{"id":84082,"date":"2025-11-25T10:47:59","date_gmt":"2025-11-25T09:47:59","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=84082"},"modified":"2025-11-25T10:48:03","modified_gmt":"2025-11-25T09:48:03","slug":"por-que-se-lee-tanto-a-carl-schmitt-una-conversacion-con-jean-francois-kervegan","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2025\/11\/25\/por-que-se-lee-tanto-a-carl-schmitt-una-conversacion-con-jean-francois-kervegan\/","title":{"rendered":"\u00bfPor qu\u00e9 se lee tanto a Carl Schmitt? Una conversaci\u00f3n con Jean-Fran\u00e7ois Kerv\u00e9gan"},"content":{"rendered":"\n
Para apoyar a una redacci\u00f3n joven, independiente y europea, descubre la oferta que m\u00e1s te convenga para<\/em> suscribirte al Grand Continent<\/em><\/a><\/p>\n\n\n\n M\u00e1s all\u00e1 del mundo de los juristas constitucionalistas, que era el suyo, la recepci\u00f3n de Carl Schmitt, desde el principio, se centr\u00f3 principalmente en un texto, La noci\u00f3n de lo pol\u00edtico<\/em>, cuya primera versi\u00f3n data de 1927.<\/p>\n\n\n\n M\u00e1s concretamente, esta recepci\u00f3n se centr\u00f3 en una f\u00f3rmula impactante que se convirti\u00f3 en una especie de firma: \u00abLa distinci\u00f3n espec\u00edfica de lo pol\u00edtico es la discriminaci\u00f3n entre amigo y enemigo\u00bb. <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span> Habr\u00e1 que volver sobre esta f\u00f3rmula, que a menudo se entiende de manera reduccionista, incluso err\u00f3nea. Pero lo cierto es que parece ilustrar perfectamente la pr\u00e1ctica pol\u00edtica del actual equipo dirigente de Estados Unidos y parece presagiar un futuro \u00abschmittiano \u00bb de la pol\u00edtica que, en muchos aspectos, parece ser nuestro destino.<\/p>\n\n\n\n Pero otra frase de Schmitt ha tenido un destino notable; tambi\u00e9n ella puede ayudar a responder a la pregunta, aunque de forma menos directa que la anterior. Se encuentra en Teolog\u00eda pol\u00edtica<\/em>, libro publicado en 1922: \u00abTodos los conceptos significativos de la teor\u00eda moderna del Estado son conceptos teol\u00f3gicos secularizados\u00bb. <\/span>2<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n Esta tesis tiene m\u00faltiples consecuencias: en particular, parece implicar que el pensamiento pol\u00edtico moderno no est\u00e1 tan \u00absecularizado\u00bb como han afirmado algunos de sus m\u00e1s eminentes representantes, y que la ruptura de la Edad Moderna con el pensamiento medieval, en el que la teolog\u00eda ocupaba evidentemente un lugar central, es m\u00e1s aparente que real.<\/p>\n\n\n\n Esta tesis teol\u00f3gico-pol\u00edtica , fuente tambi\u00e9n de numerosos contrasentidos y confusiones, ha tenido un impacto importante. Ha provocado debates entre juristas e historiadores del pensamiento pol\u00edtico y ha dado lugar a m\u00faltiples controversias.<\/p>\n\n\n\n Una de las posturas m\u00e1s influyentes fue la cr\u00edtica del fil\u00f3sofo Hans Blumenberg a lo que denomin\u00f3 el \u00abteorema de la secularizaci\u00f3n\u00bb; <\/span>3<\/sup><\/a><\/span><\/span> este \u00abteorema\u00bb schmittiano contradice, seg\u00fan \u00e9l, el poder de \u00abautoafirmaci\u00f3n\u00bb de la modernidad al hacerla depender de ra\u00edces teol\u00f3gicas de las que, por el contrario, ha tratado de liberarse, una idea que Habermas ha retomado, antes de revisarla en sus trabajos recientes, sin por ello reconciliarse con Carl Schmitt. <\/span>4<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n La cuesti\u00f3n sigue siendo objeto de debate, especialmente en Alemania: como se\u00f1ala el eminente jurista Ernst-Wolfgang B\u00f6ckenf\u00f6rde, \u00bfno hay que considerar que el Estado liberal-democr\u00e1tico laicizado se nutre de presuposiciones que no puede proporcionar por s\u00ed mismo y que hay que buscar en lo m\u00e1s profundo de la conciencia religiosa? <\/span>5<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n La Teolog\u00eda pol\u00edtica<\/em> de Schmitt, y sobre todo el segundo libro publicado con este t\u00edtulo en 1970, tambi\u00e9n provocaron un debate entre te\u00f3logos, o entre Carl Schmitt y te\u00f3logos, sobre la posibilidad misma de una teolog\u00eda pol\u00edtica cristiana: \u00bfhay que sostener, como Carl Schmitt, que el dogma religioso, explicado y comentado por la teolog\u00eda, configura los principios normativos del orden pol\u00edtico? \u00bfDebemos incluso considerar que los fundamentos de este orden est\u00e1n necesariamente anclados en creencias religiosas?