{"id":5490,"date":"2022-07-08T22:39:00","date_gmt":"2022-07-08T21:39:00","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=5490"},"modified":"2024-06-22T01:02:06","modified_gmt":"2024-06-21T23:02:06","slug":"federico-chabod-historiador-europeo-una-relectura","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2022\/07\/08\/federico-chabod-historiador-europeo-una-relectura\/","title":{"rendered":"Federico Chabod, historiador europeo. Una relectura"},"content":{"rendered":"\n

Federico Chabod fue uno de los m\u00e1s grandes historiadores del siglo XX <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Llamarle \u00abhistoriador europeo\u00bb parece evidente, tanto por el prestigio que le rodeaba como por los temas que trataba. Muchos pensar\u00e1n inmediatamente en el volumen, traducido a muchos idiomas, que re\u00fane (fusion\u00e1ndolos infelizmente en un solo texto) los cursos universitarios que Chabod dedic\u00f3 durante quince a\u00f1os a la Historia de la idea de Europa<\/em>. Sin embargo, una mirada m\u00e1s atenta a la relaci\u00f3n de Chabod con Europa y su historia tiene su parte inesperada. Tambi\u00e9n en este aspecto su figura es ejemplar: no s\u00f3lo por lo que escribi\u00f3 e hizo, sino por lo que su atormentada trayectoria puede ense\u00f1arnos.<\/p>\n\n\n\n

1.<\/h2>\n\n\n\n

En el centro de la relaci\u00f3n de Chabod con Europa y su historia est\u00e1 su relaci\u00f3n con Francia: esto es evidente, aunque hay razones subjetivas adem\u00e1s de las objetivas. Chabod, nacido en Aosta en 1901, hijo de un notario de una antigua familia del Valle de Aosta y de madre de Ivrea, hablaba italiano en casa pero conoc\u00eda perfectamente el franc\u00e9s, la lengua de su padre (as\u00ed como el patois<\/em> franco-provenzal que se hablaba en Valsavarenche) <\/span>2<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Federico era el mayor de tres hijos; Leonardo, tres a\u00f1os menor que \u00e9l, se uni\u00f3 al movimiento fascista en 1921 y particip\u00f3 en muchos actos de violencia escuadrista. En 1923, se suicid\u00f3 <\/span>3<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Ese suicidio fue una herida indeleble para Federico Chabod, lo que explica su reserva extrema, advertida por todos los que le conocieron.<\/p>\n\n\n\n

En 1921 Federico Chabod comenz\u00f3 a asistir a los cursos de la Facultad de Letras de la Universidad de Tur\u00edn. Quienes lo conocieron en esa \u00e9poca, como el cr\u00edtico literario Mario Fubini, destacan el aislamiento de Chabod en un entorno dominado por la extraordinaria personalidad de Piero Gobetti. De hecho, este \u00faltimo se hab\u00eda dado cuenta de la originalidad de los estudios del joven Chabod sobre El Pr\u00edncipe<\/em> y le hab\u00eda pedido que escribiera una monograf\u00eda sobre Maquiavelo <\/span>4<\/sup><\/a><\/span><\/span>. En 1924-1925, gracias a una beca, Chabod asisti\u00f3 al Instituto de Estudios Avanzados de Florencia, donde ense\u00f1aba Gaetano Salvemini, quien lo impresion\u00f3 profundamente por su humanidad y erudici\u00f3n <\/span>5<\/sup><\/a><\/span><\/span>. En 1925, Salvemini fue detenido y condenado por antifascismo; amnistiado y liberado, consigui\u00f3 escapar de Italia cruzando el Puerto del Peque\u00f1o San Bernardo, ayudado por Chabod, Natalino Sapegno y Carlo Guido Mor. La intensidad de su relaci\u00f3n con Salvemini, que se encontraba entonces en el exilio, queda atestiguada por tres cartas que Chabod le escribi\u00f3 desde Berl\u00edn en 1926, en las que expresaba sus sentimientos y los de sus amigos. Cito un extracto:<\/p>\n\n\n\n

\u00abT\u00fa est\u00e1s lejos, nosotros estamos divididos; y todo alrededor de este triste estruendo, al que reaccionamos, pero que s\u00f3lo puede dejar una triste amargura en el alma\u00bb <\/span>6<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

La figura de Chabod es ejemplar: no s\u00f3lo por lo que escribi\u00f3 e hizo, sino por lo que su atormentada trayectoria puede ense\u00f1arnos.<\/p>carlo ginzburg<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

La agitaci\u00f3n interior de este periodo aparece tambi\u00e9n en una carta que Chabod le escribi\u00f3 en 1925 a Natalino Sapegno (tambi\u00e9n originario del Valle de Aosta) cuando dej\u00f3 Ferrara, donde hab\u00eda dado su primer curso como profesor sustituto:<\/p>\n\n\n\n

\u00abSi hay algo de lo que me arrepiento al haber dejado Ferrara, es haberte tenido que  dejarte a ti, querido y buen amigo. Nos conocemos bien, \u00bfno? Cada uno sabe que puede contar con el otro, y que puede hablar con \u00e9l de forma sencilla, pero profunda, muy profunda.<\/p>\n\n\n\n

Es cierto que para el tormento \u00edntimo de cada uno de nosotros, el afecto de los dem\u00e1s poco o nada puede hacer: no porque no sepan y no busquen, sino porque no pueden, y deben dejar que el tormento se cumpla\u201d <\/span>7<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

El 31 de julio de 1933, tras muchas dudas, Chabod se afilia al Partido Fascista. Este fue el precio que tuvo que pagar para poder entrar al mundo acad\u00e9mico <\/span>8<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

2. <\/h2>\n\n\n\n

Las bases de las relaciones de Chabod con el mundo acad\u00e9mico europeo se establecieron durante dos viajes fuera de Italia: a Berl\u00edn, en 1925-1926, y a Simancas en 1928. Durante el primer viaje, Chabod particip\u00f3 en un seminario coordinado por Friedrich Meinecke; en el segundo, particip\u00f3 en un grupo de investigaci\u00f3n dirigido por Pietro Egidi, que recog\u00eda material de archivo relacionado con la historia del dominio espa\u00f1ol en Italia al inicio de la \u00e9poca moderna. En Simancas, Chabod conoci\u00f3 a Fernand Braudel, con quien entabl\u00f3 una amistad que dar\u00eda frutos intelectuales muchos a\u00f1os despu\u00e9s. <\/p>\n\n\n\n

