{"id":41398,"date":"2024-08-03T10:34:00","date_gmt":"2024-08-03T08:34:00","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=41398"},"modified":"2024-08-05T10:12:24","modified_gmt":"2024-08-05T08:12:24","slug":"cumplo-con-mi-deber-de-monarca-respuesta-de-ivan-el-terrible-al-principe-kurbski-tercera-parte","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2024\/08\/03\/cumplo-con-mi-deber-de-monarca-respuesta-de-ivan-el-terrible-al-principe-kurbski-tercera-parte\/","title":{"rendered":"\u00abCumplo con mi deber de monarca\u00bb: respuesta de Iv\u00e1n el Terrible al pr\u00edncipe Kurbski (tercera parte)"},"content":{"rendered":"\n

La batalla epistolar de Iv\u00e1n el Terrible con el pr\u00edncipe Andrei Kurbski<\/a> fue monumental. En la primera parte, el zar lanza una serie de virulentas acusaciones contra su antiguo compa\u00f1ero de armas. En la segunda parte, Iv\u00e1n ahonda en los acontecimientos pasados, reinterpretando la historia para justificar su pol\u00edtica de terror. Intenta demostrar que su tiran\u00eda no s\u00f3lo es necesaria, sino tambi\u00e9n leg\u00edtima.<\/p>\n\n\n\n

Iv\u00e1n era un buen te\u00f3logo que conoc\u00eda muy bien las Escrituras (incluidos los ap\u00f3crifos), que utilizaba generosamente en sus cartas. Tambi\u00e9n conoc\u00eda bien la vida de los santos, la patr\u00edstica, la liturgia y el canto mon\u00e1stico. Bajo el seud\u00f3nimo de \u00abParfeni le Fol-en-Christ\u00bb, compuso una Oraci\u00f3n al \u00c1ngel de la Muerte, o Canon al temido arc\u00e1ngel San Miguel. \u00abParfeni\u00bb viene de parphenos<\/em>, que significa \u00abvirgen\u00bb en griego. Iv\u00e1n tuvo siete esposas y tres mil amantes. Con \u00e9l, la bufoner\u00eda nunca estaba lejos. Buen m\u00fasico, puso m\u00fasica a los sticherones del despacho del metropolita San Pedro de Mosc\u00fa.<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, no sabemos si hab\u00eda le\u00eddo o le hab\u00edan le\u00eddo la leyenda de Dr\u00e1cula, muy extendida por Europa y Rusia en aquella \u00e9poca, ni hasta qu\u00e9 punto pudo verse influido por ella. De hecho, las historias sobre Vlad el Empalador, conocido como \u00abDr\u00e1cula\u00bb (gobernante de Valaquia en la segunda mitad del siglo XV) contienen varios rasgos que prefiguran a Iv\u00e1n, en particular la doctrina de que el pr\u00edncipe debe ser cruel por el bien de sus s\u00fabditos (que deben ser castigados todos con la misma severidad, sean ricos o pobres, nobles o plebeyos), y la elecci\u00f3n del empalamiento como m\u00e9todo de tortura (que Iv\u00e1n fue el \u00fanico zar ruso que utiliz\u00f3). Las historias populares que circularon tras su muerte atribuyeron retrospectivamente a Iv\u00e1n crueldades que hab\u00edan sido relatadas en la leyenda: por ejemplo, el episodio en el que se ve a Dr\u00e1cula ordenando a sus guardias que claven en la cabeza de los enviados turcos los birretes que se negaban a quitarse en su presencia.<\/p>\n\n\n\n

No me considero inmortal, porque la muerte es la suerte de todos desde el pecado de Ad\u00e1n. Aunque vista de p\u00farpura, s\u00e9 que soy tan enfermizo por naturaleza como cualquier otro hombre. Contrariamente a lo que afirmas en tus ratiocinios, no estoy por encima de las leyes de la naturaleza: eso es pura herej\u00eda. Como ya he dicho, doy gracias al Se\u00f1or por haber fortalecido mi fe en la medida de mis posibilidades. Es rid\u00edculo acusarme de no creer en el juicio despu\u00e9s de la muerte, como si los hombres fueran bestias.<\/p>\n\n\n\n

Si as\u00ed fuera, sus almas no ser\u00edan m\u00e1s que vapor, y eso ser\u00eda apoyar la herej\u00eda de los saduceos. Tal es el delirante absurdo en el que caes a fuerza de escribir sin pensar. Yo creo en el Juicio Final de nuestro Salvador, cuando las almas de la humanidad ser\u00e1n reunidas con los cuerpos a los que estaban unidas. Entonces todos ser\u00e1n juzgados y separados seg\u00fan sus obras, y a cada uno se le preguntar\u00e1 qu\u00e9 ha hecho. As\u00ed pues, cuando escribes que no quiero \u00abcomparecer ante el Juez incorruptible\u00bb, est\u00e1s imputando herej\u00eda a otros, cayendo t\u00fa mismo en la inmunda herej\u00eda de los maniqueos. De hecho, as\u00ed como los maniqueos son tan obscenos como para afirmar que a Cristo pertenece el cielo, a los hombres libres la tierra y al diablo el infierno, as\u00ed t\u00fa predicas el juicio venidero mientras desprecias los castigos que Dios impone aqu\u00ed en la tierra por los pecados de los hombres.<\/p>\n\n\n\n

En cuanto a m\u00ed, confieso y s\u00e9 que los que viven en el mal y transgreden los mandamientos divinos no s\u00f3lo conocen el tormento all\u00e1 arriba, sino que tambi\u00e9n est\u00e1n condenados aqu\u00ed abajo a beber del c\u00e1liz de la ira del Se\u00f1or, de la justa ira de Dios, y a sufrir diversos castigos. Cuando abandonan este mundo, en espera de la justa sentencia del tribunal del Salvador, reciben la m\u00e1s dura de las condenas y, despu\u00e9s del Juicio, son condenados a las penas eternas. Esta es mi fe en el Juicio Final. S\u00e9 tambi\u00e9n que Cristo es due\u00f1o del cielo, de la tierra y del infierno, de los muertos y de los vivos, y que todas las cosas en el cielo, en la tierra y en el infierno existen por su voluntad, por el consejo del Padre y la buena voluntad del Esp\u00edritu Santo. Aquellos que no act\u00faen como es debido ser\u00e1n castigados, y no es cierto que \u2014como sostienes como un verdadero maniqueo y como te atreves a afirmar obscenamente con respecto al incorruptible tribunal del Salvador\u2014 seamos reacios a comparecer ante Cristo nuestro Dios y a responder de nuestros pecados ante aquel que conoce todos los secretos ocultos. Por lo tanto, creo que yo, un esclavo, ser\u00e9 juzgado no s\u00f3lo por mis pecados, voluntarios e involuntarios, sino por los pecados cometidos por mis s\u00fabditos como resultado de mi negligencia. \u00a1Qu\u00e9 rid\u00edculo es tu razonamiento! Si, en efecto, los gobernantes mortales pueden llevar a los hombres ante la justicia, \u00bfc\u00f3mo no someterse al Rey de Reyes, al Se\u00f1or de Se\u00f1ores que reina sobre todo? Aunque un hombre sea tan insensato como para querer escapar de la ira de Dios, no encontrar\u00e1 d\u00f3nde esconderse. Pues la Sabidur\u00eda divina mantiene las alturas que nadie puede mantener y sostiene lo que est\u00e1 en el aire; retiene las aguas y las encierra en los mares. <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span> \u00abMantiene en su poder el alma de todo ser viviente y el aliento de toda carne de hombre\u00bb <\/span>2<\/sup><\/a><\/span><\/span> y, como dice el profeta: \u00abSi subo a los cielos, all\u00ed est\u00e1s t\u00fa; si en los infiernos me acuesto, all\u00ed est\u00e1s t\u00fa. Tomo las alas de la aurora, me alojo en lo m\u00e1s rec\u00f3ndito del mar, hasta all\u00ed me conduce tu mano, me ase tu diestra. No se te ocultaron mis huesos cuando fui modelado en secreto y bordado en lo profundo de la tierra\u00bb. <\/span>3<\/sup><\/a><\/span><\/span> As\u00ed creo en el juicio imparcial del Salvador. \u00bfQui\u00e9n, pues, vivo o muerto, podr\u00eda escapar a la destreza del Todopoderoso? Ante \u00e9l, todo queda al descubierto y al desnudo.<\/p>\n\n\n\n

