{"id":76308,"date":"2025-08-22T20:24:12","date_gmt":"2025-08-22T18:24:12","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=76308"},"modified":"2025-08-22T20:29:57","modified_gmt":"2025-08-22T18:29:57","slug":"como-cambiar-el-rumbo-de-nuestro-continente","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2025\/08\/22\/como-cambiar-el-rumbo-de-nuestro-continente\/","title":{"rendered":"\u00bfC\u00f3mo cambiar el rumbo de nuestro continente?"},"content":{"rendered":"\n
Durante a\u00f1os, con sus 450 millones de consumidores, la Uni\u00f3n crey\u00f3 que su dimensi\u00f3n econ\u00f3mica iba acompa\u00f1ada de un poder geopol\u00edtico y una influencia en las relaciones comerciales internacionales <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n Este a\u00f1o ser\u00e1 recordado como aquel en el que se desvaneci\u00f3 esa ilusi\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n Hemos tenido que resignarnos a los aranceles impuestos por nuestro mayor socio comercial y aliado de larga data, Estados Unidos<\/a>.<\/p>\n\n\n\n Este mismo aliado nos ha empujado a aumentar nuestro gasto militar, una decisi\u00f3n que quiz\u00e1s deber\u00edamos haber tomado de todos modos, pero en formas y modalidades que probablemente no reflejan los intereses de Europa<\/a>. A pesar de haber aportado la mayor contribuci\u00f3n financiera a la guerra en Ucrania y de tener el mayor inter\u00e9s en una paz justa, la Uni\u00f3n Europea s\u00f3lo ha desempe\u00f1ado hasta ahora un papel bastante marginal en las negociaciones de paz.<\/p>\n\n\n\n Al mismo tiempo, China ha podido apoyar abiertamente el esfuerzo de guerra de Rusia, al tiempo que ha desarrollado su capacidad industrial para verter su excedente de producci\u00f3n en Europa \u2014ahora que el acceso al mercado estadounidense est\u00e1 limitado por las nuevas barreras impuestas por el gobierno de los Estados Unidos\u2014.<\/p>\n\n\n\n Las protestas europeas han tenido poco efecto: China ha dejado claro que no considera a Europa un socio de su mismo nivel y est\u00e1 armando su control sobre las tierras raras para hacer nuestra dependencia cada vez m\u00e1s vinculante.<\/p>\n\n\n\n Mientras se bombardeaban las instalaciones nucleares iran\u00edes y se intensificaba la masacre de Gaza, la Uni\u00f3n tambi\u00e9n se ha limitado a observar.<\/p>\n\n\n\n Estos acontecimientos han acabado con cualquier ilusi\u00f3n de que la dimensi\u00f3n econ\u00f3mica por s\u00ed sola pueda garantizar alg\u00fan tipo de poder geopol\u00edtico.<\/p>\n\n\n\n Por lo tanto, no es de extra\u00f1ar que el escepticismo hacia Europa haya alcanzado nuevos niveles. Pero es importante preguntarse en qu\u00e9 se basa realmente este escepticismo.<\/p>\n\n\n\n En mi opini\u00f3n, no se centra en los valores sobre los que se fund\u00f3 la Uni\u00f3n Europea: democracia, paz, libertad, independencia, soberan\u00eda, prosperidad, equidad<\/a>. Incluso aquellos que sostienen que Ucrania deber\u00eda ceder a las exigencias de Rusia nunca aceptar\u00edan el mismo destino para su pa\u00eds; ellos tambi\u00e9n valoran la libertad, la independencia y la paz, la solidaridad \u2014aunque s\u00f3lo sea para s\u00ed mismos\u2014.<\/p>\n\n\n\n Me parece m\u00e1s bien que este escepticismo se refiere a la capacidad de la Uni\u00f3n para defender estos valores.<\/p>\n\n\n\n En parte es comprensible. Los modelos de organizaci\u00f3n pol\u00edtica, en particular los que trascienden los Estados, tambi\u00e9n surgen para responder a los problemas de su tiempo. Cuando estos problemas evolucionan hasta el punto de hacer fr\u00e1gil y vulnerable la organizaci\u00f3n existente, esta debe transformarse.<\/p>\n\n\n\n Mientras se bombardeaban las instalaciones nucleares iran\u00edes y se intensificaba la masacre de Gaza, la Uni\u00f3n se ha limitado a observar.<\/p>Mario Draghi<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n La Uni\u00f3n se cre\u00f3 por esta raz\u00f3n: en la primera mitad del siglo XX, los modelos de organizaci\u00f3n pol\u00edtica anteriores \u2014los Estados-naci\u00f3n\u2014 hab\u00edan fracasado por completo en muchos pa\u00edses a la hora de defender estos valores. Muchas democracias hab\u00edan rechazado cualquier norma en favor de la fuerza bruta y Europa se hab\u00eda sumido en la Segunda Guerra Mundial.<\/p>\n\n\n\n Por lo tanto, para los europeos de la \u00e9poca, era casi natural desarrollar una forma de defensa colectiva de la democracia y la paz. La Uni\u00f3n Europea represent\u00f3 una evoluci\u00f3n que respond\u00eda al problema m\u00e1s urgente del momento: la tendencia de Europa a sumirse en los conflictos.