{"id":40358,"date":"2024-07-26T12:16:38","date_gmt":"2024-07-26T10:16:38","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=40358"},"modified":"2024-07-26T13:25:22","modified_gmt":"2024-07-26T11:25:22","slug":"la-gran-destriplicacion-europea","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2024\/07\/26\/la-gran-destriplicacion-europea\/","title":{"rendered":"La gran destriplicaci\u00f3n europea"},"content":{"rendered":"\n

Cada mes, cientos de miles de ustedes acuden a estas p\u00e1ginas para intentar ver las cosas con m\u00e1s claridad, para tomar distancia de la vor\u00e1gine de los acontecimientos, para orientarse en el v\u00e9rtigo de lo contempor\u00e1neo.<\/em> Si crees que nuestro trabajo es \u00fatil y puedes permit\u00edrtelo, <\/em>considera la posibilidad de suscribirte al <\/em>Grand Continent<\/a><\/p>\n\n\n\n

La situaci\u00f3n pol\u00edtica continental posterior al 9 de junio de 2024 nos recuerda que no podemos apresurarnos a sustituir el \u00abtodo mercado\u00bb de la globalizaci\u00f3n feliz por el \u00abtodo geopol\u00edtico\u00bb de la Europa potencia. Porque en Europa, la democracia, con su resistencia y sus fallas, est\u00e1 en la ra\u00edz de todo. La sostenibilidad ecol\u00f3gica, social, econ\u00f3mica y geopol\u00edtica se derrumba por falta de sostenibilidad democr\u00e1tica, por falta de seguridad democr\u00e1tica continental<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

La transici\u00f3n energ\u00e9tica se estancar\u00e1 si los esc\u00e9pticos del cambio clim\u00e1tico llegan al poder. El mantenimiento del frente ucraniano se desmoronar\u00e1 si las fuerzas prorrusas se hacen con las palancas de mando. La democracia es la infraestructura cr\u00edtica de las infraestructuras cr\u00edticas<\/em>. Sobre esta base \u2014y no sobre la de una confusa y problem\u00e1tica soberan\u00eda europea\u2014 los europeos debemos construir la nueva arquitectura de Europa capaz de resolver la ecuaci\u00f3n pol\u00edtica fundamental a la que se enfrenta. Construir el arco de la seguridad democr\u00e1tica continental es la misi\u00f3n hist\u00f3rica de nuestra generaci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

De hecho, esta es la esencia del discurso de Ursula von der Leyen ante el Parlamento Europeo el 18 de julio de 2024, cuando se centr\u00f3 en la decisi\u00f3n de la Uni\u00f3n Europea de \u00abproteger su propia democracia\u00bb<\/a> <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span> sobre la base de una \u00abEuropa fuerte\u00bb para evitar \u00absu destrucci\u00f3n, ya sea desde dentro o desde fuera\u00bb. Porque la amenaza no es s\u00f3lo exterior: surge del interior de las propias democracias nacionales de los Estados miembros, sometidas a la guerra de la informaci\u00f3n que libran las potencias extranjeras hostiles, pero a\u00fan m\u00e1s a la \u00abpolarizaci\u00f3n extrema\u00bb de las sociedades europeas. La primera alimenta a la segunda, que a su vez hace efectiva a la primera. Junto a los temas esperados, desde el Pacto Verde a la uni\u00f3n de los mercados de capitales, pasando por el refuerzo de las iniciativas conjuntas en materia de defensa o Europol y Frontex, el presidente de la Comisi\u00f3n Europea invierte as\u00ed en el \u00e1mbito de la vivienda, que no es competencia de la Uni\u00f3n. Porque, seg\u00fan sus palabras, \u00absi es importante para los europeos, es importante para Europa\u00bb. M\u00e1s ampliamente, con el fin de frenar el proceso de desconsolidaci\u00f3n democr\u00e1tica, <\/span>2<\/sup><\/a><\/span><\/span> pide que \u00abno se deje a nadie atr\u00e1s\u00bb. Lejos de un discurso funcionalista con lenguaje tecnocr\u00e1tico, pero tambi\u00e9n a distancia de un discurso puramente geopol\u00edtico, Ursula von der Leyen compromete decididamente a la Uni\u00f3n con el discurso de la democracia, \u00abnuestro tesoro com\u00fan\u00bb. Ni una sola vez se menciona la palabra \u00absoberan\u00eda\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

La democracia es la infraestructura cr\u00edtica de las infraestructuras cr\u00edticas<\/em>.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Pero la defensa de la democracia, tanto en el interior como en el exterior, no puede lograrse aumentando la capacidad de inversi\u00f3n p\u00fablica ni recuperando la competitividad econ\u00f3mica mediante una uni\u00f3n de los mercados de capitales, esa vieja serpiente de mar. Pensar la democracia para los europeos significa pensar la democracia europea <\/em>en relaci\u00f3n con las democracias nacionales de los Estados miembros. Este es el elemento que falta en el discurso democr\u00e1tico europeo que est\u00e1 germinando al m\u00e1s alto nivel. Construir el arco de la seguridad democr\u00e1tica continental significa recordar las coordenadas fundamentales de lo pol\u00edtico y de la democracia. Para ello, hay que recurrir a una larga sociolog\u00eda hist\u00f3rica, que es la \u00fanica manera de reexaminar el fen\u00f3meno de la integraci\u00f3n europea a trav\u00e9s del prisma de un an\u00e1lisis general de lo pol\u00edtico. En efecto, si bien la Uni\u00f3n no es un Estado federal ni una simple organizaci\u00f3n internacional, no deja de ser una construcci\u00f3n humana que responde a las limitaciones antropol\u00f3gicas de todo colectivo pol\u00edtico.<\/p>\n\n\n\n

Inmersa en la globalizaci\u00f3n econ\u00f3mica y la globalizaci\u00f3n cultural, confrontada a las limitaciones perennes de las materialidades geof\u00edsicas, geoecon\u00f3micas y geoestrat\u00e9gicas, la Uni\u00f3n se distingue de las dem\u00e1s placas continentales por sus determinantes pol\u00edticos fundamentales. A pesar de las inevitables divergencias internas de intereses y representaciones, la Uni\u00f3n se caracteriza ante todo por un estado de paz estructural<\/em> entre sus Estados miembros. De hecho, desde las dos cat\u00e1strofes sangrientas de 1914-1918 y 1939-1945, esta contenci\u00f3n voluntaria de la guerra interestatal en el seno de la Uni\u00f3n ha sido el \u00fanico horizonte concebible para las poblaciones y las clases dirigentes de los Estados miembros. Mientras que el lado positivo de este estado de paz estructural es el sistema pol\u00edtico de la democracia y los derechos humanos, el lado negativo sigue siendo, como identidad impl\u00edcita, un amplio espectro de afectos y recuerdos traum\u00e1ticos, impregnados transgeneracionalmente, incluso en la cultura de masas.<\/p>\n\n\n\n

Pero este cuerpo pol\u00edtico continental, la Uni\u00f3n Europea, se caracteriza tambi\u00e9n por la especificidad de su ecuaci\u00f3n pol\u00edtica, es decir, por el hecho de que sus democracias estatal-nacionales (Estados miembros) se ven afectadas, como sistema de poderes instituidos y circuito de legitimaci\u00f3n pol\u00edtica, por la protoestatizaci\u00f3n europea (constitucionalizaci\u00f3n del orden jur\u00eddico de la Uni\u00f3n Europea y dotaci\u00f3n progresiva de capacidades gubernamentales a la Comisi\u00f3n Europea, al Banco Central Europeo, etc.), por un lado, y, por otro, por el desdoblamiento progresivo del sistema democr\u00e1tico a nivel de la propia Uni\u00f3n (institucionalizaci\u00f3n de una democracia de la Uni\u00f3n).<\/p>\n\n\n\n

A partir de ahora, los europeos tendr\u00e1n que hacer tangibles, mediante realizaciones pol\u00edticas concretas, dos niveles morfol\u00f3gicos de identificaci\u00f3n y solidaridad de grupo (es decir, lo que mantiene unido a un colectivo humano), cada uno de los cuales corresponde a escalas operativas diferentes (nacional, europea), y para los que se est\u00e1 luchando por establecer un nuevo equilibrio identitario. El primer nivel sigue siendo el de la nacionalidad<\/em> como comunidad nacional de seguridad, prosperidad y libertad (escala estatal-nacional). A \u00e9ste se a\u00f1ade \u2014y aqu\u00ed es donde radica nuestra problem\u00e1tica original\u2014 el nivel de la europeidad<\/em> como comunidad europea de seguridad, prosperidad y libertad (escala continental).<\/p>\n\n\n\n

Pensar la democracia para los europeos significa pensar la democracia europea <\/em>en relaci\u00f3n con las democracias nacionales de los Estados miembros.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

A estas dos escalas hay que a\u00f1adir una tercera, que va mucho m\u00e1s all\u00e1 del marco de los Estados y los reg\u00edmenes democr\u00e1ticos europeos: la escala de la globalidad<\/em> a trav\u00e9s de la \u00abhumanidad planetaria\u00bb, <\/span>3<\/sup><\/a><\/span><\/span> es decir, como comunidad humana de seguridad, prosperidad y libertad (escala global), en la era del Antropoceno (o Capitaloceno). Transnacionales y transestatales por definici\u00f3n, estos intereses espec\u00edficamente humanos, a escala planetaria y bajo la restricci\u00f3n antropoc\u00e9nica, complican ahora enormemente las tensiones y oportunidades incrustadas de la globalizaci\u00f3n econ\u00f3mica de las \u00faltimas cuatro d\u00e9cadas y la globalizaci\u00f3n cultural en curso desde el siglo XVI. M\u00e1s all\u00e1 del problema de la Europa continental, los riesgos globales actuales \u2014clim\u00e1ticos, ecosist\u00e9micos, pand\u00e9micos, etc.\u2014 nos obligan a inventar nuevas instancias m\u00faltiples para tratar los problemas que dificultan el ajuste identitario de los ciudadanos como miembros de las comunidades de seguridad, prosperidad y libertad de la era cl\u00e1sica estatal-nacional. En esta \u00e9poca pasada, un bucle relativamente sencillo y legible de demandas y ofertas pol\u00edticas estatal-territorializadas podr\u00eda conducir a la reformulaci\u00f3n, ciertamente conflictiva pero a la larga mejorable, de compromisos sociopol\u00edticos adecuados a la resoluci\u00f3n de los problemas pendientes. La legalidad de los reg\u00edmenes, siempre criticable y criticada, podr\u00eda as\u00ed recobrar cr\u00f3nicamente su legitimidad en el ba\u00f1o de \u00f3leo \u2014santo\u2014 de la unci\u00f3n contractualista de los Modernos.<\/p>\n\n\n\n

