{"id":79711,"date":"2025-10-03T16:11:50","date_gmt":"2025-10-03T14:11:50","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=79711"},"modified":"2025-10-03T16:13:40","modified_gmt":"2025-10-03T14:13:40","slug":"poder-total-la-ia-y-el-fin-de-la-imaginacion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2025\/10\/03\/poder-total-la-ia-y-el-fin-de-la-imaginacion\/","title":{"rendered":"Poder total: la IA y el fin de la imaginaci\u00f3n"},"content":{"rendered":"\n

Era, pues, un fen\u00f3meno. <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span> Un joven fil\u00f3sofo hongkon\u00e9s, con una agudeza sin igual, hab\u00eda captado una tendencia decisiva de la \u00e9poca: a partir de entonces, nuestra relaci\u00f3n con el mundo estar\u00eda marcada sobre todo por la ilusi\u00f3n<\/a>. Nos gustara o no, nuestras representaciones acabar\u00edan por desvincularse de la realidad. Un estado de la psique cuyas causas ser\u00edan m\u00faltiples y que, para quien supiera aprovecharlo, proporcionar\u00eda todas las claves necesarias para someter a las masas. En este sentido, dos figuras ser\u00edan los principales titiriteros. Por un lado, Donald Trump, que no cesaba de pronunciar discursos desprovistos de toda veracidad, respondiendo \u00fanicamente a sus opiniones o a las de una poblaci\u00f3n que solo ped\u00eda que se las confirmaran personas dominantes. Por otro lado, Elon Musk, al inundar su plataforma X y, m\u00e1s ampliamente, el panorama medi\u00e1tico, con sus afirmaciones precipitadas que vilipendian el legado de la Ilustraci\u00f3n y la democracia, que solo nos habr\u00edan llevado al borde del abismo. Y todo ello exhibi\u00e9ndose como el nuevo elegido capaz de salvarnos de todos nuestros males, siguiendo una compulsi\u00f3n por la repetici\u00f3n que roza la demencia. Todo un ethos<\/em>, de abajo hacia arriba, por as\u00ed decirlo, que habr\u00eda cambiado en gran medida la faz del mundo. Es la era de<\/em> la hipnocracia<\/em><\/a>. Suena bien, como un buen eslogan, que inmediatamente despert\u00f3 el inter\u00e9s de periodistas de todo el mundo. Entonces, evidentemente, tal agitaci\u00f3n da ganas de ir a ver. Sobre todo porque algunos medios de comunicaci\u00f3n publicaron r\u00e1pidamente algunas p\u00e1ginas de su obra hom\u00f3nima. Y entonces, cu\u00e1l fue la estupefacci\u00f3n \u2014m\u00e1s precisamente, la consternaci\u00f3n\u2014 que sintieron las personas incr\u00e9dulas, o incluso aquellas dotadas de un sentido com\u00fan elemental, al leer las primeras l\u00edneas. Era como hojear el diario \u00edntimo de un adolescente de los a\u00f1os 2020 bajo los efectos del \u00e1cido, rebosante de f\u00f3rmulas cuyo \u00fanico objetivo era impactar, con un tono perentorio y que pretend\u00edan ser definitivas, como para cubrir el terrible vac\u00edo que transportaban. Nos encontr\u00e1bamos con expresiones abstrusas, como \u00abNo es un objeto que se explique. Es una condici\u00f3n que se atraviesa\u00bb, o \u00abrealidad algor\u00edtmica\u00bb, que no significa absolutamente nada, y otras tonter\u00edas llamativas por el estilo. Es como si la c\u00e1scara, que parece brillante por fuera, revelara, en cuanto se empieza a observar su interior, un vac\u00edo abismal. La monta\u00f1a que nos llegaba desde los confines de Oriente, vista de cerca, no hab\u00eda dado a luz m\u00e1s que a un rat\u00f3n muy triste y miserable.<\/p>\n\n\n\n

