Frontier<\/em>.<\/p>\n\n\n\nLas normas y los instrumentos estar\u00edan ah\u00ed para hacer frente a esta fase, \u00bfpor qu\u00e9 el sistema multilateral no parece hacerlo, con el riesgo de que se repita lo que ocurri\u00f3 en los a\u00f1os treinta: desconfianza en la democracia, resurgimiento del unilateralismo y del nacionalismo?<\/p>\n\n\n\n
Hoy, como ayer, crece el bando de quienes consideran superfluas, o incluso perjudiciales para sus propios intereses, las organizaciones internacionales, y piensan en abandonarlas.<\/p>\n\n\n\n
\u00bfLos intereses de qui\u00e9n? \u00bfLos intereses de los ciudadanos? \u00bfLos de los pueblos del mundo? No parece ser el caso.<\/p>\n\n\n\n
Las consecuencias de estas decisiones \u2014como nos ense\u00f1a la historia\u2014 desgraciadamente ya est\u00e1n escritas.<\/p>\n\n\n\n
Es hora de actuar: recordando las lecciones de la historia y teniendo en cuenta que el orden internacional no es est\u00e1tico. Es una entidad din\u00e1mica que debe ser capaz de adaptarse a los cambios, sin comprometer los principios, valores y derechos que los pueblos han conquistado y afirmado.<\/p>\n\n\n\n
Este a\u00f1o \u2014he mencionado Bandung y la Carta de San Francisco\u2014 tambi\u00e9n marca el quincuag\u00e9simo aniversario de la conclusi\u00f3n de la Conferencia de Helsinki sobre la Seguridad y la Cooperaci\u00f3n en Europa, y el trig\u00e9simo aniversario de la OSCE que surgi\u00f3 de ella.<\/p>\n\n\n\n
Hace setenta y cinco a\u00f1os, en octubre, se lanz\u00f3 el plan Pleven para la defensa europea. Era la continuaci\u00f3n de la Declaraci\u00f3n Schuman de mayo del mismo a\u00f1o, que condujo a la creaci\u00f3n de la Comunidad Europea del Carb\u00f3n y del Acero.<\/p>\n\n\n\n
Hace cuarenta a\u00f1os, en el lago Lem\u00e1n, el presidente estadounidense Ronald Reagan y el presidente de la URSS Mijail Gorbachov iniciaron el deshielo que condujo a la firma del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), por el que se eliminaban los misiles llamados del escenario europeo.<\/p>\n\n\n\n
En 1990 se firm\u00f3 en Par\u00eds el Tratado FACE para la reducci\u00f3n de las fuerzas convencionales en Europa.<\/p>\n\n\n\n
La distensi\u00f3n condujo a un dividendo de paz en forma de reducciones significativas del gasto armament\u00edstico y a una temporada de acercamiento y puesta en com\u00fan.<\/p>\n\n\n\n
Fue el comienzo de una nueva arquitectura de seguridad europea y mundial.<\/p>\n\n\n\n
Una vez m\u00e1s, prevalecieron el di\u00e1logo y el esp\u00edritu de cooperaci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n
\u00bfQu\u00e9 significa esto?<\/p>\n\n\n\n
Que la paz no es un regalo de la historia.<\/p>\n\n\n\n
Que los hombres de Estado y los pueblos deben comprometerse a alcanzarla.<\/p>\n\n\n\n
Que la paz debe desearse, construirse y preservarse.<\/p>\n\n\n\n
Incluso desplegando pacientemente medidas de confianza.<\/p>\n\n\n\n
Pensemos en la aut\u00e9ntica bater\u00eda de acuerdos y tratados internacionales que la han apuntalado a lo largo de las d\u00e9cadas.<\/p>\n\n\n\n
\u00bfQu\u00e9 queda de todo esto?<\/p>\n\n\n\n
Paso a paso, los protagonistas han empezado a violarlos, luego a denunciarlos.<\/p>\n\n\n\n
\u00bfCu\u00e1l es el precio de la seguridad? \u00bfLa amenaza del uso, cuando no la pr\u00e1ctica, de la violencia?<\/p>\n\n\n\n
Estas preguntas conciernen en primer lugar a la propia Uni\u00f3n Europea.<\/p>\n\n\n\n
\u00bfPretende Europa ser objeto de disputa internacional, zona de influencia de otros, o, por el contrario, convertirse en sujeto de la pol\u00edtica internacional, afirmando los valores de su propia civilizaci\u00f3n?<\/p>\n\n\n\n
\u00bfPuede aceptar quedar atrapada entre oligarqu\u00edas y autocracias?<\/p>\n\n\n\n
Como mucho, con la perspectiva de una \u00abfeliz vasallizaci\u00f3n\u00bb.<\/p>\n\n\n\n
Hay que elegir: \u00bfser \u00abprotegidos\u00bb o ser \u00abprotagonistas\u00bb?<\/p>\n\n\n\n
La Italia de las Comunas de los siglos XII y XIII, ambiciosa pero atrincherada en la defensa de las identidades individuales, se dio cuenta de la imposibilidad de convertirse en una masa cr\u00edtica, de sobrevivir de forma aut\u00f3noma, y acab\u00f3 siendo invadida y luego repartida.<\/p>\n\n\n\n
Europa parece encontrarse en una encrucijada, dividida como est\u00e1 entre Estados m\u00e1s peque\u00f1os y Estados que a\u00fan no se han dado cuenta de que tambi\u00e9n ellos son peque\u00f1os ante la nueva situaci\u00f3n mundial.<\/p>\n\n\n\n
La Uni\u00f3n es uno de los ejemplos m\u00e1s tangibles de integraci\u00f3n regional, y quiz\u00e1 sea el proyecto \u2014y el ejemplo de \u00e9xito\u2014 de paz y democracia m\u00e1s avanzado de la historia.<\/p>\n\n\n\n