Hoy esto ya no es as\u00ed, y el resultado es que el punto bajo estructural de la pol\u00edtica significa que la \u00abagrupaci\u00f3n pol\u00edtica\u00bb territorializada (Max Weber) y el r\u00e9gimen democr\u00e1tico liberal dentro de la Uni\u00f3n Europea ya no son los \u00fanicos proveedores de identidad pol\u00edtica. Se trata de una nueva limitaci\u00f3n para la legitimidad y la acci\u00f3n pol\u00edticas, con la que ahora debemos ponernos de acuerdo. Las redes normativas de la intersocialidad transnacional, por medio de la relevancia de la gobernanza multilateral y de las comunidades ideol\u00f3gicas de afectos interconectadas globalmente en pr\u00e1cticas digitales masivas, eminentemente manipulables por las \u00abenormes manos\u00bb institucionales p\u00fablicas y privadas, est\u00e1n desafiando el bello acuerdo democr\u00e1tico estatal-nacional.<\/p>\n\n\n\n

Llamamos a la triple complicaci\u00f3n de la pol\u00edtica en Europa \u00abla gran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Sin embargo, el nivel de los problemas transnacionales objetivos, y los afectos conscientes relacionados, no deben enga\u00f1arnos en el sentido de que no existe ning\u00fan organismo pol\u00edtico concreto, capaz de una acci\u00f3n central y de un compromiso coordinado, al nivel superior del planeta y de la humanidad. Si bien la escala humana planetaria es, en efecto, el horizonte regulador supremo, no es ni una escala verdaderamente operativa ni la escala en la que se juegan los procesos concretos de politizaci\u00f3n en curso.<\/p>\n\n\n\n

En este an\u00e1lisis, por tanto, nos centraremos en las escalas estatal-nacional y europea, y en la cuesti\u00f3n decisiva de su codistribuci\u00f3n. Porque estas dos escalas de problemas y de imaginarios de solidaridad dan lugar, concretamente en la Uni\u00f3n Europea, a una triple complicaci\u00f3n de lo pol\u00edtico engendrada por los efectos de la integraci\u00f3n europea sobre el equilibrio estatal-nacional en las tres dimensiones de lo pol\u00edtico: la polity<\/em> o entidad pol\u00edtica, el r\u00e9gimen pol\u00edtico y la morfolog\u00eda social, <\/span>4<\/sup><\/a><\/span><\/span> sin por ello ofrecer un nuevo equilibrio de lo pol\u00edtico a escala de la Uni\u00f3n Europea. Llamamos a esta triple complicaci\u00f3n de lo pol\u00edtico en Europa \u00abla gran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb. Cualquier proyecto pol\u00edtico nacional o europeo \u2014siendo lo nacional necesariamente europeo, y lo europeo necesariamente nacional\u2014 debe partir de esta ecuaci\u00f3n b\u00e1sica, a riesgo de perder uno de los tres pilares sobre los que se ancla la pol\u00edtica en Europa y quedarse en el camino.<\/p>\n\n\n\n

Para apreciar la importancia de esta red de restricciones, hay que volver sobre un cierto n\u00famero de hechos macrosociol\u00f3gicos que, aunque alegremente desatendidos en la gesti\u00f3n cotidiana de lo social, se venga en la realidad de los hechos y en las evoluciones ideol\u00f3gicas que han tenido lugar. Pensar la integraci\u00f3n europea a esta doble escala nacional y europea no nos parece imposible ni carente de sentido si partimos de nuevo de un cierto n\u00famero de verdades primarias a trav\u00e9s de una larga sociolog\u00eda hist\u00f3rica enraizada en una ontolog\u00eda perenne de lo pol\u00edtico. Lo haremos regresando al exigente pensamiento del soci\u00f3logo franc\u00e9s Jean Baechler (1937-2022), cuyo an\u00e1lisis de lo pol\u00edtico constituye la matriz m\u00e1s s\u00f3lida disponible hoy en d\u00eda, para reevaluar la cuesti\u00f3n democr\u00e1tica en Europa desde el punto de vista de sus inseparables dimensiones interna y externa.<\/p>\n\n\n\n

1 \u2014 La doble latencia beligerante de lo pol\u00edtico o el car\u00e1cter incompleto de la filosof\u00eda pol\u00edtica<\/h2>\n\n\n\n

Las sociedades humanas son el resultado de una mir\u00edada de actividades, de las cuales la pol\u00edtica, la econom\u00eda, la t\u00e9cnica, la demograf\u00eda y la \u00e9tica no son m\u00e1s que partes. <\/span>5<\/sup><\/a><\/span><\/span> Estas cosas pueden dar lugar a infinitas combinaciones, algunas de las cuales son contingentes y, por tanto, imprevisibles a largo plazo, de modo que cualquier pron\u00f3stico futurol\u00f3gico es cientificismo o profetismo incantatorio.<\/p>\n\n\n\n

Hasta ahora, la modernidad ha sido esencialmente economicista. En efecto, desde finales del siglo XVIII, y m\u00e1s a\u00fan en el XIX, la econom\u00eda ha sido considerada como la fuerza cliodin\u00e1mica por excelencia, el \u00abmotor de la historia\u00bb. Desde entonces, se la ha considerado la principal instancia estructuradora de las interacciones sociales, de las redes de flujos e intercambios entre comunidades humanas y de la doble conflictividad interna (amenaza de guerra civil) y externa (amenaza de guerra) de toda unidad pol\u00edtica. Hoy, las distop\u00edas tecnicistas, de la inteligencia artificial a la biorob\u00f3tica, han hecho que la supuesta unidireccionalidad de la tecnolog\u00eda refuerce la supuesta unidireccionalidad econ\u00f3mica de la historia. En ambos casos, la pol\u00edtica no se considera central.<\/p>\n\n\n\n

El riesgo de un despertar demasiado brutal es el del p\u00e1nico, que lleva a sustituir el \u00abtodo es pol\u00edtica\u00bb por el \u00abtodo es geopol\u00edtica\u00bb.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Se trata de un error fundamental de apreciaci\u00f3n, cargado de errores pr\u00e1cticos: la econom\u00eda y la t\u00e9cnica siempre dependen hist\u00f3ricamente de la pol\u00edtica para su efecto causal, aunque estas dos instancias tengan sus propios efectos de poder que dan lugar a interferencias perpetuas en sus servicios por parte de los poderes pol\u00edticos, tanto dentro de los reg\u00edmenes como entre las comunidades pol\u00edticas. Pierden de vista las coordenadas primarias del problema pol\u00edtico: la guerra exterior (inter-polity<\/em>) y la guerra interior (guerra civil o intra-polity<\/em>). Sin embargo, este doble problema sigue siendo el fundamento de la historia. Por comodidad, llam\u00e9moslo la doble latencia beligerante de todo orden pol\u00edtico<\/em>, en el sentido apof\u00e1tico de que es imposible<\/em> que la pol\u00edtica no tenga que<\/em> gestionar perpetuamente estos dos escollos perennes de la pacificaci\u00f3n interna y externa, mediante un sistema de poderes instituidos, por un lado, y un sistema internacional sin propiedades de equilibrio externo alguno, por otro.<\/p>\n\n\n\n

Esta verdad b\u00e1sica es cegadora, y basta con abrir un solo libro de historia para recordarla. Y sin embargo, desde John Rawls a m\u00e1s tardar, la filosof\u00eda pol\u00edtica se ha centrado esencialmente en la teor\u00eda de la justicia distributiva, a partir de la base primaria de los derechos subjetivos del liberalismo pol\u00edtico. En esto, no es m\u00e1s que un mero efecto cameralista de la democratizaci\u00f3n de masas, ajeno a sus propias condiciones macrosociol\u00f3gicas de posibilidad, <\/span>6<\/sup><\/a><\/span><\/span> a saber: un sistema internacional en equilibrio oligopolar no imperializable que posibilite las exploraciones democr\u00e1ticas territorializadas, entidades pol\u00edticas estables con un policentrismo interno (contrapoderes institucionales y sociales) que no pueda ser atomizado por un poder fuerte, y unas virtudes pol\u00edticas interiorizadas por ciudadanos-dem\u00f3cratas que a\u00fan no hayan deca\u00eddo en derechohabientes utilitaristas, a veces incluso hipercr\u00edticos e ingobernables. <\/span>7<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

La resistencia democr\u00e1tica es precaria, desde arriba y desde abajo, desde fuera y desde dentro.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Cuando esta filosof\u00eda pol\u00edtica tan escolar se enmienda, es para incorporar a su teor\u00eda puramente subsectorial de la democracia los mil y un componentes del \u00abreconocimiento\u00bb (y del prestigio) a la luz de la individuaci\u00f3n indefinida de la persona moderna. Desde el \u00abg\u00e9nero\u00bb hasta el \u00abbienestar social\u00bb, pasando por todas las posibilidades de reconocimiento de la \u00abdignidad\u00bb del individuo, la teor\u00eda pol\u00edtica moderna potencia ciertamente, y de forma saludable, la cotidianidad gerencial con la po\u00e9tica justicialista de lo \u00edntimo, pero al hacerlo se desv\u00eda de su concepto: ser una teor\u00eda pol\u00edtica no parcial y sectorial del r\u00e9gimen pol\u00edtico en tiempos de paz democr\u00e1tica (sin exterioridad peligrosa), sino una teorizaci\u00f3n de lo pol\u00edtico como actividad humana particular a definir, en su esencia transhist\u00f3rica, por un lado, y su determinaci\u00f3n sociol\u00f3gica, por otro, en el curso de la experiencia hist\u00f3rica de las morfolog\u00edas sociales.<\/p>\n\n\n\n\n

