{"id":5609,"date":"2022-07-12T18:07:25","date_gmt":"2022-07-12T17:07:25","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=5609"},"modified":"2022-07-12T18:07:25","modified_gmt":"2022-07-12T17:07:25","slug":"la-segunda-guerra-fria","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2022\/07\/12\/la-segunda-guerra-fria\/","title":{"rendered":"La segunda Guerra Fr\u00eda"},"content":{"rendered":"\n

1.<\/h2>\n\n\n\n

Han pasado m\u00e1s de tres cuartos de siglo desde que Winston Churchill, con su discurso en Fulton, Missouri, y George Kennan, con el \u00ablargo telegrama\u00bb de Mosc\u00fa, lanzaron oficialmente la primera Guerra Fr\u00eda en 1946<\/span>1<\/sup><\/a><\/span>. Sus causas eran el Tel\u00f3n de Acero que hab\u00eda ca\u00eddo desde Stettin, en el B\u00e1ltico, hasta Trieste, en el Adri\u00e1tico, detr\u00e1s del cual \u2014seg\u00fan el estadista brit\u00e1nico\u2014 languidec\u00edan tantas capitales europeas ilustres y tantos pueblos oprimidos, y el expansionismo ideol\u00f3gico y militar inherente al comunismo sovi\u00e9tico, ante el cual \u2014seg\u00fan el diplom\u00e1tico estadounidense\u2014 hab\u00eda que reaccionar con una estrategia de contenci\u00f3n econ\u00f3mica (el Plan Marshall como vector del modelo de producci\u00f3n capitalista), militar (la OTAN) y cultural (la propia noci\u00f3n de Occidente, en la que se sintetizan los rasgos diferenciales de dos civilizaciones: democracia y tiran\u00eda, sociedad abierta y sociedad cerrada).<\/p>\n\n\n\n

La geopol\u00edtica, la econom\u00eda pol\u00edtica y la ideolog\u00eda pol\u00edtica eran, todas, dimensiones duales. Fue la confrontaci\u00f3n \u2014imperturbable, bloqueada y, a su manera, equilibrada\u2014 de dos universalismos progresistas, cada uno de los cuales ve\u00eda en su enemigo a un competidor (peligroso pero condenado a la derrota) en la empresa de racionalizar el mundo, construir la justicia, la paz y la prosperidad. La primera Guerra Fr\u00eda se desarroll\u00f3 en un clima de miedo (la amenaza nuclear era aterradora) y a veces de histeria (el anticomunismo occidental era fuerte y omnipresente, el anticapitalismo oriental era terrorista), pero tambi\u00e9n de confianza en el progreso y en los recursos para el desarrollo social que cada uno de los dos mundos se atribu\u00eda.<\/p>\n\n\n\n

Una nueva edad de hielo, una nueva incomunicaci\u00f3n en las relaciones internacionales, ocupa la escena pol\u00edtica mundial.<\/p>CARLO GALLI<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Hoy, treinta a\u00f1os despu\u00e9s de la derrota y desaparici\u00f3n de la URSS en 1991, asistimos, como consecuencia m\u00e1s que probable a largo plazo de la agresi\u00f3n rusa contra Ucrania, al inicio de una segunda Guerra Fr\u00eda. Las sanciones impuestas por la UE, Estados Unidos y otras potencias occidentales para que Rusia \u00abpague un precio\u00bb tienen el objetivo (nada f\u00e1cil de conseguir) de aislarla como \u00abEstado canalla\u00bb, apartado de la din\u00e1mica econ\u00f3mica, pol\u00edtica y cultural de la sociedad internacional. Una nueva edad de hielo, una nueva incomunicaci\u00f3n en las relaciones internacionales, ocupa la escena pol\u00edtica mundial.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\r\n\t<\/picture>\r\n \n
\u00a9 Guy Bell\/REX<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