Pero dejemos de lado la postura cr\u00edtica o la sospecha (por retomar el t\u00e9rmino de Nietzsche), que hoy en d\u00eda se consideran productos caducos. Ya que hordas de periodistas \u2014probablemente hipnotizados por esa jerga te\u00f3rico-publicitaria\u2014 en el momento de la publicaci\u00f3n inicial de su obra en Italia, <\/span>2<\/sup><\/a><\/span><\/span> que al parecer tuvo un \u00e9xito inmediato, se lanzaron a querer entrevistarlo. En la misma l\u00ednea, hubo editores, igualmente hipnotizados, que no tardaron en adquirir los derechos. Entonces, ante la avalancha de solicitudes procedentes de todas partes, y en particular las invitaciones para que este hombre diera conferencias, la situaci\u00f3n se volvi\u00f3 insostenible y hubo que desvelar el secreto: este \u00abfil\u00f3sofo\u00bb, llamado Jianwei Xun, considerado \u00abuno de los m\u00e1s brillantes de su generaci\u00f3n\u00bb, como se dec\u00eda en la contraportada del libro, \u00a1no exist\u00eda y nunca hab\u00eda existido! Era el producto puro de la idea de dos fil\u00f3sofos italianos que, en un principio, hab\u00edan sido presa del deseo \u2014en realidad muy c\u00ednico\u2014 de \u00abdialogar\u00bb con ChatGPT para \u00absacarle conceptos\u00bb! S\u00ed, cierta esfera intelectual ha llegado a tal nivel de credulidad que se imagina pertinente explorar caminos de pensamiento bas\u00e1ndose en tecnolog\u00edas producidas por la vanguardia del tecnoliberalismo. Es decir, por empresarios e ingenieros, la mayor\u00eda de ellos treinta\u00f1eros, a menudo incultos, llevados por una b\u00fasqueda incesante de beneficios, dedicados a producir un pseudolenguaje resultante de an\u00e1lisis estad\u00edsticos, ecuaciones matem\u00e1ticas, esquemas l\u00f3gicos y basado \u00fanicamente en el principio de la conformidad. Y del mayor conformismo, por lo tanto, como acabamos de comprobar. Porque responde exactamente a una demanda de la \u00e9poca, que solo sabe jurar por lo llamativo y lo insignificante. Y resulta que un peri\u00f3dico franc\u00e9s, en este caso Philosophie Magazine<\/em> \u2014que public\u00f3 inmediatamente el t\u00edtulo, sobre el que la contraportada dec\u00eda a\u00fan \u00abque nos invita a permanecer l\u00facidos en el seno mismo de la simulaci\u00f3n\u00bb, \u00a1lo cual es formidable en t\u00e9rminos de puesta en abismo!\u2014, entrevist\u00f3 a Andrea Colamedici, uno de los dos protagonistas de este enga\u00f1o planetario. En la entrevista publicada en la edici\u00f3n de mayo de 2025 (cuyo sumario mencionaba que se trataba de un \u00ablibro-evento\u00bb), este posmoderno tard\u00edo afirmaba que \u00ab La IA es una herramienta extraordinariamente poderosa para construir conceptos\u00bb, sobre la cual no parece ver ni el contenido necrosado de sus producciones simb\u00f3licas, ni los resortes econ\u00f3micos, ni tampoco la visi\u00f3n del mundo que est\u00e1 en juego, y que permitir\u00eda \u00abpensar m\u00e1s all\u00e1\u00bb. El director de redacci\u00f3n concluy\u00f3 su intercambio con esta pregunta: \u00ab\u00bfCree que algunos Plat\u00f3n o Deleuze del futuro trabajar\u00e1n con IA para llevar m\u00e1s all\u00e1 sus conceptos, desarrollar sus hip\u00f3tesis y sus modelos te\u00f3ricos?