el banco de desarrollo de los BRICS (New Development Bank)<\/a>, con criterios m\u00e1s flexibles que el Banco Mundial o el FMI, es un ejemplo de ello. Al mismo tiempo, quienes disponen de los medios para hacerlo, en particular China, siguen invirtiendo en las instituciones multilaterales convencionales para transformarlas desde dentro. La contestaci\u00f3n en el frente identitario, que parece deslegitimar la idea misma de una organizaci\u00f3n universal del mundo, se une as\u00ed a la inversi\u00f3n institucional; las \u00abinstituciones rotas\u00bb no son por tanto abandonadas por actores no occidentales que cuestionan su legitimidad al tiempo que ven en ellas un medio para hacer avanzar sus propias agendas… Estados Unidos, que se hab\u00eda retirado considerablemente de los \u00f3rganos de la ONU durante el primer mandato de Donald Trump \u2014en mayor medida incluso que bajo George W. Bush\u2014 est\u00e1 perdiendo r\u00e1pidamente su influencia.<\/p>\n\n\n\nEn el mundo roto en el que vivimos, se est\u00e1n movilizando varios conceptos. El t\u00e9rmino \u00abSur Global\u00bb se ha utilizado con frecuencia desde el 7 de octubre para referirse a un grupo que dista mucho de ser homog\u00e9neo. El t\u00e9rmino \u00abno alineamiento\u00bb se utiliz\u00f3 tras la invasi\u00f3n de Ucrania. \u00bfC\u00f3mo entiende esta proliferaci\u00f3n de conceptos? \u00bfC\u00f3mo los ve?<\/h3>\n\n\n\n Estos conceptos deben entenderse como lo que son: conceptos pol\u00edticos basados en estrategias de afirmaci\u00f3n o identificaci\u00f3n, no herramientas anal\u00edticas o descriptivas. A pesar de estas limitaciones, el apoyo que suscitan demuestra el papel central del discurso y la identificaci\u00f3n en las relaciones internacionales contempor\u00e1neas, marcadas por la importancia de las \u00abnarrativas\u00bb. Estas narrativas est\u00e1n lejos de tener que permanecer confinadas a un \u00e1mbito exclusivamente discursivo, ya que desempe\u00f1an un papel performativo al estructurar coaliciones de intereses y legitimar posiciones alternativas en la escena mundial.<\/p>\n\n\n\n
El \u00abSur global\u00bb, a pesar de su evidente heterogeneidad y de las limitaciones a menudo demostradas de la representaci\u00f3n binaria del mundo que sustenta, funciona como un poderoso marcador pol\u00edtico que articula solidaridades hist\u00f3ricas y aspiraciones compartidas.<\/p>\n\n\n\n
El renacimiento contempor\u00e1neo del \u00abno alineamiento\u00bb merece especial atenci\u00f3n. Los significados actuales de esta noci\u00f3n difieren significativamente de su significado hist\u00f3rico. Ya no se trata tanto de una posici\u00f3n de neutralidad entre dos bloques o de un deseo de afirmar una autonom\u00eda soberana, como de un rechazo de los compromisos vinculantes en favor de un enfoque estrat\u00e9gico, considerado ahora como la condici\u00f3n para dicha autonom\u00eda. Los dirigentes indios, por ejemplo, prefieren hablar de \u00abmultialineamiento\u00bb, haciendo hincapi\u00e9 en un enfoque flexible de la colaboraci\u00f3n internacional y en el rechazo de las alianzas exclusivas. En Indonesia, donde la referencia al no alineamiento siempre ha ocupado un lugar central en el discurso oficial, en los \u00faltimos diez a\u00f1os ha ido acompa\u00f1ada de una serie de esl\u00f3ganes complementarios que van desde el \u00abcompromiso flexible\u00bb a la promoci\u00f3n de los \u00abmil amigos y cero enemigos\u00bb del archipi\u00e9lago.<\/p>\n\n\n\n