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Vista a\u00e9rea de un campo de tulipanes cerca de Lisse, Holanda Meridional, Pa\u00edses Bajos. \u00a9 Dimitri Weber<\/figcaption> <\/figure>\n <\/a>\n \n <\/div>\n
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Vista a\u00e9rea de un campo de tulipanes cerca de Lisse, Holanda Meridional, Pa\u00edses Bajos. \u00a9 Dimitri Weber<\/figcaption> <\/figure>\n <\/a>\n <\/div>\n <\/div>\n \n
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Vista a\u00e9rea de un campo de tulipanes cerca de Lisse, Holanda Meridional, Pa\u00edses Bajos. \u00a9 Dimitri Weber<\/figcaption> <\/figure>\n \n <\/div>\n
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Vista a\u00e9rea de un campo de tulipanes cerca de Lisse, Holanda Meridional, Pa\u00edses Bajos. \u00a9 Dimitri Weber<\/figcaption> <\/figure>\n <\/div>\n <\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

S\u00f3lo la experiencia inmediata y masiva (la guerra de Ucrania y del Nagorno-Karabaj, el conflicto israelo-palestino, la narcodescomposici\u00f3n interna de Ecuador y M\u00e9xico, los intentos venezolanos de anexionarse el Esequibo de Guyana, la agresi\u00f3n programada de Taiw\u00e1n por China, etc.) de este dato ontol\u00f3gico de la especie humana que es la guerra desde su entrada en el Neol\u00edtico, <\/span>8<\/sup><\/a><\/span><\/span> despierta de vez en cuando el esp\u00edritu et\u00e9reo de nuestra filosof\u00eda pol\u00edtica de su letargo dogm\u00e1tico, sin que se concluya, sin embargo, una exigencia de refundaci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

El riesgo de un despertar demasiado brutal es el del p\u00e1nico, que lleva a sustituir el \u00abtodo es pol\u00edtica\u00bb (la escala nacional y su cuesti\u00f3n de pacificaci\u00f3n interna mediante la sola justicia distributiva) por el \u00abtodo es geopol\u00edtica\u00bb (la escala internacional y su cuesti\u00f3n de supervivencia ante la amenaza de guerra). Pero si un r\u00e9gimen democr\u00e1ticamente equilibrado s\u00f3lo puede sostenerse internamente si es capaz de estabilizar sus aristas externas como entidad pol\u00edtica inserta en un sistema internacional, lo contrario tambi\u00e9n es cierto: las propiedades del sistema internacional siguen dependiendo de los reg\u00edmenes internos de las entidades pol\u00edticas, cuyo mal funcionamiento del poder puede desembocar en cualquier momento en aventuras belicosas, nacionalistas o neoimperialistas. La resistencia democr\u00e1tica es precaria, desde arriba y desde abajo, desde fuera y desde dentro.<\/p>\n\n\n\n

El an\u00e1lisis de la pol\u00edtica volver\u00e1 a valerse por s\u00ed mismo cuando la larga sociolog\u00eda hist\u00f3rica de la democracia consagre la teor\u00eda normativa de la justicia pol\u00edtica, y cuando por fin avancemos hacia una teor\u00eda pol\u00edtica unificada<\/em>, hoy intelectualmente balcanizada en silos de especialistas m\u00e1s o menos hemipl\u00e9jicos, m\u00e1s preocupados por las disputas por el prestigio y la vecindad que por identificar las condiciones de posibilidad realistas para la b\u00fasqueda coordinada de bienes p\u00fablicos primarios que garanticen en lo interno la pacificaci\u00f3n mediante la justicia y en lo externo el equilibrio sub-b\u00e9lico global de intereses y poderes. As\u00ed es como debemos pensar la integraci\u00f3n europea.<\/p>\n\n\n\n

2 \u2014 Los cuatro puntos cardinales de lo pol\u00edtico: \u00abpolity<\/em>\u00bb o entidad pol\u00edtica, \u00abr\u00e9gimen\u00bb, \u00abmorfolog\u00eda\u00bb y \u00abtranspolity<\/em>\u00bb<\/h2>\n\n\n\n

Antes de plantear la cuesti\u00f3n de una Europa pol\u00edtica, es preciso recordar y definir claramente las coordenadas fundamentales de todo orden pol\u00edtico a trav\u00e9s de las tres nociones conexas de \u00abpolity<\/em>\u00bb, \u00abr\u00e9gimen pol\u00edtico\u00bb y \u00abmorfolog\u00eda social\u00bb. En cuarto lugar, tambi\u00e9n deben aclararse las propiedades hist\u00f3ricas del sistema internacional (transpolity<\/em>) que engloba la constelaci\u00f3n de los tres, en cada \u00e9poca, porque ah\u00ed reside gran parte de la din\u00e1mica de conjunto. Definamos estas cuatro grandes dimensiones del an\u00e1lisis de lo pol\u00edtico de Jean Baechler: polity<\/em>, r\u00e9gimen pol\u00edtico, morfolog\u00eda social y sistemas transpol\u00edticos.<\/p>\n\n\n\n

La noci\u00f3n gen\u00e9rica de polity <\/em>designa toda unidad pol\u00edtica soberana, con capacidad estatal interna y externa, independientemente de las reglas de juego instituidas en su seno (r\u00e9gimen<\/em>). La polity<\/em> es b\u00e1sicamente una \u00abcomunidad de seguridad\u00bb territorial con dos caras. Internamente, es responsable de pacificar las interacciones sociales de todo tipo. En el exterior, forma parte de un sistema de interacci\u00f3n entre al menos dos polities<\/em>, en el que la guerra siempre est\u00e1 estructuralmente latente, a pesar del desarrollo del derecho internacional, las pr\u00e1cticas diplom\u00e1ticas y los reg\u00edmenes internacionales, ya sean formales o informales. Es la naturaleza del r\u00e9gimen pol\u00edtico, y los principios que justifican ideol\u00f3gicamente la labor de pacificaci\u00f3n interna y externa, lo que define si estamos ante algo m\u00e1s que una \u00abcomunidad de seguridad\u00bb simplemente coercitiva, a saber, una comunidad de paz mediante la justicia a trav\u00e9s de la aplicaci\u00f3n de intereses p\u00fablicos comunes normalizados (libertades sociales, bienestar humano, sostenibilidad de los ecosistemas, etc.).<\/p>\n\n\n\n

La polity<\/em> es b\u00e1sicamente una \u00abcomunidad de seguridad\u00bb territorial con dos caras.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Un r\u00e9gimen pol\u00edtico<\/em> determina las reglas del juego que se aplican a todas las partes interesadas (individuos, grupos y redes) en el sistema de interacci\u00f3n social, garantizado por la capacidad estatal de una entidad pol\u00edtica. Estas reglas del juego est\u00e1n definidas por principios de legitimidad, normas con fuerza de ley y procedimientos m\u00e1s o menos formalizados hist\u00f3ricamente. Todo r\u00e9gimen pol\u00edtico implica un tipo particular de obligaci\u00f3n pol\u00edtica, es decir, una forma de que los gobernados pongan el poder instituyente en manos de los detentadores concretos del poder mediante un cierto n\u00famero de outputs<\/em> tangibles (internos y externos) y la sumisi\u00f3n de los miembros de la sociedad a las reglas de juego p\u00fablicas. Para ello, organiza la distribuci\u00f3n social entre los tres modos fundamentales de poder siguientes: poder, autoridad y direcci\u00f3n. <\/span>9<\/sup><\/a><\/span><\/span> El poder representa la capacidad coercitiva y asim\u00e9trica en \u00faltima instancia, que implica la obligaci\u00f3n a trav\u00e9s de la persuasi\u00f3n pasional o racional. La direcci\u00f3n corresponde a la capacidad de resolver, de forma competente y eficaz, los problemas que surgen y no pueden quedar sin resolver en la oferta pol\u00edtica, a menos que se intensifiquen los conflictos sociales, las tensiones y las rupturas del equilibrio interno de las comunidades pol\u00edticas.<\/p>\n\n\n\n

De las formas de composici\u00f3n de los tres modos de poder se derivan anal\u00edticamente, y se atestiguan hist\u00f3ricamente, tres tipos principales de r\u00e9gimen: autocracia, jerocracia y democracia. La autocracia favorece el modo de poder coercitivo. La jerocracia favorece el modo de autoridad a trav\u00e9s de un contrato de autorizaci\u00f3n sagrado desde arriba que determina los t\u00e9rminos del segundo contrato desde abajo que vincula al vicario temporal de lo sagrado y a sus s\u00fabditos obedientes. La democracia hace de los iguales de la sociedad la \u00fanica fuente de poder, y favorece el modo de gesti\u00f3n del poder respaldado por la autoridad de las reglas del juego constitucional.<\/p>\n\n\n\n

A pesar de todas las variaciones hist\u00f3ricas de las formas de gobierno, la finalidad directa y objetiva de lo pol\u00edtico es garantizar la paz mediante la justicia, tanto interna como externa, evitando (mediante la ley, el derecho, la equidad y la pol\u00edtica exterior) que las diferencias de posici\u00f3n (riqueza, poder, prestigio), que a veces son funcionalmente necesarias (por ejemplo, para crear riqueza, coordinar, tomar decisiones o actuar con eficacia) escalen hasta convertirse en conflictos abiertos a trav\u00e9s de cr\u00edmenes astutos, violencia interpersonal, guerra civil entre grupos sociales o guerra externa entre polities<\/em>. Las especificidades del funcionamiento institucional de los distintos sistemas democr\u00e1ticos (parlamentario, semipresidencial, presidencial) deben considerarse subordinadas a esta estructura fundamental de poder, que es la fuente de la paz y la estabilidad, o de la ruptura del equilibrio y el conflicto abierto, tanto interna como externamente.<\/p>\n\n\n\n

