Mientras el ejército ucraniano retrocede en casi todos los sectores del frente desde hace dos meses, el director general del fabricante alemán de armamento Rheinmetall, Armin Papperger, anunció el sábado 26 de octubre que su grupo ya había abierto su primer centro de producción y mantenimiento de vehículos de combate en Ucrania1.

  • Este centro es el primero de los cuatro anunciados por Papperger. Rheinmetall también tiene previsto abrir una fábrica para la producción de pólvora, municiones y sistemas de defensa antiaérea.
  • El fabricante alemán espera poder entregar sus primeros vehículos blindados de combate de infantería Lynx (unos 10) a finales de año. La producción ya ha comenzado en Ucrania.

Estos anuncios son muy importantes para la capacidad de Ucrania de seguir defendiéndose. Además de la producción propia de los centros, también demuestran la confianza de los fabricantes en la capacidad de Ucrania para ofrecer un clima propicio para la producción y el adiestramiento en su propio suelo. Rheinmetall es uno de los principales fabricantes europeos de material de defensa, y recientemente anunció que había multiplicado por diez su producción de obuses de 155 mm desde el comienzo de la invasión rusa en 2022 —pasando de 70.000 a 700.000—2.

En un momento en el que una victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre amenazaría considerablemente la ayuda militar exterior que recibe Ucrania, Kiev trata de reforzar aún más sus capacidades internas, así como su cooperación con los países europeos.

  • Al igual que Rusia, Ucrania ha desarrollado un ecosistema de producción de drones que implica en gran medida pequeños talleres donde se ensamblan a mano cientos de miles de FPV cada mes y luego se entregan a las unidades ucranianas en el frente.
  • A principios de este mes, el Ministro de Defensa holandés, Ruben Brekelmans, anunció que Copenhague invertiría 400 millones de euros en el desarrollo conjunto de drones avanzados con Kiev3.
  • Por su parte, los Estados miembros están utilizando los cientos de millones de euros en activos rusos congelados en bancos europeos para financiar la producción de cañones y obuses en Ucrania, en colaboración con Dinamarca4.

Aunque Rusia está perdiendo mucho más material militar que Ucrania —desde febrero de 2022 se han destruido unos 3.500 tanques, frente a los 1.000 de Kiev—, su industria de defensa está más desarrollada. También se beneficia de la ayuda de sus socios (Bielorrusia, Irán, Corea del Norte, China…) para escapar a las sanciones occidentales y seguir produciendo equipos que requieren tecnologías avanzadas.