S\u00e9 que Cristo nuestro Dios es enemigo de los \u00aborgullosos perseguidores\u00bb; <\/span>4<\/sup><\/a><\/span><\/span> como dice la Escritura: \u00abDios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes\u00bb. <\/span>5<\/sup><\/a><\/span><\/span> Pero veamos primero, \u00bfqui\u00e9n es orgulloso? \u00bfSoy yo, que exijo obediencia a los esclavos que Dios me ha dado? \u00bfO ustedes, que rechazan la autoridad que Dios me ha dado y se niegan a llevar su yugo de servidumbre, exigiendo, como si fueran amos, que haga su voluntad, ustedes que ense\u00f1an y denuncian como si hubieran sido investidos de la dignidad de doctores? Como dec\u00eda el beato Gregorio a los que presum\u00edan su juventud y se tomaban la libertad de ense\u00f1ar en cualquier momento: \u00abT\u00fa, antes de tener barba, ense\u00f1as a los viejos, \u00bfo crees que ense\u00f1as sin tener acaso la autoridad que confieren la edad y la moral?\u00bb. Luego, Daniel y tal y cual fueron citados aqu\u00ed como jueces a pesar de su juventud, y tenemos estos ejemplos en la lengua, porque el culpable siempre est\u00e1 dispuesto a defenderse. Pero no es la excepci\u00f3n la ley de la Iglesia, tan cierto como que una golondrina no hace primavera, ni una l\u00ednea al agrimensor, ni un barco al mar\u00bb. <\/span>6<\/sup><\/a><\/span><\/span> Tambi\u00e9n t\u00fa, aunque nadie te haya consagrado, te arrogas la dignidad de doctor. \u00bfDe qu\u00e9 lado est\u00e1 el orgullo: cuando el amo ense\u00f1a a su esclavo, o cuando el esclavo da \u00f3rdenes a su amo? Hasta un ignorante puede entender estas cosas. \u00bfNo se te ha ocurrido, perro que eres, que cuando los tres patriarcas se reunieron con una multitud de obispos para dirigir una larga amonestaci\u00f3n al imp\u00edo emperador Te\u00f3filo, se abstuvieron de los insultos de que me acusas, aunque el emperador fuera imp\u00edo? Raz\u00f3n de m\u00e1s para escribir con humildad a un emperador piadoso si quieres merecer las gracias divinas. Creo en Cristo, nuestro Dios, y ni siquiera en el secreto de mi coraz\u00f3n he cometido jam\u00e1s un pecado como Te\u00f3filo. As\u00ed que si los que ten\u00edan la autoridad no insultaron a un imp\u00edo, \u00bfqu\u00e9 clase de doctor eres t\u00fa para insultarme con tanta sa\u00f1a? Quieres imponer la ley de Dios por la fuerza y te permites, en tu villan\u00eda, violar las tradiciones de los ap\u00f3stoles. \u00bfNo dijo San Pedro: \u00abCuiden del reba\u00f1o, no siendo se\u00f1ores, sino haci\u00e9ndose modelos del reba\u00f1o, velando por \u00e9l no por obligaci\u00f3n, sino voluntariamente y no por ning\u00fan s\u00f3rdido provecho?\u00bb. <\/span>7<\/sup><\/a><\/span><\/span> Pero ustedes desprecian todo esto.<\/p>\n\n\n\n

Nos acusan de persecuci\u00f3n. \u00bfPero no persiguieron ustedes, el papa y Alexei a nadie? \u00bfNo ordenaron al pueblo de Kolomna apedrear a su obispo Teodosio, nuestro consejero? Dios lo protegi\u00f3, y ustedes lo arrojaron de su p\u00falpito. \u00bfY qu\u00e9 hay de nuestro gran Argentier Nikita Afanasievitch? \u00bfPor qu\u00e9 saquearon todas sus posesiones y lo mantuvieron cautivo en tierras lejanas durante muchos a\u00f1os, hambriento y desnudo?<\/p>\n\n\n\n

La lapidaci\u00f3n del obispo Teodosio no dej\u00f3 rastro hist\u00f3rico. Nikita Afanasievitch Funikov fue uno de los \u00faltimos en prestar juramento al zarevich durante la enfermedad de Iv\u00e1n en 1553. Sin embargo, se mantuvo en el poder hasta 1570, cuando fue ejecutado por participar en un complot para entregar N\u00f3vgorod y Pskov a Lituania.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfQui\u00e9n puede contar todas sus persecuciones tanto de eclesi\u00e1sticos como de laicos? Persiguieron a todos aquellos que nos eran m\u00ednimamente devotos. \u00bfEs su justicia tejer y extender redes como demonios? Sus transgresiones son tanto m\u00e1s inicuas cuanto que se jactan como fariseos, \u00abpor fuera justos, pero por dentro llenos de hipocres\u00eda e iniquidad\u00bb. <\/span>8<\/sup><\/a><\/span><\/span> Delante de los hombres, act\u00faan como si castigaran para arreglar las cosas, pero por dentro se entregan a una ira injusta. Nadie ignora la naturaleza de sus persecuciones. El D\u00eda del Juicio no nos examinar\u00e1n s\u00f3lo \u00abhasta la ra\u00edz del cabello\u00bb, sino en el interior de nuestros corazones. Como dice el profeta: \u00abTus ojos vieron mi embri\u00f3n; en tu libro est\u00e1n escritas todas las cosas\u00bb; <\/span>9<\/sup><\/a><\/span><\/span> s\u00f3lo que, ese d\u00eda, no ser\u00e1s t\u00fa quien juzgue. Como podemos leer en los Hechos y dichos<\/em> de los santos ermita\u00f1os, Juan Kolobos hab\u00eda juzgado severamente a un hermano monje de un gran monasterio, que se hab\u00eda entregado a la embriaguez, la fornicaci\u00f3n y otros pecados y hab\u00eda muerto en ese estado. Juan suspiraba por su suerte cuando tuvo una visi\u00f3n: se vio a s\u00ed mismo siendo llevado a una gran ciudad. Nuestro Se\u00f1or Jesucristo estaba sentado en un trono, rodeado de una innumerable multitud de \u00e1ngeles. Y he aqu\u00ed que los \u00e1ngeles trajeron a Juan el alma del difunto y le pidieron que le dijera d\u00f3nde deb\u00eda ser colocada. Pero \u00e9l no respondi\u00f3. Cuando Juan fue conducido a las puertas del para\u00edso, se le prohibi\u00f3 la entrada, y oy\u00f3 a lo lejos la voz de Jes\u00fas que preguntaba: \u00ab\u00bfNo es \u00e9ste el Anticristo, que se arroga el derecho de juzgar en mi lugar?\u00bb. Al o\u00edr estas palabras, fue expulsado, la puerta se cerr\u00f3 y le fue arrebatado su manto, marca de la protecci\u00f3n divina. Cuando volvi\u00f3 en s\u00ed, su manto hab\u00eda desaparecido, lo que confirmaba que hab\u00eda recibido una advertencia. Durante los quince a\u00f1os siguientes, sufri\u00f3 en el desierto, sin ver hombres ni animales. Finalmente, tras este calvario, tuvo otra visi\u00f3n y recibi\u00f3 tanto su manto como el perd\u00f3n. Debes comprender, desgraciado, que no conden\u00f3 a su hermano, sino que se limit\u00f3 a suspirar. Sin embargo, sufri\u00f3 terriblemente, tal como era. Cu\u00e1nto m\u00e1s sufrir\u00e1n aquellos que, culpables de muchas iniquidades, usurpan el derecho de juzgar en lugar de Dios, y que, en su orgullo, aterrorizan y amenazan en lugar de reprender con caridad. Si este hombre tuvo que sufrir tanto por haber lanzado un simple suspiro de pesar, \u00a1cu\u00e1nto m\u00e1s debe sufrir el que condena!<\/p>\n\n\n\n

Quieres que Cristo, nuestro Dios, sea el juez entre t\u00fa y yo; yo no retroceder\u00e9 ante tal juicio. <\/span>10<\/sup><\/a><\/span><\/span> Pues nuestro Se\u00f1or y Dios Jesucristo es un juez justo \u00abque escruta las riendas y los corazones\u00bb y todo lo que un hombre piensa, aunque s\u00f3lo sea por un parpadeo, le es revelado y conocido. Nada escapa al fuego de la mirada de Aquel que conoce los misterios m\u00e1s ocultos. \u00c9l sabe por qu\u00e9 te levantaste contra m\u00ed, por qu\u00e9 me odias, por qu\u00e9 sufriste por mi causa en primer lugar, aunque despu\u00e9s, teniendo en cuenta tu locura, te castigu\u00e9 sin rigor. T\u00fa, en cambio, eres la corrupci\u00f3n de todas las cosas y el principio de todo pecado, porque, para hablar como el profeta, me has considerado \u00abcomo a un gusano y no como a un hombre\u00bb <\/span>11<\/sup><\/a><\/span><\/span> y has hecho de m\u00ed \u00abel cuento de los que se sientan a la puerta, la canci\u00f3n de los que toman bebidas fuertes\u00bb. <\/span>12<\/sup><\/a><\/span><\/span> Que Cristo nuestro Dios sea el justo juez de todos tus traicioneros consejos y malos designios. Quieres que Cristo sea el juez, pero rechazas sus obras, pues dice: \u00abQue no se ponga el sol sobre tu ira\u00bb. <\/span>13<\/sup><\/a><\/span><\/span> Est\u00e1s dispuesto a llegar hasta el Juicio Final sin haber perdonado y rechazas a los que te han ofendido.<\/p>\n\n\n\n

Por mi parte, no has sufrido ni vana persecuci\u00f3n ni maldad, y no hemos hecho descender sobre ti ni desgracia ni tristeza. <\/span>14<\/sup><\/a><\/span><\/span> Si sufriste alg\u00fan castigo leve, fue por tu crimen, pues estabas aliado con quienes nos traicionaron. No te imputamos las mentiras y traiciones que no cometiste. Pero por todas tus verdaderas fechor\u00edas, te impusimos castigos apropiados. Y si no puedes, por su multitud, enumerar las desgracias que te infligimos, <\/span>15<\/sup><\/a><\/span><\/span> \u00bfc\u00f3mo podr\u00e1 el universo entero enumerar la traici\u00f3n y la intimidaci\u00f3n que tejieron p\u00e9rfidamente contra m\u00ed tanto en los asuntos p\u00fablicos como en los privados? No te despojamos de nada, ni te expulsamos sin causa de la tierra de Dios; <\/span>16<\/sup><\/a><\/span><\/span> t\u00fa mismo te privaste de todo y te levantaste contra la Iglesia como el eunuco Eutropio (pues no fue la Iglesia la que lo abandon\u00f3, fue \u00e9l quien se hab\u00eda separado de la Iglesia).<\/p>\n\n\n\n

El eunuco Eutropio era ministro del emperador Arcadio (finales del siglo IV). Habi\u00e9ndose granjeado el odio de la emperatriz Eudoxia, busc\u00f3 asilo en la Iglesia. Pero como, en la \u00e9poca de su poder, se neg\u00f3 a conceder a la Iglesia el privilegio del derecho de asilo, San Juan Cris\u00f3stomo hizo o\u00eddos sordos a su petici\u00f3n y lo entreg\u00f3 a sus enemigos.<\/p>\n\n\n\n