Por transpolity<\/em> o \u00absistema internacional\u00bb <\/span>10<\/sup><\/a><\/span><\/span> entendemos cualquier sistema de acci\u00f3n entre al menos dos polities <\/em>capaz de volver real la posibilidad siempre latente de la guerra entre ellas, o de impedirla implacablemente mediante la diplomacia, la pol\u00edtica exterior y, en los tiempos modernos, el derecho internacional. A diferencia de una polity<\/em>, una transpolity<\/em> no implica un bloqueo del poder a un nivel superior de determinaci\u00f3n \u00faltima de la posibilidad de la guerra. En otras palabras, mediante la instituci\u00f3n de un r\u00e9gimen pol\u00edtico, una polity<\/em> puede emerger institucionalmente del estado de naturaleza ontol\u00f3gico de lo social, mientras que un sistema de acci\u00f3n transpol\u00edtico nunca puede hacerlo definitivamente: a lo sumo, puede dar lugar a estrategias de reequilibrio de las diferencias de poder entre polities<\/em>, con el fin de estabilizar una homeostasis oligopolar mediante un juego realista de alianzas e inversiones de alianzas, con el fin de impedir que uno o varios poderes aliados hegemonicen la totalidad de un espacio transpol\u00edtico. El sistema de acci\u00f3n transpol\u00edtico es una restricci\u00f3n fundamental para la evoluci\u00f3n de las polities<\/em>, sus reg\u00edmenes pol\u00edticos y las morfolog\u00edas sociales subyacentes en cada periodo de la historia.<\/p>\n\n\n\n

La naci\u00f3n condensa la ficci\u00f3n hist\u00f3rica del ser solidario de la unidad pol\u00edtica de referencia.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Las transpolities<\/em> o \u00absistemas de relaciones internacionales\u00bb se dividen en cuatro grandes tipos, cada uno con sus propiedades m\u00e1s o menos beligerantes: 1) unipolar (exceso de poder de una sola polity<\/em>), 3) bipolar (mediante una doble estabilidad hegem\u00f3nica de bloques), 3) polipolar (numerosas polities<\/em> en guerra perpetua, por ejemplo, el periodo de los \u00abReinos Combatientes\u00bb en China), y 4) oligopolar (de cinco a siete polities<\/em> en equilibrio, bloqueando cualquier unificaci\u00f3n imperial). Adem\u00e1s, las transpolities<\/em> pueden ser m\u00e1s o menos homog\u00e9neas o heterog\u00e9neas en funci\u00f3n de la naturaleza de los reg\u00edmenes pol\u00edticos de cada una de las entidades pol\u00edticas implicadas, de la intensidad de los contactos entre ellas, de sus respectivos coeficientes de movilizaci\u00f3n del poder y de las diferencias culturales o incluso civilizacionales.<\/p>\n\n\n\n

Por \u00faltimo, la morfolog\u00eda social<\/em> garantiza la funci\u00f3n de lazo solidario de las unidades b\u00e1sicas del sistema social, hist\u00f3ricamente variables y vinculadas a la consecuci\u00f3n de todos los fines humanos (demogr\u00e1ficos, educativos, sanitarios, t\u00e9cnicos, econ\u00f3micos, pol\u00edticos, \u00e9ticos, religiosos, etc.). Este lazo puede desglosarse en dos dimensiones complementarias: 1) en primer lugar, la coherencia objetiva<\/em>, que significa que \u00abse mantiene unido\u00bb a trav\u00e9s de una mara\u00f1a de interdependencias en funci\u00f3n de los problemas que hay que resolver, pero tambi\u00e9n en virtud de la presi\u00f3n externa, geopol\u00edtica y medioambiental ejercida sobre el conjunto; 2) en segundo lugar, la cohesi\u00f3n subjetiva<\/em>, que se refiere al hecho de que los elementos b\u00e1sicos \u00abse mantienen unidos\u00bb a trav\u00e9s de pasiones<\/em> que brindan seguridad (dominaci\u00f3n o dependencia), intereses<\/em> (costo-beneficio) y representaciones<\/em> ideales (ficci\u00f3n unitaria). Esta mezcla de pasiones, intereses y representaciones no es en absoluto el resultado de una racionalidad estrat\u00e9gica exclusivamente, ni de una simple relaci\u00f3n de expresi\u00f3n de lo material en lo ideal.<\/p>\n\n\n\n

Hist\u00f3ricamente, podr\u00edamos decir como Jean Baechler que la banda<\/em> (con sus facies culturales \u00e9tnicas), la tribu<\/em> (con su ideolog\u00eda de parentesco), la ciudad<\/em> (con su ideolog\u00eda pol\u00edtica), las castas<\/em> (India), la ciudad-capital<\/em> (Asia anterior), el mercado-centro<\/em> (China), el feudalismo<\/em> (Francia y Jap\u00f3n) y la naci\u00f3n<\/em> (primero en Europa, luego en todas partes como producto de exportaci\u00f3n poscolonial) han sido las principales formas de socialidad o solidaridad social. Es probable que esta tipolog\u00eda hist\u00f3rica <\/span>11<\/sup><\/a><\/span><\/span> rompa con la gran divisi\u00f3n durkheimiana, emp\u00edricamente subcompleja y de un evolucionismo resolutivo, entre sociedades segmentarias con \u00absolidaridad mec\u00e1nica\u00bb y sociedades de individuos en la moderna divisi\u00f3n del trabajo social con \u00absolidaridad org\u00e1nica\u00bb. <\/span>12<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

En el contexto europeo, destacar\u00edamos la especificidad hist\u00f3rica de la morfolog\u00eda de la naci\u00f3n, que asegura la cohesi\u00f3n de los individuos (y no de segmentos de grupos, linajes u otros) en relaci\u00f3n equidistante a un centro focal del imaginario social; la naci\u00f3n condensa la ficci\u00f3n hist\u00f3rica del ser solidario de la unidad pol\u00edtica de referencia. Durante la modernidad, la ficci\u00f3n jur\u00eddica del \u00abpueblo\u00bb a\u00f1adi\u00f3 a esto el motivo del derecho natural y la autoconstituci\u00f3n pol\u00edtica de lo social mediante el contractualismo y la ideolog\u00eda de la autolegislaci\u00f3n republicanista de lo social.<\/p>\n\n\n\n

3 \u2014 La democracia como infraestructura cr\u00edtica de las infraestructuras cr\u00edticas<\/h2>\n\n\n\n

La justicia democr\u00e1tica que asegura la estabilidad de los t\u00e9rminos del intercambio pol\u00edtico es de un tipo muy especial. Est\u00e1 ordenada a la producci\u00f3n de intereses comunes primarios internos y externos que delimitan el per\u00edmetro de lo p\u00fablico, por oposici\u00f3n al espacio de lo privado. S\u00f3lo esto legitima la delegaci\u00f3n de posiciones de poder que se perciben como necesarias, competentes y eficaces, por oposici\u00f3n a la autocracia y la jerocracia.<\/p>\n\n\n\n

Si estos bienes comunes no se producen en cantidad suficiente, la cr\u00edtica interna siempre latente (social, pol\u00edtica, econ\u00f3mica, \u00e9tica) se reanuda, crece y ruge en las audiencias a trav\u00e9s de los empresarios pol\u00edticos (individuos, grupos, organizaciones, medios). Esta cr\u00edtica nunca opera ex nihilo<\/em>, sino siempre vinculando problemas objetivos de suboptimidad y gram\u00e1ticas ideol\u00f3gicas de justicia sedimentadas en lenguajes y memorias pol\u00edticas. La estabilidad del contrato social (de la democracia a trav\u00e9s de los equilibrios del intercambio pol\u00edtico) debe considerarse, por tanto, como la infraestructura cr\u00edtica de las infraestructuras cr\u00edticas<\/em>: la metainfraestructura cr\u00edtica. Cuando \u00e9sta vacila, se resquebraja y colapsa, todo lo dem\u00e1s (seguridad, prosperidad y libertad) se ve amenazado de derrumbe.<\/p>\n\n\n\n

Lo que queremos establecer aqu\u00ed es la prevalencia de la cuesti\u00f3n democr\u00e1tica sobre la econ\u00f3mica y, hasta cierto punto, la geopol\u00edtica.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

M\u00e1s all\u00e1 de ciertos umbrales de desequilibrio e inestabilidad (y estos umbrales son, por supuesto, hist\u00f3ricamente variables, en funci\u00f3n del sentimiento hist\u00f3rico medio de justicia y de las coaliciones contingentes entre grupos sociales cr\u00edticos), el modo potencia (coerci\u00f3n) del poder reabsorbe el modo autoridad (normado por principios jur\u00eddicos), as\u00ed como el modo direcci\u00f3n (competencia de los gobernantes para responder a las demandas de los gobernados). Asistimos as\u00ed a una transici\u00f3n de fase del r\u00e9gimen democr\u00e1tico a una subvariante \u00abautoritaria\u00bb. Cualquiera que sea la convenci\u00f3n verbal utilizada para describir esta transformaci\u00f3n autoritaria del contrato democr\u00e1tico disfuncional (\u00abdemocracia antiliberal\u00bb desde Fareed Zakaria, \u00abautoritarismo competitivo\u00bb con Steven Levitsky, democracia plebiscitaria o populista, o \u00abdemocracia hegem\u00f3nica\u00bb con Alain Rouqui\u00e9), <\/span>13<\/sup><\/a><\/span><\/span> se desarrolla generalmente en cinco fases fundamentales, en las que los choques ex\u00f3genos (guerra o crisis econ\u00f3mica, en particular) act\u00faan como potentes catalizadores:<\/p>\n\n\n\n

a) una franja de las \u00e9lites se separa sem\u00e1nticamente del resto de las \u00e9lites sociales (cuya experiencia de clase comparten no obstante) denunciando lo sub\u00f3ptimo y atribuyendo su eficacia a las \u00e9lites olig\u00e1rquicas que secuestran el bien com\u00fan para sus intereses privados (denuncia de la democracia saliente como captura olig\u00e1rquica de los principios de la autoconstituci\u00f3n pol\u00edtica del pueblo y de la naci\u00f3n);<\/p>\n\n\n\n

