{"id":40517,"date":"2024-07-27T23:51:49","date_gmt":"2024-07-27T21:51:49","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=40517"},"modified":"2024-07-27T23:51:51","modified_gmt":"2024-07-27T21:51:51","slug":"de-la-locura-a-la-civilizacion-pandemica-autopsia-de-un-modelo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2024\/07\/27\/de-la-locura-a-la-civilizacion-pandemica-autopsia-de-un-modelo\/","title":{"rendered":"De la locura a la civilizaci\u00f3n pand\u00e9mica: autopsia de un modelo"},"content":{"rendered":"\n

\u00abEl hombre nunca es s\u00f3lo un punto en movimiento, obedeciendo leyes, patrones y formas en un tr\u00e1fico que es m\u00e1s grande y poderoso que \u00e9l. Esto es m\u00e1s claro en Suecia que en Francia. En su calma, Suecia revela un mundo casi perfecto donde descubrimos que el hombre ya no es necesario\u00bb.<\/em><\/p>\n\n\n\n

As\u00ed describ\u00eda el fil\u00f3sofo franc\u00e9s Michel Foucault sus tres decepcionantes a\u00f1os en Uppsala,<\/span>1<\/sup><\/a><\/span> Suecia, probablemente amargado por haber visto c\u00f3mo su proyecto de doctorado, que m\u00e1s tarde se convertir\u00eda en el cl\u00e1sico Historia de la locura en la \u00e9poca cl\u00e1sica<\/em>, fue rechazado sin piedad.<\/p>\n\n\n\n

Hay muchas maneras de contar la historia de c\u00f3mo la pandemia de Covid-19 detuvo bruscamente la actividad humana. Lo que s\u00ed sabemos es que el mundo se transform\u00f3 de repente: casi 15 millones de muertes asociadas al virus,<\/span>2<\/sup><\/a><\/span> una contracci\u00f3n del 2.9% de la econom\u00eda, una ca\u00edda estimada del 9.5% del comercio mundial,<\/span>3<\/sup><\/a><\/span> una reducci\u00f3n del 70% de la capacidad de las aerol\u00edneas internacionales s\u00f3lo en 2020… y unos efectos a largo plazo sobre el bienestar f\u00edsico y psicol\u00f3gico de los que a\u00fan no hemos salido indemnes.<\/p>\n\n\n\n

Igualmente preocupante es que, m\u00e1s de cuatro a\u00f1os despu\u00e9s de que la primera oleada se propagara desde Wuhan, China, no parece haber consenso sobre lo que hemos aprendido, los par\u00e1metros que debemos valorar y, lo que es m\u00e1s importante, si el mundo reaccionar\u00eda de forma diferente si \u2014o m\u00e1s bien cuando\u2014 volviera a producirse otro suceso tan fat\u00eddico. Sabemos que la respuesta inicial del gobierno chino \u2014contenci\u00f3n draconiana, cubrebocas obligatorio y, m\u00e1s tarde, cierre de fronteras\u2014 se propag\u00f3 tan r\u00e1pidamente como el propio virus. Cuando el Covid-19 lleg\u00f3 al norte de Italia en febrero de 2020 y hasta la prodigiosa invenci\u00f3n y r\u00e1pido despliegue de las vacunas de ARN a principios de 2021, este conjunto de medidas proporcion\u00f3 una especie de modelo involuntario tanto de c\u00f3mo respondieron los pa\u00edses de todo el mundo como de c\u00f3mo se midieron el fracaso y el \u00e9xito.<\/p>\n\n\n\n

En las ciencias sociales, a menudo son los casos at\u00edpicos, los estudios de casos extremos, los que nos ayudan a salir del laberinto y generalizar hip\u00f3tesis m\u00e1s amplias. El norte de Europa, y Suecia en particular, es una excepci\u00f3n: en la forma en que el pa\u00eds decidi\u00f3 hacer frente a la propagaci\u00f3n del virus, en las razones que subyacen a sus decisiones y en la forma en que reaccion\u00f3 la poblaci\u00f3n. Aparte de cierres espec\u00edficos, Estocolmo se ha distinguido por mantener una vida social lo m\u00e1s normal posible frente a la propagaci\u00f3n del virus. Mientras el resto del mundo se atrincheraba, Suecia dej\u00f3 abiertas la mayor\u00eda de las escuelas, caf\u00e9s, gimnasios, tiendas y restaurantes, haciendo referencia antes que otros al controvertido concepto de inmunidad de reba\u00f1o. Un mundo convulso observ\u00f3 con una mezcla de horror e incredulidad c\u00f3mo los suecos se enfrentaban con calma a la pandemia y al creciente n\u00famero de muertos.<\/p>\n\n\n\n