Del mismo modo, no fue la tierra de Dios la que te expuls\u00f3, sino t\u00fa, que te arrancaste de ella y te levantaste para trabajar por su destrucci\u00f3n. \u00bfQu\u00e9 odio malvado e inexpiable te ten\u00eda? Te hemos visto en nuestra corte y en nuestro consejo desde que eras joven; incluso antes de tu actual traici\u00f3n, lo que se respiraba en ti era el deseo de destruirnos. Sin embargo, no te infligimos los tormentos que tu malicia deber\u00eda haberte acarreado. \u00bfFue por malicia o por odio inexpiable por lo que, a pesar de conocer tus malvados designios contra nosotros, te mantuve a mi lado y te colm\u00e9 de honores y riquezas como nunca hab\u00edan conocido tus padres? Porque todo el mundo sabe qu\u00e9 honores y riquezas tuvieron tus antepasados, y de qu\u00e9 estima, riqueza y honores goz\u00f3 tu padre, el pr\u00edncipe Miljailo. Nadie sabe lo que t\u00fa eres comparado con \u00e9l, ni cu\u00e1ntos gobernantes tuvo \u00e9l en sus pueblos, y cu\u00e1ntos tuviste t\u00fa. Tu padre era vasallo del pr\u00edncipe Kubenski, pero t\u00fa eres nuestro boyardo, y nosotros te dimos ese honor. \u00bfNo te dio esto suficientes honores, bienes y recompensas? En los favores que te concedimos superaste a tu padre, pero en valent\u00eda fuiste inferior a \u00e9l, ya que s\u00f3lo en traici\u00f3n lo superaste. Si esto es as\u00ed, \u00bfde qu\u00e9 te quejas? \u00bfEs porque nos amas y quieres hacernos bien por lo que siempre te has esforzado en ponernos trampas y obst\u00e1culos en el camino y, como Judas, te has dedicado a la p\u00e9rdida de mi alma?<\/p>\n\n\n\n

Y si, seg\u00fan tus necias palabras, la sangre que \u00abderramaste a torrentes\u00bb bajo los golpes de los extranjeros \u00abexige justicia de Dios\u00bb, puesto que esta sangre no fue derramada por nosotros tus afirmaciones son risibles. La sangre clama venganza contra quien la derram\u00f3, y ustedes s\u00f3lo cumplieron con su deber hacia su patria, y nosotros no tuvimos nada que ver. Si no lo hubieras hecho, ser\u00edas un b\u00e1rbaro, no un cristiano. Por otra parte, podemos decir que la sangre que derramamos por tu culpa clama fuertemente a Dios venganza, no el torrente sanguinolento que mana de las heridas, sino el abundante sudor que derram\u00e9 en los muchos trabajos agotadores y dolores in\u00fatiles que experiment\u00e9 por tu culpa. Por su animadversi\u00f3n, sus ultrajes y vejaciones no he derramado sangre sino l\u00e1grimas, he suspirado, he gemido, he soportado muchas denigraciones por esta raz\u00f3n, porque no me consideraste digno de ser amado y no lloraste conmigo la muerte de nuestra zarina y de nuestros hijos. Este sufrimiento apela a Dios contra ti. No hay comparaci\u00f3n posible con tu locura, pues una cosa es derramar la sangre por la ortodoxia y otra muy distinta derramarla por sed de honores y riquezas. Semejante sacrificio no agrada a Dios: perdonar\u00e1 m\u00e1s f\u00e1cilmente a los que se ahorcan que a los que mueren por la gloria. Las vejaciones que he sufrido, as\u00ed como todos los insultos y animadversiones que he recibido de ti en lugar de derramamiento de sangre, y todo lo que tu odiosa insubordinaci\u00f3n ha sembrado, todo esto no cesa de vivir en m\u00ed, y sin tregua apelo a Dios contra ti. No cuestionaste tu conciencia sinceramente, sino con enga\u00f1o. Por eso no has encontrado la verdad, pensando s\u00f3lo en tus haza\u00f1as de armas y neg\u00e1ndote a recordar la deshonra que has tra\u00eddo sobre nuestras cabezas. Por eso te crees inocente.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfQu\u00e9 \u00abvictorias deslumbrantes\u00bb has ganado, qu\u00e9 \u00abhaza\u00f1as gloriosas\u00bb <\/span>17<\/sup><\/a><\/span><\/span> has realizado contra nuestros enemigos? Cuando te enviamos a nuestras tierras patrimoniales de Kaz\u00e1n para sofocar a los rebeldes, nos trajiste no a los culpables, sino a los inocentes, a los que acusaste de traici\u00f3n. Pero no infligiste ninguna p\u00e9rdida a aquellos contra los que fuiste enviados a luchar.<\/p>\n\n\n\n

Iv\u00e1n recuerda la expedici\u00f3n del oto\u00f1o de 1553, que fue un \u00e9xito para los ej\u00e9rcitos moscovitas. La historia no tiene hechos que respalden sus acusaciones.<\/p>\n\n\n\n

Cuando nuestro enemigo, el zar de Crimea, se acerc\u00f3 a nuestra buena ciudad de Tula, salimos a su encuentro. Pero se asust\u00f3 y huy\u00f3. S\u00f3lo su jefe del ej\u00e9rcito, Ak-Mahmet Ulan, se qued\u00f3 con unos pocos hombres. Fueron a comer y beber a casa del comandante de nuestras tropas, el pr\u00edncipe Grigori Temkin, y s\u00f3lo despu\u00e9s de festejar salieron a perseguir al enemigo, que escap\u00f3 ileso.<\/p>\n\n\n\n

Este episodio sucedi\u00f3 en 1552, al comienzo de la tercera y \u00faltima campa\u00f1a de Iv\u00e1n contra Kaz\u00e1n, que fue tomada el 4 de octubre de 1552 tras un asedio que comenz\u00f3 el 23 de agosto de 1552. Las primeras expediciones ya hab\u00edan sucedido en 1545, dos a\u00f1os antes de la coronaci\u00f3n de Iv\u00e1n IV en 1547.<\/p>\n\n\n\n

Aunque recibi\u00f3 muchas heridas, no obtuvo una victoria contundente. \u00bfY c\u00f3mo es que, a las \u00f3rdenes de Nevel, nuestra buena ciudad, se mostraron incapaces, con los 15 mil hombres de que dispon\u00edan, de derrotar a 4 mil, y que no s\u00f3lo no salieron victoriosos, sino que, cubiertos de heridas, apenas escaparon sin haber conseguido nada? \u00bfFue \u00e9sa una \u00abvictoria deslumbrante\u00bb digna de alabanza y honor? En cuanto al resto, se logr\u00f3 sin tu participaci\u00f3n, y no lo atribuir\u00e9 a tu fama.<\/p>\n\n\n\n

Seg\u00fan el cronista polaco Marcin Bielski (la \u00fanica fuente que menciona la batalla de Nevel, a unas veinte leguas al norte de Vitebsk), 40 mil rusos al mando de Kurbski fueron derrotados por un destacamento de 1 500 polacos. Bielski afirma que Kurbski huy\u00f3 a Lituania en 1564 por miedo a las represalias de Iv\u00e1n tras esta derrota.<\/p>\n\n\n\n

Dices que ‘apenas pod\u00edas ver a tu padre y a tu madre ni conocer a tu mujer’, que ‘abandonaste tu patria’, que siempre estabas en campa\u00f1a contra tus enemigos en las ‘ciudades m\u00e1s lejanas’, que ‘sufr\u00edas en tu cuerpo’ de achaques naturales ‘y especialmente de las heridas infligidas por las manos de los b\u00e1rbaros y con las que tu cuerpo est\u00e1 cubierto’. <\/span>18<\/sup><\/a><\/span><\/span> Ahora bien, todo esto te ocurri\u00f3 cuando t\u00fa, el papa Silvestre y Adachev ten\u00edan control sobre todo. Si no te gustaba, \u00bfpor qu\u00e9 lo hiciste? Y si lo hiciste, \u00bfpor qu\u00e9, habiendo hecho lo que te dio la gana, nos hiciste responsables de ello en estos t\u00e9rminos? Si lo hubi\u00e9ramos ordenado, no habr\u00eda nada sorprendente en ello, porque es tu deber obedecernos. Si hubieras sido un verdadero soldado, no habr\u00edas enumerado tus viejas haza\u00f1as de armas: habr\u00edas procurado realizar otras nuevas. Pero s\u00f3lo las mencionas porque eres un desertor, ya no quieres tomar las armas y quieres descansar. \u00bfAcaso no apreciamos tus pobres haza\u00f1as militares como deb\u00edamos, nosotros que, ignorando tus notorias traiciones y rebeliones, te mantuvimos entre nuestros fieles servidores en la gloria, el honor y la opulencia? Sin eso, \u00a1qu\u00e9 castigos no habr\u00edas merecido por tu villan\u00eda! Si no te hubi\u00e9ramos mostrado misericordia y si, como escribes en tu calumniosa carta, hubieras sido objeto de persecuci\u00f3n, nunca habr\u00edas podido huir hacia nuestro enemigo. Lo sabemos todo sobre tus haza\u00f1as con las armas. No pienses que soy est\u00fapido o d\u00e9bil mental, como afirman tan descaradamente tus dirigentes, el papa Silvestre y Adachev. No intentes asustarme con fantasmas, como se hace con los ni\u00f1os. Si no tuviste \u00e9xito antes, no esperes tenerlo ahora. Como dice el refr\u00e1n: \u00abNo intentes poseer lo que no puedes atrapar\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Recurre a Dios, que recompensa a cada uno seg\u00fan sus obras. En verdad, da a cada uno lo que le corresponde, seg\u00fan lo haya hecho bien o mal. Pero cada uno debe preguntarse qu\u00e9 recompensa merece y por qu\u00e9 obras. Dices que no volver\u00e9 a ver tu rostro hasta el D\u00eda del Juicio Final. <\/span>19<\/sup><\/a><\/span><\/span> Pero, \u00bfqui\u00e9n querr\u00eda ver tu rostro et\u00edope? \u00bfHemos visto alguna vez a un hombre honesto con ojos persas? Incluso tu apariencia externa traiciona tu perfidia.<\/p>\n\n\n\n