Las referencias al no alineamiento que siguieron a la agresi\u00f3n contra Ucrania ocupan un lugar especial en estas reinvenciones del concepto: formaban parte de una estrategia ret\u00f3rica, ampliamente empleada por Mosc\u00fa, destinada a crear una forma de desconfianza hacia los posibles partidarios de Ucrania, sobre todo en los organismos internacionales, al equiparar esta postura con el seguimiento de la OTAN en lugar de defender el derecho internacional y el principio de no agresi\u00f3n. Esto permiti\u00f3 reducir la solidaridad generada por la situaci\u00f3n de Ucrania entre los Estados comprometidos con el principio de integridad territorial frente a los intentos imperialistas de conquista, alimentando al mismo tiempo la narrativa de una Rusia que es en s\u00ed misma v\u00edctima del neocolonialismo y campeona de la emancipaci\u00f3n. Pero el efecto fue limitado, como demostraron las votaciones en los organismos internacionales.<\/p>\n\n\n\nEn Indonesia, donde la referencia al no alineamiento siempre ha ocupado un lugar central en el discurso oficial, en los \u00faltimos diez a\u00f1os ha ido acompa\u00f1ada de una serie de esl\u00f3ganes complementarios que van desde el \u00abcompromiso flexible\u00bb a la promoci\u00f3n de los \u00abmil amigos y cero enemigos\u00bb del archipi\u00e9lago.<\/p>DELPHINE ALL\u00c8S<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\nM\u00e1s all\u00e1 de estas distinciones en relaci\u00f3n con el concepto original, estas rehabilitaciones del no alineamiento me parecen especialmente interesantes, ya que subrayan el apego que siguen teniendo los actores internacionales al marco de referencia de la autonom\u00eda y la soberan\u00eda, lo que sirve para recordar la existencia de un marco de referencia compartido, basado ciertamente en un m\u00ednimo com\u00fan denominador, a pesar de la fragmentaci\u00f3n del sistema internacional y de las normas en las que se basa.<\/p>\n\n\n\n
\u00bfEs la proliferaci\u00f3n conceptual a la que asistimos un problema o una oportunidad? \u00bfEs un s\u00edntoma de una fractura del planeta que dificulta la percepci\u00f3n y, por tanto, la actuaci\u00f3n conjunta en cuestiones globales, o es un signo de un renacimiento anal\u00edtico-discursivo que podr\u00eda dar lugar a pr\u00e1cticas nuevas y posiblemente mejores?<\/h3>\n\n\n\n Esta proliferaci\u00f3n conceptual, y m\u00e1s ampliamente el nuevo giro discursivo que manifiesta, representa un desaf\u00edo: difumina la distinci\u00f3n entre narrativa pol\u00edtica, descripci\u00f3n de la realidad y an\u00e1lisis cient\u00edfico. Al hacerlo, subraya la importancia de los fen\u00f3menos de identificaci\u00f3n y narraci\u00f3n de la realidad, en un mundo cuyas fracturas se ven agravadas por la circulaci\u00f3n de ideas e informaciones a menudo manipulables.<\/p>\n\n\n\n
Si queremos reconstruir una gobernanza operativa frente a los retos mundiales, debemos adquirir los medios para comprender la circulaci\u00f3n de los conceptos y las representaciones que vehiculan, con la prudencia necesaria: el grosor conceptual de un significante puede enmascarar connotaciones diferentes… y los retos de la traducci\u00f3n a\u00f1aden una capa suplementaria de complejidad. Si \u00abcolaboraci\u00f3n\u00bb, \u00abpaz\u00bb o \u00abseguridad\u00bb no tienen el mismo significado ni las mismas implicaciones para todo el mundo, \u00bfc\u00f3mo podemos construir las instituciones que se supone deben ponerlas en pr\u00e1ctica? Esta dificultad se ve agravada por el hecho de que los mandatos de los \u00f3rganos de gobernanza se ampl\u00edan y de que, al adoptar nuevas funciones, necesitan consolidar su legitimidad en un momento en que \u00e9sta se ve socavada por la desuniversalizaci\u00f3n antes descrita.<\/p>\n\n\n\n
Ante estos retos, existen dos v\u00edas para repensar la acci\u00f3n conjunta en cuestiones globales: o bien simplificar la agenda y volver a objetivos menos densos conceptualmente, m\u00e1s descriptivos y, por tanto, m\u00e1s f\u00e1cilmente compartibles; o bien, camino m\u00e1s dif\u00edcil pol\u00edticamente pero sin duda m\u00e1s s\u00f3lido a largo plazo, articularlos en una visi\u00f3n sensible a la diversidad de experiencias, niveles de comprensi\u00f3n y aspiraciones de los actores globales.<\/p>\n\n\n\nSi \u00abcolaboraci\u00f3n\u00bb, \u00abpaz\u00bb o \u00abseguridad\u00bb no tienen el mismo significado ni las mismas implicaciones para todo el mundo, \u00bfc\u00f3mo podemos construir las instituciones que se supone deben ponerlas en pr\u00e1ctica?