\u00bb. <\/span>3<\/sup><\/a><\/span><\/span> \u00bfEstamos, pues, en este nivel, por debajo de cero, de conciencia y despertar cr\u00edtico en relaci\u00f3n con una parte del \u00abpensamiento\u00bb contempor\u00e1neo, del valor de las obras, pero tambi\u00e9n de ciertas afirmaciones? En realidad, todos estos episodios, que podr\u00edan componer el argumento de un sketch par\u00f3dico de la \u00e9poca, deben tomarse en serio. En la medida en que dan testimonio de un fen\u00f3meno decisivo al que nos enfrentamos desde hace unos quince a\u00f1os y, m\u00e1s a\u00fan, desde la introducci\u00f3n de la IA generativa. Es decir, el hecho concomitante de la supremac\u00eda cognitiva de la tecnolog\u00eda \u2014y del aura que se le atribuye\u2014 y una sumisi\u00f3n, hasta una subordinaci\u00f3n, m\u00e1s o menos visible, m\u00e1s o menos consciente, manifestada por miles de millones de individuos con respecto a sus producciones y sus poderes en constante crecimiento.<\/p>\n\n\n\n

Hemos erigido la mayor instancia cognitiva y ordenadora de la historia.<\/p>\u00c9ric Sadin<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Las dos primeras d\u00e9cadas del siglo XXI han sido testigo del advenimiento de un poder gigantesco. Un poder que se nos enfrenta, al tiempo que parece ponerse a nuestra entera disposici\u00f3n. Una coyuntura que tiene su origen en un credo, de 70 a\u00f1os, que, con el paso del tiempo y, m\u00e1s a\u00fan, desde el cambio de milenio, no ha dejado de cobrar consistencia: erigir artefactos de la superioridad absoluta de nosotros mismos<\/em>. Un credo que, para quien sabe verlo, conlleva una cierta visi\u00f3n \u2014incompleta y, en definitiva, de escaso valor para el ser humano\u2014 as\u00ed como un cierto tipo de afectos: un odio hacia nosotros mismos. En este sentido, conviene prestar la m\u00e1xima atenci\u00f3n a las palabras de Geoffrey Hinton, considerado uno de los \u00abpadrinos\u00bb de las \u00abredes neuronales\u00bb. Este hombre ofreci\u00f3 su talento durante muchos a\u00f1os a Google, empresa en la que pudo disponer de medios casi ilimitados para perfeccionar los procesos de aprendizaje autom\u00e1tico que, en gran medida, han contribuido al advenimiento de la IA generativa. Y he aqu\u00ed que en 2023, a los 75 a\u00f1os, o al atardecer de su vida, pareci\u00f3, de la noche a la ma\u00f1ana, arrepentirse o despertar bruscamente de su largo y profundo sue\u00f1o dogm\u00e1tico. Hinton declar\u00f3 al New York Times<\/em>, dadas las asombrosas capacidades de ChatGPT, que todo este movimiento \u00abiba demasiado r\u00e1pido, demasiado lejos, y que era hora de preocuparse\u00bb, llegando a confesar que \u00abuna parte de \u00e9l lamentaba la obra de su vida\u00bb. Y, con el fin de \u00abhablar libremente de los peligros de la IA\u00bb, anunci\u00f3 su renuncia a Google, con gran valent\u00eda, al final de su carrera, habiendo amasado una fortuna y asegurado una generosa jubilaci\u00f3n. Se cree que se trata de una broma o de un repentino ataque de locura. Sin embargo, poco despu\u00e9s, durante una conferencia en la que participaba, su car\u00e1cter natural, le gustara o no, volvi\u00f3 a imponerse; se le pregunt\u00f3 \u00absi estaba a favor de que una IA superinteligente destruyera a la humanidad y la sustituyera por algo objetivamente mejor en t\u00e9rminos de conciencia\u00bb. A lo que respondi\u00f3 sin pensarlo dos veces: \u00abDe hecho, estoy a favor, pero creo que ser\u00eda m\u00e1s prudente por mi parte decir que estoy en contra\u00bb. Y concluy\u00f3 con una frase que, al fin y al cabo, no hizo m\u00e1s que delatar lo que realmente pensaba: \u00abNo es seguro que seamos la mejor forma de inteligencia que existe\u00bb. <\/span>4<\/sup><\/a><\/span><\/span> He aqu\u00ed el esp\u00edritu que, desde los primeros pasos de la cibern\u00e9tica a mediados de la d\u00e9cada de 1950 y con medios tecnol\u00f3gicos y financieros mucho m\u00e1s importantes hoy en d\u00eda, anima a estos ingenieros. Ellos