En 1929, Chabod fue llamado a formar parte de la escuela de historia moderna y contempor\u00e1nea dirigida por Gioacchino Volpe <\/span>9<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Este \u00faltimo, que fue uno de los historiadores fascistas m\u00e1s influyentes, lo suficientemente desprovisto de prejuicios como para acoger entre los miembros de la escuela a su antiguo alumno Nello Rosselli, que hab\u00eda sido condenado a la deportaci\u00f3n en dos ocasiones: en primer lugar, por ser antifascista, y en segundo lugar, por ser sospechoso de haber ayudado a su hermano Carlo \u2014fundador del grupo \u00abGiustizia e Libert\u00e0\u00bb en Par\u00eds y partidario de la publicaci\u00f3n de los \u00abQuaderni\u00bb que eran su expresi\u00f3n\u2014 a escapar de Lipari. (Como es sabido, los Rosselli pertenec\u00edan a una rica familia jud\u00eda, profundamente vinculada a la historia del Risorgimento: Giuseppe Mazzini hab\u00eda muerto escondido en la casa de Pellegrino Rosselli en Pisa). <\/p>\n\n\n\n

En noviembre de 1932 se celebr\u00f3 en Roma, en la Fundaci\u00f3n Volta, una conferencia internacional sobre Europa, organizada por la Real Academia de Italia: el tema principal fue el proyecto de Uni\u00f3n Federal Europea que Aristide Briand hab\u00eda presentado a la Sociedad de Naciones en 1930 <\/span>10<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Unos meses antes de la conferencia, Nello Rosselli hab\u00eda lanzado el proyecto de una Rivista di storia europea<\/em> dedicada a \u00abestudios de historia pol\u00edtica y econ\u00f3mica del siglo XIX\u00bb. Se trataba de una respuesta impl\u00edcita a la Storia d’Europa nel secolo decimonono<\/em> de Benedetto Croce, publicada ese mismo a\u00f1o, una obra en la que la historia econ\u00f3mica estaba totalmente ausente <\/span>11<\/sup><\/a><\/span><\/span>. El objetivo declarado de la revista era superar las \u00abdeficiencias de una historiograf\u00eda de la \u00e9poca moderna y contempor\u00e1nea concebida sobre la base de compartimentos nacionales impermeables; mientras que muchas voces autorizadas se alzan con la esperanza de que la historia de las naciones individuales de Europa en los \u00faltimos siglos sea mejor iluminada y comprendida al ponerla en contacto inmediato con la historia colectiva de Europa\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

En Simancas, Chabod conoci\u00f3 a Fernand Braudel, con quien entabl\u00f3 una amistad que dar\u00eda frutos intelectuales muchos a\u00f1os despu\u00e9s. <\/p>carlo ginzburg<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Todo ello inspirar\u00eda, subrayaba el texto, \u00abla investigaci\u00f3n sobre las relaciones entre las naciones (gobiernos, pueblos, \u00e9lites), sobre las influencias rec\u00edprocas, sobre las causas comunes de las experiencias comunes, sobre el porqu\u00e9 y el c\u00f3mo de las divergencias persistentes, y al mismo tiempo sobre el porqu\u00e9 y el c\u00f3mo de una primera afirmaci\u00f3n, en el seno de las naciones europeas, de la conciencia de un destino com\u00fan, de intereses comunes, de una cultura com\u00fan\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Hoy, estas observaciones pueden parecer banales: pero no lo eran en absoluto en la Italia fascista de principios de los a\u00f1os treinta. Insistir en la \u00abconciencia de un destino com\u00fan, de intereses comunes, de una cultura com\u00fan\u00bb ligada a \u00abla historia colectiva de Europa\u00bb era rechazar la ideolog\u00eda nacionalista (aunque con pretensiones universalistas) basada en el culto a la romanidad. No sorprende que este rechazo impl\u00edcito fuera formulado por un historiador como Nello Rosselli, dos veces condenado a la deportaci\u00f3n por antifascismo. Lo sorprendente es que creyera que pod\u00eda difundir estas ideas en la Italia fascista de los a\u00f1os 30. <\/p>\n\n\n\n

Nello Rosselli parece haberse dado cuenta poco a poco de las dificultades de su proyecto. Por un lado, se puso en contacto con una serie de personalidades influyentes, todas ellas firmantes del Manifiesto de Intelectuales Antifascistas iniciado por Benedetto Croce: el soci\u00f3logo Guglielmo Ferrero, el economista Luigi Einaudi, el historiador Gino Luzzatto y el abogado Francesco Ruffini. Por otra parte, implic\u00f3 a sus amigos, empezando por Leone Ginzburg, que en septiembre de 1932 hab\u00eda publicado bajo seud\u00f3nimo, en el n\u00famero 4 de los Quaderni di Giustizia e Libert\u00e0<\/em>, un art\u00edculo titulado \u00abIl concetto di autonomia nel programma di G. L.\u00bb <\/span>12<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Al principio, Nello Rosselli hab\u00eda pensado en publicar la revista en franc\u00e9s, posiblemente en Ginebra (donde Guglielmo Ferrero daba clases), aunque el verdadero objetivo segu\u00eda siendo el p\u00fablico italiano. \u201cPero vale la pena se\u00f1alar\u00bb, escribi\u00f3 Rosselli a Ferrero el 15 de octubre de 1932, \u00abque si quiere que la revista circule libremente tambi\u00e9n en Italia y tenga colaboradores italianos, debe evitar bajo cualquier circunstancia que aparezca como una emanaci\u00f3n de personalidades mal vistas por el gobierno actual\u00bb. Fue entonces cuando, el 17 de mayo de 1933, tras varios meses de reflexi\u00f3n (mientras tanto, Hitler hab\u00eda tomado el poder total en Alemania), Nello Rosselli escribi\u00f3 a Carlo Morandi: \u00abSometer\u00e9 el caso a Volpe, a quien ver\u00e9 en los pr\u00f3ximos d\u00edas, y le pedir\u00e9 consejo y ayuda\u00bb <\/span>13<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

La conversaci\u00f3n con Gioacchino Volpe, que tuvo lugar en Roma los d\u00edas 9 y 10 de junio, puede reconstruirse gracias a las notas tomadas por Rosselli:<\/p>\n\n\n\n

\u00abEl momento ser\u00eda especialmente apropiado, en Italia, para lanzar nuestra revista. Despu\u00e9s de la conferencia de Volta, Mussolini nos invit\u00f3 a continuar y a retomar, de manera cient\u00edfica, la direcci\u00f3n ya tomada. Nuestra revista podr\u00eda convenir a las orientaciones de M[ussolini], mientras sea ajena a la pol\u00edtica. Si la revista se va a producir, V[olpe] se compromete a hablar de ella en las altas esferas y a obtener previamente la aprobaci\u00f3n necesaria.\u00bb<\/p>\n\n\n\n

Ese mismo d\u00eda, el 10 de junio, Rosselli registr\u00f3 en sus notas las impresiones de una conversaci\u00f3n que hab\u00eda mantenido con Chabod: \u00abEs mucho m\u00e1s favorable a la revista de lo que yo pensaba; y lejos de estar en contra, me parece, de la posible entrada en una editorial, siempre y cuando Volpe est\u00e9 a la cabeza\u00bb <\/span>14<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, poco despu\u00e9s, todo se vino abajo. Carlo Morandi declar\u00f3 que dejaba la redacci\u00f3n porque su relaci\u00f3n con Nello Rosselli lo hab\u00eda perjudicado (no se sabe por qu\u00e9, ni ante qui\u00e9n). Chabod, coment\u00f3 Rosselli con amargura, seguir\u00eda sin duda a Morandi <\/span>15<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