2. <\/h2>\n\n\n\n

El conflicto entre Oriente y Occidente, cuyo epicentro se encuentra en una Europa que necesita a Estados Unidos para su propia seguridad, parece as\u00ed reafirmarse como un destino, con tonos de una dureza sin precedentes, incluso m\u00e1s que en el pasado. Pero las similitudes son m\u00e1s superficiales que sustanciales. Esto puede verse si analizamos detenidamente este conflicto desde el punto de vista geopol\u00edtico. <\/p>\n\n\n\n

Si la primera Guerra Fr\u00eda hab\u00eda producido, a su manera, un orden mundial, la segunda, en cambio, se presenta bajo el signo de la incertidumbre, como un momento particularmente intenso del desorden que caracteriza el fin de la globalizaci\u00f3n. Hoy, a diferencia de entonces, el mundo no est\u00e1 realmente dividido en dos. Muchos Estados, lejos de ser marginales, permanecen alejados de cualquiera de los contendientes, con una importancia mucho mayor que los \u00abpa\u00edses no alineados\u00bb de anta\u00f1o. Y esto se aplica tanto a gigantes como China e India como a continentes enteros, como \u00c1frica y partes de Medio Oriente.<\/p>\n\n\n\n

En resumen, el conflicto ucraniano no puede atribuirse a un doble rasero. En la guerra caliente que desencaden\u00f3 la invasi\u00f3n rusa \u2014y en la Guerra Fr\u00eda que la origin\u00f3\u2014 hay muchos aspectos y niveles, unos dentro de otros. En cada uno de estos casos, los principales actores pol\u00edticos se enfrentan a dilemas y contradicciones: nada que ver con los monolitos de los dos \u00abbloques\u00bb del pasado.<\/p>\n\n\n\n

En la guerra caliente que desencaden\u00f3 la invasi\u00f3n rusa \u2014y en la Guerra Fr\u00eda que la origin\u00f3\u2014 hay muchos aspectos y niveles, unos dentro de otros.<\/p>carlo galli<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

El primer nivel es la guerra civil dentro de Ucrania, que se remonta a la d\u00e9cada de 1910, y se desencadena por la relaci\u00f3n ling\u00fc\u00edstica, cultural y espacial con Rusia. Esta relaci\u00f3n conflictiva tom\u00f3 la forma de un amargo nacionalismo antirruso a partir del siglo XIX, y desde finales del siglo XX, con la independencia formal de Ucrania, ha dado lugar a una divisi\u00f3n interna entre las minor\u00edas rusoparlantes (y rus\u00f3filas) y la mayor\u00eda proeuropea y prooccidental.<\/p>\n\n\n\n

El segundo nivel es el hecho de que Ucrania (cuyo nombre significa \u00abfrontera\u00bb) es un pe\u00f3n importante en la geopol\u00edtica europea: es uno de los dos pivotes o pilares del istmo de Curlandia, entre Kaliningrado y Odesa, cuyo control es decisivo para determinar qui\u00e9n se impone en la balanza entre Rusia y Europa; en definitiva, a trav\u00e9s de Ucrania, Rusia cumple con su actualizada vocaci\u00f3n imperial y le hace la guerra a Europa para intimidarla y abrumarla, as\u00ed como para alejar la sombra de la OTAN, que, por el contrario, precisamente por el temor al expansionismo ruso, se ha hecho con toda la pen\u00ednsula escandinava y, por tanto, con el control total del mar B\u00e1ltico. <\/p>\n\n\n\n

En su tercer nivel, la guerra tambi\u00e9n tiene una dimensi\u00f3n global<\/a>: como en las dos grandes guerras del siglo XX, lo que est\u00e1 en juego es toda Europa. En las guerras calientes del siglo XX, se la disputaron Alemania y las potencias anglosajonas; en la primera Guerra Fr\u00eda, y a\u00fan hoy, Estados Unidos y Rusia se la disputan con incentivos y amenazas. Por supuesto, dichas potencias no son sim\u00e9tricas, ya que Rusia tiene poco que ofrecer (aparte del petr\u00f3leo y el gas, que son importantes pero cuya falta se puede compensar) y mucho que amenazar, mientras que Estados Unidos ofrece, a trav\u00e9s de la OTAN, una protecci\u00f3n sin la cual los Estados europeos se ver\u00edan perjudicados por el dinamismo ruso, al que nadie m\u00e1s que Estados Unidos puede hacer frente actualmente.<\/p>\n\n\n\n