M\u00e1s de cuatro a\u00f1os despu\u00e9s de la primera oleada de contagios, no parece haber consenso sobre lo que hemos aprendido.<\/p>Fabrizio Tassinari<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

As\u00ed que no es casualidad que ahora se est\u00e9 reevaluando la experiencia sueca.<\/p>\n\n\n\n

En los \u00faltimos meses se han publicado varios informes pol\u00edticos<\/span>4<\/sup><\/a><\/span> y period\u00edsticos<\/span>5<\/sup><\/a><\/span> que alaban el acierto del planteamiento sueco a largo plazo. Se\u00f1alan que las radicales decisiones de Estocolmo dieron lugar a tasas de mortalidad a largo plazo similares a las de otros pa\u00edses occidentales, aunque \u00e9sa era sin duda la principal variable que hab\u00eda justificado los cierres, con un balance final de 2 322 muertes por mill\u00f3n de habitantes, ligeramente superior al de las vecinas Finlandia y Alemania (1 802 y 2 098, respectivamente), pero muy inferior al de Italia o Estados Unidos (3 230 y 3 332, respectivamente). Al mismo tiempo, la experiencia sueca logr\u00f3 la tasa de exceso de mortalidad m\u00e1s baja del mundo \u2014es decir, los pacientes que murieron a causa de<\/em> Covid en comparaci\u00f3n con los que murieron mientras ten\u00edan<\/em> Covid\u2014, mejores resultados en t\u00e9rminos de recuperaci\u00f3n econ\u00f3mica \u2014Suecia experiment\u00f3 un crecimiento global del 0.4% durante la pandemia, mientras que la Uni\u00f3n se contrajo un 2.1%\u2014 y mejores indicadores para la vida social, desde la educaci\u00f3n hasta la salud mental, que son menos tangibles pero cruciales y que la pandemia perturb\u00f3 en casi todas partes.<\/p>\n\n\n\n

En plena segunda oleada, ya hab\u00edamos reflexionado en estas p\u00e1ginas sobre las particularidades de la experiencia n\u00f3rdica de la pandemia. La renovada atenci\u00f3n prestada al caso sueco me ha impulsado a volver sobre aquellas primeras conclusiones, con el fin de avanzar en nuestra comprensi\u00f3n colectiva. Este estudio es, por tanto, un intento de autopsia de un enfoque poco ortodoxo y de su significado m\u00e1s amplio para nuestros complejos procesos de gesti\u00f3n de crisis. Aunque la retrospectiva de la que ahora disponemos tiene algo de reconfortante, me pareci\u00f3 necesario contextualizar estas decisiones dando voz a quienes las tomaron. Por ello, lo que sigue se basa tambi\u00e9n en extractos de una entrevista exclusiva con el epidemi\u00f3logo Anders Tegnell, art\u00edfice de la respuesta sueca al Covid-19. Este ins\u00f3lito relato revela un meticuloso y calculado equilibrio entre radicalismo audaz y continuidad constante, entre feroz independencia y profunda confianza. Mientras el mundo se sum\u00eda en la locura pand\u00e9mica, Suecia allanaba el camino hacia una \u00abcivilizaci\u00f3n pand\u00e9mica\u00bb, o al menos una versi\u00f3n de ella.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\r\n\t<\/picture>\r\n \n
\u00abInside\/Outside\u00bb, DOX, Centro de Arte Contempor\u00e1neo de Praga \u00a9 Libor Sojka\/CTK via AP Images <\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

Estado m\u00ednimo, confianza m\u00e1xima<\/h2>\n\n\n\n

Hace unos a\u00f1os, The Economist<\/em> inform\u00f3 sobre la extra\u00f1a popularidad de Ayn Rand en Suecia.<\/span>6<\/sup><\/a><\/span> Los suecos encabezaban las b\u00fasquedas en Google de la autora de La rebeli\u00f3n de Atlas <\/em>en pa\u00edses de habla no inglesa, y las librer\u00edas registraban un creciente inter\u00e9s por esta controvertida figura. Es dif\u00edcil no ver la iron\u00eda en el hecho de que la parte del mundo que m\u00e1s ha practicado la socialdemocracia sea al mismo tiempo la m\u00e1s atra\u00edda por alguien que ha descrito el Estado del bienestar como \u00abla psicolog\u00eda nacional m\u00e1s diab\u00f3lica jam\u00e1s descrita\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Esta an\u00e9cdota oculta una realidad mucho m\u00e1s compleja.<\/p>\n\n\n\n