El 23 de abril de 1934, Gioacchino Volpe escribi\u00f3 a Rosselli:<\/p>\n\n\n\n

\u00abLe habr\u00e1n dado la respuesta que obtuve del jefe del gobierno sobre la publicaci\u00f3n de esta revista en particular: \u00a1nada en contra! Le digo esto por si la idea no est\u00e1 muerta\u201d <\/span>16<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

La actitud favorable de Mussolini se habr\u00eda visto reforzada por los Protocolos de Roma, que preve\u00edan un acuerdo tripartito entre Italia, Austria y Hungr\u00eda, firmados el 17 de marzo de 1934 por el canciller austriaco Engelbert Dollfuss (asesinado el 25 de julio del mismo a\u00f1o). En esta fase de tensi\u00f3n entre los reg\u00edmenes fascista y nazi, que pronto llegar\u00eda a su fin, algunos \u2014incluido el propio Volpe\u2014 pueden haber visto la futura Rivista di storia europea<\/em> como un posible instrumento para contrarrestar los planes de hegemon\u00eda cultural de Alemania. Pero para Rosselli, el proyecto estaba ya liquidado, como demuestra la carta que escribi\u00f3 a Volpe el 29 de abril de 1934:<\/p>\n\n\n\n

\u00abAhora usted me dice (algo que yo no sab\u00eda) que en las altas esferas nada se opondr\u00eda a la publicaci\u00f3n de la revista. Una circunstancia esencial, sin duda: sin embargo, me temo que las dificultades subsisten. En resumen, \u00bfpodr\u00eda la revista, incluso ahora, seguir llevando a cabo su programa exclusivamente cient\u00edfico sin problemas?\u00bb <\/span>17<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

\u00abIncluso ahora\u00bb, y quiz\u00e1s \u00abespecialmente ahora\u00bb. Detr\u00e1s de la amarga pregunta ret\u00f3rica de Nello Rosselli, podemos ver un sentimiento de profunda soledad. Federico Chabod y Carlo Morandi lo hab\u00edan abandonado; el 13 de marzo, Leone Ginzburg fue detenido por conspiraci\u00f3n antifascista (el d\u00eda anterior hab\u00eda escrito a Rosselli ofreci\u00e9ndole publicar un libro en la nueva editorial fundada por Giulio Einaudi). La Rivista di storia europea<\/em>, si se convert\u00eda en una realidad y no se quedaba en un simple proyecto, corr\u00eda el riesgo de ser utilizada como instrumento de propaganda por el r\u00e9gimen.<\/p>\n\n\n\n

En 1937, Nello se une a su hermano Carlo en Francia. Poco despu\u00e9s, ambos fueron asesinados en Bagnoles-de-l’Orne por militantes de La Cagoule, presumiblemente por orden de Mussolini.<\/p>\n\n\n\n

3. <\/h2>\n\n\n\n

Me detuve en este episodio aparentemente intrascendente \u2014una revista que nunca vio la luz\u2014 por dos razones:<\/p>\n\n\n\n

(a) porque el recuerdo de las discusiones relacionadas con el proyecto de la Rivista di storia europea<\/em> contribuy\u00f3, diez a\u00f1os despu\u00e9s, en un contexto profundamente diferente, a la primera formulaci\u00f3n del tema al que Federico Chabod dedic\u00f3 tres cursos universitarios: la historia de la idea de Europa;    <\/p>\n\n\n\n

b) porque la estrategia utilizada, sin \u00e9xito, por Nello Rosselli para realizar su proyecto implicaba un panorama lleno de matices, de \u00abzonas grises\u00bb, para retomar la met\u00e1fora que, gracias a Primo Levi, se ancl\u00f3 en nuestro vocabulario <\/span>18<\/sup><\/a><\/span><\/span>. (Se trata de una met\u00e1fora que no debe confundirse con \u00abbigi<\/em>\u00ab <\/span>19<\/sup><\/a><\/span><\/span>, palabra con la que se denominaba a los antifascistas en Florencia en los a\u00f1os 30) <\/span>20<\/sup><\/a><\/span><\/span>. En esta gama de grises estaba sin duda Chabod, a quien Nello Rosselli consideraba digno de confianza, a pesar de ser miembro del partido fascista (aunque en el momento decisivo, Chabod no acudi\u00f3 al llamado) <\/span>21<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Rosselli, y otros con \u00e9l, incluso percibieron un matiz de gris, de potencial flexibilidad, en un personaje inequ\u00edvocamente \u00abnegro\u00bb como Gioacchino Volpe.  <\/p>\n\n\n\n

La existencia de estas categor\u00edas, formuladas de forma diversa seg\u00fan los actores, debe tenerse en cuenta para evaluar, a la luz de nuestras propias categor\u00edas, la trayectoria de Federico Chabod como \u00abhistoriador europeo\u00bb <\/span>22<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n <\/picture>\r\n \n
Nero su Bianco #2 \u00a9 Davide Camisasca<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n

4. <\/h2>\n\n\n\n

El t\u00e9rmino \u00abhistoriador europeo\u00bb que us\u00e9 para el t\u00edtulo de este art\u00edculo es deliberadamente indeterminado. Se refiere sobre todo al enfoque de Chabod, como pol\u00edtico y como historiador, sobre el tema de Europa, a lo largo de los siglos y de los a\u00f1os, a largo y a muy corto plazo, para retomar las categor\u00edas que hizo famosas su amigo Fernand Braudel. Pero Chabod fue tambi\u00e9n un \u00abhistoriador europeo\u00bb por la importancia que su obra historiogr\u00e1fica ha tenido y tendr\u00e1 a nivel internacional <\/span>23<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Tanto sus escritos sobre Maquiavelo como sus conferencias sobre la Italia contempor\u00e1nea pronunciadas en franc\u00e9s en la Sorbona en 1950 han sido traducidos a muchos idiomas. Y sin embargo, si tuviera que se\u00f1alar una cumbre absoluta en la obra de Chabod, citar\u00eda un libro que nunca ha sido traducido: Per la storia religiosa dello Stato di Milano durante il dominio di Carlo V<\/em>, publicado en 1938. Citar\u00e9 una p\u00e1gina (pido disculpas por la longitud del extracto):<\/p>\n\n\n\n