b) esta secesi\u00f3n intraelitista se dirige a los grupos sociales que salen perdiendo con el sistema sub\u00f3ptimo, sobre la base de an\u00e1lisis causales simplistas (ideol\u00f3gicos) pero ret\u00f3ricamente eficaces, destinados a atribuir los complejos resultados agregados del sistema sub\u00f3ptimo a una responsabilidad intencionada (un actor concreto, un grupo social concreto culpable, problemas, etc.);<\/p>\n\n\n\n

c) se pone en marcha una l\u00f3gica de encarnaci\u00f3n de las experiencias sociales perdedoras y de su mediana sensaci\u00f3n de justicia entre los empresarios pol\u00edticos denunciantes y las bases sociol\u00f3gicas, minoritarias al principio, mayoritarias despu\u00e9s, en cuanto la semantizaci\u00f3n ideol\u00f3gica produce una solidificaci\u00f3n de afectos de mayor fuerza que los afectos de las ofertas pol\u00edticas adversas;<\/p>\n\n\n\n

d) una vez que el poder pol\u00edtico ha reca\u00eddo en esta franja de \u00e9lite secesionista, aliada a una base social mayoritaria ideol\u00f3gicamente afectada, comienza a poner en segundo plano el modo \u00abautoridad\u00bb y el modo \u00abliderazgo\u00bb en favor del modo \u00abcoerci\u00f3n\u00bb del poder, deconstruyendo las reglas del juego constitucional, el Estado de derecho y la sociolog\u00eda concreta de los contrapoderes, empezando por la independencia de los medios de comunicaci\u00f3n y la libertad de asociaci\u00f3n y de expresi\u00f3n cr\u00edtica en la sociedad civil;<\/p>\n\n\n\n

e) para hacer aceptable esta concentraci\u00f3n de poder-potencia y estos retrocesos del policentrismo democr\u00e1tico, el nuevo personal pol\u00edtico autoritario instaura un clientelismo electoral diferencialista: se esfuerzan por distribuir los bienes comunes primarios (seguridad, prosperidad, libertades) en funci\u00f3n de los intereses privados de nichos electorales ideol\u00f3gicamente adquiridos, como si se tratara de bienes \u00abrivales\u00bb y \u00abexclusivos\u00bb que deben reservarse \u00fanicamente a los \u00abnacionales\u00bb, a riesgo de derogar ciertos principios generales de los derechos humanos independientemente de los derechos y deberes estrictos de la ciudadan\u00eda.<\/p>\n\n\n\n

Es el riesgo de erosi\u00f3n imparable de la democracia el que acecha a Europa y al resto de Occidente.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Una vez traspasado el umbral autoritario de la democracia, no hay punto sustancial que impida el desentra\u00f1amiento de las reglas de juego constitucionales, la erosi\u00f3n del policentrismo interno o la corrupci\u00f3n ideol\u00f3gica del debate p\u00fablico, de las virtudes c\u00edvicas y pol\u00edticas que permitir\u00edan destituir a los titulares autoritarios de los puestos de poder en las pr\u00f3ximas elecciones, y sin violencia abierta. <\/span>14<\/sup><\/a><\/span><\/span> Ning\u00fan imperativo de sostenibilidad ecol\u00f3gica, econ\u00f3mica, social o geopol\u00edtica puede alcanzarse ni mantenerse adecuadamente sin la producci\u00f3n de seguridad democr\u00e1tica<\/em>. Sin embargo, como veremos, la seguridad democr\u00e1tica se ve sustancialmente debilitada por la propia arquitectura del orden jur\u00eddico-pol\u00edtico europeo y su din\u00e1mica estructural. Lo que pretendemos establecer aqu\u00ed, como premisa primordial de toda reflexi\u00f3n y propuesta relativa a la Europa pol\u00edtica, es la prevalencia de la cuesti\u00f3n democr\u00e1tica sobre la econ\u00f3mica y, en cierta medida, la geopol\u00edtica.<\/p>\n\n\n\n

4 \u2014 La gran destriplicaci\u00f3n europea<\/h2>\n\n\n\n

En efecto, es este riesgo de erosi\u00f3n imparable de la democracia el que acecha a Europa y al resto de Occidente, pero con la singularidad europea de la din\u00e1mica estructural entr\u00f3pica propia de la integraci\u00f3n europea. \u00c9sta est\u00e1 distorsionando de un modo sin precedentes el equilibrio de lo pol\u00edtico estabilizado por la modernidad estatal-nacional. Las tres dimensiones de la polity<\/em>, el r\u00e9gimen pol\u00edtico y la morfolog\u00eda social est\u00e1n siendo corro\u00eddas por los avances de la integraci\u00f3n europea. <\/span>15<\/sup><\/a><\/span><\/span> Pero lejos de rechazar el proyecto europeo, en un momento en que su necesidad se afirma con nueva claridad a la luz de los bienes primarios continentales que exige el siglo XXI, nuestro an\u00e1lisis de la \u00abgran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb aboga, por el contrario, por una Europa pol\u00edtica \u2014y m\u00e1s a\u00fan por una democracia europea<\/em>\u2014 capaz de restablecer el equilibrio de lo pol\u00edtico en Europa mediante un reordenamiento fundamental de lo estatal-nacional y lo europeo.<\/p>\n\n\n\n

En el plano de la polity<\/em>, la integraci\u00f3n europea difumina las fronteras de las pol\u00edticas nacionales (Estados miembros) e infunde muchas dudas a los ciudadanos sobre las verdaderas ra\u00edces de la soberan\u00eda contempor\u00e1nea. Del centro institucional de la Uni\u00f3n Europea mana una pretensi\u00f3n que compite con las soberan\u00edas nacional y estatal. El Tribunal de Justicia de la Uni\u00f3n Europea (TJUE), sin pronunciar la palabra, ha impuesto, en sentencias de principio dictadas a lo largo de varias d\u00e9cadas, una gram\u00e1tica del efecto \u00fatil (de sus condiciones existenciales) del derecho de la Uni\u00f3n Europea y de sus principios de efecto directo y de primac\u00eda absoluta del derecho europeo sobre el derecho nacional, aunque sea de rango constitucional. A este menoscabo de la base constitucional de las entidades pol\u00edticas de los Estados miembros se suma \u2014desde 2015 en el caso del terrorismo yihadista, desde 2016 con la elecci\u00f3n de Donald Trump y desde 2022 en el caso de la guerra convencional en suelo europeo\u2014 la creciente conciencia del desajuste entre la escala estatal-nacional y la escala de los retos de seguridad del siglo XXI. De este modo, la integraci\u00f3n europea est\u00e1 perturbando las polities<\/em> estatal-nacionales tanto en el exterior (incertidumbre sobre la capacidad colectiva para hacer frente a la guerra) como en el interior (debilitamiento del poder de decisi\u00f3n en materia de justicia con vistas a la pacificaci\u00f3n interna).<\/p>\n\n\n\n

Nuestro an\u00e1lisis de la \u00abgran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb aboga, por el contrario, por una Europa pol\u00edtica \u2014y m\u00e1s a\u00fan por una democracia europea<\/em>\u2014.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

En lo que respecta al sistema democr\u00e1tico, la superposici\u00f3n del nivel jur\u00eddico-pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea est\u00e1 produciendo graves efectos de inercia a nivel de los sistemas pol\u00edticos nacionales. La Europa de las normas y del mercado interior encierra a las democracias nacionales en una \u00abconstituci\u00f3n econ\u00f3mica y presupuestaria europea\u00bb. Estas democracias experimentan una tendencia a la baja del poder presupuestario parlamentario<\/em> (en t\u00e9rminos de capacidad de direcci\u00f3n de la pol\u00edtica presupuestaria y de volumen global del presupuesto p\u00fablico disponible) y una p\u00e9rdida de sustancia fiscal. <\/span>16<\/sup><\/a><\/span><\/span> La capacidad del r\u00e9gimen pol\u00edtico para traducir las preferencias de los ciudadanos en pol\u00edticas p\u00fablicas estructurantes disminuye en consecuencia. La papeleta electoral del ciudadano pierde su valor de cambio pol\u00edtico, se \u00abdesmonetiza\u00bb. Sin embargo, esta p\u00e9rdida no se recupera a nivel del sistema pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea debido a la extrema debilidad del presupuesto europeo, que ronda el 1% del PIB de la Uni\u00f3n Europea: un presupuesto t\u00e9cnico que, a modo de comparaci\u00f3n, lo acerca al presupuesto de la Agencia Francesa de Desarrollo (0.55% del PIB franc\u00e9s).<\/p>\n\n\n\n

Sistema de protecci\u00f3n de los derechos fundamentales \u00fanico en el mundo, poderoso mercado interior capaz de imponer sus normas a Estados Unidos y China, primera potencia comercial, sistema jur\u00eddico-pol\u00edtico supranacional sin parang\u00f3n, la Uni\u00f3n Europea se ve sin embargo en su realidad pol\u00edtica como un superorganismo regulador que produce normas y desarrollo sectorial (agricultura, pesca, financiaci\u00f3n de la investigaci\u00f3n, etc.) y territorial (fondos estructurales regionales). En su estado actual, no puede pretender ser una democracia en el verdadero sentido de la palabra, con un Parlamento dotado de un verdadero poder presupuestario capaz de producir pol\u00edticas p\u00fablicas estructurantes de acuerdo con las preferencias de los ciudadanos. Esta ausencia de una democracia que produzca en concreto \u00abintereses comunes\u00bb a nivel del r\u00e9gimen pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea pesa mucho sobre las democracias nacionales, que a su vez experimentan una politizaci\u00f3n negativa. La oposici\u00f3n cl\u00e1sica, basada en la confrontaci\u00f3n entre las diferentes grandes opciones de pol\u00edtica p\u00fablica, est\u00e1 siendo sustituida gradualmente por una oposici\u00f3n de principios, en la que la divisi\u00f3n principal se basa ahora en la cuesti\u00f3n de la adhesi\u00f3n a los valores que conforman la Uni\u00f3n Europea, el respeto del Estado de derecho y las normas democr\u00e1ticas, y las grandes orientaciones geopol\u00edticas, empezando por la relaci\u00f3n con la Rusia de Putin. <\/span>17<\/sup><\/a><\/span><\/span> Como resultado, Europa est\u00e1 sufriendo una p\u00e9rdida total de sustancia democr\u00e1tica tanto a nivel estatal-nacional como de la Uni\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