solos, impulsados por la industria a la que est\u00e1n sometidos, no est\u00e1n \u00abcambiando el mundo\u00bb (seg\u00fan la f\u00f3rmula tan consagrada), sino reduciendo la humanidad humana<\/em> \u2014porque conviene, en este contexto, ser redundante\u2014 a la nada<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfA qu\u00e9 nos enfrentamos desde la generalizaci\u00f3n de la inteligencia artificial y, m\u00e1s a\u00fan, desde la llamada inteligencia \u00abgenerativa\u00bb? A una especie de trascendencia inmanente<\/em>, que promete acompa\u00f1arnos constantemente y que, en cualquier circunstancia, parece superarnos. Nos cuesta encontrar las palabras, o nos faltan, para calificar a esta entidad en constante perfeccionamiento de la que se da por sentado, y se dar\u00e1 cada vez m\u00e1s por sentado, que tiene raz\u00f3n sobre nosotros, al llegar a dejarnos al margen, hasta el punto de que solo deseamos aferrarnos a ella para disfrutar de sus infinitos poderes. Siguiendo el ejemplo de estos dos fil\u00f3sofos italianos. El becerro de oro del segundo cuarto del siglo XXI, ante el cual nos postramos menos, y ratificamos la diferencia de conocimiento para tratar de aprovecharlo sin medida, actuando entonces \u2014sin parecerlo y a menudo sin siquiera ser conscientes de ello\u2014 la secundariedad, y pronto la inanidad definitiva, de nosotros mismos. Hoy en d\u00eda, no solo se juega la \u00abobsolescencia del hombre\u00bb, por retomar los t\u00e9rminos de G\u00fcnther Anders, sino tambi\u00e9n, en el mismo movimiento, la subordinaci\u00f3n a un orden que \u00e9l mismo ha erigido para acabar determinando \u2014desde una posici\u00f3n de superioridad\u2014 el curso de nuestras vidas individuales y colectivas. Una condici\u00f3n que, en modo alguno, corresponde a una \u00abtoma del poder por las m\u00e1quinas\u00bb o a otros \u00ablevantamientos\u00bb, a veces evocados de manera tan inapropiada y, a decir verdad, muy grotesca, lo que demuestra nuestra flagrante falta de an\u00e1lisis. Pero a algo muy diferente, y de un alcance al menos id\u00e9ntico al que suponen esos escenarios apocal\u00edpticos: el cruce del umbral hacia un mundo en el que la mayor\u00eda de sus flujos org\u00e1nicos y f\u00edsicos dependen de la omnisciencia de entidades artificiales<\/em>. En este sentido, hemos erigido la mayor instancia cognitiva y ordenadora de la historia. Y, en consecuencia, tambi\u00e9n una potencia pol\u00edtica sin precedentes, que se ejerce la mayor parte del tiempo de forma imperceptible y, por ello, abocada, a escala planetaria, a ser interiorizada por nuestras mentes. Una mutaci\u00f3n totalmente inconcebible hace apenas veinte a\u00f1os, que nadie vio venir y que, sin embargo, constituye nuestra realidad actual y lo ser\u00e1 de forma cada vez m\u00e1s generalizada e intensificada en el futuro.<\/p>\n\n\n\n

Por esta raz\u00f3n, en la continuaci\u00f3n de la gubernamentalidad \u2014es decir, una cierta capacidad para influir en los comportamientos\u2014, que se ha asignado a las tecnolog\u00edas digitales y, m\u00e1s tarde, a la inteligencia artificial, llegamos ahora \u2014debido a su mayor expansi\u00f3n y sofisticaci\u00f3n, y a la introducci\u00f3n de m\u00e1quinas parlantes\u2014 a una etapa significativa muy superior, que conduce a una redefinici\u00f3n total de lo pol\u00edtico<\/em>. Eso es lo que nos corresponde pensar, a mediados de la d\u00e9cada de 2020, de una manera igualmente nueva. El advenimiento de una fuerza omnisciente, a la que habremos dejado entrar en todas partes, que inspirar\u00e1 el contenido de nuestros actos, pensamientos, palabras, im\u00e1genes y relaciones, adquiriendo as\u00ed un alcance pol\u00edtico de tal magnitud que conviene nombrarlo como lo que es: el poder total. Una noci\u00f3n que es mejor escribir en may\u00fasculas para destacar tanto su imperio sin igual como su naturaleza absolutamente in\u00e9dita, que no puede sino superar nuestras categor\u00edas y modos actuales de inteligibilidad, ya que no pertenece a ning\u00fan orden conocido hasta ahora.