{"id":79357,"date":"2025-09-29T22:13:28","date_gmt":"2025-09-29T20:13:28","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=79357"},"modified":"2025-09-29T22:13:31","modified_gmt":"2025-09-29T20:13:31","slug":"peter-thiel-notas-secretas-del-seminario-sobre-el-anticristo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2025\/09\/29\/peter-thiel-notas-secretas-del-seminario-sobre-el-anticristo\/","title":{"rendered":"Peter Thiel: notas secretas del seminario sobre el Anticristo"},"content":{"rendered":"\n
El Grand Continent<\/span> Fundador de Palantir, cuya fortuna crece cada d\u00eda un poco m\u00e1s a medida que aumenta su influencia en la profunda transformaci\u00f3n de Estados Unidos<\/a>, Peter Thiel cuida minuciosamente su imagen.<\/p>\n\n\n\n Personaje p\u00fablico \u2014es autor de varios best-sellers<\/em>, pronunci\u00f3 un discurso clave en la convenci\u00f3n republicana de 2016 y ha participado en los principales podcasts conservadores estadounidenses\u2014, ha optado, sin embargo, a diferencia de Elon Musk, por no saturar el espacio medi\u00e1tico. Adem\u00e1s, se aleja de la comunicaci\u00f3n institucional de la empresa, reservada a Alex Karp<\/a>; pero, aunque rara vez se le ve subir al estrado de los grandes foros del mundo empresarial como Davis, no se pierde ninguna edici\u00f3n de las reuniones de Bilderberg.<\/p>\n\n\n\n Sus intervenciones p\u00fablicas fuera de California van desde el \u00faltimo campamento de verano del think tank de Orb\u00e1n<\/a> hasta la Oxford Union, pasando por seminarios m\u00e1s confidenciales<\/a>.<\/p>\n\n\n\n Este oto\u00f1o, ha decidido lanzar un nuevo formato en San Francisco: un seminario con inscripci\u00f3n previa, solo presencial y totalmente cerrado, con una norma de confidencialidad muy estricta: nada debe grabarse ni salir al exterior.<\/p>\n\n\n\n El tema elegido es el mismo que el de casi todas sus intervenciones de los \u00faltimos dos a\u00f1os: el Anticristo.<\/p>\n\n\n\n Sin embargo, un ingeniero de Silicon Valley ha podido romper la regla y sacar estas notas del seminario, que traducimos y comentamos.<\/p>\n\n\n\n \u00bfFue deliberado por parte de Thiel? <\/p>\n\n\n\n Si bien no hay nada que respalde la hip\u00f3tesis de que tal \u00abfiltraci\u00f3n\u00bb no fuera completamente fortuita, evidentemente hay que ver en estas lecciones a puerta cerrada una nueva etapa en el proceso de legitimaci\u00f3n intelectual del venture capitalist<\/em>: desde S\u00f3crates hasta Jacques Lacan, este alumno de Ren\u00e9 Girard sabe que la transmisi\u00f3n oral del saber filos\u00f3fico contribuye a crear un efecto de aura, que probablemente tambi\u00e9n se busca aqu\u00ed, ya que el car\u00e1cter totalmente confidencial se suma a esta dimensi\u00f3n de \u201cmisterio\u201d.<\/p>\n\n\n\n Sin embargo, un estudio cr\u00edtico de estas pocas notas permite desentra\u00f1ar el dispositivo que rodea este serm\u00f3n neorreaccionario<\/a>.<\/p>\n\n\n\n Arnaud Miranda<\/span>Desde el 15 de septiembre, Peter Thiel ofrece en San Francisco una serie de cuatro conferencias privadas sobre uno de sus temas favoritos: la figura b\u00edblica del Anticristo. Organizados por la asociaci\u00f3n ACTS 17 \u2014Acknowledging Christ in Technology and Society<\/em>\u2014, cofundada por Michelle Stephens, esposa del inversionista Trae Stephens, que preside, entre otros, el consejo de administraci\u00f3n de Anduril, estos eventos son de car\u00e1cter muy confidencial. Se pide a los participantes que no tomen notas ni graben las sesiones.