no en las patentes, pero, en la gama alta de la tecnología, la correlación entre ambos es fuerte.
  25. The Draghi report on competitiveness, op. cit.
  26. Main Science and Technology Indicators, OCDE, 2025.
  27. Alicia García-Herrero y Pauline Weil, «Lessons for Europe from China’s quest for semiconductor self-reliance», Bruegel, 2022.