<\/p>\n\n\n\n

Michel Foucault identific\u00f3 los mecanismos modernos del poder \u2014los que operan desde los tiempos de la secularizaci\u00f3n y la industrializaci\u00f3n\u2014 en sus caracter\u00edsticas plurales y que ya no funcionan solo de forma piramidal, sino tambi\u00e9n en diferentes niveles de la sociedad: en el hospital, en la prisi\u00f3n, en diversas instituciones; tambi\u00e9n a escala individual bajo infinitas modalidades. An\u00e1lisis que daban testimonio de la obsolescencia de un orden \u00fanico y omnisciente, como el que garantizaba el emperador de China o, en un g\u00e9nero completamente diferente, el representado por el pan\u00f3ptico de Jeremy Bentham (cuyo principio arquitect\u00f3nico consist\u00eda en permitir a los guardias tener desde su torre de control una vista de 360\u00b0 de las celdas sin ser vistos ellos mismos). <\/span>5<\/sup><\/a><\/span><\/span> Hoy en d\u00eda, no se trata tanto de un retorno a una forma de absolutismo como de un complejo que act\u00faa y se impone en todas partes como referencia, es decir, como punto de partida para la determinaci\u00f3n y que, en consecuencia, orienta las trayectorias de miles de millones de individuos. Los ardientes defensores de las libertades individuales, a quienes les encanta presentarse como v\u00edctimas de una vigilancia generalizada, no encontrar\u00e1n nada que les satisfaga en esta configuraci\u00f3n, que, a pesar de sus aparentes similitudes, parte de objetivos completamente diferentes y presenta caracter\u00edsticas sin equivalente ni antecedentes hist\u00f3ricos.<\/p>\n\n\n\n

Las masas ya no conf\u00edan en nada, pero opinan sobre todo.<\/p>\u00c9ric Sadin<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

La pol\u00edtica, tal y como se ha concebido y planteado desde la Antigua Grecia, as\u00ed como en la modernidad, desde principios del siglo XIX hasta hoy, se ve, mucho m\u00e1s que redefinida, o incluso agonizante, inevitablemente condenada a la obsolescencia. Todas las prerrogativas que le corresponden caer\u00e1n una a una en pedazos: la implementaci\u00f3n de programas (los que hasta ahora han sido elaborados por humanos); la evaluaci\u00f3n; la deliberaci\u00f3n; la decisi\u00f3n; y, por supuesto, los principios de pluralidad y contradicci\u00f3n que constituyen la democracia. Pero tambi\u00e9n la incertidumbre y la temporalidad, propias de la vida, que permiten experimentar sin cesar una infinidad de horizontes posibles, hasta el punto de que ambas representan la condici\u00f3n misma de la posibilidad de la pol\u00edtica. Es como si el recurso a las consultoras, del que han abusado muchos gobiernos desde hace unos quince a\u00f1os, hubiera inaugurado el reinado de una tecnocracia que pronto tomar\u00e1 medidas integrales y automatizadas. Solo se impondr\u00e1 \u2014al igual que ocurre con el tanat\u00f3logo y los reg\u00edmenes de la imagen y el sonido\u2014 la ley de la conformidad. Es decir, en circunstancias cada vez m\u00e1s numerosas, solo ocurrir\u00e1 lo que tiene que ocurrir.