Desde la libertad de expresi\u00f3n hasta las pol\u00edticas migratorias, la esfera p\u00fablica n\u00f3rdica se ha desplazado radicalmente hacia la derecha en los \u00faltimos a\u00f1os. Los partidos populistas de derecha han crecido r\u00e1pidamente en toda la regi\u00f3n, y han surgido varios grupos de reflexi\u00f3n libertaria de gran \u00e9xito. Si tuvi\u00e9ramos que identificar un punto de inflexi\u00f3n, probablemente ser\u00eda a mediados de la d\u00e9cada de 1990, cuando un joven y ambicioso pol\u00edtico dan\u00e9s, Anders Fogh Rasmussen, public\u00f3 un panfleto titulado Del Estado social al Estado m\u00ednimo<\/em>.<\/span>7<\/sup><\/a><\/span> En \u00e9l predicaba, entre otras cosas, la necesidad de privatizar: \u00abel libre mercado determina el tama\u00f1o de las recompensas. Las recompensas del mercado no son ni buenas ni malas, ni justas ni injustas. Son simplemente hechos\u00bb. Durante su d\u00e9cada como primer ministro, de 2001 a 2009, Fogh Rasmussen puso en pr\u00e1ctica esta l\u00f3gica de forma eficaz y a veces brutal. En las dos d\u00e9cadas siguientes, anticip\u00e1ndose a una tendencia ahora visible en la mayor\u00eda de las dem\u00e1s democracias occidentales, los partidos de extrema derecha apoyaron o se unieron a coaliciones gubernamentales, desde Noruega hasta Finlandia. Las prioridades y posturas que pertenec\u00edan a la franja de lo pol\u00edticamente correcto se fueron abriendo paso poco a poco en el seno de la corriente centrista<\/a>.<\/p>\n\n\n\n

En este contexto, no es del todo sorprendente que la respuesta sueca haya sido elegida e instrumentalizada por radicales de todo el mundo. La oposici\u00f3n al confinamiento, al uso obligatorio de cubrebocas y, m\u00e1s tarde, a la vacunaci\u00f3n se convirti\u00f3 r\u00e1pidamente en parte de un arsenal m\u00e1s amplio de rebeli\u00f3n populista contra la gobernanza tecnocr\u00e1tica. Los negacionistas del cambio clim\u00e1tico se convirtieron en antivacunas y, en la t\u00edpica forma de herradura, los libertarios unieron fuerzas con los liberales radicales para oponerse a la securitizaci\u00f3n e incluso militarizaci\u00f3n de una emergencia sanitaria. En este caso, todo lo que la clase pol\u00edtica occidental hab\u00eda urdido como respuesta a la pandemia parec\u00eda en gran medida una r\u00e9plica del enfoque adoptado por uno de los reg\u00edmenes autoritarios m\u00e1s brutales del mundo. \u00abHay mucho de cierto en eso\u00bb, admite Tegnell secamente al comienzo de nuestra conversaci\u00f3n. \u00abItalia fue la primera y, antes de que ocurriera en Italia, todos pens\u00e1bamos que no era necesario manejar la situaci\u00f3n del mismo modo que en China… Pero Italia sigui\u00f3 el planteamiento de China y eso influy\u00f3 en todos los dem\u00e1s pa\u00edses en t\u00e9rminos de cierres y restricciones\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Desde la libertad de expresi\u00f3n hasta las pol\u00edticas migratorias, la esfera p\u00fablica n\u00f3rdica se ha desplazado radicalmente hacia la derecha en los \u00faltimos a\u00f1os.<\/p>Fabrizio Tassinari<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Al observador perspicaz no se le habr\u00e1 escapado que los medios de comunicaci\u00f3n y los organismos pol\u00edticos que ahora presentan el experimento sueco del Covid-19 como una tierra prometida libertaria son, la mayor\u00eda de las veces, organizaciones archiconservadoras, conocidas por difundir el evangelio de la pureza ideol\u00f3gica. La politizaci\u00f3n de la pandemia ha permitido avanzar en la b\u00fasqueda del desmantelamiento del \u00abEstado profundo\u00bb, un Estado que supuestamente ha defraudado sistem\u00e1ticamente al pueblo en el camino hacia la servidumbre. En este contexto, resulta \u00fatil que incluso un faro de la socialdemocracia como Suecia adopte un enfoque tan radicalmente anclado en la libertad. Cuando se le pregunt\u00f3 al respecto, Tegnell no quiso saber nada: \u00abSer liberal\u00bb, dice, refiri\u00e9ndose al significado europeo del t\u00e9rmino, \u00abno formaba parte de nuestro pensamiento. La poblaci\u00f3n sueca ha aceptado cambios profundos en su comportamiento y forma de vida. Lo hiza por voluntad propia, sin que nadie la obligara. Conseguimos poner en marcha medidas sin forzar a la gente, sino hablando con ella e intentando que entendiera lo que intent\u00e1bamos hacer\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Esta interpretaci\u00f3n confirma que el enfoque sueco se basaba en una firme creencia en el voluntarismo. Pero, a riesgo de racionalizar en exceso ese enfoque, se trata tanto de que un pueblo ceda voluntariamente su autoridad a un soberano como de la confianza mutua: del pueblo hacia las instituciones, pero tambi\u00e9n, y esto es crucial, en la otra direcci\u00f3n. \u00abEsta confianza\u00bb, prosigue Tegnell, \u00abse ha ido construyendo a lo largo de mucho tiempo. La idea b\u00e1sica (…) es que el gobierno y las instituciones existen para hacer algo bueno<\/em>. No tienen una agenda oculta, no intentan manipular, realmente intentan hacer lo mejor para la poblaci\u00f3n. Ese es su principal objetivo, y por eso hay un alto nivel de confianza en cualquier tipo de informaci\u00f3n procedente del gobierno y en la seguridad de que esa informaci\u00f3n es muy probablemente la mejor que recibir\u00e1 el pueblo sueco\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