Por supuesto, est\u00e1 claro que los intereses de Estados Unidos, y por cierto del Reino Unido, no coinciden totalmente con los de Europa: la invasi\u00f3n de Ucrania proporcion\u00f3 a los anglosajones una oportunidad de oro para debilitar a Rusia mediante una guerra de desgaste y de cerco, y (sin por ello amenazar su existencia, lo que implicar\u00eda un recurso ruso a las armas at\u00f3micas) para tratar de expulsarla del Gran Juego de las potencias mundiales, en el que Putin, en cambio, quiere reintegrarse, as\u00ed como (en lo que respecta a Estados Unidos) para ejercer un control m\u00e1s estrecho sobre Europa a un bajo costo pol\u00edtico. Europa, por su parte, ha silenciado temporalmente, por leg\u00edtimo temor, sus propias divisiones internas, que, sin embargo, siempre resurgen, pues la Uni\u00f3n no es una unidad pol\u00edtica. <\/p>\n\n\n\n

Est\u00e1 claro que ser\u00e1n las armas, y las sanciones, las que decidan en \u00faltima instancia qui\u00e9n tendr\u00e1 que renunciar a qu\u00e9, y cu\u00e1ndo, para establecer las nuevas o viejas fronteras.<\/p>carlo galli<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Pero Europa necesitar\u00eda una relaci\u00f3n constructiva con Rusia para no quedar desequilibrada, y casi anquilosada, en la dimensi\u00f3n atl\u00e1ntica (y, militarmente, proyectada sobre todo en el noreste); y por otro lado, Rusia deber\u00eda seguir siendo, como en la \u00e9poca zarista y (a pesar del \u00abcord\u00f3n sanitario\u00bb establecido por Occidente) tambi\u00e9n en la \u00e9poca sovi\u00e9tica, una potencia europea, aunque \u00ablateral\u00bb. Quemar puentes no interesa ni a Europa ni a Rusia a mediano plazo: la culpa hist\u00f3rica de Putin reside tambi\u00e9n en que les ha sido imposible tener una relaci\u00f3n pol\u00edtica fisiol\u00f3gica, no s\u00f3lo de confrontaci\u00f3n, y en que se ha arriesgado a relegar a Europa por completo a Estados Unidos, y ha llevado a la propia Rusia a una relaci\u00f3n excesivamente estrecha e inevitablemente subordinada con China. Esta \u00faltima es una eventualidad que no es \u00fatil ni siquiera para los estadounidenses, que ver\u00edan frustrados los esfuerzos iniciados por Kissinger de separar a Rusia y a China para no tener que exagerar su presi\u00f3n sobre Rusia (lo que implica una divergencia, por el momento contenida, de posiciones dentro del establishment estadounidense). <\/p>\n\n\n\n

Y esto tiene que ver con el cuarto nivel de interpretaci\u00f3n: el nivel global, en el que, a trav\u00e9s de Rusia y Europa, se enfrentan Estados Unidos y China: debilitando a China (pero no demasiado) \u2014y reforzando la alianza occidental por otro lado\u2014 Estados Unidos quiere mostrar al mundo y a s\u00ed mismo que su hegemon\u00eda global no est\u00e1 en declive: aqu\u00ed se abre la posibilidad de la \u00abtrampa de Tuc\u00eddides\u00bb, es decir, un conflicto estrat\u00e9gico entre una potencia descendente y otra ascendente. Lo cierto es que en el concepto estrat\u00e9gico estadounidense, el centro de gravedad de la confrontaci\u00f3n hegem\u00f3nica es ahora el Indo-Pac\u00edfico, y ya no el Atl\u00e1ntico. La lucha contra Rusia es un frente importante y urgente, pero no es el \u00fanico, ni siquiera el principal. Por el contrario, desde este punto de vista, la OTAN deber\u00eda ampliar su acci\u00f3n para enlazarse con el sistema de alianzas estadounidense en Extremo Oriente, lo que naturalmente desconcierta a los pa\u00edses europeos, para quienes la tarea de mantener una vigilancia armada en la frontera oriental es m\u00e1s que suficiente. Por su parte, China ha asumido una neutralidad esencialmente prorrusa, ya que est\u00e1 interesada en reconstituir la masa continental asi\u00e1tica bajo su propia hegemon\u00eda; pero al mismo tiempo, tambi\u00e9n necesita mantener abierta la globalizaci\u00f3n econ\u00f3mica y financiera, que necesita para implementar el consenso y la legitimidad a nivel interno. <\/p>\n\n\n\n