<\/em> Operaciones realizadas en funci\u00f3n de intereses m\u00e1s o menos visibles y de estrictos imperativos utilitarios, pero llevados al extremo, ya que ya no tienen que rendir cuentas y cuyos sistemas est\u00e1n dise\u00f1ados por empresarios e ingenieros que solo juran por esos imperativos. Es decir, modos de organizaci\u00f3n fr\u00edos, aparentemente impersonales, del curso de las cosas, indefinidamente reactivos a los flujos de la realidad, din\u00e1micos, por tanto, pero r\u00edgidos y repetitivos en los axiomas que los determinan. Un agotamiento de la gesti\u00f3n de los asuntos p\u00fablicos por parte de los seres humanos (y de todas las imperfecciones, pero tambi\u00e9n a veces de las mejoras concertadas que ello supone) que, de alguna manera, Jacques Ellul hab\u00eda podido presagiar, a pesar de que las realidades actuales est\u00e1n tan lejos de su entorno de entonces. Porque fue uno de los pocos, a finales de la d\u00e9cada de 1970, que tuvo la lucidez de observar la creciente importancia de los sistemas t\u00e9cnicos, pero tambi\u00e9n de \u00f3rganos de decisi\u00f3n cada vez m\u00e1s complejos y enredados que inervan la sociedad, con el doble efecto \u2014eminentemente pol\u00edtico\u2014 de marginar la acci\u00f3n humana e impedir la comprensi\u00f3n de las motivaciones que inspiran los mecanismos establecidos: \u00abYa no es posible ninguna organizaci\u00f3n social o pol\u00edtica significativa para este conjunto, en el que cada parte est\u00e1 sometida a t\u00e9cnicas y vinculada a las dem\u00e1s por t\u00e9cnicas\u00bb. <\/span>6<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Si el poder total llega a dictar su \u00fanica ley (pero una ley evolutiva y que se adapta \u2014para su supuesto bien\u2014 a las situaciones de los individuos y los grupos), entonces la constituci\u00f3n del conocimiento, en lo que reviste de utilidad p\u00fablica, como herramienta de comprensi\u00f3n de los fen\u00f3menos naturales y de la sociedad, pero tambi\u00e9n de reflexividad respecto a ellos, tambi\u00e9n quedar\u00e1 obsoleta. Y con ella todo el conocimiento que emana de las instituciones, los centros de investigaci\u00f3n, las publicaciones, es decir, los an\u00e1lisis documentados, sometidos a la cr\u00edtica de los pares y luego puestos a disposici\u00f3n de todos. Es decir, otra dimensi\u00f3n de la pol\u00edtica, entendida como el derecho leg\u00edtimo \u2014o el deber c\u00edvico y moral\u2014 de trabajar en la elaboraci\u00f3n de contenidos capaces de exponer otros puntos de vista, pero tambi\u00e9n de abrir otras perspectivas distintas a las promovidas y alabadas por los \u00f3rganos de poder habituales. Dicho de otro modo, las instancias \u2014m\u00e1s o menos percibidas como tales\u2014 de contrapoder instituidas en Europa a partir del siglo XVII y que, con el paso del tiempo, se han multiplicado por todo el mundo, al tiempo que han diversificado sus \u00e1mbitos de estudio, est\u00e1n abocadas a perder su relevancia. Dado que las manifestaciones de la realidad \u2014si a\u00fan sentimos la necesidad de comprender su contenido\u2014, las condiciones de erupci\u00f3n de un volc\u00e1n, la aparici\u00f3n de patolog\u00edas, los efectos de ciertos usos ser\u00e1n \u00abexplicados\u00bb por este poder.<\/p>\n\n\n\n

