La primera vuelta de las elecciones presidenciales de ayer, 4 de mayo, se celebró después de que la Corte Constitucional rumana decidiera el 6 de diciembre anular los resultados de una primera vuelta celebrada el 24 de noviembre, tras injerencias rusas. La votación había situado en cabeza a Călin Georgescu, con un 22,94% de los votos, el candidato de extrema derecha que las encuestas situaban sólo en un 1% de la intención de voto un mes antes.

  • Con el 95,5% de los votos escrutados, el 4 de mayo, la primera vuelta fue ganada por el candidato de extrema derecha George Simion (AUR/CRE), con el 40,5% de los votos. Simion obtenía alrededor del 30% en las encuestas. Parece haber movilizado los votos obtenidos por Georgescu en noviembre, su propio electorado (obtuvo un 13,8% en noviembre), así como una parte del electorado del Partido Socialista (PSD/S&D). 
  • El candidato independiente de centro-derecha, Nicușor Dan, alcalde de Bucarest, queda en segundo lugar con un 20,9% de los votos. La diferencia entre los dos candidatos es de aproximadamente 1,8 millones de votos.
  • Se trata de una derrota aplastante para los partidos tradicionales rumanos. Crin Antonescu (20,4%), el candidato de la coalición en el Gobierno (socialistas, liberales y Unión Democrática Magiar de Rumanía – PNL/PPE, PSD/S&D, UDMR/PPE) no logró clasificarse. Es la primera vez desde la caída del régimen de Ceausescu que ninguno de los dos partidos se clasifica para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. 
  • El candidato Victor Ponta, antiguo primer ministro socialista entre 2012 y 2015 reconvertido en candidato antisistema, que se presentaba como independiente, quedó en cuarta posición con un 13,3% de los votos. 
  • La diáspora —que cuenta con más de cinco millones de rumanos que viven en el extranjero, de los cuales casi un millón votó ayer— otorgó el 58% de sus votos a Simion, según los resultados del 72,6% de los votos escrutados. Se trata de una tendencia significativa, que rompe con las elecciones presidenciales anteriores, en las que la diáspora solía apoyar a un candidato más bien de centro-derecha y proeuropeo.

Escenarios para la segunda vuelta

Antes de las elecciones, las encuestas daban a Crin Antonescu como favorito para derrotar a Simion en una hipotética segunda vuelta.

  • Nicușor Dan parte de una posición bastante desfavorable, y el resultado de las elecciones dependerá en parte de la posición que adopten los partidos tradicionales, en particular el PSD y el PNL. 
  • Es importante señalar que gran parte del electorado del PSD se ha decantado por Victor Ponta. 
  • Su campaña, marcada tanto por una línea soberanista moderada destinada a reunir a un amplio electorado —desde el PSD hasta la AUR, pasando por el PNL— como por los intentos de capitalizar la popularidad del excandidato Georgescu, podría provocar una dispersión de sus votantes entre Simion y Dan, ya que la parte de este electorado vinculada a Europa se inclina más por este último.
  • En este contexto, en el que los partidos, incluso los que cuentan con un fuerte arraigo territorial, tienen dificultades para dar consignas de voto y hacer que se cumplan, la participación electoral será el factor determinante. 
  • Con una participación similar a la de ayer, en torno al 50%, el candidato de extrema derecha podría ganar la segunda vuelta de las elecciones.