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\u00a9 Guy Bell\/REX<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

Ninguno de los principales actores pol\u00edticos implicados tiene, por tanto, una l\u00ednea de acci\u00f3n inequ\u00edvoca y ventajosa, o decididamente desventajosa: tanto la guerra caliente como la guerra fr\u00eda est\u00e1n en flujo, sujetas a din\u00e1micas inciertas, inmersas en el gran desorden de la \u00abmovilizaci\u00f3n global\u00bb que ha desgarrado la globalizaci\u00f3n. La forma de la Guerra Fr\u00eda que acaba de comenzar es a\u00fan indeterminada porque la guerra caliente sigue en marcha y no se sabe c\u00f3mo ni cu\u00e1ndo terminar\u00e1; una cosa es que termine en un armisticio formal, o en una paz que d\u00e9 seguridad a Ucrania, a Rusia, a Europa (por el momento, parece que s\u00f3lo un milagro puede traer este resultado), y otra cosa es que se prolongue de manera informal en una sucesi\u00f3n de alto al fuego de facto y reanudaci\u00f3n espor\u00e1dica del conflicto armado, lo que supondr\u00eda una herida sin cicatrizar en el propio flanco de Europa y el fin de la existencia econ\u00f3mico-pol\u00edtica de Ucrania, reducida a un p\u00e1ramo, y una barbarizaci\u00f3n permanente de las relaciones internacionales. Est\u00e1 claro que ser\u00e1n las armas, y las sanciones, las que decidan en \u00faltima instancia qui\u00e9n tendr\u00e1 que renunciar a qu\u00e9, y cu\u00e1ndo, para establecer las nuevas o viejas fronteras: pero el futuro sigue envuelto en la niebla.<\/a><\/p>\n\n\n\n

La forma de la Guerra Fr\u00eda que acaba de comenzar es a\u00fan indeterminada porque la guerra caliente sigue en marcha y no se sabe c\u00f3mo ni cu\u00e1ndo terminar\u00e1<\/p>carlo galli<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

3. <\/h2>\n\n\n\n

No s\u00f3lo es una cuesti\u00f3n geopol\u00edtica \u2014que, en contra de la creencia popular, proporciona claves de interpretaci\u00f3n no deterministas\u2014; la guerra caliente en Ucrania tambi\u00e9n tiene un componente tecno-pol\u00edtico \u2014la nueva generaci\u00f3n de armas antitanques occidentales, en manos ucranianas, ha aplastado miles de tanques rusos, utilizados seg\u00fan las t\u00e1cticas \u00absovi\u00e9ticas\u00bb (que parecen ser bastante eficaces en el uso masivo de la artiller\u00eda)\u2014, mientras que la nueva Guerra Fr\u00eda ya no trata de la carrera por la tecnolog\u00eda nuclear (a la que Putin se refiere a veces, ya que la paridad at\u00f3mica era un orgullo de la URSS y es su principal legado a Rusia) sino de la energ\u00eda, el control de sus fuentes, la diversificaci\u00f3n de los suministros y las estrategias para sustituir los combustibles f\u00f3siles. Tambi\u00e9n en este caso, Rusia tiene grandes ventajas, pero la superioridad tecnol\u00f3gica occidental puede neutralizarlas. <\/p>\n\n\n\n