En el Secretum secretorum<\/em>, una obra ap\u00f3crifa muy conocida en la \u00e9poca de Iv\u00e1n, Arist\u00f3teles le dice a su alumno Alejandro de Macedonia que \u00abtenga cuidado con los consejeros con ojos persas\u00bb. Los ojos de Iv\u00e1n eran grises.<\/p>\n\n\n\n

Si no quieres callarte y pretendes invocar contra nosotros a la Trinidad sin principio, a la pur\u00edsima Madre de Dios y a todos los santos, aunque tus oraciones sean justas, recuerda lo que dice la ep\u00edstola del divino Dionisio sobre el obispo Policarpo: \u00abPero debo hablarte de la visi\u00f3n divina que Dios envi\u00f3 a una persona santa. No te burles, pues lo que digo es verdad. Un d\u00eda, estando en Creta, me hosped\u00f3 el venerable Carpo, que era una persona eminente, muy apta para la contemplaci\u00f3n divina por la gran pureza de su esp\u00edritu. Nunca se acercaba a la celebraci\u00f3n de los santos misterios sin antes, en sus devotas oraciones preparatorias, ser consolado por alguna dulce visi\u00f3n. Un d\u00eda, me dijo, se entristeci\u00f3 profundamente por el hecho de que un infiel hab\u00eda arrebatado a un nuevo cristiano de la Iglesia y lo hab\u00eda conducido de nuevo al paganismo, precisamente en el momento de las piadosas fiestas que hab\u00edan seguido a su bautismo. Tuvo que rezar con amor por ambos e invocar la ayuda de Dios Salvador para convertir al pagano. Deb\u00eda pasar toda su vida exhort\u00e1ndolos. Pero, como nunca le hab\u00eda sucedido antes, lo invadi\u00f3 violentamente una amarga indignaci\u00f3n. Era de noche; se acost\u00f3 y se durmi\u00f3 con estos odiosos sentimientos. Ten\u00eda por costumbre interrumpir su descanso y despertarse por la noche para rezar: cuando llegaba la hora, despu\u00e9s de un sue\u00f1o penoso e interrumpido, se levantaba turbado. Pero cuando entraba en contacto con la Divinidad, se entregaba a un dolor poco religioso, se indignaba, le parec\u00eda injusto que los hombres imp\u00edos que se cruzaban en los caminos del Se\u00f1or vivieran m\u00e1s tiempo. Entonces rogaba a Dios que enviara rayos y destruyera sin piedad a estos dos pecadores. Al pronunciar estas palabras, le pareci\u00f3 ver de repente que la casa donde se encontraba, primero temblaba y luego se part\u00eda en dos por la parte superior. Ante \u00e9l se alzaba una llama de inmenso fulgor que, desde el cielo, a trav\u00e9s de la cresta desgarrada, parec\u00eda descender hasta sus pies. En las profundidades del firmamento entreabierto apareci\u00f3 Jes\u00fas rodeado de una multitud de \u00e1ngeles que hab\u00edan tomado forma humana. Carpo, con los ojos en alto, contempl\u00f3 esta maravilla y se maravill\u00f3. Luego, bajando la mirada, vio bajo el suelo destrozado un vasto y oscuro abismo. Los dos pecadores que hab\u00eda maldecido estaban de pie al borde del precipicio, temblorosos, miserables, apenas capaces de sostenerse y a punto de caer. Desde las profundidades del abismo, horribles serpientes se arrastraban hacia ellos y se enroscaban alrededor de sus pies, a veces agarr\u00e1ndolos, envolvi\u00e9ndolos, arrastr\u00e1ndolos, a veces desgarr\u00e1ndolos o acarici\u00e1ndolos con los dientes y las colas, tratando por todos los medios de despe\u00f1arlos hacia el abismo. Es m\u00e1s, los hombres se un\u00edan a estas serpientes para atacar al mismo tiempo a la desafortunada pareja, zarande\u00e1ndolos, empuj\u00e1ndolos y golpe\u00e1ndolos. Por fin lleg\u00f3 el momento en que estos dos hombres parec\u00edan a punto de perecer, mitad voluntariamente, mitad por la fuerza, forzados, por as\u00ed decirlo, y todos a la vez seducidos por el mal. Carpo, sin embargo, triunf\u00f3 ante la visi\u00f3n y se olvid\u00f3 por completo del cielo; se enfad\u00f3 e indign\u00f3 porque su ruina no se lograba con suficiente rapidez; intent\u00f3 varias veces, pero en vano, provocarla \u00e9l mismo; redobl\u00f3 su ira y los maldijo. Pero al fin decidi\u00f3 volver a mirar al cielo. El prodigio continu\u00f3, pero Jes\u00fas, movido a compasi\u00f3n, se levant\u00f3 de su trono. Baj\u00f3 hacia los desdichados y les tendi\u00f3 una mano. Y los \u00e1ngeles tambi\u00e9n acudieron en su ayuda y los apoyaron, cada uno por su lado. Y el Se\u00f1or Jes\u00fas dijo a Carpo: \u00abLevanta tu mano y golp\u00e9ame ahora; porque estoy dispuesto a morir una vez m\u00e1s por la salvaci\u00f3n de los hombres, y ser\u00eda dulce si pudiera ser crucificado sin crimen. Mira, pues, si prefieres ser arrojado a este abismo con las serpientes, que morar con Dios y con los \u00e1ngeles que son tan buenos y tan amigos de la verdad\u00bb. Este es el relato que me dio Carpo, y con gusto lo creo. <\/span>20<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Ahora bien, si el Se\u00f1or de los \u00e1ngeles no escuch\u00f3 las oraciones de un hombre justo y santo que pidi\u00f3 con raz\u00f3n el exterminio de los pecadores, \u00a1cu\u00e1nto m\u00e1s no escuchar\u00e1 al perro apestoso, al canalla traidor que eres cuando pides injustamente que se haga tu vil voluntad! Como dice el divino ap\u00f3stol Santiago: \u00abPides y no recibes porque pides mal, para gastar en tus pasiones\u00bb. <\/span>21<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Consideremos tambi\u00e9n la visi\u00f3n del gran m\u00e1rtir Policarpo, que oraba por la destrucci\u00f3n de los herejes que hab\u00edan alborotado la liturgia. Mientras oraba, vio \u2014no como en sue\u00f1os, sino claramente\u2014 al Se\u00f1or de los \u00e1ngeles entronizado sobre los hombros de querubines y un inmenso abismo donde, espantosamente, soplaba horrible una enorme serpiente. Esos hombres, como condenados, eran conducidos con las manos atadas hacia ese abismo que los arrastraba. San Policarpo estaba tan lleno de furia que se apart\u00f3 de la visi\u00f3n del amable Jes\u00fas y esper\u00f3 apasionadamente el castigo de estos hombres. Entonces el Se\u00f1or de los \u00e1ngeles descendi\u00f3 de los hombros de los querubines, tom\u00f3 a esos hombres de la mano y, presentando sus hombros a Policarpo, le dijo: \u00abSi te place, golp\u00e9ame, pues ya he dado mis hombros para ser lacerado, para llamar a todos los hombres al arrepentimiento\u00bb. Si el Se\u00f1or de los \u00e1ngeles no quiso escuchar a un hombre tan justo y santo que oraba devotamente por la destrucci\u00f3n de los pecadores, cu\u00e1nto m\u00e1s no escuchar\u00e1 al perro apestoso y vil traidor que eres t\u00fa y que le pides el mal. Como dijo el divino ap\u00f3stol Santiago: \u00abPides y no recibes porque pides mal, para gastar en tus pasiones\u00bb. Sin embargo, creo a mi Dios: \u00abTu violencia se volver\u00e1 contra tu cr\u00e1neo\u00bb. <\/span>22<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Este relato, que aparece como una variante abreviada de la historia de Carpo, no se encuentra en la citada obra de Denis el Areopagita. Tal vez la confusi\u00f3n se deba a la homofon\u00eda de los nombres \u00abPolicarpo\u00bb y \u00abCarpo\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

En cuanto al santo pr\u00edncipe Fiodor Rostislavitch, a quien mencionas<\/a>, <\/span>23<\/sup><\/a><\/span><\/span> lo acepto de buen grado como juez, aunque est\u00e9 emparentado contigo. En efecto, los santos ven lo que ha sucedido entre ustedes y nosotros desde el principio hasta ahora y saben juzgar con justicia. Recuerda c\u00f3mo, frustrando sus malvadas y despiadadas intrigas y aspiraciones, san Fiodor Rostislavitch, actuando con la ayuda del Esp\u00edritu Santo, arrebat\u00f3 a nuestra zarina Anastasia, a quien t\u00fa comparas con Eudoxia, de las puertas de la muerte. Lo que demuestra que no te ayuda, y que es sobre nosotros, por indignos que seamos, sobre quienes derrama su misericordia.<\/p>\n\n\n\n

Eudoxia, esposa del emperador bizantino Arcadio, era enemiga ac\u00e9rrima del arzobispo de Constantinopla san Juan Cris\u00f3stomo, que denunci\u00f3 su bajeza desde el p\u00falpito de Santa Sof\u00eda. Recordar\u00e1n que Iv\u00e1n compar\u00f3 a Kurbski con el eunuco Eutrope, que tambi\u00e9n se opuso ferozmente a Eudoxia. Seg\u00fan Iv\u00e1n, la zarina Anastasia se cur\u00f3 de una enfermedad gracias a las reliquias de san Fiodor.<\/p>\n\n\n\n