La confirmaci\u00f3n m\u00e1s clara del argumento de Tegnell procede de una encuesta que confirma que el 90% de la poblaci\u00f3n apoy\u00f3 la gesti\u00f3n sueca de la pandemia,<\/span>8<\/sup><\/a><\/span> incluidas las medidas menos ortodoxas. Tambi\u00e9n lo confirma el hecho de que apenas hubo protestas populares en los pa\u00edses n\u00f3rdicos, y que la respuesta del gobierno no se explot\u00f3 con fines pol\u00edticos.<\/p>\n\n\n\n

La paradoja m\u00e1s impresionante de la experiencia sueca con la pandemia es que los ciudadanos que, como en otros lugares, han mostrado sentimientos cada vez m\u00e1s populistas, no han renunciado por ello a las fuentes y pr\u00e1cticas del buen gobierno. Es cierto que la creciente polarizaci\u00f3n ha reorientado el discurso pol\u00edtico, pero esa polarizaci\u00f3n no se ha basado en una p\u00e9rdida de confianza en las instituciones del Estado. Mientras que el contrato social n\u00f3rdico puede haberse endurecido y transformado para dar cabida a organismos radicales, Suecia presenta un modelo diferente de populismo: mientras que en otras partes del mundo los populistas se enorgullecen de ser \u201cantiestablishment\u201d y \u201cantisistema\u201d,<\/span>9<\/sup><\/a><\/span> en Suecia se han convertido en parte del sistema, y el sistema se ha adaptado en consecuencia<\/a>. Es cierto que esta adaptaci\u00f3n no ha estado exenta de consecuencias y de giros pol\u00edticos antes inconcebibles. Pero en el caso de la gesti\u00f3n de la pandemia, la primera idea que hay que disipar decididamente es que la respuesta de Suecia tuvo algo que ver con la pol\u00edtica, o incluso con la ideolog\u00eda. El coraz\u00f3n del enfoque sueco est\u00e1 en otra parte, incluso se podr\u00eda decir que en el extremo opuesto.<\/p>\n\n\n\n

La singularidad burocr\u00e1tica sueca<\/h2>\n\n\n\n

Hace unos a\u00f1os, la sensaci\u00f3n literaria de la lista danesa de libros m\u00e1s vendidos fue una investigaci\u00f3n period\u00edstica titulada M\u00f8rkelygten<\/em>: \u00abla luz que oscurece\u00bb.<\/span>10<\/sup><\/a><\/span> El autor, Jesper Tynell, se centraba en \u00abesc\u00e1ndalos\u00bb, que iban desde las prestaciones por desempleo hasta la decisi\u00f3n del gobierno dan\u00e9s de participar en la invasi\u00f3n de Irak liderada por Estados Unidos, para poner de relieve situaciones en las que los organismos estatales hab\u00edan interpretado selectivamente leyes o datos para servir al amo pol\u00edtico del momento. Tynell llam\u00f3 a esto \u00abel arte de contar hacia atr\u00e1s\u00bb: un pol\u00edtico declara p\u00fablicamente algo y los funcionarios tienen que apresurarse a encontrar pruebas y, a veces, fabricar v\u00ednculos que lo respalden. El t\u00edtulo del libro hace referencia a los expertos independientes que ponen de relieve lo que era \u00fatil para los pol\u00edticos, mientras ocultan deliberadamente todo el panorama a la opini\u00f3n p\u00fablica.<\/p>\n\n\n\n