\u00abEn 1544, sin poder precisar mejor la fecha, en la canciller\u00eda secreta, en una hoja de papel preparada \u2014y que, poco despu\u00e9s, habr\u00eda servido al mismo gran canciller Taverna para una carta a Del Vasto [Alfonso d’Avalos, gobernador del estado de Mil\u00e1n] sobre asuntos financieros\u2014, una mano desconocida, pero sin duda la de uno de los secretarios o escribas, comenz\u00f3 a trazar, en la tranquilidad de su despacho y en el intervalo entre un trabajo y otro, unas notas que resumen la vida interior de aquellos d\u00edas, con sus pensamientos y preocupaciones: una especie de liberaci\u00f3n confiada en secreto al papel y no a los amigos. As\u00ed, a este funcionario que, s\u00f3lo para s\u00ed mismo, concreta sus preocupaciones en una hora de oficina, no le viene otra cosa a la mente que el libre albedr\u00edo y la predestinaci\u00f3n; al hombre que, por un momento, se retira de su papeleo y, espoleado por Dios <\/span>24<\/sup><\/a><\/span><\/span>, se deja inspirar por su propia imaginaci\u00f3n, no le vienen a la mente lemas o poemas juguetones, como ha ocurrido en el pasado y ocurrir\u00e1 en el futuro con otros funcionarios, sino referencias a Juan Cris\u00f3stomo, Ambrosio Caterino y, en general, a los \u00abproverbios\u00bb en materia religiosa, es decir, a las afirmaciones que aplastan al hombre bajo el peso de la predestinaci\u00f3n o, por el contrario, a las afirmaciones que confieren libre albedr\u00edo a la criatura humana, para no hacerla m\u00e1s miserable que todas las bestias (…) Pero es precisamente la inquieta superposici\u00f3n de proposiciones no homog\u00e9neas, su sucesi\u00f3n sobre el papel una al lado de la otra, lo que revela el profundo inter\u00e9s suscitado por tales cuestiones, as\u00ed como la molestia que causaban en el alma de los hombres acostumbrados a vivir en las creencias heredadas de sus antepasados con sus nombres y sus bienes, y llevados de repente a plantearse el angustioso problema de la salvaci\u00f3n…\u201d <\/span>25<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Chabod fue tambi\u00e9n un \u00abhistoriador europeo\u00bb por la importancia que su obra historiogr\u00e1fica ha tenido y tendr\u00e1 a nivel internacional.<\/p>carlo ginzburg<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

D\u00e9jenme contarles un recuerdo personal. Le\u00ed esta p\u00e1gina por primera vez, junto con el documento que se comenta en el ap\u00e9ndice del libro de Chabod \u2014un libro que formaba parte del temario de mi examen de historia moderna con Armando Saitta\u2014 en el verano de 1959; ten\u00eda veinte a\u00f1os. Me qued\u00e9 asombrado: en los pocos libros de historia que hab\u00eda le\u00eddo hasta entonces, nunca hab\u00eda visto nada parecido. No sab\u00eda que Delio Cantimori (en quien ya reconoc\u00eda a mi maestro) hab\u00eda dedicado una rese\u00f1a al libro de Chabod en el Archiv f\u00fcr Reformationsgeschichte<\/em>, donde destacaba el valor de la p\u00e1gina que tanto me hab\u00eda impresionado:<\/p>\n\n\n\n

\u00abAqu\u00ed nos ofrece uno de esos an\u00e1lisis hist\u00f3rico-psicol\u00f3gicos que dan a sus obras tanta viveza y tanta fuerza de persuasi\u00f3n\u00bb <\/span>26<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

En 1960, poco despu\u00e9s de la muerte de Chabod, Cantimori retom\u00f3 estos pasajes, cit\u00e1ndolos extensamente, y los calific\u00f3 de \u00abadmirables p\u00e1ginas anal\u00edticas sobre el renacimiento religioso, articuladas en torno a una lectura muy fina e igualmente experta en el plano literario\u00bb <\/span>27<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Todo esto es cierto. Pero, junto a la psicolog\u00eda y la calidad literaria, yo insistir\u00eda, hoy m\u00e1s que nunca, en la capacidad de Chabod para transformar frases en lat\u00edn, garabateadas en el reverso de un documento por un asistente desconocido de la canciller\u00eda, en un testimonio hist\u00f3rico revelador. Uno recuerda inevitablemente una famosa p\u00e1gina de la Apolog\u00eda para la Historia<\/em> de Bloch:<\/p>\n\n\n\n

\u00abEn nuestra inevitable subordinaci\u00f3n al pasado, condenados, como lo estamos, a conocerlo \u00fanicamente por sus huellas, por lo menos hemos conseguido saber mucho m\u00e1s acerca de \u00e9l que lo que tuvo a bien dejarnos dicho. Es, consider\u00e1ndolo bien, una gran venganza de la inteligencia sobre lo dado.\u00bb <\/span>28<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Llevar los testimonios involuntarios al conocimiento hist\u00f3rico; leer los testimonios involuntarios de forma inesperada. La convergencia a este nivel entre dos historiadores tan diferentes como Marc Bloch y Federico Chabod me parece innegable.<\/p>\n\n\n\n

5. <\/h2>\n\n\n\n

El libro Per la storia religiosa dello Stato di Milano<\/em> se public\u00f3 en 1938. Fue en ese a\u00f1o \u2014el de las leyes raciales\u2014 cuando comenz\u00f3 el desprendimiento (no documentado) de Chabod del fascismo <\/span>29<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Lo cierto es que, en 1942, Chabod entr\u00f3 en contacto con el clandestino Partido de Acci\u00f3n. Poco despu\u00e9s, en el curso de Historia Moderna sobre \u00abLa idea de Europa\u00bb, impartido en la Universidad de Mil\u00e1n en 1943-1944, bajo los bombardeos, las alusiones pol\u00e9micas a temas relacionados con el presente fueron, como se puede ver en los folletos, muy expl\u00edcitas. Este es el caso, por ejemplo, de este pasaje:<\/p>\n\n\n\n

\u00abLa exaltaci\u00f3n actual de la \u2018sangre\u2019 y del \u2018suelo\u2019, la transformaci\u00f3n de la idea de naci\u00f3n en la de poblaci\u00f3n como comunidad de sangre, son la conclusi\u00f3n l\u00f3gica del modo naturalista de apreciar el car\u00e1cter de las naciones: que es, por tanto, el modo m\u00e1s primitivo y burdo\u00bb <\/span>30<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Pero incluso el nacionalismo espiritual, teorizado a muy alto nivel por Herder, el inventor del t\u00e9rmino, se caracteriza, seg\u00fan Chabod, por verdaderos \u00ababsurdos\u00bb: <\/p>\n\n\n\n

\u00abDe \u00e9l [Herder] o\u00edmos preceptos que ciertamente no est\u00e1n lejos de los de los nacionalistas extremistas de nuestro tiempo: \u2018La naci\u00f3n m\u00e1s ignorante, la m\u00e1s rica en prejuicios, suele ser la primera: la \u00e9poca de las inmigraciones de los deseos extranjeros, de los viajes de las esperanzas al extranjero, es ya una enfermedad, una plenitud de aire, una hinchaz\u00f3n malsana, un presagio de muerte\u2019. Autarqu\u00eda espiritual, en definitiva: \u00a1qu\u00e9 contraste con el deseo de abrazar el mundo que caracteriz\u00f3 a la Ilustraci\u00f3n!\u201d <\/span>31<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Chabod retom\u00f3 la oposici\u00f3n entre las dos \u00abformas de considerar la naci\u00f3n, la naturalista, que conduce inevitablemente al racismo, y la voluntarista\u00bb en su curso universitario, y subray\u00f3 que \u00abdesde el principio en tierra alemana, la evaluaci\u00f3n \u00e9tnica (es decir, naturalista) se hace sentir (…) El pensamiento italiano, en cambio, desarrolla la idea de naci\u00f3n sobre una base decididamente \u2018voluntarista\u2019\u00bb <\/span>32<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Tras la expresi\u00f3n de esta divergencia, llegamos al presente: as\u00ed termina la primera parte del curso, dedicada a la naci\u00f3n. Comienza la segunda parte, dedicada a la idea de Europa.<\/p>\n\n\n\n