A\u00fan hoy esperamos que nos auxiliar\u00eda m\u00e1s, porque \u201csi fueran hijos de Abraham, har\u00edan las obras de Abraham\u00bb <\/span>24<\/sup><\/a><\/span><\/span> y \u00abDios puede hacer hijos de Abraham de estas piedras\u00bb. <\/span>25<\/sup><\/a><\/span><\/span> De hecho, no todos los que descienden de Abraham pueden llamarse hijos suyos, sino s\u00f3lo los que lo son por la fe. <\/span>26<\/sup><\/a><\/span><\/span> No decidimos ni hacemos nada bas\u00e1ndonos en ning\u00fan \u00absofisma\u00bb, <\/span>27<\/sup><\/a><\/span><\/span> ni pisamos terreno movedizo. Pero, en la medida de nuestras fuerzas, intentamos llegar a decisiones firmes y, con los pies bien plantados sobre una base s\u00f3lida, nos mantenemos firmes.<\/p>\n\n\n\n

Nunca hemos \u00abexiliado\u00bb <\/span>28<\/sup><\/a><\/span><\/span> a nadie, salvo a quienes se hab\u00edan apartado de la ortodoxia por voluntad propia. En cuanto a los que fueron ejecutados y encarcelados, lo fueron, como ya he dicho, en castigo por sus faltas. Al pretender ser inocente, est\u00e1s agravando tu pecado porque, habiendo cometido el mal, no buscas el perd\u00f3n. El pecado no es grave cuando lo cometes, sino cuando, habi\u00e9ndolo cometido, no lo reconoces y no te arrepientes de \u00e9l. Entonces el pecado es a\u00fan m\u00e1s grave porque la transgresi\u00f3n de la ley se hace pasar por la ley. En cuanto a nuestra \u00abvictoria\u00bb <\/span>29<\/sup><\/a><\/span><\/span> sobre ti, no hay nada de qu\u00e9 alegrarse, porque no es con alegr\u00eda como uno se entera de la traici\u00f3n de sus s\u00fabditos o decide castigarlos en consecuencia. Con mayor raz\u00f3n me entristecer\u00eda esto, puesto que concebiste la p\u00e9rfida intenci\u00f3n de oponerte en todo al soberano que Dios te di\u00f3. \u00bfC\u00f3mo puede ser que los que han sido ejecutados por traici\u00f3n est\u00e9n \u00abante el trono del Se\u00f1or\u00bb? <\/span>30<\/sup><\/a><\/span><\/span> Nadie puede saberlo. Ustedes, traidores, reclaman sin verdad y no obtienen nada porque, como se ha dicho m\u00e1s arriba, piden por vuestras pasiones. <\/span>31<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Yo ni me enorgullezco ni presumo de nada. Ni tengo de qu\u00e9 enorgullecerme, pues cumplo con mi deber de monarca y no hago nada por encima de mis fuerzas. M\u00e1s bien son ustedes los que est\u00e1n hinchados de orgullo porque, esclavos como son, usurpan la dignidad episcopal y real y se permiten ense\u00f1ar, prohibir y mandar. No es cierto que hayamos inventado nuevos instrumentos de tortura para torturar a los cristianos; <\/span>32<\/sup><\/a><\/span><\/span> al contrario, estamos dispuestos a sufrir por ellos en la lucha contra los enemigos, no s\u00f3lo a derramar nuestra sangre, sino incluso a morir. Devolvemos bien por bien a nuestros s\u00fabditos y castigamos el mal con el mal, no porque nos guste, sino porque tenemos que hacerlo. Son sus cr\u00edmenes infames los que exigen castigo, pues se dice en el Evangelio: \u00abCuando envejezcas, extender\u00e1s tus manos y otro te ce\u00f1ir\u00e1 y te conducir\u00e1 adonde no quieras ir\u00bb. <\/span>33<\/sup><\/a><\/span><\/span> Como ves, sucede a menudo que somos llevados, aunque no queramos, a castigar a los autores de transgresiones. \u00bfHemos \u00abultrajado y desacatado el orden ang\u00e9lico\u00bb para complacer a nuestros \u00abcortesanos\u00bb? <\/span>34<\/sup><\/a><\/span><\/span> No s\u00e9 a qui\u00e9n te refieres con eso, a menos que se trate de los \u00faltimos miembros de tu infame consejo. No hay boyardos que \u00abri\u00f1an\u00bb con nosotros, con la \u00fanica excepci\u00f3n de tus amigos y aliados que, en este mismo momento, trabajan incansablemente, como demonios, en sus p\u00e9rfidos designios. Como dice el profeta: \u00abAy del que conspira antes del alba y apaga la luz para destruir con sus maquinaciones a los justos\u00bb. <\/span>35<\/sup><\/a><\/span><\/span> O como dijo Jes\u00fas a los que ven\u00edan a arrestarlo: \u00ab\u00bfSoy yo un ladr\u00f3n, para que salgan con espadas y palos? Mientras estuve con ustedes todos los d\u00edas, ense\u00f1ando en el Templo, no me pusieron las manos encima. Pero \u00e9sta es vuestra hora, y el poder de las tinieblas\u00bb. <\/span>36<\/sup><\/a><\/span><\/span> En cuanto a los que trabajar\u00edan \u00abpara la p\u00e9rdida de nuestro cuerpo y alma<\/a>\u00ab, <\/span>37<\/sup><\/a><\/span><\/span> no tenemos gente as\u00ed en nuestra corte. Una vez m\u00e1s, intentas tratarme como a un ni\u00f1o. Lloras persecuci\u00f3n porque no me doblego a tu voluntad como si a\u00fan fuera un ni\u00f1o. Sigues queriendo dominarme y ense\u00f1arme como a un ni\u00f1o peque\u00f1o. Pero nosotros confiamos en la misericordia de Dios porque hemos llegado a la edad de Cristo. <\/span>38<\/sup><\/a><\/span><\/span> Fuera de la misericordia de Dios, de la pur\u00edsima Madre de Dios y de todos los santos, no tenemos lecciones que recibir de los hombres, pues no es propio de quien gobierna una multitud pedir consejo a los dem\u00e1s. En cuanto a los \u00absacerdotes de Cronos<\/a>\u00ab, <\/span>39<\/sup><\/a><\/span><\/span> lo que escribes es inane: como el perro, ladras, como el \u00e1spid escupes veneno. Si los padres no pueden infligir semejante sufrimiento a sus hijos, \u00bfc\u00f3mo podemos nosotros, soberanos dotados de raz\u00f3n, entregarnos a semejante locura? Son tus sucias maquinaciones de perro las que te han dictado estas cosas. Si quieres meter la carta en tu ata\u00fad, <\/span>40<\/sup><\/a><\/span><\/span> es porque has perdido todo vestigio de religi\u00f3n cristiana. El Se\u00f1or nos ense\u00f1\u00f3 a no resistir el mal, y t\u00fa te niegas antes de morir a perdonar a tus enemigos, como hasta el m\u00e1s ignorante sabe que debe hacerse. Por eso ni siquiera deber\u00edamos celebrar un funeral por tus restos.<\/p>\n\n\n\n

Dices que la ciudad de Vladimirets, que est\u00e1 en nuestras tierras patrimoniales de Livonia, pertenece a nuestro enemigo el rey Segismundo, poniendo as\u00ed el broche de oro a tu asquerosa traici\u00f3n de perro.<\/p>\n\n\n\n

Iv\u00e1n da a la ciudad de la que escribe Kurbski su nombre ruso: \u00abVladimirets\u00bb y no \u00abWolmar\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Dices que esperas recibir de \u00e9l \u00abmuchos beneficios y consuelos<\/a>\u00ab, <\/span>41<\/sup><\/a><\/span><\/span> y as\u00ed debe ser, porque no quer\u00edas vivir bajo la destreza del Todopoderoso y de los soberanos que Dios te hab\u00eda dado, para que hicieras lo que quisieras con ellos. Por eso te has buscado un rey que, respondiendo a tu infame deseo de perro, no gobierna nada por s\u00ed mismo e, inferior al \u00faltimo de los esclavos, recibe \u00f3rdenes de todos sin mandar a nadie. Pero no esperes encontrar consuelo all\u00ed, porque cada uno s\u00f3lo se preocupa de s\u00ed mismo. \u00bfQui\u00e9n te proteger\u00e1 de la violencia y te librar\u00e1 de la mano del opresor si hasta el tribunal es insensible a la causa de los hu\u00e9rfanos y las viudas? <\/span>42<\/sup><\/a><\/span><\/span> Y son ustedes, los enemigos del cristianismo, los que componen este tribunal.<\/p>\n\n\n\n

En cuanto al Anticristo, lo conocemos: son ustedes los que act\u00faan como \u00e9l y traman el mal contra la Iglesia de Dios. En cuanto a los \u00abfuertes en Israel\u00bb y el derramamiento de sangre, te remito a lo que escrib\u00ed m\u00e1s arriba. Pero en cuanto a \u00abintentar agradar<\/a>\u00bb a quien sea, <\/span>43<\/sup><\/a><\/span><\/span> eso no es cierto. Eres t\u00fa el que no soporta las objeciones y al que le gusta que la gente intente complacerte. No conozco a ning\u00fan consejero \u00abnacido del adulterio<\/a>\u00ab; <\/span>44<\/sup><\/a><\/span><\/span> sin duda es alguien de ustedes. \u00abEl amonita y el moabita\u00bb eres t\u00fa. As\u00ed como estos \u00faltimos, que descend\u00edan de Lot, sobrino de Abraham, nunca dejaron de combatir a Israel, t\u00fa tambi\u00e9n, v\u00e1stago de un linaje principesco, nunca dejas de trabajar por nuestra perdici\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfQu\u00e9 has escrito? \u00bfQui\u00e9n te nombr\u00f3 juez o tutor? Tu autoridad es in\u00fatil porque mandas amenazando, \u00a1como el Maligno en su perfidia! Unas veces seduce y adula, otras se da aires y amenaza. T\u00fa haces lo mismo: a veces, cayendo en un orgullo desmedido, te imaginas a la cabeza del Estado y nos lanzas acusaciones, a veces pretendes ser el esclavo m\u00e1s miserable y el m\u00e1s pobre de esp\u00edritu. Como todos aquellos que han huido de nosotros y que, como perros, claman por nada, has escrito seg\u00fan tu deseo y tus infames y asquerosos designios, fuera de tus cabales, agitado fren\u00e9ticamente como un poseso.<\/p>\n\n\n\n