Es posible que el contrato social n\u00f3rdico se haya endurecido y transformado para dar cabida a organismos radicales.<\/p>Fabrizio Tassinari<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

No es exagerado decir que, para nosotros, fuera de los pa\u00edses n\u00f3rdicos, es dif\u00edcil entender d\u00f3nde est\u00e1 exactamente el \u00abesc\u00e1ndalo\u00bb. En la mayor\u00eda de los dem\u00e1s pa\u00edses, es habitual que las altas esferas del poder est\u00e9n pobladas por cargos pol\u00edticos y leales apparatchiks<\/em> que cambian con cada administraci\u00f3n. Son elegidos por su eficacia a la hora de tergiversar la interpretaci\u00f3n de los hechos o, en el mejor de los casos, de traducir la voluntad pol\u00edtica en una ejecuci\u00f3n despiadada. Tambi\u00e9n nos parece normal que los dirigentes pol\u00edticos dicten al aparato tecnocr\u00e1tico lo que hay que hacer y c\u00f3mo. Esta interferencia pol\u00edtica en la elaboraci\u00f3n de pol\u00edticas apol\u00edticas<\/em> y basadas en pruebas no est\u00e1 necesariamente relacionada con el abuso manifiesto de poder o la corrupci\u00f3n. Sin embargo, es indicativa de una distorsi\u00f3n del Estado burocr\u00e1tico weberiano, donde una de las condiciones de la buena gobernanza es precisamente la protecci\u00f3n de la autonom\u00eda de la funci\u00f3n p\u00fablica frente al poder pol\u00edtico.<\/p>\n\n\n\n

Tegnell, que era el epidemi\u00f3logo oficial de la Agencia Sueca de Salud P\u00fablica en el momento en que surgi\u00f3 el Covid-19, no duda de que esta cuesti\u00f3n fue determinante en el curso de acci\u00f3n que sigui\u00f3. Cit\u00e9moslo: \u00abLa divisi\u00f3n del trabajo entre las agencias administrativas independientes y el gobierno es bastante singular en Suecia. Las agencias son estrictamente<\/em> independientes, hasta el punto de que los ministerios tienen prohibido por ley constitucional interactuar con ellas para decirles lo que deben hacer. Eso marca la diferencia. Adem\u00e1s, esta independencia no s\u00f3lo es posible porque est\u00e9 regulada por ley. Se ha establecido porque la confianza entre el personal pol\u00edtico y las agencias se ha forjado a lo largo de much\u00edsimos a\u00f1os. El gobierno siempre puede tomar medidas, cambiar las leyes… hay una invariable: la clase pol\u00edtica piensa que esta independencia de la ejecuci\u00f3n t\u00e9cnica es una buena forma de gestionar las cosas\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

La autonom\u00eda tecnocr\u00e1tica se convierte en el verdadero andamiaje de la buena gobernanza, su columna vertebral. El hecho de que se haya implantado plenamente y sus pr\u00e1cticas se hayan rutinizado significa que las instituciones y los ciudadanos suecos estaban preparados. No se perturbaron cuando la pandemia finalmente golpe\u00f3, incluso aunque hayan elegido un enfoque rechazado por el resto del mundo. \u00abPod\u00edamos utilizar nuestros procedimientos habituales\u00bb, contin\u00faa Tegnell, \u00abcreamos un peque\u00f1o grupo de trabajo para estudiar algunas de las cuestiones. Examinaron el tipo de pruebas que ten\u00edan y elaboraron recomendaciones basadas en esas pruebas para ayudar durante el desarrollo de la pandemia… As\u00ed trabajamos para formular todas las recomendaciones y normativas que se pusieron en marcha\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Aunque esta descripci\u00f3n de los mecanismos de respuesta a la crisis est\u00e1 impregnada de la calma y serenidad que generalmente se atribuye a los suecos, plantea dos objeciones fundamentales.<\/p>\n\n\n\n