<\/p>\n\n\n\n La cuesti\u00f3n tiene implicaciones considerables, incluso en el debate contempor\u00e1neo sobre la laicidad. Este aspecto de la obra de Schmitt ha dado lugar a una importante recepci\u00f3n cr\u00edtica en c\u00edrculos religiosos, entre te\u00f3logos cat\u00f3licos o protestantes, algunos de los cuales eran disc\u00edpulos cercanos o amigos de Schmitt. Es significativo que la segunda Teolog\u00eda pol\u00edtica<\/em> se dedique principalmente a refutar las posiciones del te\u00f3logo Erik Peterson, seg\u00fan el cual el dogma cristiano no puede apoyar ning\u00fan sistema pol\u00edtico, lo que equival\u00eda a una condena del apoyo de Schmitt al nacionalsocialismo. <\/span>6<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n La recepci\u00f3n de Schmitt se centr\u00f3 inicialmente en una f\u00f3rmula: la definici\u00f3n de lo pol\u00edtico como distinci\u00f3n entre el amigo y el enemigo. <\/p>Jean-Fran\u00e7ois Kerv\u00e9gan<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Dicho esto, durante mucho tiempo, la recepci\u00f3n del motivo teol\u00f3gico-pol\u00edtico schmittiano fue discreta. Se expresaba de manera subterr\u00e1nea o en debates t\u00e9cnicos, reservados a un peque\u00f1o n\u00famero de especialistas en ex\u00e9gesis del Nuevo Testamento y, en particular, de la Ep\u00edstola a los Romanos: \u00bfse puede \u00abdeducir\u00bb del dogma cristiano una pol\u00edtica, una concepci\u00f3n del Estado, o hay que considerar, en la pura tradici\u00f3n agustiniana, que la ciudad de Dios no tiene nada en com\u00fan con la civitas terrena<\/em>?<\/p>\n\n\n\n Este tipo de debates, que durante mucho tiempo hab\u00edan sido habituales entre los te\u00f3logos, hab\u00edan quedado marginados por el proceso de secularizaci\u00f3n. Las tesis de Carl Schmitt \u2014entre otras ideas, ya que el movimiento es m\u00e1s profundo\u2014 contribuyeron a reactivar este debate.<\/p>\n\n\n\n Poco a poco, estas ideas surgidas del debate entre te\u00f3logos y fil\u00f3sofos se extendieron al debate p\u00fablico y dieron lugar, como es habitual, a simplificaciones a veces exageradas. En resumen, lo que se retuvo de lo que cl\u00e1sicamente se denominaba el \u00abproblema teol\u00f3gico-pol\u00edtico\u00bb es que era necesario a toda costa devolver a la pol\u00edtica las bases religiosas cuya ausencia o destrucci\u00f3n habr\u00edan provocado el mal funcionamiento estructural de la democracia liberal. <\/p>\n\n\n\n La transcripci\u00f3n ideol\u00f3gica de lo que en un principio era un debate intelectual serio se ha llevado al extremo de la caricatura en Estados Unidos.<\/p>\n\n\n\n Hoy en d\u00eda, en parte del entorno del actual presidente de Estados Unidos o entre quienes dan forma a los instrumentos ideol\u00f3gicos de sus empresas \u2014Curtis Yarvin, Steve Bannon, Stephen Miller y los ide\u00f3logos del \u00abgobierno presidencial\u00bb, especialmente en el c\u00edrculo del vicepresidente Vance, que enarbola como bandera su conversi\u00f3n al catolicismo\u2014, circulan abiertamente una serie de ideas que se alejan de las tesis de Schmitt sobre la \u00abteolog\u00eda pol\u00edtica\u00bb y la naturaleza pol\u00e9mica de la pol\u00edtica.<\/p>\n\n\n\n No estoy seguro de que J. D. Vance haya le\u00eddo atentamente a Carl Schmitt, pero est\u00e1 claro que algunas de sus ideas, m\u00e1s o menos deformadas o popularizadas, le han llegado. La convicci\u00f3n de que la pol\u00edtica requiere una base en la cultura religiosa se encuentra en el famoso discurso de M\u00fanich, en el que Vance reprochaba a los Estados europeos haber olvidado sus ra\u00edces espirituales y morales.<\/p>\n\n\n\n Este tipo de ideas son difundidas en Estados Unidos por ciertas corrientes influyentes del cristianismo conservador, que es poderoso y est\u00e1 bien organizado. Por ello, algunos temas schmittianos, popularizados o deformados, han encontrado eco en la derecha cristiana y respuesta en algunas posiciones actuales del vicepresidente estadounidense y de los c\u00edrculos que gravitan en torno a Donald Trump.<\/p>\n\n\n\n La influencia de la obra jur\u00eddico-pol\u00edtica de Schmitt en la pol\u00edtica estadounidense tambi\u00e9n es indiscutible. No puede sino sorprender el eco que encuentran ciertos temas desarrollados en la obra de Schmitt en la pr\u00e1ctica del presidente de los Estados Unidos y su equipo.