<\/p>\n\n\n\n Sin embargo, el lunes 22 de septiembre, unas horas antes de la segunda conferencia, uno de los participantes public\u00f3 el resumen de la primera sesi\u00f3n en su sitio web personal antes de difundirlo en su cuenta de X. El autor de la filtraci\u00f3n, Kshitij Kulkarni, es un ingeniero inform\u00e1tico que trabaja para la start-up Succinct, especializada en blockchain. Inmediatamente se le prohibi\u00f3 el acceso al resto del evento por violar la pol\u00edtica de confidencialidad.<\/p>\n\n\n\n En esta primera conferencia, Thiel retoma los elementos principales de su pensamiento sobre el katechon<\/em>, que se gest\u00f3 en El momento straussiano<\/em> (2007), un texto profundamente marcado por la influencia de Carl Schmitt. Seg\u00fan Thiel, la historia de la humanidad se encuentra atrapada entre dos riesgos fundamentales: el reinado del Anticristo, fantas\u00eda de un gobierno totalitario mundial, y el Armaged\u00f3n, que corresponde a la destrucci\u00f3n total del mundo. El katechon<\/em>, \u00ablo que retiene\u00bb el fin de los tiempos, ser\u00eda una v\u00eda intermedia entre estos dos escenarios apocal\u00edpticos.<\/p>\n\n\n\n Thiel reinterpreta estas categor\u00edas teol\u00f3gicas a la luz de los retos tecnol\u00f3gicos actuales. Entre la captaci\u00f3n de las tecnolog\u00edas de vigilancia por parte de un Estado totalitario y el desencadenamiento incontrolado de la t\u00e9cnica, cree en el papel catequ\u00edstico de la innovaci\u00f3n. A diferencia de Schmitt, no considera el katechon <\/em>como una fuerza esencialmente conservadora: el katechon <\/em>puede ser perfectamente modernizador, y el aceleracionismo una soluci\u00f3n parad\u00f3jica para impedir el reinado del Anticristo.<\/a><\/p>\n\n\n\n Estas notas confidenciales permiten entrar en el laboratorio ideol\u00f3gico de Thiel, en el que pretende conciliar el aceleracionismo tecnocapitalista con una interpretaci\u00f3n reaccionaria del cristianismo. Esta gran brecha no es solo intelectual: tambi\u00e9n intenta resolver una de las principales contradicciones del trumpismo: la alianza, por ahora precaria<\/a>, entre los se\u00f1ores de la tecnolog\u00eda y los nacionalistas cristianos.<\/p>\n\n\n\n Estas notas est\u00e1n adaptadas de las conferencias de Peter sobre el Anticristo. Cualquier error u omisi\u00f3n es responsabilidad m\u00eda.<\/p>\n\n\n\n T\u00fa, Daniel, mant\u00e9n en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos lo leer\u00e1n entonces, y el conocimiento aumentar\u00e1. \u2014 Daniel 12:4<\/em><\/p>\n\n\n\n El historiador b\u00edblico Daniel predijo un aumento del conocimiento poco antes del fin de los tiempos. A medida que aumentara el conocimiento, se intensificar\u00edan los temores por la llegada del apocalipsis, dando paso a la aparici\u00f3n de un tirano.<\/p>\n\n\n\n Jean Beno\u00eet Poulle<\/span> Presentar al profeta Daniel (\u00bfsiglos VII-VI a. C.?), considerado en la tradici\u00f3n como el autor del libro hom\u00f3nimo, como un \u00abhistoriador b\u00edblico\u00bb ya plantea un problema. Por un lado, porque el Libro de Daniel forma parte tradicionalmente de los Escritos prof\u00e9ticos en los c\u00e1nones b\u00edblicos jud\u00edo y cristiano, y no del conjunto denominado \u00abLibros hist\u00f3ricos\u00bb , sino tambi\u00e9n porque este libro, uno de los m\u00e1s tard\u00edos del Antiguo Testamento, es emblem\u00e1tico del g\u00e9nero literario apocal\u00edptico en el juda\u00edsmo tard\u00edo, es decir, de los escritos de visiones y revelaciones, sin que necesariamente se encuentre en ellos la connotaci\u00f3n de profec\u00edas que predicen el futuro, y mucho menos el fin del mundo, que sucede al g\u00e9nero prof\u00e9tico propiamente dicho. Sigue siendo cierto que muchos de los temas e im\u00e1genes del libro de Daniel se retoman en el Apocalipsis cristiano de Juan.