6. <\/h2>\n\n\n\n

Llegados a este punto, conviene dar un paso atr\u00e1s. La introducci\u00f3n del curso comienza as\u00ed:<\/p>\n\n\n\n

\u00abEn los \u00faltimos a\u00f1os se ha hablado y se sigue hablando mucho de Europa y de la civilizaci\u00f3n europea, del antieurope\u00edsmo y de las fuerzas opuestas a la civilizaci\u00f3n europea (…) Pero si uno se detiene a analizar un poco m\u00e1s de cerca lo que se entiende por \u2018Europa\u2019, se da cuenta inmediatamente de la enorme confusi\u00f3n que reina en las mentes de quienes hablan y escriben sobre ella con tanto ah\u00ednco e insistencia. El valor exacto de este t\u00e9rmino permanece oculto (…) No se trata, por tanto, de la historia de Europa, tal y como se entiende com\u00fanmente, como la historia de los acontecimientos pol\u00edticos, militares y econ\u00f3micos, ni de la historia de una sucesi\u00f3n cronol\u00f3gica de acontecimientos, ni siquiera de la historia de la civilizaci\u00f3n y la cultura que florecieron en Europa, sino de la historia de los \u2018pensamientos\u2019 sobre Europa.<\/p>\n\n\n\n

Es una historia que todav\u00eda se conoce muy poco\u201d <\/span>33<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfQu\u00e9 pudo impulsar a Chabod a elegir este tema, m\u00e1s all\u00e1 de que estaba en boga? Stuart Woolf recordaba que Ernesto Sestan (amigo cercano de Chabod), en la secci\u00f3n \u00abEuropa\u00bb de la Enciclopaedia Treccani<\/em>, esperaba que se produjera \u00abuna obra que tratara org\u00e1nicamente de la formaci\u00f3n de una conciencia europea, es decir, de la conciencia de una unidad espiritual europea\u00bb. Pero este deseo se contradice con la aclaraci\u00f3n de Sestan de que este elemento puede encontrarse \u00aben las llamadas historias universales, que son entonces, en esencia, historias europeas\u00bb <\/span>34<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Por tanto, yo dejar\u00eda de lado a Sestan y formular\u00eda otra hip\u00f3tesis.<\/p>\n\n\n\n

[El mundo est\u00e1 cambiando. Desde el inicio de la invasi\u00f3n rusa de Ucrania, con nuestros mapas, an\u00e1lisis y perspectivas hemos ayudado a casi 2 millones de personas a entender las transformaciones geopol\u00edticas de esta secuencia. Si encuentra \u00fatil nuestro trabajo y cree que merece apoyo, puede suscribirse aqu\u00ed<\/a>].<\/em><\/p>\n\n\n\n

El material del curso de Chabod se abre con una cr\u00edtica mordaz a la conferencia sobre Europa celebrada, como ya mencion\u00e9, en la Fundaci\u00f3n Volta en 1932. Sin embargo, en una nota titulada \u00abProbl\u00e8mes d’Europe\u00bb, publicada en los Annales d’histoire \u00e9conomique et sociale en 1935<\/em>, Marc Bloch hab\u00eda formulado una cr\u00edtica igualmente severa:<\/p>\n\n\n\n

\u00abLlama la atenci\u00f3n, adem\u00e1s, constatar en estos dos vol\u00famenes [de la Fundaci\u00f3n Volta], entre tantas disertaciones en las que el nombre de Europa se repite constantemente, la ausencia de cualquier intento serio de arrojar luz sobre la historia de esta noci\u00f3n, de remontar su g\u00e9nesis, tanto en las representaciones mentales como en los hechos, y de precisar sus vicisitudes. No es mi intenci\u00f3n resolver estos grandes problemas en unas cuantas l\u00edneas. El propio destino de la palabra, que yo sepa, nunca ha sido descrito\u201d <\/span>35<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Esta \u00faltima frase fue retomada por Chabod casi palabra por palabra:<\/p>\n\n\n\n

\u00abEl valor exacto de dicho t\u00e9rmino sigue siendo oscuro\u00bb <\/span>36<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

La \u00absem\u00e1ntica hist\u00f3rica\u00bb de Bloch fue mencionada por Denis Hay en 1957 al presentar su libro Europe. The Emergence of an Idea<\/em> <\/span>37<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Pero Chabod, siguiendo a Bloch, ya hab\u00eda emprendido este camino muchos a\u00f1os antes.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n <\/picture>\r\n \n
Nero su Bianco #4 \u00a9 Davide Camisasca<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n

7. <\/h2>\n\n\n\n

Lo que llama la atenci\u00f3n de la Historia de la idea de Europa<\/em> de Chabod medio siglo despu\u00e9s, escribe Stuart Woolf, es quiz\u00e1 \u00absu absoluto eurocentrismo (…) Las colonias exist\u00edan para Chabod s\u00f3lo como peones en las luchas de poder entre las grandes potencias: Estados Unidos en primer lugar, Jap\u00f3n, la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica y la Commonwealth brit\u00e1nica\u00bb <\/span>38<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Esta cr\u00edtica, formulada en un ensayo notable en muchos aspectos, me parece inaceptable. Como hemos visto, Chabod no se propuso reconstruir la historia de Europa, sino la formaci\u00f3n de la conciencia europea. En esta perspectiva, destac\u00f3 la importancia de los descubrimientos geogr\u00e1ficos:<\/p>\n\n\n\n

\u00abEl conocimiento de nuevos mundos impulsa, por una tendencia natural, a los europeos a tratar de delinear con mayor claridad sus propios caracteres en \u2018contraste\u2019 con los de los dem\u00e1s: el momento del \u2018contraste\u2019 es siempre decisivo en tal proceso\u00bb <\/span>39<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