La primera se refiere a la responsabilidad de los t\u00e9cnicos en relaci\u00f3n con los pol\u00edticos. A este respecto, Tegnell no duda en admitir sus errores: \u00abLa decisi\u00f3n de cerrar las residencias de ancianos a los visitantes, por ejemplo, no fue f\u00e1cil de tomar, y la revocamos con bastante rapidez. Fue un error que caus\u00f3 muchos problemas injustificados… Los residentes sufrieron mucho\u00bb. Esta admisi\u00f3n toca el meollo de la cuesti\u00f3n de qui\u00e9n ejerce la tutela: la comisi\u00f3n independiente creada para evaluar la respuesta sueca consider\u00f3 que el planteamiento era \u00abfundamentalmente correcto\u00bb, aunque critic\u00f3 al gobierno sueco por haber delegado demasiadas responsabilidades en la agencia de Tegnell. Al otro lado del B\u00e1ltico, Dinamarca fue testigo del caso m\u00e1s absurdo de mala gesti\u00f3n de una pandemia, cuando el gobierno decidi\u00f3 sumariamente sacrificar a toda una poblaci\u00f3n de visones en la creencia err\u00f3nea de que eran portadores del virus, asestando un duro golpe a la industria. Tras una larga investigaci\u00f3n de una comisi\u00f3n independiente que lleg\u00f3 hasta el primer ministro, la decisi\u00f3n se consider\u00f3 \u00abextremadamente err\u00f3nea\u00bb,<\/span>11<\/sup><\/a><\/span> aunque quienes la tomaron siguen en el cargo. Estos ejemplos confirman la cl\u00e1sica objeci\u00f3n populista de que el Estado tecnocr\u00e1tico no s\u00f3lo est\u00e1 fuera de contacto con la realidad, sino que adem\u00e1s es intocable.<\/p>\n\n\n\n

En Suecia, la autonom\u00eda tecnocr\u00e1tica es el andamiaje de la buena gobernanza.<\/p>Fabrizio Tassinari<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

En segundo lugar, la concepci\u00f3n sueca suscita una inevitable objeci\u00f3n culturalista en las mentes de todos los dem\u00e1s: lo que parece evidente en Escandinavia tiene sus ra\u00edces en cientos de a\u00f1os de construcci\u00f3n de un tejido social s\u00f3lido y una comunidad c\u00edvica que, en \u00faltima instancia, se traduce en un respeto inquebrantable de la pol\u00edtica. As\u00ed que la verdadera pregunta ser\u00eda si esto podr\u00eda reproducirse en otros lugares. \u00abAl decir que no es posible en absoluto, estamos simplificando demasiado las cosas\u00bb, afirma Tegnell, \u00abcreo que es posible establecer este di\u00e1logo en la mayor\u00eda de los pa\u00edses avanzados. Siempre es posible tomar el camino f\u00e1cil tratando de imponer las cosas en lugar de intentar el camino m\u00e1s dif\u00edcil de la comunicaci\u00f3n y el entendimiento. Al final, vemos que no es tan sencillo\u00bb. La objeci\u00f3n no resuelta de si la respuesta sueca puede atribuirse a una especie de excepcionalismo n\u00f3rdico es en realidad el n\u00facleo de una lecci\u00f3n m\u00e1s universal sobre la gobernanza democr\u00e1tica, que este caso ilustra tan bien.<\/p>\n\n\n\n

El sonido del silencio<\/h2>\n\n\n\n

La idea se le ocurri\u00f3 al legendario Olof Palme a finales de los a\u00f1os sesenta.<\/p>\n\n\n\n

Disfrutando de sus vacaciones de verano en la isla de Gotland, a una hora de vuelo de Estocolmo, empez\u00f3 a improvisar m\u00edtines. En el primero, se subi\u00f3 a la parte trasera de un cami\u00f3n y se dirigi\u00f3 a 200 transe\u00fantes. Gracias al carisma del estadista socialdem\u00f3crata, el acto cobr\u00f3 impulso. En los a\u00f1os 80, cuando Palme era primer ministro, al m\u00edtin asist\u00edan todos los l\u00edderes pol\u00edticos y econ\u00f3micos de Suecia. El Almedalsveckan<\/em>, como lleg\u00f3 a conocerse, se convirti\u00f3 r\u00e1pidamente en una cita ineludible: una fiesta de la democracia que reun\u00eda a partidos, sindicatos, medios de comunicaci\u00f3n y miles de ciudadanos que quer\u00edan debatir las cuestiones m\u00e1s importantes que configuran su sociedad.<\/p>\n\n\n\n

La fiesta estuvo a punto de desaparecer tras el brutal asesinato de Palme en 1986. Pero en la \u00faltima d\u00e9cada, el Almedalsveckan<\/em> ha batido todos los r\u00e9cords, con una media de 1 800 organizaciones representadas y 3 800 debates de todo tipo organizados a lo largo de la semana. Poco a poco, la mayor\u00eda de los dem\u00e1s pa\u00edses n\u00f3rdicos han creado su propia versi\u00f3n: a principios de verano e idealmente en una isla, lejos de los palacios del poder y los estudios de televisi\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

