Si bien la tendencia es hacia los champagnes con bajo contenido en azúcar, como demuestra la aparición de los llamados champagnes «brut nature» -con menos de 3 gramos de azúcar por litro- que varias casas han empezado a producir este año, hay indicios de que los hábitos de consumo y los gustos europeos han ido evolucionando hacia los champagnes con más alcohol y menos azúcar desde el siglo XIX.

  • Las investigaciones realizadas con botellas de champagne del siglo XIX encontradas en 2010 en un naufragio en el mar Báltico indican niveles de alcohol inferiores a los de los champagnes actuales: entre el 9 y el 10%, frente al 12,5% actual.
  • El sabor también era más dulce, con 150 gramos de azúcar residual por litro en las botellas encontradas, frente a un máximo de 32 gramos para un champagne seco1 -los champagnes se clasifican ahora como «dulces» a partir de 50 gramos de azúcar por litro-2.

Dulce o no, el valor de las exportaciones totales de champagne superó por primera vez los 6.000 millones de euros en 2022.

  • Estados Unidos es el principal importador. Supuso una sexta parte del valor de las importaciones en 2022, con 947 millones de euros y 33,7 millones de botellas3.
  • Dos países de la Unión Europea, Alemania e Italia -que juntos suman 500 millones de euros en exportaciones- y el Reino Unido se encuentran entre los cinco principales mercados de exportación de champagne.
  • China es sólo el 17º mayor importador de champagne en términos de valor, con 45 millones de euros de importaciones -menos que la región de Hong Kong por sí sola, que importó 60 millones de euros de champagne en 2022-.

Francia sigue siendo el primer mercado para el champagne. Las ventas del sector ascendieron a 2.200 millones de euros ese mismo año. En 2022 se vendieron 138,3 millones de botellas, a pesar de una caída de las ventas del 13,2% con respecto al año anterior, lo que refleja el impacto de la inflación y la disminución del poder adquisitivo de los hogares.