<\/p>\n\n\n\n Es casi seguro que Donald Trump nunca ha abierto un libro de Schmitt ni ha o\u00eddo hablar de \u00e9l, pero su pr\u00e1ctica, que consiste, entre otras cosas, en despojar al legislador de gran parte de su poder para concentrarlo en manos del ejecutivo, recuerda de manera evidente algunas tesis de Schmitt durante la crisis del r\u00e9gimen de Weimar, cuando se pronunciaba, en su libro El guardi\u00e1n de la Constituci\u00f3n<\/em> o en Legalidad y legitimidad<\/em>, a transferir a uno o varios \u00ablegisladores extraordinarios \u00bb las competencias que correspond\u00edan a un Parlamento paralizado por sus divisiones. <\/span>7<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n Esta proximidad tambi\u00e9n se observa en el \u00e1mbito de las relaciones internacionales. Hoy en d\u00eda, las reivindicaciones territoriales de Estados Unidos recuerdan los esfuerzos de Schmitt, a principios de la d\u00e9cada de 1930, por formular, en reacci\u00f3n contra \u00abWeimar, Ginebra y Versalles\u00bb, una \u00abdoctrina Monroe alemana\u00bb en consonancia con las aspiraciones expansionistas de Hitler. <\/span>8<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n Es evidente que Donald Trump no ser\u00eda sordo, si pudiera o\u00edrlo, al llamado de Carl Schmitt a recurrir a la \u00ablegitimidad plebiscitaria\u00bb, la \u00fanica capaz de poner fin al Parteienstaat<\/em>, al r\u00e9gimen de partidos. Dar legitimidad jur\u00eddica a una pr\u00e1ctica excepcional, el ejercicio por parte del ejecutivo \u2014el presidente del Reich entonces, el de Estados Unidos hoy\u2014 de poderes legislativos que el legislador ordinario ya no es capaz de asumir, parece ser el hilo conductor \u00abschmittiano\u00bb de una pol\u00edtica asumida por el actual presidente estadounidense, su entorno y sus asesores jur\u00eddicos. Algunos, como Mike Davis o John Yoo, antiguo te\u00f3rico de las \u00abt\u00e9cnicas de interrogatorio mejoradas\u00bb en Guant\u00e1namo, <\/span>9<\/sup><\/a><\/span><\/span> hacen referencia a ello.<\/p>\n\n\n\n Son posibles otros usos de los temas schmittianos: cualquiera puede apropiarse de ellos, siempre que acepte la afirmaci\u00f3n de que en el derecho siempre hay pol\u00edtica.<\/p>\n\n\n\n Es falso afirmar, como han sostenido algunos de sus seguidores, que Carl Schmitt se distanci\u00f3 del r\u00e9gimen nazi a partir de 1936 y que se refugi\u00f3 en una forma de oposici\u00f3n interna.<\/p>\n\n\n\n Schmitt hizo mucha publicidad a su adhesi\u00f3n al NSDAP en mayo de 1933 y, en los a\u00f1os siguientes, multiplic\u00f3 las manifestaciones de lealtad incondicional a las decisiones y la ideolog\u00eda del nuevo poder. Incluso redobl\u00f3 sus esfuerzos publicando escritos como Estado, movimiento, pueblo<\/em> (1933) o Los tres tipos de pensamiento jur\u00eddico<\/em> (1934), sin olvidar el art\u00edculo \u00abEl F\u00fchrer protege el derecho\u00bb, que pretende justificar jur\u00eddicamente<\/em> la \u00abnoche de los cuchillos largos\u00bb, es decir, el asesinato de los jefes de las SA por la guardia pretoriana de Hitler. Schmitt tambi\u00e9n organiz\u00f3 en 1936 una jornada de estudio sobre \u00ablos males del juda\u00edsmo en la ciencia jur\u00eddica alemana\u00bb.<\/p>\n\n\n\n En Carl Schmitt siempre hay una mezcla \u2014incluso una confusi\u00f3n\u2014 entre un discurso te\u00f3rico tajante y consecuencias pol\u00edticas m\u00e1s que azarosas. <\/p>Jean-Fran\u00e7ois Kerv\u00e9gan<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Todo esto est\u00e1 hoy bien documentado, <\/span>10<\/sup><\/a><\/span><\/span> y se sabe hasta d\u00f3nde lleg\u00f3 Schmitt en su adhesi\u00f3n al nuevo curso de los acontecimientos y para hacer olvidar que hab\u00eda participado en los \u00faltimos intentos de impedir la llegada de Hitler al poder.<\/p>\n\n\n\n Es cierto que Schmitt fue objeto en 1936 de ataques por parte de miembros de las SS: no le perdonaban que se hubiera sumado tarde al movimiento y, tal vez, que fuera cat\u00f3lico, y envidiaban las posiciones que hab\u00eda adquirido en el aparato universitario nazificado, al frente de la Academia de Derecho Alem\u00e1n. Sin embargo, estas pol\u00e9micas internas eran moneda corriente en el vasto movimiento nazi, donde los conflictos de poder eran la norma. <\/p>\n\n\n\n A ra\u00edz de estos ataques, Carl Schmitt perdi\u00f3 sin duda algo de reconocimiento, pero, protegido por G\u00f6ring, conserv\u00f3 hasta 1945 su puesto de profesor de Derecho P\u00fablico en la Universidad de Berl\u00edn, la posici\u00f3n m\u00e1s prestigiosa para un jurista, y el de miembro del Consejo de Estado de Prusia, lo que le permit\u00eda, como \u00e9l mismo cont\u00f3, disfrutar de un coche oficial adornado con una bandera con la su\u00e1stica.<\/p>\n\n\n\n Por lo tanto, no se le puede considerar en ning\u00fan caso un opositor al r\u00e9gimen, contrariamente a la leyenda, alimentada por \u00e9l mismo, de un Schmitt opositor (muy) discreto y maltratado por los \u00abultras \u00bb del r\u00e9gimen.