El recuerdo que Tegnell tiene de su gesti\u00f3n de la pandemia est\u00e1 directamente relacionado con este tipo de mentalidad: \u00abIntentamos hablar con la poblaci\u00f3n como adultos\u00bb, dice, \u00abpara ponernos al mismo nivel e intentar que entendieran lo que intent\u00e1bamos conseguir y cu\u00e1l pod\u00eda ser su papel\u00bb. Esta f\u00f3rmula tiene una larga historia en la construcci\u00f3n de la identidad n\u00f3rdica. El te\u00f3logo dan\u00e9s Hal Koch la cristaliz\u00f3: \u00abes la conversaci\u00f3n (el di\u00e1logo), la comprensi\u00f3n mutua y el respeto mutuo lo que constituye la esencia de la democracia\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Si situ\u00e1ramos este estado de \u00e1nimo en el pensamiento pol\u00edtico contempor\u00e1neo, podr\u00eda constituir una variante convincente de la reciente moda de la epistocracia<\/em>: el gobierno de los mejor informados. Fil\u00f3sofos como Jason Brennan<\/span>12<\/sup><\/a><\/span> han desarrollado el t\u00e9rmino para contrarrestar las creencias irracionales de los votantes y defender la idea de que deber\u00eda darse m\u00e1s poder a los ciudadanos pol\u00edticamente informados: \u00abun 10% menos de democracia\u00bb, como dijo Garrett Jones,<\/span>13<\/sup><\/a><\/span> con algo m\u00e1s que una pizca de elitismo. La experiencia n\u00f3rdica da la vuelta a este supuesto, pues ampl\u00eda en lugar de estrechar la base, y mostrando c\u00f3mo la adquisici\u00f3n de conocimientos, la deliberaci\u00f3n y la discusi\u00f3n a trav\u00e9s del di\u00e1logo y la educaci\u00f3n permiten a la gobernanza democr\u00e1tica liberal alcanzar sus resultados m\u00e1s maduros.<\/p>\n\n\n\n

En t\u00e9rminos m\u00e1s generales, el paradigma escandinavo ampl\u00eda los l\u00edmites de lo que se ha descrito en estas p\u00e1ginas como \u00abtecnopopulismo\u00bb<\/a>.<\/span>14<\/sup><\/a><\/span><\/p>\n\n\n\n

Esta l\u00f3gica pol\u00edtica, puesta de relieve en nuevos partidos como el del presidente franc\u00e9s Emmanuel Macron, canaliza la experiencia en cuestiones t\u00e9cnicas hacia la insurgencia populista. El experimento sueco del Covid va m\u00e1s all\u00e1 al conciliar estas dos fuerzas que, sin embargo, tiran de la gobernanza democr\u00e1tica en direcciones diametralmente opuestas. Por un lado, ha adoptado una postura intransigente en la protecci\u00f3n de la autonom\u00eda tecnocr\u00e1tica, hasta el punto de concederle una independencia casi total del poder pol\u00edtico. Esta construcci\u00f3n aparentemente orwelliana se ve contrarrestada, por otro lado, por una sociedad libertaria con un alto nivel de confianza, cuyo radicalismo se sustenta en un profundo consenso sobre los fundamentos del contrato social.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\r\n\t<\/picture>\r\n \n
\u00abInside\/Outside\u00bb, DOX, Centro de Arte Contempor\u00e1neo de Praga \u00a9 Libor Sojka\/CTK via AP Images <\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

Este gran logro n\u00f3rdico se basa en gran medida en la homogeneidad \u00e9tnica que, como se\u00f1al\u00f3 Milton Friedman, \u00ables permite salirse con la suya haciendo un buen negocio que no podr\u00edan haber hecho de otro modo\u00bb. El resultado es un previsible deslizamiento hacia el conformismo \u2014<\/em>lo que los n\u00f3rdicos llaman peyorativamente la \u00abley de Jante\u00bb o Janteloven\u2014<\/em><\/span>15<\/sup><\/a><\/span> e incluso el tribalismo.<\/span>16<\/sup><\/a><\/span> Y no es casualidad que esta tendencia se vea ahora seriamente cuestionada por la afluencia de inmigrantes, y haya dado lugar a algunas de las pol\u00edticas migratorias m\u00e1s brutales del mundo.<\/span>17<\/sup><\/a><\/span><\/p>\n\n\n\n