La Europa de las normas y del mercado interior encierra a las democracias nacionales en una \u00abconstituci\u00f3n econ\u00f3mica y presupuestaria europea\u00bb.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

A nivel de morfolog\u00eda social, los potentes efectos de polarizaci\u00f3n social y territorial generados por una globalizaci\u00f3n madura (fragmentaci\u00f3n de las cadenas de valor mundiales) y una re-regionalizaci\u00f3n articulada en torno a rivales sist\u00e9micos como Estados Unidos y China, se ven agravados en Europa por el sistema jur\u00eddico-pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea, que cataliza la globalizaci\u00f3n al tiempo que obstaculiza la capacidad de respuesta de los reg\u00edmenes estatal-nacionales. Como consecuencia de los choques externos, los intereses creados y las pasiones pol\u00edticas internas, se instala un sentimiento de discordia, surgen vulnerabilidades democr\u00e1ticas que alimentan sentimientos nacionalistas, o incluso etnoidentitarios, en amplios sectores de la sociedad, mientras que ciertas franjas de \u00e9lite, estructuralmente (ultra)minoritarias en t\u00e9rminos num\u00e9ricos, desplazan progresivamente sus lealtades pol\u00edticas y afectivas hacia la escala supranacional y\/o mundial, utilizando en su caso estrategias de escapismo fiscal y c\u00edvico.<\/p>\n\n\n\n

El continente europeo est\u00e1 descubriendo la ecuaci\u00f3n que tendr\u00e1 que resolver para el siglo XXI: las cuestiones de seguridad de todo tipo (desde la militar hasta la medioambiental, sin olvidar las migraciones) parecen sobrepasar manifiestamente la capacidad de respuesta de las pol\u00edticas estatales-nacionales europeas, sin que por ello pueda esperarse, en un plazo razonable, el advenimiento de una morfolog\u00eda social y un r\u00e9gimen pol\u00edtico sincronizados a escala de la Uni\u00f3n Europea (un s\u00faper-Estado federal europeo). La morfolog\u00eda social de las naciones europeas y el anclaje estatal-nacional del principio de soberan\u00eda parece que perdurar\u00e1n durante el resto del siglo. \u00bfC\u00f3mo resolver, pues, el reto de la \u00abgran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb a partir de las coordenadas seculares del continente?<\/p>\n\n\n\n

La ausencia de una democracia que produzca en concreto \u00abintereses comunes\u00bb a nivel del r\u00e9gimen pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea pesa mucho sobre las democracias nacionales.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

S\u00f3lo actualizando la teor\u00eda de la democracia como infraestructura cr\u00edtica de las infraestructuras cr\u00edticas, basada a su vez en un an\u00e1lisis de la pol\u00edtica que parte de la doble latencia beligerante de la pol\u00edtica, y poni\u00e9ndola a prueba en el actual contexto jur\u00eddico-pol\u00edtico europeo podremos formular un conjunto de propuestas pol\u00edticas para Europa y los europeos, y definir despu\u00e9s los contornos de una \u00abgran estrategia democr\u00e1tica europea\u00bb capaz de construir el arco de la seguridad democr\u00e1tica continental.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n \r\n <\/picture>\r\n \n
Vista a\u00e9rea de un campo de tulipanes cerca de Lisse, Holanda Meridional, Pa\u00edses Bajos. \u00a9 Dimitri Weber<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n

5 \u2014 El imposible camino hacia una pol\u00edtica europea o el bloqueo morfol\u00f3gico de la naci\u00f3n<\/h2>\n\n\n\n

La Uni\u00f3n Europea no es una entidad pol\u00edtica; no tiene una frontera exterior m\u00e1s all\u00e1 de la cual actuar\u00eda como una unidad, utilizando medios propios de este m\u00e1ximo nivel de integraci\u00f3n del poder movilizable del conjunto, para conjurar los riesgos existenciales que pudieran surgir en sus fronteras. Esta funci\u00f3n geoestrat\u00e9gica y militar sigue siendo responsabilidad de los Estados miembros, que a su vez subcontratan la mayor parte de ella a la Alianza Atl\u00e1ntica dirigida por la hiperpotencia estadounidense, reaseguradora de la seguridad continental europea mediante la compra masiva por los europeos de su propio armamento. As\u00ed pues, los Estados miembros de la Uni\u00f3n Europea conservan fundamentalmente su autonom\u00eda de decisi\u00f3n y de mando; s\u00f3lo cooperan en el marco de una alianza \u2014<\/em>que Arist\u00f3teles llamaba symmachia\u2014<\/em> y en modo alguno como segmentos b\u00e1sicos solidarios de una agrupaci\u00f3n pol\u00edtica integrada (polity<\/em>). En este sentido, estos mismos Estados miembros contribuyen a la seguridad com\u00fan, seg\u00fan sus medios, s\u00f3lo como auxiliares de la hegemon\u00eda de Estados Unidos. As\u00ed, la Uni\u00f3n Europea, a trav\u00e9s de sus Estados miembros, forma parte de una alianza atl\u00e1ntica, en realidad una alianza mundial (que incluye a las democracias de Asia y Ocean\u00eda), que va mucho m\u00e1s all\u00e1 de Europa sola. Por mucho que aumente en t\u00e9rminos t\u00e9cnicos y operativos, seguir\u00e1 sin ser una entidad pol\u00edtica con una estructura federal o unitaria. Entre una alianza y una entidad pol\u00edtica hay un salto cualitativo.<\/p>\n\n\n\n

La Uni\u00f3n Europea es, pues, una entidad intermedia dif\u00edcil de aprehender en la historia de las formas pol\u00edticas: no una unidad colectiva de acci\u00f3n en el sistema internacional, sino un estado particular de relaciones entre los Estados miembros de un juego oligopolar continental cuya memoria hist\u00f3rica y normas pol\u00edticas han hecho imposible, desde 1945, la guerra entre las polities<\/em> del conjunto sin haberlas despojado, no obstante, de su propia autarqu\u00eda militar. Este punto crucial distingue la integraci\u00f3n europea de la forma en que un imperio transforma un subsistema internacional en una entidad pol\u00edtica soberana m\u00e1s amplia, eliminando la guerra interna por la fuerza de las armas y trasladando la posibilidad permanente de guerra a la periferia del imperio. A\u00f1adamos que, internamente, los Estados miembros siguen siendo tambi\u00e9n los que deciden en \u00faltima instancia sobre los medios de justicia (social, fiscal, etc.) con vistas a la pacificaci\u00f3n interna (contrato social).<\/p>\n\n\n\n

Llamemos cuasi-polity<\/em> a ese estado intermedio de las relaciones internacionales caracter\u00edstico de la Uni\u00f3n Europea: \u00abun juego oligopolar conduce a una situaci\u00f3n en la que la guerra y la paz son dos estados claramente diferenciados y en la que el paso de uno a otro es r\u00edgido. En este marco, la diplomacia se une y va m\u00e1s all\u00e1 de la guerra, para continuar la pol\u00edtica por otros medios. El papel propio de la diplomacia es prevenir la guerra y, si la prevenci\u00f3n triunfa, construir una paz duradera. De \u00e9poca en \u00e9poca, esto se traduce en la producci\u00f3n de leyes y legislaciones propiamente transpol\u00edticas, lo que se ha dado en llamar el \u00abderecho de gentes\u00bb. Mientras haya leyes y legislaci\u00f3n y \u00e9stas puedan imponerse, el conjunto se encuentra en una posici\u00f3n sin precedentes, que s\u00f3lo puede calificarse de cuasi-pol\u00edtica. Ya no se trata de una transpolity <\/em>en la que la guerra pueda desatar su salvajismo nativo, sin ser ya una pol\u00edtica en la que la violencia est\u00e9 controlada por mecanismos y procedimientos eficaces. Esta situaci\u00f3n intermedia requiere una delimitaci\u00f3n precisa entre leyes y legislaciones internas a la polity<\/em> y leyes y legislaciones entre polities<\/em>, lo que a su vez requiere la previa, precisa y resistente delimitaci\u00f3n de dentro y fuera. <\/span>18<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

La Uni\u00f3n Europea es, pues, una entidad intermedia dif\u00edcil de aprehender en la historia de las formas pol\u00edticas.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Este estado ha sido la ambici\u00f3n deliberada de una mayor\u00eda de pueblos y pol\u00edticos en Europa desde 1945. A pesar de las luchas entre intereses oligopolares que lo impregnan, es extremadamente estable en el tiempo, como cualquier acto de equilibrio oligopolar interno en un conjunto, siempre que no surja un riesgo sist\u00e9mico en las fronteras del conjunto, o que un deterioro interno del sistema pol\u00edtico democr\u00e1tico no cruce un determinado umbral. En ese caso, hay dos resultados posibles, cada uno imprevisible ex ante<\/em> pero inteligible ex post<\/em>. O bien esta \u00abcuasi-polity<\/em>\u00bb implosiona \u2014por disenso interno y falta de preparaci\u00f3n colectiva\u2014 a falta de poder movilizar un poder defensivo capaz de reprimir la agresi\u00f3n existencial; o muta, en caso de emergencia y bajo coacci\u00f3n, hacia un mayor grado de integraci\u00f3n pol\u00edtica y militar y se convierte en una unidad colectiva de acci\u00f3n de \u00faltimo recurso (polity<\/em>) m\u00e1s grande que se despoja de sus partes constituyentes para salvar la existencia de todos cambiando la naturaleza del todo (federalismo por agregaci\u00f3n).<\/p>\n\n\n\n