<\/p>\n\n\n\n Toda la t\u00e1ctica de Schmitt, despu\u00e9s de 1945, consisti\u00f3 en presentarse como v\u00edctima no solo de la purga \u2014que en su caso se limit\u00f3 a una jubilaci\u00f3n forzosa\u2014, sino del propio nacionalsocialismo; lo cual es una postura abyecta. Lo \u00fanico que se le puede conceder a Schmitt es que muchos antiguos nazis fueron mejor tratados que \u00e9l y, en ocasiones, tuvieron una carrera muy exitosa en la RFA; pero tal vez no hab\u00edan atra\u00eddo tanta atenci\u00f3n como Schmitt, perseguido por su reputaci\u00f3n, en parte exagerada, de \u00abjurista de la corona\u00bb (Kronjurist<\/em>) del Tercer Reich.<\/p>\n\n\n\n Tambi\u00e9n hay que recordar que Schmitt fue encarcelado durante unos meses en Nuremberg en el marco de uno de los juicios secundarios e interrogado, con vistas a una posible acusaci\u00f3n, por Robert Kempner, un jurista de origen alem\u00e1n que se hab\u00eda refugiado en Estados Unidos y que era fiscal adjunto del tribunal militar.<\/p>\n\n\n\n Finalmente, tras los interrogatorios, Schmitt fue puesto en libertad, lo que significa que no se le pod\u00eda acusar legalmente de participaci\u00f3n directa en la comisi\u00f3n de cr\u00edmenes; sin embargo, esto no constitu\u00eda un cheque en blanco.<\/p>\n\n\n\n La conclusi\u00f3n del fiscal fue que los escritos o actos de Schmitt no justificaban una acusaci\u00f3n por cr\u00edmenes de lesa humanidad o participaci\u00f3n en tales cr\u00edmenes. Las actas de estos interrogatorios y los escritos redactados por Schmitt para su defensa a petici\u00f3n del fiscal se han publicado desde entonces, <\/span>11<\/sup><\/a><\/span><\/span> lo que permite hacerse una idea precisa de la realidad de su compromiso y de su t\u00e1ctica de autoexculpaci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n Hasta finales de la d\u00e9cada de 1980, la penetraci\u00f3n de las ideas de Carl Schmitt en Francia era muy limitada, porque exist\u00edan muy pocas traducciones de sus escritos; por lo que su obra no tuvo una repercusi\u00f3n notable en Francia, salvo algunas excepciones, entre las que cabe citar a Ren\u00e9 Capitant, uno de los inspiradores de la Constituci\u00f3n de la V Rep\u00fablica, que fue ministro en varias ocasiones durante la presidencia de De Gaulle.<\/p>\n\n\n\n Los textos originales de Schmitt, no todos reeditados, en particular los m\u00e1s comprometedores, eran de dif\u00edcil acceso; durante la preparaci\u00f3n de mi tesis tuve que ir de una biblioteca a otra para encontrarlos cuando empec\u00e9 a interesarme de cerca por este autor que no figuraba en mi programa inicial, centrado en Hegel. Para estudiarlo, era mejor ir a Alemania, lo que hice de 1988 a 1991.<\/p>\n\n\n\n Cuando defend\u00ed mi tesis doctoral sobre Hegel y Carl Schmitt en 1990, el presidente del jurado, un reconocido especialista en el pensamiento de Hegel, declar\u00f3 p\u00fablicamente que nunca hab\u00eda o\u00eddo hablar del segundo. De hecho, el \u00fanico texto de Schmitt que estaba disponible entonces en franc\u00e9s, salvo algunas publicaciones esot\u00e9ricas y m\u00e1s o menos imposibles de encontrar, era el escrito que sigue siendo hoy en d\u00eda el m\u00e1s conocido y que contiene la famosa \u00abdefinici\u00f3n\u00bb de lo pol\u00edtico a trav\u00e9s de la relaci\u00f3n amigo-enemigo: La noci\u00f3n de pol\u00edtica<\/em>, texto de 1932, reeditado en 1963, que hab\u00eda sido traducido a instancias de uno de los principales disc\u00edpulos de Carl Schmitt en Francia, Julien Freund. <\/span>12<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n Esa publicaci\u00f3n era parad\u00f3jica, ya que se incluy\u00f3 en una colecci\u00f3n, La Libert\u00e9 de l\u2019esprit<\/em>, fundada y dirigida por Raymond Aron, y destinada a promover las ideas liberales, mientras que el libro en cuesti\u00f3n polemiza duramente contra el liberalismo, siendo una de las tesis de Schmitt que no existe una pol\u00edtica liberal, sino solo una cr\u00edtica liberal de la pol\u00edtica.<\/p>\n\n\n\n Lo que explica la diversidad de recepci\u00f3n de la obra de Carl Schmitt es que cada uno puede apropiarse de ella, siempre que acepte la afirmaci\u00f3n de que siempre hay pol\u00edtica en el derecho. <\/p>Jean-Fran\u00e7ois Kerv\u00e9gan<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n El propio Aron, durante su estancia en Berl\u00edn a principios de la d\u00e9cada de 1930, hab\u00eda tomado conocimiento de algunos escritos de Carl Schmitt, que era uno de los juristas m\u00e1s destacados de la Rep\u00fablica de Weimar; pero tal vez no sigui\u00f3 de cerca sus vicisitudes posteriores, en particular su adhesi\u00f3n y compromiso ostentoso con el nacionalsocialismo a partir de 1933. El caso es que Julien Freund le propuso publicar este texto afirmando que Carl Schmitt no hab\u00eda sido miembro del Partido Nacionalsocialista, lo cual es evidentemente falso: al igual que Heidegger, se fotografi\u00f3 luciendo la su\u00e1stica en la solapa de su chaqueta.