<\/p>DELPHINE ALL\u00c8S<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n\u00bfC\u00f3mo cree que deben posicionarse los analistas y responsables occidentales frente a los conceptos y discursos sobre el mundo que proceden del Sur? \u00bfDeben rechazarlos de plano por ser en principio tendenciosos y amenazadores? \u00bfO deber\u00edan apropi\u00e1rselos y reelaborarlos?<\/h3>\n\n\n\n Un enfoque equilibrado deber\u00eda evitar tanto el rechazo sistem\u00e1tico como la aceptaci\u00f3n cr\u00edtica de an\u00e1lisis o agendas situados en la encrucijada del an\u00e1lisis y el discurso pol\u00edtico, que a menudo homogeneizan las propias culturas que dicen representar. Como nos quieren hacer creer los intelectuales oficiales, no existe \u201cuna\u201d escuela de pensamiento de las relaciones internacionales china, rusa o turca. Por tanto, el reto consiste simult\u00e1neamente en identificar la aparici\u00f3n de conceptos que merecen ser tomados en serio y considerados como expresiones leg\u00edtimas de diferentes perspectivas sobre el orden mundial, y al mismo tiempo someterlos a un an\u00e1lisis riguroso y contextualizado que permita reposicionarlos dentro de campos intelectuales m\u00e1s ricos.<\/p>\n\n\n\n
Este enfoque permite tanto dar cuenta de la pluralidad de estos contextos como captar las relaciones de poder que han conducido a la identificaci\u00f3n de conceptos o teor\u00edas asumidos por los actores pol\u00edticos. Trasladado a una escala m\u00e1s amplia, invita a integrar en el an\u00e1lisis la pluralidad de experiencias hist\u00f3ricas que se encuentran en el espacio global contempor\u00e1neo y la diversidad de representaciones del mundo que han engendrado, manteniendo al mismo tiempo una distancia cr\u00edtica con los intentos de sacar a la luz \u00abescuelas\u00bb basadas en reconstrucciones hist\u00f3ricas necesariamente selectivas, en \u00faltima instancia m\u00e1s representativas de la visi\u00f3n del mundo promovida por los dirigentes de un Estado que del campo intelectual que dicen representar. Por tanto, un enfoque verdaderamente integrador debe permitir deconstruir las narrativas oficiales y contextualizar sus sesgos, ampliando al mismo tiempo los prismas a trav\u00e9s de los cuales se analizan las relaciones internacionales.<\/p>\n\n\n\n
La cuesti\u00f3n es especialmente aguda en el caso de pa\u00edses como Rusia y China, considerados hostiles o incluso amenazadores. \u00bfNo corremos un riesgo si consideramos que su discurso estrat\u00e9gico es pura propaganda? \u00bfC\u00f3mo explicar que estos argumentos funcionen tan bien en ciertas partes del mundo, especialmente en \u00c1frica?<\/h3>\n\n\n\n Las narrativas estrat\u00e9gicas rusas o chinas son efectivamente propaganda, en el sentido de que pretenden tener un efecto en la opini\u00f3n p\u00fablica, incluso dentro de otros Estados, para conseguir que apoyen sus intereses. Los medios desplegados para apoyar la difusi\u00f3n de estas narrativas son industriales, como han demostrado numerosas investigaciones de acad\u00e9micos y periodistas en el Sahel, con importantes efectos pr\u00e1cticos, como lo demuestra la sustituci\u00f3n de las fuerzas internacionales por las tropas de Wagner en la Rep\u00fablica Centroafricana y en Mali, y m\u00e1s en general la salida de los actores internacionales \u2014bajo la bandera de la ONU o de Francia\u2014 de estas regiones.<\/p>\n\n\n\nLas narrativas estrat\u00e9gicas rusas o chinas son, de hecho, propaganda, en el sentido de que pretenden tener un efecto en la opini\u00f3n p\u00fablica, incluso dentro de otros Estados, para conseguir que apoyen sus intereses.