En la introducci\u00f3n de su curso universitario, Chabod mencion\u00f3 los precedentes de este movimiento estrat\u00e9gico: los libros de Gilbert Chinard (L’exotisme am\u00e9ricain dans la litt\u00e9rature fran\u00e7aise au XVI\u00e8me si\u00e8cle<\/em> y L’Am\u00e9rique et le r\u00eave exotique au six-septi\u00e8me et dix-huiti\u00e8me si\u00e8cle<\/em>) y La crisis de la consciencia europea<\/em> de Paul Hazard <\/span>40<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Los descubrimientos geogr\u00e1ficos hab\u00edan permitido criticar ciertos aspectos de la sociedad europea: el ensayo de Montaigne sobre los can\u00edbales es un ejemplo excelente. Pero, advirti\u00f3 Chabod, \u00abla pol\u00e9mica antieuropea<\/em> no se lleva a cabo porque se quiera realmente el fin de Europa, sino porque se quiere una vida m\u00e1s elevada para ella; no deriva del odio, sino de un gran amor. Nadie es m\u00e1s europeo<\/em> que esos hombres que acusan a las costumbres de Europa; nadie aprecia m\u00e1s que ellos los altos valores de civilizaci\u00f3n que representa la tradici\u00f3n europea. Precisamente para salvaguardar estos valores civiles y humanos<\/em>, estos fil\u00f3sofos y hombres de letras, desde Montaigne hasta Voltaire, deploran las malas costumbres de Europa, especialmente en materia de pol\u00edtica, es decir, deploran las constantes guerras y odios entre Estados y entre partidos\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

La insistencia en el valor decisivo de la tradici\u00f3n francesa, que culmina con la Ilustraci\u00f3n, en la construcci\u00f3n de la idea europea puede parecer obvia. Si se examina el contexto en el que (y contra el que) escrib\u00eda Chabod, no suced\u00eda lo mismo en aquella \u00e9poca. Que yo sepa, este contexto ha sido extra\u00f1amente ignorado por quienes han estudiado su curso sobre la Idea de Europa<\/em>.<\/p>carlo ginzburg<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Por ello, Chabod observ\u00f3 que \u00abcon respecto a la historia del concepto de Europa, esta \u00faltima corriente pol\u00e9mica antieuropea tiene una importancia fundamental, precisamente porque a trav\u00e9s de ella se establecen las caracter\u00edsticas consideradas t\u00edpicas de Europa, en contraposici\u00f3n a las de los dem\u00e1s continentes\u00bb <\/span>41<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Estas caracter\u00edsticas consisten en \u00abla vida de la sociedad (…) que se convierte en un factor de civilizaci\u00f3n no menos importante que una s\u00f3lida organizaci\u00f3n pol\u00edtica o el racionalismo econ\u00f3mico: y se convierte en ello sobre todo por los franceses\u00bb <\/span>42<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

De ah\u00ed la conclusi\u00f3n del curso: \u00abHemos insistido en los escritores franceses del siglo XVIII\u00bb, en particular, Montesquieu y Voltaire, \u00abporque en verdad la formulaci\u00f3n definitiva del concepto de Europa es sobre todo obra suya. Nadie ha dado m\u00e1s sentido a Europa que ellos; nadie ha hecho m\u00e1s por imponerla y hacerla triunfar\u00bb <\/span>43<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

8. <\/h2>\n\n\n\n

Hoy, esta insistencia en el valor decisivo de la tradici\u00f3n francesa, que culmina con la Ilustraci\u00f3n, en la construcci\u00f3n de la idea europea puede parecer obvia. Si se examina el contexto en el que (y contra el que) escrib\u00eda Chabod, no suced\u00eda lo mismo en aquella \u00e9poca. Que yo sepa, este contexto ha sido extra\u00f1amente ignorado por quienes han estudiado su curso sobre la Idea de Europa<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

El 1 de marzo de 1941, la revista Primato<\/em>, dirigida por Giuseppe Bottai, public\u00f3 una respuesta de Camillo Pellizzi a Le Universit\u00e0 e la cultura<\/em>. He aqu\u00ed un extracto:<\/p>\n\n\n\n

\u00abLa [guerra] en curso, que al principio aparece como un conflicto de intereses, es decir, los intereses sacrosantos de los pueblos pobres, trabajadores y explotados secularmente, se le aparecer\u00e1 finalmente al historiador desde el \u00e1ngulo de un gran conflicto cultural. Es la cultura occidentalizante de los dos o tres \u00faltimos siglos la que se derrumba, la cultura franco-brit\u00e1nica, protestante y racionalista, individualista y anal\u00edtica, utilitaria y estetizante; una gran cultura, y grande, tr\u00e1gica y ruinosa aparece en su derrumbe. \u00bfQui\u00e9n tomar\u00e1 el relevo?\u201d <\/span>44<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

A pesar del trabajo realizado por los fascistas y los nacionalsocialistas, concluye Pellizzi, a\u00fan queda mucho por hacer: \u00abEs in\u00fatil tener ideas si no se tienen bayonetas; pero es a\u00fan m\u00e1s in\u00fatil, y en \u00faltima instancia, perjudicial, tener bayonetas si no se tienen ideas\u201d.<\/p>\n\n\n\n

Camillo Pellizzi, director del Instituto Nacional de Cultura Fascista, estaba estrechamente vinculado a Giuseppe Bottai, director de Primato<\/em>, la revista que, poco despu\u00e9s de la entrada de Italia en la guerra, hab\u00eda lanzado un debate sobre el \u00abnuevo romanticismo\u00bb que deb\u00eda oponerse a la cultura del humanitarismo y del progreso, que \u00abItalia y Alemania, obedeciendo a las exigencias m\u00e1s profundas de su historia\u00bb, hab\u00edan \u00abenterrado\u00bb <\/span>45<\/sup><\/a><\/span><\/span>. El curso de Chabod de 1943-1944 se abri\u00f3 con una severa cr\u00edtica al coloquio sobre la idea de Europa que Pellizzi (a quien no nombr\u00f3) hab\u00eda organizado en 1942, y termin\u00f3 se\u00f1alando que \u00abla formulaci\u00f3n definitiva del concepto de Europa\u00bb hab\u00eda sido principalmente obra de los escritores franceses del siglo XVIII. Este mensaje, no s\u00f3lo historiogr\u00e1fico sino tambi\u00e9n pol\u00edtico, era extremadamente claro. En cambio, la l\u00ednea de Primato<\/em>, dictada por su director, Giuseppe Bottai, estaba marcada por muchas ambig\u00fcedades. Luisa Mangoni ve\u00eda la revista no s\u00f3lo como un testimonio de la crisis que atravesaba el fascismo, sino tambi\u00e9n como preludio de la evoluci\u00f3n futura: as\u00ed, atribuy\u00f3 al debate sobre el \u00abnuevo romanticismo\u00bb una \u00abimportancia casi decisiva en la historia de la revista Primato<\/em> y, en general, de la cultura italiana. La fractura que represent\u00f3, que marca un l\u00edmite entre un antes y un despu\u00e9s, tiene, nos parece, un valor que (…) va m\u00e1s all\u00e1 de los a\u00f1os de la guerra\u00bb <\/span>46<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Un texto bastar\u00e1 para aclarar el significado de la declaraci\u00f3n de Luisa Mangoni. Se trata de un art\u00edculo de Giaime Pintor, publicado en Primato<\/em> el 15 de agosto de 1941, en el que se rechaza violentamente el llamado al \u00abnuevo romanticismo\u00bb, que se hab\u00eda presentado desde varios \u00e1ngulos:<\/p>\n\n\n\n

