El lanzamiento de la operación israelí Am Kalavi en la noche del 12 al 13 de junio contra Irán provocó una fuerte subida de los precios del petróleo. En las horas posteriores a los primeros bombardeos, el Brent subió un 7% debido al temor de que el conflicto se extendiera al resto de Oriente Medio, una región que representa un tercio de la producción mundial de crudo.

  • El índice de referencia del petróleo ruso, el Ural, siguió la misma tendencia, aumentando más del 12% en menos de una semana.
  • El petróleo ruso volvió así a su nivel más alto en seis meses, 71,2 dólares el barril, tras haber caído dos veces por debajo de los 55 dólares en abril y mayo.
  • Si bien el aumento de los precios se mantiene por ahora contenido, estos podrían dispararse si Irán decide bloquear el estrecho de Ormuz, por donde transitan 20 millones de barriles al día.

Rusia es uno de los principales beneficiarios de esta subida, potencialmente temporal, del precio del barril. En los últimos meses, el Gobierno se había visto obligado a revisar a la baja sus previsiones en las que se basaba inicialmente su presupuesto federal para el año 2025. Los ingresos obtenidos por Moscú con la venta de hidrocarburos representaron casi un tercio del total en los dos primeros meses del año.

  • Según los analistas del banco ruso BCS, el aumento de los precios del petróleo ha «impulsado» las cotizaciones de las acciones de las empresas petroleras y gasísticas rusas.
  • Sin embargo, aunque el barril de Urals ha alcanzado los 5.000 rublos esta semana, este nivel sigue siendo inferior al precio medio observado en 2024 (6.300 rublos) y en el primer trimestre de 2025 (5.900 rublos), debido, en particular, a la evolución del tipo de cambio del rublo 1.
  • Así, aunque el aumento del precio del petróleo se traducirá en un aumento de los ingresos percibidos por Rusia —una parte importante de los cuales se destina a financiar su guerra contra Ucrania—, el precio del barril sigue siendo inferior a las previsiones iniciales de Moscú para el año, que eran de 6.700 rublos por barril.

A pesar del alto grado de cooperación, especialmente militar, entre Rusia e Irán, Moscú ha optado por una postura expectante desde el inicio de los ataques israelíes, condenando la operación pero sin prestar ningún apoyo a Teherán para la defensa de su territorio.

  • Según Fiodor Lukianov, del Consejo de Política Exterior y Defensa, un think tank ruso cercano al poder, Moscú reconoce no tener ninguna influencia sobre Israel en lo que respecta a su política hacia Irán, pero cree que puede influir en la Casa Blanca 2.
  • En una llamada con el presidente estadounidense el 14 de junio, Putin habría recordado, según el comunicado del Kremlin, que antes del aumento de las tensiones, Rusia «había propuesto medidas concretas para alcanzar acuerdos mutuamente aceptables en las discusiones entre los representantes de Estados Unidos e Irán sobre el programa nuclear iraní».
  • Donald Trump reunió el martes 17 de junio a su Consejo de Seguridad Nacional y abandonó precipitadamente la cumbre del G7 en Canadá, sin anunciar ninguna decisión sobre una posible intervención militar estadounidense.