Aqu\u00ed debemos recordar las palabras del profeta: \u00abHe aqu\u00ed que el Se\u00f1or de los ej\u00e9rcitos quitar\u00e1 a Jerusal\u00e9n y a Jud\u00e1 todo apoyo, toda reserva de pan y toda reserva de agua, h\u00e9roe y hombre de guerra, juez y profeta, sabio y anciano, capit\u00e1n y consejero, h\u00e1bil artesano y sabio oyente. Les dar\u00e9 un ni\u00f1o como pr\u00edncipe, y gente ruda y orgullosa gobernar\u00e1 sobre ellos. La gente se molestar\u00e1 entre s\u00ed y a sus vecinos; el joven se jactar\u00e1 ante el anciano, el hombre de pocos recursos ante el hombre prominente. Un hombre se apoderar\u00e1 de su hermano o de un amigo de su padre, diciendo: \u00abT\u00fa tienes un manto, s\u00e9 nuestro gobernante, que mis bienes te sean confiados\u00bb. Y el otro, ese d\u00eda, le responder\u00e1: \u00abNo quiero ser jefe, porque en mi casa no hay ni pan ni capa; \u00a1no me hagas jefe de este pueblo!\u00bb. As\u00ed Jerusal\u00e9n ser\u00e1 abandonada y Jud\u00e1 arruinada, porque sus habitantes se habr\u00e1n resentido contra el Se\u00f1or. Porque su gloria ha sido abatida y la verg\u00fcenza de sus rostros atestigua contra ellos. Como los habitantes de Sodoma, declaran abiertamente su pecado y no lo ocultan. Ay de sus almas, porque han tramado entre s\u00ed su traici\u00f3n, diciendo: \u00abAtemos al justo, pues no nos sirve de nada\u00bb. Comer\u00e1n el fruto de sus obras. \u00a1Ay del imp\u00edo, porque su sufrimiento estar\u00e1 a la medida de la obra de sus manos! \u00a1Oh pueblo m\u00edo, tus jefes te oprimen, tus amos te atormentan! Oh pueblo m\u00edo, con sus bajos halagos te extrav\u00edan y te han entorpecido las piernas. Pero el Se\u00f1or mismo se ha levantado para acusar; juzgar\u00e1 a su pueblo con los ancianos y los pr\u00edncipes de su pueblo\u00bb. <\/span>45<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Y como el Areopagita escribi\u00f3 al monje Dem\u00f3filo: \u00abSi Dem\u00f3filo, o alg\u00fan otro, encuentra odiosa la clemencia, se le dirigen leg\u00edtimos reproches; se le ense\u00f1a lo que es la bondad y a convertirse a la bondad. \u00bfNo era necesario, se le dijo, que el que es bueno se alegre de la salvaci\u00f3n de los que estaban perdidos y de la vida de los que estaban muertos? Por eso el Se\u00f1or toma sobre sus hombros a los que se han arrancado de su extrav\u00edo e invita a los \u00e1ngeles buenos a alegrarse; es generoso con los ingratos, hace salir su sol sobre los malvados como sobre los buenos y da la vida incluso por los que huyen de \u00e9l. Pero t\u00fa, como se desprende de tus cartas, en virtud de no s\u00e9 qu\u00e9 derecho rechazaste odiosamente al que llamas imp\u00edo y pecador, que se arroj\u00f3 a los pies del sacerdote; luego, cuando te suplic\u00f3 y confes\u00f3 que s\u00f3lo hab\u00eda venido a buscar la curaci\u00f3n de sus males, no te dejaste conmover y tuviste la crueldad de molestar al buen sacerdote con palabras insultantes por el hecho de que acogiera el arrepentimiento y juzgara a un pecador digno de misericordia. Finalmente le dijiste al sacerdote: \u00a1Fuera de aqu\u00ed!, y con tu cala\u00f1a invadiste el santuario y profanaste el Santo de los Santos. \u00a1Y te atreves a escribirnos que has salvado las cosas santas de la profanaci\u00f3n y que cuidas de preservarlas en su pureza! Este es, pues, nuestro juicio sobre este punto: no corresponde a los di\u00e1conos que tienen un rango superior al tuyo en el servicio o que son tus iguales censurar a un sacerdote, aunque parezca que no trata los santos misterios con respeto, o aunque sea evidente que se ha salido de la l\u00ednea del deber. Pues si no respetar el orden y la ley es una transgresi\u00f3n de las leyes y decretos divinos, esto no es motivo para derribar el orden instituido por el Verbo divino por amor a Dios. Pues Dios no est\u00e1 dividido en s\u00ed mismo. \u00bfC\u00f3mo, si no, podr\u00eda perdurar su Reino? Si, como dicen las Escrituras, el juicio pertenece al Se\u00f1or, y si los sacerdotes son los mensajeros y profetas y, despu\u00e9s de los obispos, los int\u00e9rpretes de las sentencias divinas, es de ellos, por mediaci\u00f3n de los di\u00e1conos, de quienes debes aprender a su debido tiempo las verdades de lo alto, del mismo modo que fue de ellos de quienes recibiste tu consagraci\u00f3n mon\u00e1stica. \u00bfNo es esto lo que proclaman los s\u00edmbolos sagrados? Porque no todos tienen el mismo derecho a acercarse al Santo de los Santos: los m\u00e1s cercanos son los obispos, luego vienen los sacerdotes y despu\u00e9s los di\u00e1conos. Fuera del recinto reservado a los cl\u00e9rigos est\u00e1n los monjes; es all\u00ed, cerca de las puertas del santuario, donde son iniciados, es all\u00ed donde est\u00e1n de pie, no porque sean los guardianes, sino porque \u00e9se es su lugar y para que sepan que pertenecen m\u00e1s bien al pueblo que a las \u00f3rdenes sagradas. Por eso, seg\u00fan las sabias constituciones de la Iglesia, si los monjes son llamados a recibir las cosas sagradas, el cuidado de administrarlas se conf\u00eda a los que est\u00e1n en el santuario. Pues los que est\u00e1n alrededor del altar ven y oyen los augustos misterios y tienen una clara revelaci\u00f3n de ellos. Saliendo con dignidad del recinto velado, presentan a los monjes d\u00f3ciles, a los iniciados, a los penitentes, a cada uno seg\u00fan sus m\u00e9ritos, las cosas santas que se hab\u00edan mantenido libres de toda contaminaci\u00f3n hasta que t\u00fa entraste precipitadamente y obligaste al Santo de los Santos a revelarse al mundo exterior. Y todav\u00eda te atreves a llamarte guardi\u00e1n de las cosas santas, t\u00fa que no puedes verlas ni o\u00edrlas y que no tienes nada de lo que pertenece a los sacerdotes porque ignoras el verdadero sentido de las Escrituras aunque las interpretas cada d\u00eda para perdici\u00f3n de los que te escuchan. Ciertamente castigar\u00edamos a quien, sin orden del monarca, se apoderara del gobierno de una provincia o a quien, sometido a la jurisdicci\u00f3n de un pr\u00edncipe, intentara anular sus sentencias absolutorias o condenatorias, lanz\u00e1ndole insultos y despoj\u00e1ndolo de su cargo. Pero t\u00fa te has tomado la libertad de burlarte del bueno y misericordioso Se\u00f1or y violar las reglas de su jerarqu\u00eda. Hay que decirlo: cuando un hombre se arroga lo que est\u00e1 por encima de su rango, aunque haga el bien, sigue haciendo lo que no est\u00e1 permitido a nadie m\u00e1s. \u00bfHizo mal Uz\u00edas al ofrecer incienso al Se\u00f1or? \u00bfO Sa\u00fal al sacrificar? \u00bfO los demonios feroces al confesar la divinidad de Jes\u00fas? Pero las Escrituras condenan a cualquiera que interfiera en los deberes de los dem\u00e1s. Cada uno debe permanecer fiel a los deberes de su ministerio. S\u00f3lo el sumo sacerdote entra en el Lugar Sant\u00edsimo una vez al a\u00f1o y con toda la pureza que la ley exige de un pont\u00edfice. Los sacerdotes cuidan de las cosas santas, pero los levitas no las tocan por miedo a morir.<\/p>\n\n\n\n