<\/p>\n\n\n\n Freund, que ten\u00eda un pasado como resistente, \u00bfignoraba el compromiso nazi de Schmitt o se lo ocult\u00f3 deliberadamente a Aron? No lo s\u00e9; el simple hecho de que pudiera afirmar que Schmitt solo \u00abhab\u00eda confiado inicialmente en Hitler\u00bb da una idea del grado de ignorancia que reinaba entonces sobre la obra y su autor. <\/span>13<\/sup><\/a><\/span><\/span> Yo mismo, cuando le\u00ed por primera vez La noci\u00f3n de pol\u00edtica<\/em>, hacia 1975, ignoraba casi todo sobre el autor de este texto y su trayectoria.<\/p>\n\n\n\n En Francia, la recepci\u00f3n de Schmitt se limit\u00f3 durante mucho tiempo esencialmente a La noci\u00f3n de pol\u00edtica<\/em> y a la tesis que, para muchos, resume todo el pensamiento de Carl Schmitt, lo cual es muy reduccionista: la pol\u00edtica se basa en la distinci\u00f3n entre amigo y enemigo. A\u00fan hoy, a veces se oye citar esta f\u00f3rmula truncada en boca de personalidades que proclaman, por ejemplo, que \u00abcontrariamente a lo que dec\u00eda Carl Schmitt, la pol\u00edtica no<\/em> es la distinci\u00f3n entre amigo y enemigo\u00bb. Para el p\u00fablico (m\u00e1s o menos) culto, el conocimiento de Carl Schmitt se limita a eso.<\/p>\n\n\n\n La imagen que predomina es que, seg\u00fan Schmitt, la pol\u00edtica ser\u00eda el enfrentamiento con \u00abel enemigo \u00bb. Se olvida que Schmitt a\u00f1ade en el mismo pasaje que este criterio no constituye una definici\u00f3n de la esencia de lo pol\u00edtico, sino una simple herramienta de demarcaci\u00f3n entre lo que es pol\u00edtico y lo que no lo es, y que precisa \u2014lo que me parece m\u00e1s interesante\u2014 que esto implica que todo puede convertirse en pol\u00edtico, pero que nada lo es por naturaleza.<\/p>\n\n\n\n Es cierto que estas simplificaciones se han visto favorecidas por las oportunas y fluctuantes autointerpretaciones del propio Schmitt, seg\u00fan le conven\u00eda. Siempre ha habido en \u00e9l una mezcla \u2014incluso una confusi\u00f3n\u2014 entre un discurso te\u00f3rico tajante y consecuencias pol\u00edticas m\u00e1s que azarosas. Nazi convencido en 1936, en los a\u00f1os setenta se complace en dialogar con la extrema izquierda.<\/p>\n\n\n\n Debido al escaso n\u00famero de traducciones y, por supuesto, al pasado nazi de Carl Schmitt, su obra fue pr\u00e1cticamente ignorada en Francia hasta mediados de los a\u00f1os ochenta, salvo por una recepci\u00f3n en un sector de la extrema derecha, agrupado en lo que se denominaba la Nueva Derecha, cuyo l\u00edder intelectual era y sigue siendo Alain de Benoist, que publicaba la revista Nouvelle \u00c9cole<\/em>.<\/p>\n\n\n\n Cuando escrib\u00eda mi tesis, vi aparecer un n\u00famero completo de esta revista dedicado a Carl Schmitt. En \u00e9l se inclu\u00edan contribuciones de autores franceses, alemanes, italianos y otros, casi todos de extrema derecha.<\/p>\n\n\n\n Sin embargo, esta recepci\u00f3n segu\u00eda siendo subterr\u00e1nea, al igual que lo era entonces la influencia de la Nueva Derecha. Solo poco a poco las ideas \u00abdiferencialistas\u00bb que desarrollaba penetraron en el mundo pol\u00edtico franc\u00e9s, en particular en la derecha parlamentaria a trav\u00e9s del Club de l’Horloge.<\/p>\n\n\n\n El diferencialismo es una doctrina que no se presenta como racista, pero que afirma que cada pueblo debe vivir y existir de acuerdo con su propia naturaleza y cultura. Este etno-diferencialismo ha ido ganando progresivamente visibilidad en el debate p\u00fablico. Digamos que una cierta lectura de la obra de Schmitt, que no es la m\u00eda, pero que es posible, ha contribuido a crear un \u00abclima\u00bb favorable a este tipo de tem\u00e1tica. <\/p>\n\n\n\n Las propias posiciones de Carl Schmitt han evolucionado sobre este tipo de temas; tras su adhesi\u00f3n al nacionalsocialismo, el etno-diferencialismo, cuyos inicios se pod\u00edan percibir en sus escritos del periodo de Weimar, se transform\u00f3 en una proclamaci\u00f3n de la jerarqu\u00eda de las razas.