Tras la persistencia de las tensiones, ¿habrá por fin un apaciguamiento? En los últimos años, las relaciones entre Australia y China han estado dominadas por una guerra comercial de alta intensidad desde 2020, acompañada de ocasionales escaladas verbales y diplomáticas.
- Las restricciones comerciales han afectado especialmente a la industria vinícola australiana, que ha visto caer en picado sus importaciones a China como consecuencia de la imposición de aranceles restrictivos.
- Entre sus decisiones destacadas, en 2018 Australia también prohibió a la empresa china Huawei desarrollar infraestructuras 5G en su territorio, por motivos de seguridad nacional.
El primer ministro australiano reiteró antes de su visita que «a Australia le interesa mantener buenas relaciones con China».
- Los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países habían destacado la fuerte «complementariedad» de las economías china y australiana en una reunión celebrada a principios de año, el 13 de julio.
- El gobierno australiano ha anunciado la suspensión de su acción ante la OMC por los aranceles sobre el vino, mientras que China ha aceptado revisar sus aranceles.
- También se prorrogó en octubre, tras varios meses de evasivas, un contrato que otorgaba a China el control de las infraestructuras estratégicas del puerto australiano de Darwin, a pesar de los problemas de seguridad nacional.
Apenas una semana antes de su visita a Pekín, el Primer Ministro australiano se reunió con Joe Biden en Washington, y la cooperación en materia de seguridad en el Indo-Pacífico -en particular a través de la alianza AUKUS- ocupó un lugar destacado en la agenda.
- Dada su estrecha relación con Estados Unidos y su actual acercamiento a China, la evolución de la posición y la estrategia de Australia se siguen de cerca en el contexto de la competencia sino-estadounidense.
- «Independientemente de las estrategias que sigan ambas partes o de los acontecimientos que se produzcan, la tensión entre Estados Unidos y China aumentará y la competencia se intensificará; esto es inevitable. La guerra, sin embargo, no es inevitable», analizaba en nuestras páginas el ex Primer Ministro australiano Kevin Rudd.