<\/p>DELPHINE ALL\u00c8S<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\nSin embargo, poner de relieve esta industrializaci\u00f3n no significa negar la agencia y la racionalidad de los actores que reciben positivamente estos discursos, ni el papel de los contextos en los que adquieren tal resonancia. Su considerable repercusi\u00f3n en determinadas regiones, especialmente en \u00c1frica, se explica por su capacidad para articular agravios hist\u00f3ricos, decepciones y aspiraciones contempor\u00e1neas leg\u00edtimas, as\u00ed como propuestas de reconstrucci\u00f3n del orden internacional que ganan adeptos. Estas propuestas parecen ser coherentes con la base soberanista e igualitaria del orden internacional que los Estados poscoloniales y sus poblaciones, decepcionados por los dividendos de la independencia, aspiran a ver surgir. La dimensi\u00f3n antioccidental de este discurso es particularmente evidente en este deseo de afirmaci\u00f3n y autonom\u00eda, desde el nivel social \u2014las convergencias creadas por Rusia en torno al rechazo de las \u00abdesviaciones\u00bb atribuidas a Occidente en t\u00e9rminos de progresismo o de relaciones de g\u00e9nero\u2014 hasta el nivel nacional o incluso regional, como la promesa de afirmaci\u00f3n soberanista basada en las identidades nacionales o la renovaci\u00f3n del marco de referencia del panafricanismo. Sin embargo, la aparici\u00f3n de protestas en estos mismos \u00e1mbitos demuestra que la gente no se deja enga\u00f1ar por la acci\u00f3n concreta de nuevos actores que no generan los beneficios que esperan.<\/p>\n\n\n\n
A la hora de entender, expresar y gestionar los cambios globales en curso, \u00bfcree que Occidente es ahora una entidad homog\u00e9nea? \u00bfSignifica la elecci\u00f3n de Donald Trump una creciente divergencia no s\u00f3lo entre el Norte y el Sur, sino tambi\u00e9n entre las dos orillas del Atl\u00e1ntico?<\/h3>\n\n\n\n Occidente est\u00e1 atravesando una fase de gran redefinici\u00f3n, en l\u00ednea con las din\u00e1micas subyacentes esbozadas anteriormente, con un papel clave para los procesos de identificaci\u00f3n y las narrativas identitarias basadas en un marco de referencia civilizacional. A este respecto, el desaf\u00edo al universalismo y la fragmentaci\u00f3n resultante no son exclusivos de los no occidentales: existe una creciente disociaci\u00f3n entre los valores universales, los valores occidentales, los valores europeos y los valores de <\/em>los europeos, que antes se superpon\u00edan en el discurso pol\u00edtico, con la preferencia actual por la referencia a la identidad, con geometr\u00eda variable seg\u00fan el orador. Las divergencias entre los Estados Unidos de Donald Trump y una parte de Europa, pero tambi\u00e9n las divisiones sobre el proyecto europeo y las fracturas internas en los Estados y sociedades de la propia Europa, revelan relaciones diferenciadas con el universalismo, el derecho y las instituciones democr\u00e1ticas que sol\u00edan formar un m\u00ednimo com\u00fan denominador, as\u00ed como con el papel que \u00abOccidente\u00bb debe desempe\u00f1ar en la escena internacional contempor\u00e1nea. Estas tensiones no significan necesariamente una ruptura definitiva, pero s\u00ed subrayan el hecho de que la unidad de agendas ser\u00e1 cada vez m\u00e1s la excepci\u00f3n, o el resultado de negociaciones o luchas de poder, en lugar de la norma o el punto de partida de los intercambios transatl\u00e1nticos. Debemos tomar nota de esta reconfiguraci\u00f3n, en un momento en el que Europa necesita redescubrir los medios de su autonom\u00eda cuando sus cimientos se ven debilitados por un contexto interno en el que se cuestionan los fundamentos de la democracia y sus efectos.<\/p>\n\n\n\nEl desaf\u00edo al universalismo y la fragmentaci\u00f3n resultante no son exclusivos de los no occidentales: existe una creciente disociaci\u00f3n entre los valores universales, los valores occidentales, los valores europeos y los valores de <\/em>los europeos, que antes se superpon\u00edan en el discurso pol\u00edtico.<\/p>DELPHINE ALL\u00c8S<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n