Adem\u00e1s de la geopol\u00edtica y la tecnolog\u00eda pol\u00edtica, el conflicto actual tiene una clara dimensi\u00f3n teol\u00f3gico-pol\u00edtica<\/a>. Lo que est\u00e1 ocurriendo, de hecho, es tambi\u00e9n el choque entre el cesaropapismo oriental de la Tercera Roma \u2014mezclado con la ideolog\u00eda imperial, euroasi\u00e1tica, antidemocr\u00e1tica y antimoderna de Alexander Dugin\u2014 por un lado, y el individualismo secularizado resultante del dualismo occidental entre pol\u00edtica y religi\u00f3n, por otro. Esto implica, si pasamos de la teolog\u00eda pol\u00edtica a la ideolog\u00eda pol\u00edtica, que Rusia deber\u00eda dejar de ver su parte europea como la cabeza de un inmenso cuerpo asi\u00e1tico, una cabeza que mira hacia Occidente (no siempre de forma amistosa, por supuesto), y en su lugar representarse a s\u00ed misma como una realidad h\u00edbrida, como un imperio bicontinental que no le debe nada a Europa Occidental y que, de hecho, se autovalida perfectamente en su propia visi\u00f3n del mundo, mientras que Occidente sigue percibi\u00e9ndolo como antiliberal, reaccionario y atrasado (y, por tanto, lo deslegitima).<\/p>\n\n\n\n

Aqu\u00ed hay otra discontinuidad con el pasado. A diferencia de la URSS, que propugnaba el comunismo, es decir, una ideolog\u00eda universalista que se dirig\u00eda a amplios sectores de toda la humanidad, la Rusia de Putin no tiene una \u00abvisi\u00f3n del mundo\u00bb exportable y atractiva: es un imperialismo nacionalista que dice poco, en positivo, al resto de la humanidad. Atrae s\u00f3lo de forma reactiva y negativa, es decir, a trav\u00e9s de la protesta antioccidental (en muchas realidades asi\u00e1ticas y africanas), o, en Europa, por el cansancio de las consecuencias que las sanciones pueden producir tambi\u00e9n en nosotros, y no s\u00f3lo en Rusia (Estados Unidos no participa en este aspecto de la confrontaci\u00f3n). <\/p>\n\n\n\n

Esta es una de las diferencias m\u00e1s cruciales entre las dos guerras fr\u00edas, la pasada y la emergente: hoy, para los europeos, las consecuencias de la confrontaci\u00f3n Este-Oeste son mucho m\u00e1s inmediatas y perceptibles.<\/p>carlo galli<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Esta es una de las diferencias m\u00e1s cruciales entre las dos guerras fr\u00edas, la pasada y la emergente: hoy, para los europeos, las consecuencias de la confrontaci\u00f3n Este-Oeste son mucho m\u00e1s inmediatas y perceptibles. De hecho, nuestras sociedades est\u00e1n en primera l\u00ednea, amenazadas menos por un apocalipsis nuclear, que es poco probable, que por una crisis econ\u00f3mica mucho m\u00e1s probable de escasez de energ\u00eda e inflaci\u00f3n que, aunque sea transitoria, sumada a las dificultades y a la inseguridad del Covid subrayadas por la guerra, podr\u00eda tener efectos profundamente deslegitimadores y perturbadores en la capacidad de resistencia de nuestros sistemas civiles y pol\u00edticos. No hubo un \u00abefecto boomerang\u00bb significativo para Occidente en la l\u00f3gica y las pr\u00e1cticas de la primera Guerra Fr\u00eda, que tambi\u00e9n se libr\u00f3 con la energ\u00eda y el entusiasmo del progresismo impl\u00edcito en el paradigma econ\u00f3mico de Bretton Woods \u2014con la reconstrucci\u00f3n y el Estado del bienestar, en respuesta al comunismo real\u2014; en cambio, hoy nos enfrentamos al desaf\u00edo de Putin desde sociedades mucho menos seguras de s\u00ed mismas y m\u00e1s propensas a verse en declive que en progreso. La resistencia sist\u00e9mica y moral es la verdadera cuesti\u00f3n en esta guerra, que por lo tanto podr\u00eda ser m\u00e1s costosa para nosotros que la otra. <\/p>\n\n\n\n