<\/p>\n\n\n\n Afirmar que estar\u00edamos mejor sin ella ser\u00eda absurdo.<\/p>\n\n\n\n La Uni\u00f3n volvi\u00f3 a transformarse en los a\u00f1os posteriores a la guerra, adapt\u00e1ndose progresivamente a la fase neoliberal, entre 1980 y principios de la d\u00e9cada de 2000. Este periodo se caracteriz\u00f3 por la fe en el libre comercio y la apertura de los mercados, por el respeto compartido de las normas multilaterales y por una reducci\u00f3n consciente del poder de los Estados, que delegaron funciones y m\u00e1s autonom\u00eda a organismos independientes.<\/p>\n\n\n\n Europa prosper\u00f3 en este mundo: transform\u00f3 su mercado com\u00fan en un mercado \u00fanico, se convirti\u00f3 en un actor clave de la Organizaci\u00f3n Mundial del Comercio y cre\u00f3 autoridades independientes encargadas de la competencia y la pol\u00edtica monetaria.<\/p>\n\n\n\n Pero ese mundo ha muerto. Y muchas de sus caracter\u00edsticas han desaparecido.<\/p>\n\n\n\n Mientras que antes se confiaba, con o sin raz\u00f3n, en los mercados para orientar la econom\u00eda, ahora las pol\u00edticas industriales a gran escala se han convertido en la nueva norma.<\/p>\n\n\n\n Mientras que antes se respetaban las normas, ahora se recurre a la fuerza militar y a la coacci\u00f3n econ\u00f3mica para proteger los intereses nacionales.<\/p>\n\n\n\n Mientras que antes se reduc\u00edan los poderes del Estado, hoy se movilizan todos los instrumentos en su nombre.<\/p>\n\n\n\n Europa est\u00e1 mal equipada en un mundo en el que la geoeconom\u00eda, la seguridad y la estabilidad de las fuentes de suministro inspiran m\u00e1s las relaciones comerciales internacionales que la eficiencia.<\/p>\n\n\n\n Nuestra organizaci\u00f3n pol\u00edtica debe adaptarse a las exigencias de su tiempo cuando estas son existenciales: los europeos debemos llegar a un consenso sobre lo que esto implica.<\/p>\n\n\n\n Ahora bien, si bien es evidente que destruir la integraci\u00f3n europea para volver a la soberan\u00eda nacional s\u00f3lo nos expondr\u00eda a\u00fan m\u00e1s a la voluntad de las grandes potencias, tambi\u00e9n es cierto que, para defender a Europa contra el escepticismo creciente, no debemos tratar de extrapolar los logros del pasado al futuro que nos espera: los \u00e9xitos que hemos logrado en las \u00faltimas d\u00e9cadas fueron, en realidad, respuestas a los retos espec\u00edficos de la \u00e9poca y nos dicen poco sobre nuestra capacidad para afrontar los que se nos presentan hoy. <\/p>\n\n\n\n Reconocer que el poder econ\u00f3mico es una condici\u00f3n necesaria, pero no suficiente, para disponer de poder geopol\u00edtico puede ser un punto de partida para una reflexi\u00f3n pol\u00edtica sobre el futuro de la Uni\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n Podemos sentir cierto consuelo al saber que la Uni\u00f3n Europea ha sido capaz de transformarse en el pasado. Pero adaptarse al orden neoliberal fue, en comparaci\u00f3n, una tarea relativamente f\u00e1cil. El objetivo principal en aquel momento era abrir los mercados y limitar la intervenci\u00f3n del Estado. La Uni\u00f3n pod\u00eda entonces actuar principalmente como regulador y \u00e1rbitro, evitando abordar la cuesti\u00f3n m\u00e1s dif\u00edcil de la integraci\u00f3n pol\u00edtica.<\/p>\n\n\n\n Para hacer frente a los retos actuales, debe pasar de ser un espectador \u2014o, como mucho, un actor secundario\u2014 a ser un actor principal. Tambi\u00e9n debe modificar su organizaci\u00f3n pol\u00edtica, que es indisociable de su capacidad para alcanzar sus objetivos econ\u00f3micos y estrat\u00e9gicos. Y las reformas econ\u00f3micas siguen siendo una condici\u00f3n necesaria en este proceso de toma de conciencia. <\/p>\n\n\n\n Casi ochenta a\u00f1os despu\u00e9s del final de la Segunda Guerra Mundial, la defensa colectiva de la democracia se da por sentada por generaciones que no vivieron esa \u00e9poca. Su adhesi\u00f3n convencida a la construcci\u00f3n pol\u00edtica europea depende tambi\u00e9n, en gran medida, de su capacidad para ofrecer a los ciudadanos perspectivas de futuro, y por lo tanto tambi\u00e9n del crecimiento econ\u00f3mico, que en Europa ha sido m\u00e1s d\u00e9bil que en el resto del mundo durante los \u00faltimos treinta a\u00f1os.<\/p>\n\n\n\nLas amenazas existenciales del nuevo mundo<\/h2>\n\n\n\n