El hecho de que Karaganov llame a infundir \u00abterror y temor a Dios\u00bb a los europeos puede sorprender.<\/p>\n\n\n\n
Sin embargo, esta formulaci\u00f3n se inscribe en la l\u00ednea de su prosa milenarista y belicista<\/a>, que hemos traducido y contextualizado en varias ocasiones en la revista; sobre todo, se inscribe en el contexto de una nueva escalada en el terreno del espect\u00e1culo nuclear<\/a> con Donald Trump.<\/p>\n\n\n\n Es m\u00e1s sorprendente que el art\u00edfice de la geopol\u00edtica putiniana no encuentre otro t\u00e9rmino para referirse a las \u00e9lites europeas que el de \u00abidiotas\u00bb, repetido tres veces.<\/p>\n\n\n\n El contexto no se presta mucho a tales declaraciones, sobre todo desde que Donald Trump pidi\u00f3, el 23 de octubre, un alto al fuego inmediato en Ucrania y respondi\u00f3 con amenazas a la \u00faltima demostraci\u00f3n de fuerza rusa.<\/p>\n\n\n\n La diplomacia rusa se afana: Sergu\u00e9i Lavrov denuncia las presiones de los \u00abhalcones europeos\u00bb y de Kiev, que explicar\u00edan el cambio de postura de Estados Unidos; Yuri Ushakov confirma que Rusia sigue dispuesta a organizar la reuni\u00f3n entre Trump y Putin que deb\u00eda celebrarse en Budapest; Dmitri Peskov insiste en que Rusia est\u00e1 abierta al di\u00e1logo y a la cooperaci\u00f3n con Estados Unidos.<\/p>\n\n\n\n Evidentemente, no es as\u00ed.<\/p>\n\n\n\n Como hemos se\u00f1alado en m\u00e1s de una ocasi\u00f3n, la posici\u00f3n rusa no ha cambiado desde el inicio de la guerra y, por el momento, no parece que vaya a cambiar. Todas estas \u00abreuniones en la cima\u00bb no tienen otra funci\u00f3n que alimentar los efectos de los ciclos medi\u00e1ticos y ganar tiempo para Vladimir Putin.<\/p>\n\n\n\n Los servicios de inteligencia estadounidenses lo confirmaron una vez m\u00e1s el 29 de octubre al comunicar que no detectaban ning\u00fan indicio de compromiso por parte de Rusia y que, por el contrario, el presidente Putin parec\u00eda m\u00e1s decidido que nunca a obtener una victoria militar en Ucrania.<\/p>\n\n\n\n En este sentido, la posici\u00f3n de Karaganov \u2014expresada de manera especialmente radical y exagerada en el plat\u00f3 del programa \u00abEl derecho a saber\u00bb de Dmitri Kulikov\u2014 se resume en una consigna: \u00abSubir m\u00e1s r\u00e1pido y m\u00e1s alto los pelda\u00f1os de la escalada militar\u00bb.<\/p>\n\n\n\n Se trata de aterrorizar al resto del mundo, por ejemplo, anunciando nuevas armas, como hizo Putin al confirmar que el misil Burevestnik hab\u00eda sido probado el pasado 21 de octubre, pero con una diferencia notable seg\u00fan se dirija a Europa o a Estados Unidos.<\/p>\n\n\n\n Si Karaganov considera que estos \u00faltimos son capaces de actuar con moderaci\u00f3n, los europeos son deshumanizados; se convierten en animales a los que hay que asustar: \u00abLas \u00e9lites occidentales ven que se acerca su fin, pero no llegar\u00e1n hasta el final. Al menos los estadounidenses. Los europeos son otra historia. Nos enfrentamos a unos imb\u00e9ciles que han perdido la raz\u00f3n. Perd\u00f3nenme por utilizar este t\u00e9rmino desagradable, pero se trata de unos idiotas rabiosos. Son, pura y simplemente, tontos. \u00c9lites europeas degeneradas que han perdido todo temor a Dios y, al menos por ahora, todo temor a la muerte. Es ese sentimiento animal el que debemos despertar en ellos, ya que no tienen otros. Ya no tienen funciones intelectuales\u00bb.<\/p>\n\n\n\n Todas nuestras esperanzas de que Trump, de una forma u otra, fuera en contra de este inter\u00e9s estadounidense tan profundamente arraigado hoy en d\u00eda, han resultado vanas. Aunque el camarada Joseph Vissarionovich Stalin tambi\u00e9n esperaba que fuera posible ganar tiempo, no precipitar las cosas, hay que entender bien a qui\u00e9n nos enfrentamos. Nos enfrentamos a personas que no tienen honor, ni conciencia, ni raz\u00f3n. Por eso, las esperanzas de llegar a un acuerdo con Trump han resultado ef\u00edmeras. Es cierto que hab\u00eda que aprovechar esta oportunidad, que no se pod\u00eda descartar de plano, pero creo que los ocho o nueve meses durante los que hemos depositado nuestras esperanzas en Trump han sido en vano. Perdidos, en el sentido de que ahora sabemos con certeza que es imposible llegar a alg\u00fan acuerdo con Trump. Al menos, un acuerdo que satisfaga a Rusia. Por lo tanto, debemos actuar seg\u00fan nuestro propio plan, claramente definido, con Trump o sin Trump, y eso es todo.<\/p>\n\n\n\n