Un cambio de esta envergadura no puede decidirse en la mesa de dibujo te\u00f3rica de un arquitecto, sino que s\u00f3lo puede ser el resultado de las limitaciones y bifurcaciones temporales de la acci\u00f3n. Todas las polities<\/em> documentadas por la historia son efectos agregados de tales mutaciones contingentes. Aplicado a la Uni\u00f3n Europea, podr\u00edamos aventurarnos a predecir que el gran salto de la cuasi-polity<\/em> a una entidad pol\u00edtica europea a gran escala no tiene ninguna posibilidad de producirse, debido al bloqueo morfol\u00f3gico de las naciones europeas voluntariamente comprometidas con una contenci\u00f3n continental de la guerra, si no se presenta a sus puertas una gran amenaza militar, en forma de alternativa: vivir libres o morir. En t\u00e9rminos militares, nos quedar\u00eda pues una simple alianza, bajo la hegemon\u00eda del poder estadounidense o no, en funci\u00f3n del aumento de las capacidades de la voluntad de autonom\u00eda estrat\u00e9gica de la Uni\u00f3n Europea.<\/p>\n\n\n\n

6 \u2014 Construir un arco de seguridad democr\u00e1tica continental<\/h2>\n\n\n\n

6.1 \u2014 Un salto democr\u00e1tico hacia una Europa pol\u00edtica<\/h3>\n\n\n\n

La constataci\u00f3n de que el bloqueo morfol\u00f3gico estatal-nacional invalida la perspectiva de un salto hacia una polity<\/em> europea, al menos dentro de un siglo, nos lleva, en consecuencia, a construir la Europa pol\u00edtica, o dicho de otro modo, a producir la pol\u00edtica europea<\/em>, partiendo del r\u00e9gimen pol\u00edtico, es decir, partiendo de la democracia europea<\/em>. Este es el gran movimiento te\u00f3rico y pol\u00edtico al que conduce nuestra larga empresa de sociolog\u00eda hist\u00f3rica aplicada a la integraci\u00f3n europea: el fundamento sobre el que construir la arquitectura pol\u00edtico-institucional de una Europa a la altura de los retos del siglo XXI no es un Estado federal europeo, ni la soberan\u00eda europea, sino la democracia europea. Pedimos un salto<\/em> adelante en la democracia<\/em>, no un salto adelante en la soberan\u00eda, ya sea a trav\u00e9s de la \u00absoberan\u00eda compartida\u00bb, <\/span>19<\/sup><\/a><\/span><\/span> la \u00abcosoberan\u00eda bien ordenada\u00bb, etc\u00e9tera. <\/span>20<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Pero, \u00bfqu\u00e9 entendemos por democracia europea? En primer lugar, hay que distinguir el concepto del de democracia en<\/em> Europa<\/em>, expresi\u00f3n de uso com\u00fan que se refiere a la cuesti\u00f3n democr\u00e1tica en el continente, es decir, al estado de los reg\u00edmenes democr\u00e1ticos estatal-nacionales y sus repercusiones en el funcionamiento de las instituciones de la Uni\u00f3n Europea. Esta es la dimensi\u00f3n a la que se refieren los discursos de Ursula von der Leyen <\/span>21<\/sup><\/a><\/span><\/span> y Emmanuel Macron <\/span>22<\/sup><\/a><\/span><\/span> sobre la democracia. Para los Estados miembros, la defensa de los valores fundamentales de su uni\u00f3n, consagrados en los tratados europeos, constituye un reto de primer orden, m\u00e1s a\u00fan en un momento de doble peligro en forma de propagaci\u00f3n generalizada del populismo y de la guerra de la informaci\u00f3n. Como grupo de Estados, los Estados miembros tienen el derecho y el deber de protegerse contra la amenaza de la corrupci\u00f3n en la Uni\u00f3n Europea y en sus propios sistemas pol\u00edticos nacionales. El famoso art\u00edculo 7 del Tratado de la Uni\u00f3n Europea, que instituye un mecanismo de advertencia y sanci\u00f3n contra un Estado miembro que viole los valores de la Uni\u00f3n Europea, puede entenderse como un procedimiento para desterrar a un miembro que se ha convertido en indeseable, o incluso peligroso para la propia integridad de la Uni\u00f3n. El principio de condicionalidad de los fondos europeos abonados a los Estados miembros sigue la misma l\u00f3gica y ofrece un medio de presi\u00f3n y sanci\u00f3n intermedio. As\u00ed pues, la democracia en Europa se refiere a una especie de apoyo mutuo y atenci\u00f3n rec\u00edproca entre las democracias nacionales europeas. Forma parte de un marco de cooperaci\u00f3n interestatal, por muy integrado que est\u00e9.<\/p>\n\n\n\n

El fundamento sobre el que construir la arquitectura pol\u00edtico-institucional de una Europa a la altura de los retos del siglo XXI no es un Estado federal europeo, ni la soberan\u00eda europea, sino la democracia europea.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

La democracia<\/em> europea<\/em> se refiere a un \u00e1mbito totalmente distinto: el de la acci\u00f3n colectiva de los europeos como europeos<\/em>, es decir, como cuerpo de ciudadanos europeos. Conviene recordar que la democracia no puede reducirse a un procedimiento de toma de decisiones (mayor\u00eda m\u00e1s un voto), ni a mecanismos institucionales de pesos y contrapesos<\/em>, responsabilidad pol\u00edtica y rendici\u00f3n de cuentas de los gobernantes ante los gobernados, por importantes que sean estas dimensiones, sino que se refiere, en su sentido original, a la capacidad colectiva del mayor n\u00famero para actuar sobre la realidad com\u00fan. La democracia, que no requiere en s\u00ed misma ninguna soberan\u00eda colectiva, ni siquiera ning\u00fan demos<\/em> constituido (en el sentido de pueblo), s\u00ed exige un cierto poder de acci\u00f3n por parte de los ciudadanos. <\/span>23<\/sup><\/a><\/span><\/span> En nuestras complejas sociedades modernas, este poder de acci\u00f3n se denomina poder p\u00fablico. Adopta la forma del impuesto que el colectivo de ciudadanos puede recaudar sobre la riqueza privada. Este impuesto se traduce en una cierta cantidad de riqueza com\u00fan que el colectivo desea darse para producir determinados bienes p\u00fablicos para s\u00ed mismo. Estas operaciones se concentran en la votaci\u00f3n del presupuesto de la entidad pol\u00edtica dada, en sus apartados de ingresos y gastos. La democracia europea corresponde as\u00ed a un poder p\u00fablico europeo, es decir, a un r\u00e9gimen pol\u00edtico a escala europea capaz de producir bienes p\u00fablicos continentales estructurantes vinculados a las preferencias de los ciudadanos europeos expresadas en las elecciones europeas, en el marco de un espacio p\u00fablico continental.<\/p>\n\n\n\n

Pero, \u00bfes posible hoy caracterizar a la Uni\u00f3n Europea como un poder p\u00fablico europeo, es decir, como una democracia europea? Creemos que no, y es aqu\u00ed donde radica el quid de la Europa pol\u00edtica. La Uni\u00f3n Europea produce ciertamente bienes p\u00fablicos a trav\u00e9s del mercado \u00fanico y del euro, y a trav\u00e9s de las pol\u00edticas europeas. Pero esos bienes p\u00fablicos europeos, por su volumen y su sectorizaci\u00f3n, siguen estando por debajo del umbral estructurante a escala continental. Esta debilidad estructural en la producci\u00f3n de bienes p\u00fablicos continentales no es m\u00e1s que la consecuencia de la ausencia de una verdadera capacidad presupuestaria europea de \u00abtama\u00f1o pol\u00edtico\u00bb, y por la misma raz\u00f3n priva al Parlamento Europeo de un verdadero poder presupuestario parlamentario. La consecuencia l\u00f3gica puede parecer escandalosa, pero no por ello es menos implacable: un parlamento sin poder presupuestario real no es un parlamento; el Parlamento Europeo no es un parlamento real; la Uni\u00f3n Europea no es una democracia.<\/p>\n\n\n\n

La ausencia de democracia a nivel de la Uni\u00f3n Europea, el \u00abvac\u00edo democr\u00e1tico supranacional\u00bb por as\u00ed decirlo, pesa mucho sobre los Estados miembros y sus sistemas democr\u00e1ticos. Si existe un \u00abd\u00e9ficit democr\u00e1tico\u00bb en Europa, \u00e9ste se hace sentir a nivel de las democracias estatal-nacionales. Estas democracias est\u00e1n siendo corro\u00eddas por una din\u00e1mica sist\u00e9mica espec\u00edfica de la Uni\u00f3n Europea: la tendencia a la baja del poder presupuestario parlamentario, es decir, la reducci\u00f3n de la cantidad de poder p\u00fablico a disposici\u00f3n de los ciudadanos. De ah\u00ed el mal del siglo para los europeos: la impotencia p\u00fablica.<\/p>\n\n\n\n

6.2 \u2014 La hip\u00f3tesis de la doble democracia europea o la invenci\u00f3n de un poder presupuestario parlamentario europeo<\/h3>\n\n\n\n

En este contexto de transformaci\u00f3n del orden mundial con fuertes tintes revisionistas, los europeos deben tomar una importante decisi\u00f3n estrat\u00e9gica para construir su propio poder continental. Pero las opciones que se les abren no son infinitas; pueden resumirse en dos grandes alternativas: la soberan\u00eda europea y la democracia europea.<\/p>\n\n\n\n

Sin profundizar en los l\u00edmites de la soberan\u00eda europea, <\/span>24<\/sup><\/a><\/span><\/span> se\u00f1alemos simplemente que la soberan\u00eda se refiere al \u00f3rgano decisorio de \u00faltima instancia y, como tal, es ontol\u00f3gicamente indivisible. El \u00f3rgano soberano puede ser org\u00e1nicamente una sola persona, una junta, un parlamento o incluso una federaci\u00f3n de parlamentos, pero el \u00f3rgano soberano, como \u00f3rgano, es singular. No es posible que la soberan\u00eda europea se despliegue paralelamente a las soberan\u00edas de los Estados miembros. Lo contrario ser\u00eda confundir soberan\u00eda con poder (que puede ser colectivo), competencia de \u00faltima instancia y capacidad de actuar concertadamente. Adem\u00e1s, al centrar demasiado los t\u00e9rminos del debate en la soberan\u00eda, y m\u00e1s a\u00fan en construcciones conceptuales insostenibles, podr\u00edamos acabar alimentando el reflejo soberanista de los pueblos y deshaciendo la integraci\u00f3n europea. La soberan\u00eda, nacional o europea, no es ni la causa de nuestros males ni nuestra salvaci\u00f3n. Dej\u00e9mosla donde est\u00e1, en el Estado territorial con su morfolog\u00eda nacional, y construyamos una Europa pol\u00edtica sobre la base de la democracia europea.<\/p>\n\n\n\n