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\u00a9 Guy Bell\/REX<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

En resumen, existe el riesgo de que esta nueva guerra \u2014que en sus aspectos fr\u00edos y calientes es una guerra de fricci\u00f3n y desgaste para ambos bandos, y que promete ser larga y con desarrollos militares imprevisibles\u2014 se decidir\u00e1 en el frente interno por una serie de dificultades reales que podr\u00edan llevar a mucha gente (aunque no sea ideol\u00f3gicamente prorrusa) a preguntarse si vale la pena \u00absufrir por Kiev\u00bb, igual que en su d\u00eda se pregunt\u00f3 si val\u00eda la pena \u00abmorir por Danzig\u00bb. <\/p>\n\n\n\n

[El mundo est\u00e1 cambiando. Desde el inicio de la invasi\u00f3n rusa de Ucrania, con nuestros mapas, an\u00e1lisis y perspectivas hemos ayudado a casi 2 millones de personas a entender las transformaciones geopol\u00edticas de esta secuencia. Si encuentra \u00fatil nuestro trabajo y cree que merece apoyo, puede suscribirse aqu\u00ed<\/a>].<\/em><\/p>\n\n\n\n

Esta hip\u00f3tesis, que implica posibles cesiones y deserciones del hasta ahora unido frente de Occidente, es ciertamente apoyada por Putin, a quien no por casualidad le interesan los partidos que recogen y subrayan el descontento y la protesta, lo que pone a las fuerzas del establishment en la obligaci\u00f3n de asumir, no epis\u00f3dicamente sino radicalmente, los problemas de nuestras sociedades, y no ocultarlos bajo una fachada de optimismo.<\/p>\n\n\n\n

La resistencia sist\u00e9mica y moral es la verdadera cuesti\u00f3n en esta guerra, que por lo tanto podr\u00eda ser m\u00e1s costosa para nosotros que la otra. <\/p>carlo galli<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

La mejor respuesta que se nos ocurre es trabajar concretamente, es decir, pol\u00edticamente, para que la confianza en la democracia \u2014en su eficacia, en su capacidad de responder a las necesidades de la sociedad en su conjunto\u2014 vuelva a ser el arma decisiva en la guerra y, al mismo tiempo, el principal instrumento de paz. M\u00e1s all\u00e1 de las muchas diferencias, el punto de contacto entre la vieja y la nueva guerra fr\u00eda es que para ganar esta vez es necesario que nuestras sociedades asuman una configuraci\u00f3n econ\u00f3mica y pol\u00edtica que legitime sustancialmente el modelo de civilizaci\u00f3n occidental.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Hemos entrado en una nueva edad de hielo, cuya forma se est\u00e1 definiendo ahora.
\nA diferencia de la primera, podr\u00eda ser mucho m\u00e1s costosa para Europa Occidental. <\/p>\n

Por Carlo Galli.<\/p>\n","protected":false},"author":1366,"featured_media":5613,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"templates\/post-editorials.php","format":"standard","meta":{"_acf_changed":false,"_trash_the_other_posts":false,"footnotes":""},"categories":[128],"tags":[],"geo":[198],"person":[],"acf":[],"yoast_head":"\nLa segunda Guerra Fr\u00eda - El Grand Continent<\/title>\n<meta name=\"robots\" content=\"index, follow, max-snippet:-1, max-image-preview:large, max-video-preview:-1\" \/>\n<link rel=\"canonical\" href=\"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2022\/07\/12\/la-segunda-guerra-fria\/\" \/>\n<meta property=\"og:locale\" content=\"es_ES\" \/>\n<meta property=\"og:type\" content=\"article\" \/>\n<meta property=\"og:title\" content=\"La segunda Guerra Fr\u00eda - El Grand Continent\" \/>\n<meta property=\"og:description\" content=\"Hemos entrado en una nueva edad de hielo, cuya forma se est\u00e1 definiendo ahora. 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