En este sentido, son las ciencias sociales y, en menor medida, las llamadas ciencias \u00abduras\u00bb las que, en un futuro pr\u00f3ximo, parecer\u00e1n in\u00fatiles y obsoletas, ya que pronto \u00abJianwei Xun\u00bb nos iluminar\u00e1 en todas las circunstancias. Se acabaron las sociedades cient\u00edficas; adem\u00e1s, \u00bfpor qu\u00e9 financiar a los investigadores en un contexto as\u00ed? Algunos dir\u00e1n que mejor as\u00ed, ya que se trata de fondos p\u00fablicos que solo sirven para proporcionar rentas a una especie de par\u00e1sitos sistem\u00e1ticamente gru\u00f1ones y para establecer conclusiones que ya no le importan a nadie, en una \u00e9poca en la que las masas ya no conf\u00edan en nada, pero opinan sobre todo. Entonces, es mejor dejar hablar al poder total, que nunca se equivoca y no deja de progresar para tender hacia una ciencia absoluta. \u00abEstamos trabajando en el desarrollo de la superinteligencia, que definimos como una IA que supera a la inteligencia humana en todos los aspectos y que, en nuestra opini\u00f3n, ya est\u00e1 a la vista\u00bb, <\/span>7<\/sup><\/a><\/span><\/span> dijo con gran entusiasmo Mark Zuckerberg en julio de 2025. Y esto supondr\u00e1, en consecuencia, la probable desaparici\u00f3n de la cr\u00edtica, condenada a convertirse en inaudible, casi in\u00fatil al fin y al cabo. En la medida en que, pronto, nadie dispondr\u00e1 de los medios y las herramientas adecuadas para poner en duda las ecuaciones de esta maquinaria destinada a ser cada vez m\u00e1s omnisciente, y cuya eficacia se verificar\u00e1 indefinidamente.<\/p>\n\n\n\n

\u00abLa verdadera naturaleza del neoliberalismo no es un proyecto econ\u00f3mico, sino un proyecto pol\u00edtico destinado a socavar la imaginaci\u00f3n\u00bb, se\u00f1al\u00f3 el antrop\u00f3logo David Graeber. <\/span>8<\/sup><\/a><\/span><\/span> En estos tiempos, en v\u00edas de automatizaci\u00f3n integral y artefactualizaci\u00f3n del conocimiento, nos vemos obligados a retomar esta observaci\u00f3n, pero para radicalizarla y afirmar que el poder total socavar\u00e1 la curiosidad, el gusto por el descubrimiento y, en primer lugar, la lectura de libros (es decir, la aportaci\u00f3n \u00fanica de imaginaci\u00f3n y conocimiento que ofrece). As\u00ed pues, podemos suponer que los adolescentes que alcancen la edad adulta a principios de la pr\u00f3xima d\u00e9cada, pero tambi\u00e9n los adultos de hoy en d\u00eda, absortos ma\u00f1ana y tarde en TikTok \u2014o deleit\u00e1ndose con videos, el nuevo r\u00e9gimen de percepci\u00f3n mediatizada y tan pervertida del mundo\u2014, no ver\u00e1n ning\u00fan problema (m\u00e1s bien al contrario) en que las m\u00e1quinas nos digan el significado de las cosas sin requerir el menor esfuerzo por nuestra parte. En realidad, todos estos movimientos encajan perfectamente entre s\u00ed, hasta el punto de que, con el tiempo, se refuerzan mutuamente. Porque habr\u00eda que ser ingenuo o ciego para no darse cuenta de que el proceso de deshumanizaci\u00f3n en curso, de vaciamiento de nosotros mismos y de realizaci\u00f3n, a la larga, de todas las tareas materiales, f\u00edsicas, cognitivas, intelectuales y creativas mediante tecnolog\u00edas superiores a nosotros mismos, no est\u00e1 preparando el terreno para el creciente embrutecimiento de la humanidad. Mientras nos quede un atisbo de inteligencia \u2014y dignidad\u2014, conviene reflexionar sobre este proceso, su naturaleza, su alcance y, sobre todo, la extrema gravedad de sus consecuencias.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

En su \u00faltima obra, publicada hoy por la editorial L\u2019\u00c9chapp\u00e9e, el fil\u00f3sofo \u00c9ric Sadin vuelve sobre el caso Jianwei Xun.<\/p>\n

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