<\/p>\n\n\n\n En nuestra modernidad tard\u00eda, estas inquietudes han pasado de moda y el Anticristo es un personaje ca\u00eddo en el olvido. Nuestras universidades nos dicen que los temores apocal\u00edpticos son irracionales y que todo va cada vez mejor en el mundo. Sin embargo, la actualidad nos dice lo contrario: nos preocupan los riesgos existenciales relacionados con la inteligencia artificial, las armas biol\u00f3gicas y la guerra nuclear. \u00bfC\u00f3mo entender nuestra \u00e9poca apocal\u00edptica?<\/p>\n\n\n\n El cielo y la tierra pasar\u00e1n, pero mis palabras no pasar\u00e1n.<\/em> Pero del d\u00eda y la hora nadie sabe, ni los \u00e1ngeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.\u2014 Mateo 24:35-36<\/em><\/p>\n\n\n\n El apocalipsis no es una fecha fija inscrita en un calendario. Los intentos por predecirlo han terminado en decepciones. Los milenaristas hab\u00edan fijado el a\u00f1o 1843 como fecha de la segunda venida de Cristo. La obra de Josef Pieper, El fin de los tiempos <\/em>(1950), tampoco escap\u00f3 a la paradoja: presagiamos un final, pero el momento exacto sigue siendo un secreto. Sin embargo, si el d\u00eda y la hora siguen ocultos, tal vez podamos al menos intuir el siglo.<\/p>\n\n\n\n Jean-Beno\u00eet Poulle<\/span> Josef Pieper (1904-1997) fue un fil\u00f3sofo cat\u00f3lico alem\u00e1n de tradici\u00f3n conservadora, profundamente marcado por el aristotelismo y el tomismo. Fue profesor en la Universidad de M\u00fcnster. Entre sus obras m\u00e1s destacadas figuran El ocio, fundamento de la cultura<\/em> (1948) y sus ensayos sobre las virtudes cardinales y teologales del cristianismo. Opositor al nazismo, influy\u00f3 mucho en Joseph Ratzinger, el futuro Benedicto XVI<\/a>. Su recepci\u00f3n tambi\u00e9n fue importante en la filosof\u00eda pol\u00edtica conservadora anglosajona.<\/p>\n\n\n\n En su obra El fin de los tiempos<\/em>, discute la concepci\u00f3n kantiana del sentido de la historia inspir\u00e1ndose en el fil\u00f3sofo marxista heterodoxo Ernst Bloch (1885-1977, autor de El principio esperanza<\/em>) y en el escritor Vladimir Soloviev, ortodoxo convertido al catolicismo, autor de Un breve relato sobre el Anticristo<\/em>. Para Pieper, solo se puede abordar filos\u00f3ficamente la cuesti\u00f3n del fin de la historia aceptando reintroducir la teolog\u00eda en ella.<\/p>\n\n\n\n Si queremos tomarnos en serio al Anticristo, podemos plantearnos al menos cuatro preguntas:<\/p>\n\n\n\n Jean-Beno\u00eet Poulle<\/span> Estas cuatro preguntas resumen de manera cl\u00e1sica dos milenios de interrogantes de la tradici\u00f3n cristiana sobre el Apocalipsis de San Juan y, m\u00e1s ampliamente, sobre las profec\u00edas del fin del mundo en el Nuevo Testamento.<\/p>\n\n\n\n El Anticristo, una figura opuesta a Cristo que debe preceder a su glorioso regreso, solo se menciona cinco veces en la Biblia, especialmente en las ep\u00edstolas de Juan, donde aparece m\u00e1s bien como un t\u00e9rmino gen\u00e9rico y en plural. Sin embargo, muy pronto se le identifica con el \u00abFalso Profeta\u00bb del Apocalipsis de Juan, el amo de la Bestia de diez cuernos \u2014otra figura demon\u00edaca del texto\u2014 y una figura de seductor astuto y h\u00e1bil. Cabe se\u00f1alar que todas estas diferentes tesis sobre el Anticristo \u2014un tirano \u00fanico, un sistema, un tipo recurrente en la historia\u2014 ya han sido defendidas (v\u00e9ase, por ejemplo, Jean-Robert Armogathe, L\u2019Ant\u00e9christ \u00e0 l\u2019\u00e2ge classique<\/em>, Par\u00eds, Mille et une nuits, 2005).