\u00abSon precisamente los vestigios de este pathos rom\u00e1ntico los que constituyen el mayor peso muerto que arrastra la Europa intelectual. Los mitos rom\u00e1nticos brillan con todo su vigor en nuestro cielo; y rom\u00e1nticos son los \u00eddolos a los que se sacrifica la parte m\u00e1s corrupta de Europa. Frente a esta decadencia un\u00e1nime, la diosa Raz\u00f3n de Robespierre, objeto de muchos sarcasmos, aparece bajo una luz noble y serena; y los hombres y momentos del siglo XVIII olvidados o condenados como antihist\u00f3ricos retoman su funci\u00f3n ejemplar\u201d <\/span>47<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Delio Cantimori, a quien Pintor consideraba uno de sus maestros, escribi\u00f3 a su joven amigo (ten\u00eda entonces 22 a\u00f1os) que le hab\u00eda gustado su art\u00edculo, pero a\u00f1adi\u00f3: \u00abEstoy de acuerdo en lo de la diosa Raz\u00f3n, pero no era la diosa de Robespierre, que era m\u00e1s bien el instigador del culto al Ser Supremo (…) el sentimentalismo del Ser Supremo es uno de los aspectos menos agradables de este hombre\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

El significado pol\u00edtico del art\u00edculo de Pintor (que Cantimori obviamente se abstuvo de comentar) no hab\u00eda escapado a la atenci\u00f3n del editor de Primato<\/em>, Giuseppe Bottai. El art\u00edculo iba precedido de una breve nota editorial que comenzaba as\u00ed:<\/p>\n\n\n\n

\u00abEn un punto, podemos estar inmediatamente de acuerdo en que Pintor tiene raz\u00f3n cuando dice que las preguntas mal hechas siempre tienen mucho \u00e9xito\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Est\u00e1 claro que el debate sobre el \u00abnuevo romanticismo\u00bb estaba tomando un cariz peligroso: hab\u00eda que detenerlo cuanto antes, y as\u00ed fue <\/span>48<\/sup><\/a><\/span><\/span>. En t\u00e9rminos decididamente poco convencionales, Pintor subray\u00f3 que una generaci\u00f3n m\u00e1s joven (la suya) podr\u00eda retomar aquellos \u00abhombres y momentos del siglo XVIII que hab\u00edan sido olvidados o condenados como antihist\u00f3ricos\u00bb y \u00abconvertirlos en la piedra angular de la acci\u00f3n revolucionaria\u00bb. Y continu\u00f3:<\/p>\n\n\n\n

\u00abSe entiende que con esta sentencia se abandona el campo de las consideraciones hist\u00f3ricas y se pasa a otro problema: el de la elecci\u00f3n y el de la pol\u00e9mica activa\u00bb <\/span>49<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

La decisi\u00f3n que tom\u00f3 Pintor dos a\u00f1os despu\u00e9s \u2014unirse a los partisanos\u2014 le cost\u00f3 la vida.<\/p>\n\n\n\n

9. <\/h2>\n\n\n\n

Chabod tambi\u00e9n tom\u00f3 una decisi\u00f3n. En 1944, bajo el elocuente nombre de \u00abLazzaro\u00bb, se uni\u00f3 a un grupo de partisanos dirigido por su primo Remo <\/span>50<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Pero en ese momento, en el vac\u00edo creado por el colapso del fascismo, surgi\u00f3 un plan franc\u00e9s para anexionar el Valle de Aosta. Esto se expuso en un documento, aparentemente dictado por el propio general De Gaulle, en noviembre de 1943, Medidas a tomar contra Italia<\/em> <\/span>51<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Fue una respuesta tard\u00eda a la \u00abpu\u00f1alada por la espalda\u00bb, como el presidente Roosevelt hab\u00eda llamado a la agresi\u00f3n italiana de 1940 contra la Francia derrotada por Alemania. El proyecto de anexi\u00f3n hab\u00eda obtenido el apoyo de algunos grupos pro-franceses del Valle de Aosta. En octubre de 1944, en un clima de gran tensi\u00f3n, el comando partisano de Valtournenche public\u00f3 un texto, escrito por Federico Chabod y algunos miembros del clero del Valle de Aosta, Pronunciamento degli esponenti valdostani contrari dell’annessione alla Francia<\/em>. El 10 de octubre de 1944, Chabod detall\u00f3 su postura en una carta dirigida a su amigo Ugo La Malfa, l\u00edder del Partito d’Azione<\/em>, que posteriormente se incluy\u00f3 en un memorando enviado a Alessandro Casati, ministro de Guerra del gobierno de Bonomi:<\/p>\n\n\n\n

\u00abMe parece que ser\u00eda hermoso y noble que la nueva Italia fuera la primera de Europa en iniciar una pol\u00edtica de gran libertad en sus zonas fronterizas, es decir, en aquellas zonas donde los viejos nacionalismos europeos han hecho sentir siempre su peso con mayor dureza. (…) En cambio, debemos forjar v\u00ednculos entre naciones, puentes de paso sobre los que los hombres de los distintos pa\u00edses puedan encontrarse y aprender a limar asperezas, a abandonar sus desconfianzas, a dejar de lado la arrogancia de las naciones. Para m\u00ed, el problema del Valle de Aosta es s\u00f3lo un episodio, que adem\u00e1s es muy f\u00e1cil de resolver, porque tanto la historia como la geograf\u00eda lo unen a Italia de forma indisoluble\u00bb <\/span>52<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

El destino estrat\u00e9gico que Chabod asign\u00f3, en una perspectiva europea, a las regiones fronterizas de diferentes lenguas \u2014transformarlas en puentes que conecten una naci\u00f3n con otra, en lugar de en focos de irredentismo\u2014  fue acompa\u00f1ado, en el caso del Valle de Aosta, de una clara opci\u00f3n a favor de Italia. En esta perspectiva, la pertenencia regional, nacional y europea se integr\u00f3 f\u00e1cilmente. Pero la tensi\u00f3n surgi\u00f3 a nivel nacional, entre Italia y Francia. El 26 de marzo de 1946, grupos favorables a la anexi\u00f3n a Francia atacaron el edificio de la prefectura y pusieron en peligro la vida de Federico Chabod, primer presidente electo del Consejo del Valle. Poco despu\u00e9s, Chabod volvi\u00f3, lleno de amargura, a sus estudios y a la ense\u00f1anza. Su vida pol\u00edtica tocaba su fin.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n <\/picture>\r\n \n
Nero su Bianco #1 \u00a9 Davide Camisasca<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n