\u00abEl Se\u00f1or se indign\u00f3 ante la temeridad de Uz\u00edas, y Miriam enferm\u00f3 de lepra por tratar de establecer leyes para el legislador soberano. Los demonios se apoderaron de los hijos de Sheva, y se dice: \u00abYo no los envi\u00e9, y corren; yo no se lo dije, y profetizan\u00bb, y \u00abel imp\u00edo que me sacrifica un becerro es a mis ojos como el que mata un perro\u00bb. En una palabra, la perfecta justicia de Dios no puede tolerar a los transgresores de la ley, y cuando le dicen: \u00abHemos hecho muchos milagros en tu nombre\u00bb, responde: \u00abNo los conozco; ap\u00e1rtense de m\u00ed todos los obradores de iniquidad.\u00bb As\u00ed que no est\u00e1 bien, de acuerdo con las Escrituras, hacer il\u00edcitamente lo que por otra parte es justo. Es importante que cada uno permanezca atento a s\u00ed mismo y, sin meditar en lo que es demasiado elevado, haga s\u00f3lo lo que prescribe su rango. \u00bfQu\u00e9, dir\u00e1n, no se puede reprender a los sacerdotes que faltan a la piedad o cometen alguna otra falta? \u00bfA los que se glorifican en la Ley se les permite deshonrar a Dios transgrediendo la Ley? \u00bfNo son los sacerdotes los int\u00e9rpretes de Dios? \u00bfY c\u00f3mo pueden anunciar al pueblo las virtudes divinas si no conocen su poder? \u00bfC\u00f3mo pueden iluminar a los que est\u00e1n envueltos en tinieblas? \u00bfC\u00f3mo podr\u00e1 dar el Esp\u00edritu divino quien demuestra con su conducta que no est\u00e1 seguro de la existencia del Esp\u00edritu Santo? Te responder\u00e9 sin rodeos, porque no odio a Dem\u00f3filo y no quisiera que te dejaras seducir por Satan\u00e1s. Cada uno de los \u00f3rdenes que rodean inmediatamente a Dios es m\u00e1s semejante a \u00e9l que los que est\u00e1n m\u00e1s alejados, y las cosas que est\u00e1n m\u00e1s cerca de la luz verdadera est\u00e1n tambi\u00e9n mejor iluminadas y son m\u00e1s luminosas. La proximidad no debe entenderse como una cuesti\u00f3n de lugar, sino como la capacidad de recibir a Dios. Si, pues, el privilegio de la iluminaci\u00f3n pertenece a los sacerdotes, no pertenece al sacerdocio ser el que no ilumina, y menos a\u00fan ser el que no es iluminado. Por lo tanto, considero muy temerario a quien usurpa las funciones del sacerdocio sin sentir verg\u00fcenza ni temor alguno al inmiscuirse en el servicio divino, en la creencia de que Dios no sabe lo que su propia conciencia sabe, a quien intenta enga\u00f1ar a Aquel a quien hip\u00f3critamente llama su Padre, y a quien finalmente se atreve, en nombre de Cristo, a pronunciar sus f\u00f3rmulas impuras y blasfemas (pues no las llamar\u00e9 oraciones) sobre el pan y el vino m\u00edsticos. No, ciertamente, este hombre no es un sacerdote, es un enga\u00f1ador, un mentiroso que se enga\u00f1a a s\u00ed mismo, es un lobo con piel de cordero que se levanta contra el reba\u00f1o del Se\u00f1or. No corresponde a Dem\u00f3filo suprimir estos des\u00f3rdenes. Si la Palabra de Dios nos ordena hacer lo que es justo (justicia significa dar a cada uno lo que le es debido), entonces ciertamente cada uno debe hacer lo que es justo, pues incluso los \u00e1ngeles tienen funciones asignadas seg\u00fan lo que les es debido, pero no nos corresponde a nosotros hacer esta distinci\u00f3n, oh Dem\u00f3filo: es Dios quien confiere las atribuciones, a nosotros a trav\u00e9s del ministerio de los \u00e1ngeles y a ellos a trav\u00e9s de los \u00e1ngeles superiores. En una palabra, es siempre por medio de seres superiores que la Providencia universal, en su sabidur\u00eda y equidad, otorga a los seres inferiores lo que les corresponde. As\u00ed, quien es llamado por Dios para gobernar a otros debe, en el ejercicio de su mando, conferir a cada uno de sus subordinados lo que le corresponde. Trate, pues, Dem\u00f3filo a la parte razonable de su alma, la ira y la concupiscencia, con esta discreta equidad; no invierta el orden deseado y deje que la raz\u00f3n, que es m\u00e1s noble, mande a las potencias inferiores.<\/p>\n\n\n\n

\u00abPorque si vi\u00e9ramos en la plaza p\u00fablica al criado re\u00f1ir con su amo, al joven insultar al viejo, al hijo injuriar a su padre, abalanzarse sobre \u00e9l y golpearlo indignado, \u00bfno ser\u00eda cierto que en conciencia nos har\u00edamos merecedores de una severa reprimenda por no acudir en auxilio de la autoridad comprometida, aunque fuese \u00e9l el primer culpable? \u00bfC\u00f3mo, pues, no habr\u00edamos de avergonzarnos de permitir que la raz\u00f3n fuese vencida por la ira y la concupiscencia y despojada de la autoridad que Dios le ha dado, suscitando as\u00ed en nosotros mismos una perturbaci\u00f3n, una revuelta, una confusi\u00f3n cargada de injusticia e impiedad? Por eso nuestro divino ap\u00f3stol y bendito legislador dijo que excluir\u00eda del gobierno de la Iglesia de Dios a quien no supiera gobernar debidamente su propia casa: quien gobierne su propia conducta gobernar\u00e1 la de los dem\u00e1s, quien gobierne a los dem\u00e1s gobernar\u00e1 una familia, quien gobierne una familia gobernar\u00e1 una ciudad, y quien gobierne una ciudad gobernar\u00e1 una naci\u00f3n. En resumen, y utilizando las palabras de la Escritura, \u00abquien es fiel en las cosas peque\u00f1as, tambi\u00e9n lo es en las grandes\u00bb. Ustedes, pues, den un lugar leg\u00edtimo a la concupiscencia, a la ira y a la raz\u00f3n; pero dejen que los manden los di\u00e1conos, y a estos los sacerdotes, y a estos los obispos, y a los obispos los ap\u00f3stoles y los sucesores de los ap\u00f3stoles. Si por casualidad alguno de ellos se desv\u00eda de la l\u00ednea del deber, los piadosos de su rango lo enderezar\u00e1n; de este modo, los rangos no se confundir\u00e1n, y cada uno permanecer\u00e1 en su propio rango y ministerio. Esto es lo que ten\u00edamos que decirte sobre lo que debes saber y hacer en tu cargo. En cuanto a tu brutal dureza con este hombre del que dices que es imp\u00edo y est\u00e1 manchado de cr\u00edmenes, no puedo deplorar bastante la ruina a la que fue arrojada tu alma, que me sigue siendo muy querida. \u00bfDe qui\u00e9n te hemos hecho siervo? Si no es el buen Dios, no nos necesitas, y si nuestro culto te es ajeno, busca otro Dios y otros sacerdotes que te inicien en la brutalidad y no en la perfecci\u00f3n, y convi\u00e9rtete en el siervo implacable de tu propia inhumanidad. \u00bfHemos sido elevados a una santidad tan perfecta que ya no necesitamos la clemencia infinita? Guard\u00e9monos m\u00e1s bien de cometer el doble pecado de los imp\u00edos de que habla la Escritura, haciendo el mal sin comprender c\u00f3mo somos malos, pero justific\u00e1ndonos y creyendo ver cuando somos ciegos. El cielo se asombr\u00f3 y yo me estremec\u00ed sin poder creerlo. Si no hubiera le\u00eddo tus cartas (\u00a1y Dios quiera que no me hubieran llegado!), nunca habr\u00eda cre\u00eddo, y nadie me habr\u00eda podido persuadir, que Dem\u00f3filo no admite que Dios, que es tan bueno con todos los hombres, sea compasivo, o que \u00e9l mismo necesite misericordia y salvaci\u00f3n. Es m\u00e1s, degrada a los sacerdotes que tan tiernamente se inclinan a soportar las faltas de la multitud ignorante y que saben muy bien cu\u00e1n enfermos son ellos mismos. Pero el Sumo Sacerdote supremo y divino sigui\u00f3 un camino diferente, separado como estaba, seg\u00fan la Escritura, de los pecadores, \u00e9l que hizo del cuidado m\u00e1s afectuoso de las ovejas una prueba de nuestro amor por \u00e9l. Por el contrario, llama malvado al siervo que se niega a perdonar la deuda de su compa\u00f1ero y a aplicarle un poco de esa indulgencia que \u00e9l mismo hab\u00eda experimentado tan ampliamente, y lo condena a un merecido castigo. Esto es lo que Dem\u00f3filo y yo debemos temer. Vemos tambi\u00e9n que en su Pasi\u00f3n el Se\u00f1or pidi\u00f3 que se perdonara a sus imp\u00edos verdugos. Por \u00faltimo, reprendi\u00f3 a sus disc\u00edpulos porque exig\u00edan una venganza demasiado cruel contra los samaritanos que lo hab\u00edan expulsado. Sin embargo, tu insensata carta repite cien veces, y te enorgulleces de ello in\u00fatilmente, que apoyas la causa de Dios y no la nuestra. Dime, \u00bfte parece buena idea defender con malicia los intereses de Aquel que es la Bondad? \u00a1Vamos! No tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas. Al contrario, \u00c9l es bueno y misericordioso; \u00c9l no discutir\u00e1 ni gritar\u00e1; \u00c9l es la mansedumbre misma; \u00c9l es la propiciaci\u00f3n por nuestros pecados. No podemos, pues, aprobar los excesos de tu celo indiscreto, aunque invoques mil veces a Pinhas y a El\u00ed. El Se\u00f1or Jes\u00fas no aprobaba tales excusas cuando las o\u00eda de boca de sus disc\u00edpulos, que entonces no ten\u00edan todav\u00eda el esp\u00edritu de mansedumbre y bondad. Pues con toda caridad instruye nuestro divino Maestro a los que se resisten a la doctrina de Dios. Debemos iluminar a los ignorantes y no castigarlos, as\u00ed como los llevamos de la mano. Pero t\u00fa resoplabas y desanimabas al hombre que intentaba abrir los ojos a la luz, y cuando se acercaba con timidez y confusi\u00f3n, t\u00fa -es horrible decirlo- lo ahuyentabas escandalosamente, mientras que el Se\u00f1or, lleno de misericordia, busca a la oveja que se ha extraviado en las monta\u00f1as, la llama mientras huye y, habi\u00e9ndola encontrado, la lleva de vuelta sobre sus hombros. Te ruego que seamos m\u00e1s juiciosos con nosotros mismos y no nos clavemos la espada en el pecho. Porque los que tienen el deseo de cometer injusticias o, por el contrario, de hacer el bien, aunque les resulte imposible llevar a cabo sus intenciones, amontonen sobre sus cabezas tesoros de malicia o de bondad, y se llenar\u00e1n de virtudes divinas o de pasiones feroces. Unos, admitidos fraternalmente en la compa\u00f1\u00eda de los \u00e1ngeles buenos y liberados de todo mal, gozar\u00e1n de perfecta paz aqu\u00ed en la tierra y en el cielo, entrar\u00e1n por derecho de herencia en la dulzura del descanso eterno y, lo que supera todos los bienes, morar\u00e1n para siempre con Dios. Los otros, en cambio, nunca tendr\u00e1n paz ni con Dios ni consigo mismos, y tanto en la tierra como despu\u00e9s de la muerte estar\u00e1n condenados a vivir con los crueles demonios. Que todo nuestro celo sea, pues, aferrarnos al buen Dios, permanecer para siempre con el Se\u00f1or, y no ser colocados por el soberano Juez en las filas de los r\u00e9probos para soportar un merecido castigo. Tal es el objeto de mis mayores alarmas, y pido la gracia de no precipitarme en todos estos males\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Esta larga cita ocupa las cinco primeras partes (salvo la introducci\u00f3n) de la \u00abCarta de San Dionisio Areopagita al monje Dem\u00f3filo\u00bb. Iv\u00e1n cit\u00f3 la conclusi\u00f3n m\u00e1s arriba, p. 97-99.<\/p>\n\n\n\n