<\/p>\n\n\n\n El Armaged\u00f3n designa, en el Apocalipsis de Juan (16, 16), la batalla c\u00f3smica final entre el Bien y el Mal. Se trata, en realidad, de un juego de palabras etimol\u00f3gico sobre la batalla de Megido, donde fue asesinado el rey Jos\u00edas del Antiguo Testamento, cuya muerte, seg\u00fan la interpretaci\u00f3n cristiana, prefigura la de Cristo.<\/p>\n\n\n\n El pasaje de la segunda ep\u00edstola de Pablo a los Tesalonicenses, 2, 6, hace referencia al katechon<\/em>, algo o alguien que retiene la llegada del Anticristo o el desencadenamiento del mal antes de la Parus\u00eda, el glorioso regreso de Cristo. Este concepto, muy dif\u00edcil de interpretar incluso para un ex\u00e9geta experimentado, tambi\u00e9n ha tenido repercusi\u00f3n en la teor\u00eda pol\u00edtica, en particular en Carl Schmitt. A veces se ha asimilado al Imperio romano cristianizado.<\/p>\n\n\n\n Arnaud Miranda<\/span> La lectura de Carl Schmitt parece haber sido determinante para Thiel, como lo demuestran los pasajes que le dedica desde 2007 en El momento straussiano<\/em>. Si bien su atenci\u00f3n se centra principalmente en el uso que Schmitt hace de la figura del Anticristo, tambi\u00e9n menciona la necesidad de identificar el katechon<\/em>.<\/p>\n\n\n\n La universidad moderna, heredera de la Ilustraci\u00f3n, podr\u00eda haber sido la instituci\u00f3n capaz de abarcar la historia en su conjunto. El fin de los tiempos ser\u00eda, naturalmente, un tema hist\u00f3rico interesante. Sin embargo, hoy en d\u00eda la universidad est\u00e1 fragmentada. Mientras que Bacon o Goethe pod\u00edan abarcar la totalidad del conocimiento en una sola vida, hoy vivimos en la f\u00e1brica de alfileres de Adam Smith: engranajes cada vez m\u00e1s peque\u00f1os en una m\u00e1quina cada vez m\u00e1s grande. Debemos intentar integrar la historia, la teolog\u00eda, la pol\u00edtica y la tecnolog\u00eda en un cuadro coherente.<\/p>\n\n\n\n Arnaud Miranda<\/span> La cr\u00edtica a la universidad no es nueva en Thiel. Le dedic\u00f3 su primera obra, The Diversity Myth<\/em> (1995), en la que lamentaba la supuesta sustituci\u00f3n de las humanidades cl\u00e1sicas por una \u00abideolog\u00eda multicultural\u00bb relativista y fragmentaria. Seg\u00fan \u00e9l, esto conducir\u00eda a la destrucci\u00f3n de la civilizaci\u00f3n occidental.<\/p>\n\n\n\n La revelaci\u00f3n cristiana se distingue de otras formas de pensar este conjunto. El pensamiento cl\u00e1sico solo ve\u00eda ciclos: para Tuc\u00eddides, la guerra entre Atenas y Esparta, entre Alemania y Gran Breta\u00f1a o entre China y Estados Unidos eran una y la misma cosa (sic). No eran m\u00e1s que etapas en una repetici\u00f3n eterna. Daniel, por su parte, es el primer historiador verdadero, ya que previ\u00f3 una secuencia \u00fanica de imperios mundiales. Su fin marcar\u00eda el fin del mundo. El cristianismo es, por tanto, progresista: el Nuevo Testamento sustituye al Antiguo, no solo porque es m\u00e1s verdadero, sino tambi\u00e9n porque es nuevo. La revelaci\u00f3n avanza.<\/p>\n\n\n\n Jean-Beno\u00eet Poulle<\/span> Aqu\u00ed, Thiel amalgama tres cosas que no est\u00e1n necesariamente correlacionadas entre s\u00ed. La primera es el progreso del conocimiento cient\u00edfico, que tiene como corolario la creciente especializaci\u00f3n del saber, lo que puede hacer que se pierda de vista el conjunto y, por tanto, la cuesti\u00f3n del sentido. Thiel no es el primero en hacer esta observaci\u00f3n, que relaciona con la idea del fin de la historia \u2014en el sentido de culminaci\u00f3n, pero tambi\u00e9n de finalidad y significado\u2014, de ah\u00ed la paradoja: a medida que avanza el alcance de nuestros conocimientos, su claridad y su sentido parecen difuminarse. El segundo punto a destacar es la concepci\u00f3n c\u00edclica del tiempo de los antiguos, con la que rompe la