Al final de nuestra entrevista, Tegnell se sinti\u00f3, al menos en parte, reivindicado en sus decisiones: \u00abEstamos muy satisfechos de que ahora podamos mantener un debate m\u00e1s constructivo sobre c\u00f3mo enfocar la salud p\u00fablica, no s\u00f3lo desde el punto de vista de la reducci\u00f3n de la transmisi\u00f3n de una nueva enfermedad, sino desde una perspectiva global. La apertura no es la misma que durante la pandemia. Y sin embargo, incluso durante este periodo, se alzaron voces en otros pa\u00edses para intentar seguir este camino. Pero en aquel momento, el personal pol\u00edtico de estos pa\u00edses probablemente no era tan consciente de este enfoque como lo es hoy.\u00bb<\/p>\n\n\n\n

La experiencia n\u00f3rdica ampl\u00eda los l\u00edmites de lo que se ha descrito como \u00abtecnopopulismo\u00bb.<\/p>Fabrizio Tassinari<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

En un momento en que el discurso p\u00fablico en otras democracias parece haber degenerado en una cacofon\u00eda de proclamas unilaterales y las redes sociales sirven de meg\u00e1fonos sin filtro en c\u00e1maras de eco personalizadas, la persecuci\u00f3n de esta aspiraci\u00f3n no deber\u00eda parecernos espec\u00edficamente n\u00f3rdica<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

Los debates presidenciales de 2024 en Estados Unidos, cuyas reglas de juego preve\u00edan la exclusi\u00f3n del p\u00fablico en directo y el silenciamiento de los micr\u00f3fonos para el candidato que no hablara, son emblem\u00e1ticos de esta situaci\u00f3n. La gesti\u00f3n de la pandemia, empa\u00f1ada como estuvo por la desinformaci\u00f3n y las teor\u00edas conspirativas m\u00e1s descabelladas, es un ejemplo de la necesidad de redescubrir el valor y el prop\u00f3sito de la conversaci\u00f3n informada.<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, este remedio sueco no est\u00e1 exento de efectos secundarios. A pesar de su \u00e9nfasis en el di\u00e1logo, no deja de ser ir\u00f3nico que Suecia destaque a menudo exactamente por lo contrario. Tras un viaje a Suecia en los a\u00f1os sesenta, Susan Sontag la caracteriz\u00f3 de forma tan burlona como definitiva: \u00abEl silencio es el vicio nacional sueco\u00bb. Esta fue tambi\u00e9n la conclusi\u00f3n de la amarga experiencia de Foucault en Uppsala: \u00abEs quiz\u00e1s el mutismo de los suecos, su gran silencio y su costumbre de expresarse s\u00f3lo sobriamente, en elipsis, lo que me llev\u00f3 a […] desarrollar esta inagotable ch\u00e1chara que, creo, s\u00f3lo puede irritar a un sueco\u00bb.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

El contrato social n\u00f3rdico nos parece extra\u00f1amente lejano \u2014igual que ahora nos parecen lejanas la pandemia y sus secuelas\u2014. Sin embargo, en la autonom\u00eda de lo tecnol\u00f3gico respecto a lo pol\u00edtico que caracteriza a Escandinavia, hay un modelo de buena gobernanza que puede exportarse. Fabrizio Tassinari se reuni\u00f3 con Anders Tegnell, epidemi\u00f3logo y art\u00edfice de la respuesta sueca al Covid-19. Tres a\u00f1os despu\u00e9s, extrae lecciones de una resiliencia singular.<\/p>\n","protected":false},"author":17959,"featured_media":40518,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"templates\/post-studies.php","format":"standard","meta":{"_acf_changed":true,"_trash_the_other_posts":false,"footnotes":""},"categories":[6],"tags":[],"geo":[177],"person":[],"acf":[],"yoast_head":"\nDe la locura a la civilizaci\u00f3n pand\u00e9mica: autopsia de un modelo - El Grand Continent<\/title>\n<meta name=\"robots\" content=\"index, follow, max-snippet:-1, max-image-preview:large, max-video-preview:-1\" \/>\n<link rel=\"canonical\" href=\"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2024\/07\/27\/de-la-locura-a-la-civilizacion-pandemica-autopsia-de-un-modelo\/\" \/>\n<meta property=\"og:locale\" content=\"es_ES\" \/>\n<meta property=\"og:type\" content=\"article\" \/>\n<meta property=\"og:title\" content=\"De la locura a la civilizaci\u00f3n pand\u00e9mica: autopsia de un modelo - El Grand Continent\" \/>\n<meta property=\"og:description\" content=\"El contrato social n\u00f3rdico nos parece extra\u00f1amente lejano \u2014igual que ahora nos parecen lejanas la pandemia y sus secuelas\u2014. 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