<\/p>\n\n\n\n Que es posible y fruct\u00edfera otra lectura, totalmente diferente, de los escritos de Schmitt es lo que yo y otros, como la difunta Catherine Colliot-Th\u00e9l\u00e8ne, nos hemos esforzado por demostrar, tomando como ejemplo su recepci\u00f3n en Italia. Un caso ejemplar es el de \u00c9tienne Balibar, quien, en su prefacio a la traducci\u00f3n del Leviat\u00e1n<\/em> de Schmitt, demostr\u00f3 que, m\u00e1s all\u00e1 de los t\u00f3picos del tipo \u00ablos extremos se tocan\u00bb, un pensamiento cr\u00edtico de la pol\u00edtica pod\u00eda encontrar materia prima en los escritos de Schmitt, incluso los m\u00e1s repugnantes. <\/span>14<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n Por mi parte, en mi libro Que faire de Carl Schmitt ?<\/em> me he esforzado por hacer un balance sereno de los posibles usos de los temas schmittianos en la filosof\u00eda del derecho y la filosof\u00eda pol\u00edtica, al tiempo que se\u00f1alo las limitaciones insuperables que, en mi opini\u00f3n, conlleva el tipo de pensamiento que \u00e9l encarna. <\/span>15<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n Hoy en d\u00eda, lo que ocupa el primer plano es la recepci\u00f3n derechista de los motivos schmittianos. <\/p>Jean-Fran\u00e7ois Kerv\u00e9gan<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Cabe se\u00f1alar que tambi\u00e9n existe una recepci\u00f3n liberal de Carl Schmitt: la revista Commentaire<\/em>, en la l\u00ednea de Aron, public\u00f3 varios art\u00edculos de y sobre Carl Schmitt a partir de la d\u00e9cada de 1980; lo cual era normal, por otra parte, ya que sus escritos constituyen para el liberalismo una provocaci\u00f3n a la que conven\u00eda responder. Le D\u00e9bat<\/em> dedic\u00f3 en 2004 a Schmitt un dossier coordinado por m\u00ed, que inclu\u00eda una contribuci\u00f3n de Philippe Raynaud, que ahora dirige Commentaire<\/em>.<\/p>\n\n\n\n Antes de la guerra, se hab\u00edan traducido al franc\u00e9s algunos textos, sin que tuvieran una repercusi\u00f3n especial. Por ejemplo, un art\u00edculo t\u00e9cnico sobre las delegaciones legislativas, es decir, sobre la forma en que el gobierno puede sustituir al legislador, se public\u00f3 en un volumen homenaje a un gran jurista franc\u00e9s, \u00c9douard Lambert, inventor de la expresi\u00f3n \u00abgobierno de los jueces\u00bb.<\/p>\n\n\n\n En ese art\u00edculo, Carl Schmitt sosten\u00eda que era jur\u00eddicamente normal y pol\u00edticamente democr\u00e1tico que, en determinadas circunstancias, el poder gubernamental se hiciera cargo de la labor legislativa, es decir, que legislara mediante decretos. Estas consideraciones se inscrib\u00edan en el contexto convulso que precedi\u00f3 a la llegada al poder de Hitler, en el que no exist\u00eda una mayor\u00eda parlamentaria estable. De hecho, a falta de mayor\u00eda en el Reichstag, el gobierno alem\u00e1n funcionaba entonces mediante ordenanzas y decretos, una pr\u00e1ctica que Schmitt justificaba desde el punto de vista te\u00f3rico, aunque, como es l\u00f3gico, era controvertida. La actualidad hace eco de estos debates.<\/p>\n\n\n\n Por otra parte, en 1936 se public\u00f3 en forma de folleto una traducci\u00f3n parcial de un texto de 1932, Legalidad y legitimidad<\/em>; <\/span>16<\/sup><\/a><\/span><\/span> el traductor hab\u00eda adornado el texto con citas de jerarcas nazis, mientras que este escrito, en el momento de su publicaci\u00f3n, estaba destinado a oponerse a una posible llegada al poder de Hitler, al menos seg\u00fan la lectura que Schmitt propuso retrospectivamente al presentar este texto como un \u00abgrito de alarma\u00bb ante esta perspectiva inminente. <\/span>17<\/sup><\/a><\/span><\/span> Afortunadamente, hoy en d\u00eda disponemos de una traducci\u00f3n mucho m\u00e1s fiable y contextualizada de este escrito.<\/p>\n\n\n\n Durante la ocupaci\u00f3n alemana se tradujeron uno o dos textos m\u00e1s de Schmitt en publicaciones propagand\u00edsticas, como la revista Deutschland-Frankreich<\/em>, o en editoriales colaboracionistas. Posteriormente, estas publicaciones cayeron en el olvido o se ocultaron durante mucho tiempo, ya que reflejaban sobre todo los esfuerzos de las autoridades de ocupaci\u00f3n por promover la cultura alemana entre el p\u00fablico franc\u00e9s.<\/p>\n\n\n\n Algunos textos resurgieron cuando varias recopilaciones de textos, en particular de la \u00e9poca nazi, fueron publicadas por editoriales pertenecientes al movimiento de la Nueva Derecha. <\/span>18<\/sup><\/a><\/span><\/span> Aunque \u00absospechosos\u00bb, estos escritos dan que pensar, como Terre et Mer<\/em> (1942) y los textos sobre los grandes espacios \u00abimperiales\u00bb y los que tratan sobre la concepci\u00f3n \u00abdiscriminatoria\u00bb o \u00abno discriminatoria\u00bb de la guerra, cuyo inter\u00e9s para la reflexi\u00f3n geopol\u00edtica m\u00e1s actual me parece evidente. Estos escritos llevan, por supuesto, la marca de su contexto, pero su inter\u00e9s trasciende su funci\u00f3n inicial de poner en m\u00fasica te\u00f3rica la pol\u00edtica de agresi\u00f3n hitleriana destinada a la formaci\u00f3n de un Lebensraum<\/em> alem\u00e1n.