Diez años después de la COP 21 de París, la edición de Belém se presenta como una «COP de la implementación», en la que el reto es demostrar que los compromisos anteriores son concretos. 

  • En particular, los Estados deben hacer balance de sus contribuciones nacionales (NDC) y definir una hoja de ruta para colmar el déficit de ambición de aquí a 2030.
  • En vísperas del inicio de la COP, según Climate Watch, alrededor de dos tercios de los países habían presentado sus nuevos objetivos nacionales de reducción de emisiones, que, sin embargo, sólo cubren el 10% de la reducción necesaria para alcanzar el objetivo de + 1,5 °C para 2035.
  • Según el informe anual «Emissions Gap» del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el aumento de la temperatura mundial podría alcanzar los 2,8 °C durante este siglo si sólo se aplican las políticas actuales. Este aumento podría limitarse a 2,3-2,5 °C si se cumplen plenamente los compromisos nacionales 1.
  • En su intervención en la cumbre de líderes mundiales celebrada el pasado fin de semana, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, calificó la incapacidad de mantenerse por debajo de 1,5 °C como «un fracaso moral y una negligencia mortal»: «Cada fracción de grado adicional significa más hambre, más desplazamientos y más pérdidas, especialmente para aquellos que menos responsabilidad tienen».

Además de la capacidad de adaptación —un objetivo clave es la adopción de una lista definitiva de unos 100 indicadores para medir los avances del «Objetivo Global de Adaptación»—, la cuestión de los recursos financieros será uno de los temas centrales de los debates. Las partes intentarán que los flujos destinados a los países en desarrollo alcancen un objetivo de 1,3 billones de dólares al año para 2035, según la «hoja de ruta de Bakú a Belém».

  • La elección de Belém, a las puertas de la Amazonia, refleja la voluntad de convertir la protección de los bosques en un eje central de la COP. Lula desea «erradicar la deforestación para 2030».
  • Brasil propone, en particular, la creación de un mecanismo de remuneración para los países con cobertura forestal, el Tropical Forests Forever Facility (TFFF), dotado con 125.000 millones de dólares (25.000 millones procedentes de los Estados y 100.000 millones de inversores), con el fin de incentivar la conservación. También están en la agenda las normas de importación «sin deforestación».
  • El presidente brasileño Lula también ha pedido que se acelere la eliminación de los combustibles fósiles. Sin embargo, Brasil sigue siendo el octavo productor mundial de petróleo. El tema no figura oficialmente en la agenda de la cumbre.

Aunque ninguna delegación estadounidense estará presente en Belém, la política del presidente estadounidense y su administración dominará el contexto de las negociaciones.

  • Donald Trump declaró en septiembre ante la tribuna de las Naciones Unidas que el cambio climático es «la mayor estafa jamás perpetrada en el mundo».
  • Según el CAAD y el Observatorio de la Integridad de la Información, los contenidos de desinformación relacionados con la COP aumentaron un 267% entre julio y septiembre.
Notas al pie
  1. UNEP, Emissions Gap Report 2025, 4 de noviembre de 2025.