concepci\u00f3n cristiana de la historia como tiempo orientado hacia una revelaci\u00f3n plena: el tiempo tiene ahora una flecha, y la historia, un principio y un fin hacia el que avanza. Si los historiadores de las ideas pueden estar globalmente de acuerdo, Thiel hace una presentaci\u00f3n bastante resumida y, sobre todo, involucra a Daniel \u2014que no pertenece al mundo cristiano, sino al jud\u00edo\u2014 al servicio de su demostraci\u00f3n \u00abhist\u00f3rica\u00bb, retomando el famoso pasaje del cap\u00edtulo 7 de la visi\u00f3n de las cuatro bestias o los cuatro imperios sucesivos. Sin embargo, en el g\u00e9nero apocal\u00edptico, esencialmente metaf\u00f3rico, la visi\u00f3n y la imagen priman precisamente sobre la predicci\u00f3n del futuro; Daniel a\u00fan no pod\u00eda inscribirse en esta concepci\u00f3n finalista y progresiva de la historia.<\/p>\n\n\n\n <\/p>\n\n\n\n Arnaud Miranda<\/span> Thiel es habitual en el uso de estas representaciones esquem\u00e1ticas de la historia, que ya est\u00e1n presentes en la conclusi\u00f3n de su obra Zero to One<\/em> (2014). En aquel momento, contemplaba cuatro modos de representaci\u00f3n de la historia: la recurrencia c\u00edclica, el estancamiento, la extinci\u00f3n y la aceleraci\u00f3n. Si aqu\u00ed opone una concepci\u00f3n pagana de la recurrencia c\u00edclica a la concepci\u00f3n cristiana lineal, es para sugerir una continuidad entre el aceleracionismo y el cristianismo (v\u00e9ase m\u00e1s adelante).<\/p>\n\n\n\n Por esta raz\u00f3n, parece inconcebible que podamos desaprender lo que hemos descubierto. El conocimiento crece: una vez revelado, es dif\u00edcil hacerlo desaparecer. Aunque nuestras universidades no puedan abarcarlo todo, este conocimiento se difunde. La historia es una progresi\u00f3n inexorable.<\/p>\n\n\n\n Jean-Beno\u00eet Poulle<\/span> Una vez m\u00e1s, Thiel relaciona dos cosas que no est\u00e1n necesariamente asociadas: por un lado, el innegable aumento del conocimiento y la idea del progreso del conocimiento cient\u00edfico en la historia de la humanidad que se deriva de \u00e9l; y, por otro lado, la concepci\u00f3n de la historia humana como un progreso necesariamente orientado y que tiende a una revelaci\u00f3n total. Si bien plantearse la cuesti\u00f3n de la relaci\u00f3n entre estas dos cosas puede constituir un interrogatorio propiamente filos\u00f3fico, Thiel la relaciona aqu\u00ed con el vers\u00edculo del libro de Daniel seg\u00fan el cual \u00abel conocimiento aumentar\u00e1\u00bb (12, 4).<\/p>\n\n\n\n En aquellos d\u00edas, los hombres buscar\u00e1n la muerte y no la encontrar\u00e1n; desear\u00e1n morir, y la muerte huir\u00e1 de ellos. \u2014 Apocalipsis 9:6<\/em><\/p>\n\n\n\n Desde 1750 hasta principios del siglo XX, la tecnolog\u00eda avanz\u00f3 a un ritmo vertiginoso. En el siglo XX, la esperanza de vida se duplic\u00f3. Encontramos la forma de desplazarnos m\u00e1s r\u00e1pido: las m\u00e1quinas de vapor dieron lugar a los autom\u00f3viles y los aviones a reacci\u00f3n. En el siglo XXI, el t\u00e9rmino \u00abtecnolog\u00eda\u00bb solo se refiere a la tecnolog\u00eda de la informaci\u00f3n; los avances en todos los dem\u00e1s campos se han detenido. La pregunta que surge naturalmente es la siguiente: \u00bfla singularidad pertenece al pasado o al futuro?<\/p>\n\n\n\nConferencia 1: El conocimiento aumentar\u00e1<\/h2>\n\n\n\n
La cuesti\u00f3n del Anticristo<\/strong><\/h2>\n\n\n\n
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La universidad ha estudiado el universo<\/strong><\/h2>\n\n\n\n
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La modernidad tard\u00eda<\/strong><\/h2>\n\n\n\n
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