10. <\/h2>\n\n\n\n

En 1946, Chabod fue llamado a ense\u00f1ar historia moderna en la Universidad de Roma y a dirigir el Instituto Italiano de Estudios Hist\u00f3ricos fundado por Benedetto Croce. En 1950, pronunci\u00f3 una serie de conferencias en su lengua materna \u2014el franc\u00e9s\u2014 en el Instituto de Estudios Pol\u00edticos de la Sorbona, recogidas en un volumen titulado L’Italie contemporaine<\/em>, traducido a varios idiomas y reeditado en numerosas ocasiones <\/span>53<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Para \u00e9l, hablar de la historia de la Italia contempor\u00e1nea de 1918 a 1948 significaba tambi\u00e9n reflexionar, con el distanciamiento de un acad\u00e9mico, sobre su propia trayectoria biogr\u00e1fica. Incluso en esa ocasi\u00f3n, Chabod se mantuvo fiel a su caracter\u00edstica reserva: ninguna concesi\u00f3n a la autobiograf\u00eda (los pocos pasajes en los que aparece la palabra \u00abyo\u00bb se refieren a episodios completamente marginales, relatados en un tono neutro).<\/p>\n\n\n\n

Las conferencias impartidas en la Sorbona marcaron claramente el estudio de la historia contempor\u00e1nea de Italia. Le\u00eddas (o rele\u00eddas) hoy, llaman la atenci\u00f3n por su silencio sobre dos temas: por un lado, la posibilidad de analizar el fascismo desde una perspectiva comparada; por otro, la relaci\u00f3n entre el r\u00e9gimen fascista y los intelectuales.<\/p>\n\n\n\n

Este \u00faltimo tema reapareci\u00f3 poco despu\u00e9s, de forma indirecta, y en un contexto privado: las cartas que intercambiaron Federico Chabod y Arnaldo Momigliano en 1959, y que fueron publicadas en 2002 por Gennaro Sasso. Se han comentado varias veces, pero no, que yo sepa, desde el punto de vista que voy a presentar <\/span>54<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Esta correspondencia naci\u00f3 con motivo del obituario de Carlo Antoni, fil\u00f3sofo e historiador de las ideas, escrita por Momigliano para la Rivista storica italiana<\/em>, dirigida por Franco Venturi (y, hasta hace poco, por Chabod). En la versi\u00f3n enviada a Chabod, Momigliano hab\u00eda argumentado que el libro de Antoni La lotta contro la ragione<\/em>, publicado en 1942, \u00abexpresaba el malestar de los intelectuales antifascistas italianos de aquellos a\u00f1os, formados en una cultura predominantemente rom\u00e1ntica y nacionalista y que ahora ten\u00edan que darse cuenta de que los rom\u00e1nticos, al pisotear la raz\u00f3n y la naturaleza, hab\u00edan abierto la puerta a los superhombres y a las razas superiores\u00bb. Todo esto hab\u00eda ocurrido, escribi\u00f3 Momigliano, en el transcurso de una \u00abd\u00e9cada que no s\u00f3lo fue la del nazismo en Alemania, sino tambi\u00e9n la de la nazificaci\u00f3n de Italia\u00bb <\/span>55<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

En la versi\u00f3n final del obituario de Antoni, Momigliano cambi\u00f3 esta \u00faltima frase por \u00aba\u00f1os\u00bb (en lugar de \u00abuna d\u00e9cada\u00bb) y puso \u00abla penetraci\u00f3n de las ideas nazis en Italia [no la \u00abnazificaci\u00f3n de Italia\u00bb]\u00bb <\/span>56<\/sup><\/a><\/span><\/span>. La doble correcci\u00f3n hab\u00eda sido probablemente provocada por la violenta reacci\u00f3n de Chabod, que se hab\u00eda sentido personalmente afectado. \u00abEs un error\u00bb, escribi\u00f3 a Momigliano, \u00abque cambia toda la historia italiana y europea, que pasa por alto el primer per\u00edodo de enfrentamiento entre Mussolini y Hitler hasta 1935, y que pasa por alto las divergencias, una vez m\u00e1s, desde 1935-1937 hasta despu\u00e9s de la primavera de 1938\u00bb <\/span>57<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Esta aclaraci\u00f3n del contexto fue precedida por un testimonio personal:<\/p>\n\n\n\n

\u00abQuiz\u00e1 el recuerdo m\u00e1s fuerte de mi vida universitaria sea el del curso que impart\u00ed en Mil\u00e1n, durante la ocupaci\u00f3n alemana, en el invierno de 1943-1944: era un curso sobre la idea de naci\u00f3n y la idea de Europa, en el que me opuse tajantemente a la idea germ\u00e1nica de la naci\u00f3n-raza, misma que combat\u00ed, y a la idea de la naci\u00f3n como plebiscito cotidiano, seg\u00fan la expresi\u00f3n de Renan (…) Como entonces, como antes de 1942, como ahora, le aseguro que no repudio ni purgo un \u00e1pice de la herencia rom\u00e1ntica de la naci\u00f3n: me refiero a la herencia que no s\u00f3lo fue la de Mazzini, sino la de los moderados italianos y la de Cavour\u201d.<\/p>\n\n\n\n

La naci\u00f3n, Renan, Mazzini, los moderados italianos, Cavour. \u00bfQu\u00e9 hacer con la exaltaci\u00f3n de la Ilustraci\u00f3n que estaba en el centro del curso sobre la idea de Europa?<\/p>carlo ginzburg<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

La naci\u00f3n, Renan, Mazzini, los moderados italianos, Cavour. \u00bfQu\u00e9 hacer con la exaltaci\u00f3n de la Ilustraci\u00f3n que estaba en el centro del curso sobre la idea de Europa? Chabod abord\u00f3 este tema en una carta posterior a Momigliano:<\/p>\n\n\n\n

\u00abEn todo caso, no es cierto que hacia 1935 estuvi\u00e9ramos todos ocupados persiguiendo los problemas del romanticismo (…) Ya que tambi\u00e9n quiere citarme, le dir\u00e9 que [si] es cierto que en 1947 situ\u00e9 la Ilustraci\u00f3n en el centro de la idea de Europa, no es menos cierto que en 1932 o 1933, en el art\u00edculo sobre la Ilustraci\u00f3n de la Enciclopaedia<\/em>, hab\u00eda exaltado esta gran \u00e9poca del esp\u00edritu humano. Hoy, quiz\u00e1 retocar\u00eda tal o cual juicio: pero no a\u00f1adir\u00eda ni una l\u00ednea a este elogio de la Ilustraci\u00f3n escrito en su momento, tan exhaustivo ya\u201d <\/span>58<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Chabod se cuid\u00f3 de mencionar que, en 1943-1944, en el Mil\u00e1n controlado por las fuerzas nazi-fascistas, hab\u00eda reconocido en la Ilustraci\u00f3n \u00abla formulaci\u00f3n definitiva del concepto de Europa\u00bb, oponi\u00e9ndose a los intelectuales fascistas que hab\u00edan proclamado el hundimiento de la \u00abcultura franco-brit\u00e1nica, protestante y racionalista\u00bb. \u00bfEste singular silencio implicaba, quince a\u00f1os despu\u00e9s, un distanciamiento? Es dif\u00edcil responder. Este gran historiador sigue siendo una figura enigm\u00e1tica. El entretejido de su vida y su obra deber\u00eda analizarse de forma mucho m\u00e1s exhaustiva que en la lectura inevitablemente parcial e inadecuada que se ha propuesto aqu\u00ed.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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