<\/p>\n\n\n\n Observo de paso que Carl Schmitt, en sus escritos geopol\u00edticos de los a\u00f1os 1938-1944, <\/span>19<\/sup><\/a><\/span><\/span> sustituye la noci\u00f3n de \u00abgran espacio \u00bb (Grossraum<\/em>) al de espacio vital (Lebensraum<\/em>), tan querido por los ide\u00f3logos del nacionalsocialismo, lo cual no carece de significado. Como se ve en su correspondencia con Alexandre Koj\u00e8ve durante los a\u00f1os 1950, <\/span>20<\/sup><\/a><\/span><\/span> Schmitt considera que el futuro pol\u00edtico del mundo es multipolar: considerando obsoleta la forma del Estado-naci\u00f3n, pronostica la formaci\u00f3n de unos grandes espacios imperiales, cada uno con una esfera de influencia que traspasa sus fronteras. La realidad le ha dado la raz\u00f3n en este punto.<\/p>\n\n\n\n Hay que reconocer que, entre 1945 y 1980, por razones f\u00e1ciles de entender, no se tradujo casi nada de la obra de Carl Schmitt, que sin embargo hab\u00eda vuelto a publicar a partir de 1950 \u2014fecha de la aparici\u00f3n de Der Nomos der Erde<\/em>, uno de sus libros m\u00e1s importantes\u2014, hasta la publicaci\u00f3n de La noci\u00f3n de pol\u00edtica<\/em>, en 1972. Esta traducci\u00f3n, por cierto de buena calidad, desencaden\u00f3 un movimiento, y las traducciones se multiplicaron a partir de los a\u00f1os ochenta: las dos Teolog\u00edas pol\u00edticas<\/em>, La dictadura<\/em>, Parlamentarismo y democracia<\/em>, Teor\u00eda de la Constituci\u00f3n, El nomos de la Tierra<\/em>, entre otras obras.<\/p>\n\n\n\n Se puede considerar a Carl Schmitt como el \u00abpolvo picapica\u00bb de la conciencia democr\u00e1tica. <\/p>Jean-Fran\u00e7ois Kerv\u00e9gan<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Los escritos del periodo nazi, como el libro de 1938 sobre el Leviat\u00e1n <\/em>de Hobbes \u2014que combina an\u00e1lisis perspicaces y comentarios antisemitas\u2014 y los que he citado anteriormente \u2014Estado, movimiento, pueblo,<\/em> Los tres tipos de pensamiento jur\u00eddico<\/em>, los escritos geopol\u00edticos o relacionados con la historia de las ideas\u2014, tambi\u00e9n han sido traducidos, lo que, por supuesto, ha suscitado controversias, paralelas a las que se produjeron en torno a Heidegger: \u00bfdeb\u00eda darse eco a unos textos y a un autor tan escandalosos? \u00bfHab\u00eda que indignarse por dar nueva vida a un autor que, en cualquier caso, no estaba realmente muerto, dada la repercusi\u00f3n mundial que tuvieron sus escritos, o intentar, con total lucidez sobre lo que los provoc\u00f3, aprovechar sus an\u00e1lisis para reflexionar sobre las contradicciones del presente? Por mi parte, he adoptado el segundo punto de vista.<\/p>\n\n\n\n En cualquier caso, una vez terminadas las pol\u00e9micas, se puede decir que gran parte de la obra de Carl Schmitt est\u00e1 hoy disponible en franc\u00e9s, al menos sus textos m\u00e1s importantes. Ya era as\u00ed en Italia, que se adelant\u00f3 mucho en la recepci\u00f3n de Schmitt, y ahora tambi\u00e9n en los mundos angl\u00f3fono e hispan\u00f3fono.<\/p>\n\n\n\n Italia constituye un caso particularmente notable. La recepci\u00f3n de Schmitt fue precoz, bajo el fascismo, r\u00e9gimen por el que no ocultaba su simpat\u00eda desde los a\u00f1os veinte. <\/span>21<\/sup><\/a><\/span><\/span> Carl Schmitt visit\u00f3 Italia en dos o tres ocasiones en la d\u00e9cada de 1930 e incluso mantuvo una entrevista y correspondencia con Mussolini, probablemente entre 1937 y 1939. Por lo dem\u00e1s, manten\u00eda excelentes relaciones con los principales juristas italianos de la \u00e9poca, que en general se hab\u00edan sumado al r\u00e9gimen vigente. As\u00ed pues, Italia conoci\u00f3 una primera recepci\u00f3n de la obra de Schmitt ya en esa \u00e9poca.<\/p>\n\n\n\n Despu\u00e9s de la guerra, esta acogida italiana continu\u00f3, de una manera bastante diferente al caso franc\u00e9s. En Francia, la traducci\u00f3n, la difusi\u00f3n y el comentario de la obra de Schmitt se vieron afectados por su compromiso nacionalsocialista. En cambio, en Italia, la recepci\u00f3n de la obra de Schmitt se vio favorecida tras el restablecimiento de la Rep\u00fablica por el hecho de que el intelectual italiano sin duda m\u00e1s respetado, Norberto Bobbio \u2014fil\u00f3sofo, senador vitalicio, figura estimada por todas las corrientes pol\u00edticas, desde los comunistas hasta la derecha, con la posible excepci\u00f3n de la extrema derecha \u00abposfascista\u00bb\u2014 mostr\u00f3 un inter\u00e9s constante por el pensamiento de Carl Schmitt, con quien incluso mantuvo una correspondencia ocasional.