Representa sin duda una esperanza para contrarrestar el retorno de los conflictos provocados por los nacionalismos. Es un modelo de convivencia que, no por casualidad, ha sido emulado en otros continentes, en \u00c1frica, Am\u00e9rica Latina y Asia.<\/p>\n\n\n\n
Es un punto de referencia en asuntos internacionales, para un multilateralismo din\u00e1mico y constructivo, con una propuesta de valores y normas que abandona efectivamente la enga\u00f1osa narrativa de que el comportamiento de los \u00abmalos\u00bb es m\u00e1s concreto y fruct\u00edfero que el de los llamados \u00abbuenos\u00bb.<\/p>\n\n\n\n
La Uni\u00f3n siembra y difunde el futuro de la humanidad. Testigo de ello son los acuerdos internacionales de estabilizaci\u00f3n firmados con Canad\u00e1, M\u00e9xico y el Mercosur. Las mismas pol\u00edticas de vecindad, las intenciones puestas en marcha tras la Declaraci\u00f3n de Barcelona sobre la Asociaci\u00f3n Euromediterr\u00e1nea (se cumplen treinta a\u00f1os de aquella fecha).<\/p>\n\n\n\n
Los socios internacionales deben saber que en Europa tienen un punto de referencia s\u00f3lido para las pol\u00edticas de paz y de crecimiento compartido. Un guardi\u00e1n y protector de los derechos individuales, la democracia y el Estado de derecho.<\/p>\n\n\n\n
Quien crea que estos valores pueden ponerse en entredicho sabe que, siguiendo la estela de sus precursores, Europa no traicionar\u00e1 la libertad ni la democracia.<\/p>\n\n\n\n
\u00bfLas propias alianzas s\u00f3lo se justifican por convergencias, transitorias, de intereses, y por tanto, y por definici\u00f3n, variables en geometr\u00eda, o tambi\u00e9n se basan en valores?<\/p>\n\n\n\n
Como record\u00f3 Simone Veil al Parlamento Europeo en 1979, Europa sabe que \u00ablas islas de libertad est\u00e1n rodeadas de reg\u00edmenes donde reina la fuerza bruta. Nuestra Europa es una de esas islas\u00bb.<\/p>\n\n\n\n
Permanecer atrincherados en esta isla no es la soluci\u00f3n: necesitamos un orden internacional estable y maduro para responder a la entrop\u00eda y al desorden provocados por las pol\u00edticas de poder, y para hacer frente a los grandes retos transnacionales de nuestro tiempo.<\/p>\n\n\n\n
Pero las instituciones actuales no bastan, y las ideas propuestas por la Conferencia sobre el Futuro de Europa en los \u00faltimos a\u00f1os merecen ser retomadas y puestas en pr\u00e1ctica, con una pol\u00edtica exterior y de defensa com\u00fan m\u00e1s incisiva y capaz de transmitir confianza en el papel de Europa para responder a los desaf\u00edos globales.<\/p>\n\n\n\n
Hemos demostrado que somos capaces de actuar con eficacia en caso de crisis, como hicimos durante la pandemia, y de oponernos con un frente unido a violaciones inaceptables de los derechos de los pueblos, como en el caso de la agresi\u00f3n de Rusia contra Ucrania.<\/p>\n\n\n\n
Con la misma eficacia, con la misma unidad, debemos renovarnos ahora para salvaguardar la seguridad y el bienestar de los pueblos de Europa y contribuir a la paz en el mundo, empezando por la dimensi\u00f3n mediterr\u00e1nea y las relaciones con la vecina \u00c1frica.<\/p>\n\n\n\n
No es la resignaci\u00f3n lo que debe guiarnos, sino la voluntad de concretar los pasos necesarios para alcanzar estos resultados.<\/p>\n\n\n\n
Aldo Moro, el estadista italiano asesinado por las Brigadas Rojas, en su calidad de presidente en ejercicio de las Comunidades Europeas de la \u00e9poca, que comprend\u00edan nueve pa\u00edses, en su intervenci\u00f3n en la sesi\u00f3n final de la conferencia de Helsinki, propuso dar sentido a la fase de distensi\u00f3n internacional que estaba a punto de iniciarse, subrayando que significaba \u00abla exaltaci\u00f3n de los ideales de libertad y justicia, una protecci\u00f3n cada vez m\u00e1s eficaz de los derechos humanos, el enriquecimiento de los pueblos mediante un mejor conocimiento mutuo, contactos m\u00e1s libres y un flujo cada vez mayor de ideas e informaci\u00f3n\u00bb.<\/p>\n\n\n\n
La Uni\u00f3n Europea, y Francia e Italia en su seno, debe ponerse a la cabeza de un movimiento que, afirmando los principios fundadores de nuestro orden internacional, sepa renovarlo, estando atenta a las reivindicaciones de quienes se sienten marginados por la construcci\u00f3n actual.<\/p>\n\n\n\n
Un camino que no pasa por el abandono de las organizaciones internacionales ni por el repudio de los principios y normas que nos rigen, sino por una reforma profunda y compartida del sistema multilateral, m\u00e1s integradora e igualitaria que la que pudieron realizar las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, a la que, sin embargo, hay que reconocer el gran m\u00e9rito de reunir a vencedores y vencidos para un mundo nuevo.<\/p>\n\n\n\n
Se necesitan nuevas ideas, no la aplicaci\u00f3n de viejos modelos a los nuevos intereses de unos cuantos.<\/p>\n\n\n\n