Estas palabras se aplican tambi\u00e9n a ti, que te apropias la dignidad de maestro y, como escribe el ap\u00f3stol Pablo \u00abSi t\u00fa que llevas el nombre de jud\u00edo, que te apoyas en la Ley, que te glorificas en Dios, que conoces su voluntad, que disciernes lo mejor, instruido por la Ley, y de tal manera te halagas a ti mismo que t\u00fa mismo eres el gu\u00eda de los ciegos, la luz del que camina en tinieblas, el maestro de los ignorantes, el amo de los sencillos, porque posees en la Ley la expresi\u00f3n misma del conocimiento y de la verdad. T\u00fa que ense\u00f1as a los dem\u00e1s, \u00bfno te ense\u00f1as a ti mismo? T\u00fa que predicas no robar, \u00bfno robas? T\u00fa que proh\u00edbes el adulterio, \u00bfno cometes adulterio? T\u00fa que aborreces a los \u00eddolos, \u00bfno cometes sacrilegio? T\u00fa que te glorificas en la Ley, \u00bfno deshonras a Dios transgrediendo esa Ley? Pues el nombre de Dios, por tu culpa, es blasfemado entre las naciones\u00bb. <\/span>46<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Como dice el divino Gregorio: \u00abEn cuanto a m\u00ed -pues soy hombre, lo confieso, es decir, un animal m\u00f3vil y de naturaleza perecedera- acepto este bautismo con gran coraz\u00f3n, adoro al que me lo dio, lo transmito a los dem\u00e1s y les adelanto la misericordia para obtener misericordia. Porque s\u00e9 que yo mismo estoy envuelto en la debilidad y que ser\u00e9 medido por la medida que use. Pero, \u00bfqu\u00e9 dices? \u00bfQu\u00e9 ley haces t\u00fa, nuevo fariseo que eres puro de nombre pero no de conducta, y que haces desfilar ante nosotros los principios de Novaciano, con la misma debilidad? \u00bfNo admites la penitencia? \u00bfNo das lugar al gemido? \u00bfNo lloras sobre las l\u00e1grimas? \u00a1Que no encuentres un juez como t\u00fa! \u00bfNo respetas la bondad de Jes\u00fas, que tom\u00f3 nuestras debilidades y carg\u00f3 con nuestras enfermedades, que no vino por los justos sino por los pecadores, para llamarlos a la penitencia, que quiere misericordia antes que sacrificios, que perdona los pecados setenta veces siete? \u00a1Qu\u00e9 bienaventurada ser\u00eda tu altivez si fuera pureza y no soberbia, estableciendo leyes por encima del hombre e impidiendo la conversi\u00f3n por la desesperaci\u00f3n! La indulgencia imprudente y la severidad implacable son males similares. La primera deja ir por completo, la segunda estrangula con su violencia. Mu\u00e9strame tu pureza y aceptar\u00e9 tu audacia. Pero en realidad me temo que es porque est\u00e1s cubierto de \u00falceras que propones la imposibilidad de curar. Ni siquiera aceptas el arrepentimiento de David, cuya gracia prof\u00e9tica fue preservada por la penitencia. \u00bfY qu\u00e9 decir de Pedro, el gran Ap\u00f3stol que experiment\u00f3 la debilidad humana en el momento de la Pasi\u00f3n del Salvador? Pero Jes\u00fas lo acept\u00f3 y, mediante la triple pregunta y la triple confesi\u00f3n, remedi\u00f3 la triple negaci\u00f3n. \u00bfNi siquiera t\u00fa lo aceptar\u00e1s cuando haya sido perfeccionado por el derramamiento de sangre? Ese es el efecto de tu insensatez. \u00bfTampoco aceptas al transgresor de Corinto? Pero incluso hacia \u00e9l Pablo dio prioridad a la caridad cuando vio que se hab\u00eda reformado. Y he aqu\u00ed la raz\u00f3n: \u00abpara que tal hombre no se vea abrumado por una pena excesiva\u00bb, aplastado por la desmesura de la reprobaci\u00f3n. \u00bfTampoco permite que las viudas j\u00f3venes se vuelvan a casar por el riesgo de caer debido a su edad? Pablo se atrevi\u00f3 a permitirlo, Pablo a quien evidentemente te adscribes, \u00a1t\u00fa que, al parecer, has penetrado en un cuarto cielo y en otro para\u00edso, que has o\u00eddo cosas m\u00e1s secretas y que has abarcado un c\u00edrculo m\u00e1s amplio para predicar el Evangelio! \u00abPero dices que esta penitencia no es posible despu\u00e9s del bautismo\u201d. \u00bfQu\u00e9 prueba das de ello? Pru\u00e9balo, o si no, no lo condenes. Y si hay alguna duda, \u00a1que prevalezca la bondad! […] \u00bfY qu\u00e9 ley es la inhumanidad de Novaciano para conmigo, que nunca castig\u00f3 la avaricia, esa segunda idolatr\u00eda, pero conden\u00f3 tan amargamente la fornicaci\u00f3n, como si no tuviera carne ni cuerpo?\u00bb. <\/span>47<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Recordemos que Novaciano era un hereje del siglo III, que consideraba que un cristiano deb\u00eda estar por encima de la naturaleza humana y, en consecuencia, negaba toda posibilidad de reconciliaci\u00f3n a los ap\u00f3statas y a los autores de pecados graves, incluso a punto de morir.<\/p>\n\n\n\n

Pero el profeta David dijo: \u00abDios dijo a los imp\u00edos: ‘\u00bfPor qu\u00e9 recitas mis mandamientos y pones mi alianza en tu boca, t\u00fa que odias la ley y dejas de lado mis palabras? Si ves a un ladr\u00f3n, fraternizas; est\u00e1s en tu casa entre ad\u00falteros'\u00bb. <\/span>48<\/sup><\/a><\/span><\/span> No eres ad\u00faltero seg\u00fan la carne, sino ad\u00faltero seg\u00fan la traici\u00f3n, que viene a ser lo mismo. As\u00ed es como te involucraste con los traidores. \u00abDas tu boca al mal y tu lengua al enga\u00f1o. Te sientas y acusas a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre\u00bb. <\/span>49<\/sup><\/a><\/span><\/span> Tu hermano y el hijo de tu madre son todos cristianos, pues todos fuimos bautizados en la misma pila y renacimos de lo alto. \u00abEsto es lo que t\u00fa has hecho, y yo me he callado, y has tenido la imprudencia de pensar que soy como t\u00fa. Te denunciar\u00e9 y pondr\u00e9 tus pecados ante tus ojos. Cu\u00eddate bien, t\u00fa que olvidas a Dios, de que no te lleve sin que nadie te libre\u00bb. <\/span>50<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Admonici\u00f3n pronunciada en Mosc\u00fa, capital ortodoxa de toda Rusia y grado de nuestra santa plaza, en el a\u00f1o 7072 <\/span>51<\/sup><\/a><\/span><\/span> de la Creaci\u00f3n del mundo, el quinto d\u00eda de julio.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

En la \u00faltima parte de su primera carta, Iv\u00e1n el Terrible sigue debati\u00e9ndose entre sus dos hip\u00f3stasis: el soberano invencible y el buen cristiano. Despu\u00e9s de haber fulminado en las secciones anteriores, el zar est\u00e1 desesperado por limpiar su nombre y devaluar todas las haza\u00f1as de Kurbski con las armas. Defiende con ardor su autoridad leg\u00edtima, justificando los castigos infligidos como necesarios para mantener el orden y la justicia. Sin cesar de citar las Escrituras, invoca la justicia divina, convencido de que sus actos ser\u00e1n santificados por Dios.<\/p>\n","protected":false},"author":17959,"featured_media":41432,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"templates\/post-speeches.php","format":"standard","meta":{"_acf_changed":true,"_trash_the_other_posts":false,"footnotes":""},"categories":[916],"tags":[],"geo":[182],"class_list":["post-41398","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-doctrinas-del-primer-zar-cartas-encontradas-de-ivan-el-terrible","staff-bernard-marchadier","geo-asia-septentrional"],"acf":[],"yoast_head":"\n"Cumplo con mi deber de monarca": respuesta de Iv\u00e1n el Terrible al pr\u00edncipe Kurbski (tercera parte) - El Grand Continent<\/title>\n<meta name=\"robots\" content=\"index, follow, max-snippet:-1, max-image-preview:large, max-video-preview:-1\" \/>\n<link rel=\"canonical\" href=\"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2024\/08\/03\/cumplo-con-mi-deber-de-monarca-respuesta-de-ivan-el-terrible-al-principe-kurbski-tercera-parte\/\" \/>\n<meta property=\"og:locale\" content=\"es_ES\" \/>\n<meta property=\"og:type\" content=\"article\" \/>\n<meta property=\"og:title\" content=\""Cumplo con mi deber de monarca": respuesta de Iv\u00e1n el Terrible al pr\u00edncipe Kurbski (tercera parte) - El Grand Continent\" \/>\n<meta property=\"og:description\" content=\"En la \u00faltima parte de su primera carta, Iv\u00e1n el Terrible sigue debati\u00e9ndose entre sus dos hip\u00f3stasis: el soberano invencible y el buen cristiano. 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