<\/p>\n\n\n\n Este respaldo contribuy\u00f3 a que los escritos de Schmitt fueran recibidos con relativa serenidad, sin que ello supusiera un visto bueno. Muchos textos se tradujeron bastante pronto en Italia, en particular bajo el impulso de una corriente equivalente a la Nueva Derecha francesa, compuesta por intelectuales reunidos en torno a Gianfranco Miglio, uno de los inspiradores del movimiento hoy dirigido por Matteo Salvini, la Lega. Pero esta recepci\u00f3n derechista de los motivos schmittianos no provoc\u00f3, a diferencia de lo que ocurri\u00f3 en parte en Francia, una marginaci\u00f3n, un ostracismo.<\/p>\n\n\n\n En el otro extremo del espectro pol\u00edtico, varios intelectuales italianos de izquierda o de extrema izquierda leyeron, comentaron y debatieron a Carl Schmitt desde los a\u00f1os setenta. En 1981 se public\u00f3 una obra dirigida por el fil\u00f3sofo Giuseppe Duso, en cuyo \u00edndice figuran, junto a Miglio, figuras destacadas de la escena intelectual progresista, como Mario Tronti, Giacomo Marramao, Massimo Cacciari o Carlo Galli. <\/span>22<\/sup><\/a><\/span><\/span> Me gustar\u00eda mencionar en particular dos casos de esta recepci\u00f3n con frentes opuestos.<\/p>\n\n\n\n El primero es el de Toni Negri, que desempe\u00f1\u00f3 un papel importante en la estructuraci\u00f3n de la izquierda extraparlamentaria en Italia y fue autor de una obra considerable, cuya influencia en la corriente altermundialista es bien conocida. Uno de sus principales libros, El poder constituyente<\/em>, retoma este concepto inventado por Siey\u00e8s, que replantea desde una perspectiva revolucionaria. <\/span>Antes del renacimiento cr\u00edtico de las \u00faltimas d\u00e9cadas, la lectura de Schmitt se centraba en unas pocas f\u00f3rmulas; \u00bfcu\u00e1les eran las tesis com\u00fanmente asociadas al autor?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
\u00bfCu\u00e1les?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
\r\n <\/picture>\r\n \n A veces da la impresi\u00f3n de que lo que describe Schmitt corresponde a evoluciones muy recientes; por ejemplo, la centralidad de la decisi\u00f3n como definici\u00f3n de la pol\u00edtica se encuentra en ide\u00f3logos cercanos a Trump. Hemos entrevistado a uno de ellos, Curtis Yarvin<\/a>, que aboga por la restauraci\u00f3n de la monarqu\u00eda, lo que va de la mano con el retorno de la idea de la conquista territorial. \u00bfSe est\u00e1 convirtiendo Estados Unidos en un Estado schmittiano? \u00bfEstamos asistiendo al fin de un cierto modo de funcionamiento pol\u00edtico?<\/h3>\n\n\n\n
\u00bfQu\u00e9 hay del propio presidente Trump?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
\u00bfPodr\u00eda recordar la realidad del compromiso de Carl Schmitt con el nacionalsocialismo?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
\r\n <\/picture>\r\n \n \u00bfC\u00f3mo intent\u00f3 Schmitt exculparse tras la derrota del Tercer Reich?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
Para comprender el resurgimiento de Carl Schmitt en los debates contempor\u00e1neos, \u00bfpodr\u00eda repasar la historia de la recepci\u00f3n de su obra en Francia? \u00bfA partir de cu\u00e1ndo y en qu\u00e9 c\u00edrculos se empez\u00f3 a interesar la gente por Carl Schmitt en Francia?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
Schmitt fue, por tanto, durante varias d\u00e9cadas un autor desconocido en Francia. \u00bfA qu\u00e9 se limitaba el conocimiento de sus ideas?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
\u00bfLa recepci\u00f3n de Schmitt en Francia est\u00e1 situada pol\u00edticamente, o es le\u00eddo por intelectuales de diferentes corrientes?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
\r\n <\/picture>\r\n \n Antes de la traducci\u00f3n de <\/strong>La noci\u00f3n de pol\u00edtica<\/em><\/strong>, \u00bfqu\u00e9 textos de Schmitt estaban disponibles en franc\u00e9s<\/strong>?<\/em><\/strong><\/h3>\n\n\n\n
Usted menciona traducciones de entreguerras. \u00bfC\u00f3mo afect\u00f3 la ocupaci\u00f3n a este movimiento de difusi\u00f3n?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
\u00bfQu\u00e9 pas\u00f3 con este movimiento de traducci\u00f3n despu\u00e9s de la guerra?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
\u00bfCu\u00e1l fue la recepci\u00f3n de Carl Schmitt en otros pa\u00edses europeos y las interacciones entre estas diferentes recepciones?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n
\u00bfQu\u00e9 quiere decir?<\/strong><\/h3>\n\n\n\n