En \u00abdemocracia\u00bb, seg\u00fan las palabras y las cosas, el demos<\/em> se refiere a la cuesti\u00f3n de la voluntad<\/em> colectiva, espoleada por la sensibilidad<\/em> (afectos morfol\u00f3gicos, afectos nacionales en la Europa moderna) e iluminada por la inteligencia<\/em> (doctrinas pol\u00edticas). Este primer momento volitivo colectivo de la democracia conduce inexorablemente a la cuesti\u00f3n central de toda entidad pol\u00edtica: la cuesti\u00f3n de la soberan\u00eda interna y externa. De otro modo, el kratos<\/em> de la \u00abdemocracia\u00bb remite a la cuesti\u00f3n del poder p\u00fablico, a la capacidad de hacer y actuar de los poderes instituidos, a la producci\u00f3n de bienes p\u00fablicos comunes, a la materialidad presupuestaria de lo pol\u00edtico, que, a diferencia de la soberan\u00eda-voluntad, admite un juego de escalas plurales. \u00c9stas son las dos v\u00edas distintas abiertas a los europeos. Frente a los l\u00edmites intr\u00ednsecos de la esquiva \u00absoberan\u00eda europea\u00bb, exploramos la v\u00eda del kratos<\/em> y la hip\u00f3tesis de la \u00abdoble democracia europea\u00bb, es decir, la idea de un desdoblamiento del poder p\u00fablico democr\u00e1tico nacional de los Estados miembros soberanos en un poder p\u00fablico democr\u00e1tico europeo sin Estado federal soberano.<\/p>\n\n\n\n

Una soberan\u00eda europea paralela a la soberan\u00eda de los Estados miembros no es posible.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Una aut\u00e9ntica democracia europea abrir\u00eda un nuevo espacio de acci\u00f3n colectiva a escala continental. Porque, a diferencia de la soberan\u00eda, el principio democr\u00e1tico permite una construcci\u00f3n a varios niveles. La democracia no es excluyente: una democracia europea no aplasta a las democracias nacionales, siempre que la fuente de soberan\u00eda siga estando claramente establecida en el nivel del Estado-naci\u00f3n. Pero la democracia europea sigue necesitando dotarse de su propia sustancia pol\u00edtica, de su propio kratos<\/em>. Como en todas las democracias, esto se encuentra en la recaudaci\u00f3n de impuestos para financiar un presupuesto pol\u00edtico en manos de un Parlamento elegido. Ninguna democracia europea puede surgir de un presupuesto t\u00e9cnico financiado en su mayor parte por contribuciones estatales, ni de una mutualizaci\u00f3n de la deuda en la que, al final,<\/em> cuando llegue el momento de devolverla, cada cual contar\u00e1 sus canicas y todos se mirar\u00e1n con recelo. Por tanto, para nosotros el verdadero salto pol\u00edtico es un salto presupuestario europeo<\/em>, en t\u00e9rminos de volumen y de naturaleza de los recursos fiscales. No una fr\u00e1gil soberan\u00eda europea, una dimensi\u00f3n inadaptada en ausencia de una pol\u00edtica europea, sino la invenci\u00f3n de un poder presupuestario parlamentario europeo para los europeos en tanto que europeos: el fundamento de una aut\u00e9ntica democracia europea.<\/p>\n\n\n\n

El r\u00e9gimen pol\u00edtico del continente ser\u00eda entonces una doble<\/em> democracia europea<\/em>, que articular\u00eda dos niveles democr\u00e1ticos estrictamente diferenciados, complementarios y percibidos como tales por los ciudadanos europeos a partir de experiencias sociales tangibles: el de los poderes p\u00fablicos nacionales soberanos y el de un poder p\u00fablico europeo no soberano. Parad\u00f3jicamente a primera vista, es la instituci\u00f3n de un r\u00e9gimen democr\u00e1tico europeo la que revitalizar\u00e1 los reg\u00edmenes democr\u00e1ticos nacionales al aflojar la restricci\u00f3n presupuestaria europea sobre el poder presupuestario parlamentario nacional. La creaci\u00f3n de una aut\u00e9ntica capacidad presupuestaria europea propiciar\u00e1 la transici\u00f3n de una Europa de normas y ayudas al desarrollo sectorial y territorial a una Europa que sea un poder p\u00fablico productor de bienes p\u00fablicos continentales. En consecuencia, se relajar\u00e1 el imperativo econ\u00f3mico impuesto por el mercado interior y la uni\u00f3n monetaria de coordinaci\u00f3n interestatal vinculante de las pol\u00edticas presupuestarias de los Estados miembros en una situaci\u00f3n de interdependencia negativa (y desconfianza mutua). Las democracias estatal-nacionales soberanas recuperar\u00e1n la fuerza de su poder presupuestario parlamentario nacional, que es el ox\u00edgeno que necesitan para su vitalidad. A nivel de la Uni\u00f3n Europea, el bucle de legitimaci\u00f3n democr\u00e1tica supranacional conectar\u00e1 por fin a los gobernantes (dirigentes europeos) y a los gobernados (ciudadanos europeos) a trav\u00e9s del circuito de obediencia de los gobernados a la legislaci\u00f3n europea \u21d4 rendici\u00f3n de cuentas de los gobernantes ante las expectativas de los ciudadanos europeos.<\/p>\n\n\n\n

Una aut\u00e9ntica democracia europea abrir\u00eda un nuevo espacio de acci\u00f3n colectiva a escala continental.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

La propuesta de una doble democracia europea contempla as\u00ed un poder p\u00fablico europeo vinculado a los poderes p\u00fablicos nacionales, como una tercera v\u00eda entre el improbable salto federalista y el retroceso soberanista. <\/span>25<\/sup><\/a><\/span><\/span> A diferencia del enfoque de la gobernanza multinivel, que amalgama indiscriminadamente los niveles local, regional, nacional y europeo y piensa en t\u00e9rminos de coordinaci\u00f3n funcional, <\/span>26<\/sup><\/a><\/span><\/span> el enfoque de una doble democracia europea, por un lado, se concentra en el nivel nacional, lugar de la soberan\u00eda y del poder p\u00fablico primario, y en el nivel europeo, lugar de un poder p\u00fablico (no soberano) que se une a la coordinaci\u00f3n por norma, y, en segundo lugar, se centra en las formas de producci\u00f3n de la sustancia pol\u00edtica, entendida a la vez como poder p\u00fablico (la capacidad colectiva de actuar sobre la realidad com\u00fan) y como fabricaci\u00f3n de la sociedad (la capacidad colectiva de proyectarse en el futuro intergeneracional, que a su vez depende de la capacidad de producir bienes p\u00fablicos tangibles a corto y largo plazo). Seg\u00fan este enfoque, la cuesti\u00f3n material del presupuesto europeo (capacidad-poder-potencia[p\u00fablica]-kratos<\/em>), su volumen y su naturaleza, prevalece sobre la cuesti\u00f3n institucional (competencia-voluntad-soberan\u00eda-demos<\/em>).<\/p>\n\n\n\n

En ausencia de toda posibilidad de transformar la polity<\/em>-Europa mediante un pacto federal instituyendo un Estado federal, en ausencia de toda traducci\u00f3n real del punto de anclaje de la soberan\u00eda de los Estados miembros (segmentos nacionales constituyentes) hacia la pol\u00edtica de Europa bajo la presi\u00f3n de un riesgo de supervivencia militar exterior, la polity<\/em>-Europa s\u00f3lo podr\u00e1 avanzar mediante la instituci\u00f3n de un presupuesto pol\u00edtico que sea verdaderamente europeo, es decir, que supere el umbral de la significaci\u00f3n pol\u00edtica (estimada en torno al 3% o 4% del PIB de la Uni\u00f3n Europea, frente al 1% del PIB actual) y que se nutra de recursos fiscales propios deducidos directamente de la riqueza privada generada por el mercado interior. Esto exigir\u00eda sin duda un gran salto pol\u00edtico, pero no hay objeciones categ\u00f3ricas \u2014si la creaci\u00f3n de la moneda \u00fanica fue posible, \u00bfpor qu\u00e9 no un presupuesto pol\u00edtico europeo?\u2014, a diferencia de las propuestas de soberan\u00eda europea (imposible) o de naci\u00f3n europea (imposible de encontrar). <\/span>27<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

La polity-Europa s\u00f3lo podr\u00e1 avanzar mediante la instituci\u00f3n de un presupuesto pol\u00edtico que sea verdaderamente europeo.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

6.3 \u2014 Gravar el mercado interior o abrir una cuenta europea irreductible a la contabilidad interestatal<\/h3>\n\n\n\n

Una Europa pol\u00edtica como poder p\u00fablico continental exige que se levante la prohibici\u00f3n de las uniones de transferencias, el famoso \u00abkeine Transferunion<\/em>\u00bb afirmado por el Bundesbank y retomado a coro por la nueva Liga Hanse\u00e1tica. <\/span>28<\/sup><\/a><\/span><\/span> Seamos claros: no se trata de una transferencia presupuestaria entre Estados miembros, lo que equivaldr\u00eda a caer en la trampa de \u00absolidaridad contra responsabilidad\u00bb (con unos Estados miembros que s\u00f3lo aceptan la solidaridad presupuestaria a condici\u00f3n de la responsabilidad, es decir, austeridad presupuestaria, mientras que otros s\u00f3lo aceptan el cors\u00e9 presupuestario a condici\u00f3n de abrir primero la regadera presupuestaria). Se trata de establecer una transferencia de riqueza entre los ciudadanos europeos que se benefician de los bienes p\u00fablicos europeos, que incorporan el valor a\u00f1adido europeo<\/em>, y los beneficios privados generados por la propia existencia del mercado interior que, por cierto, ya constituye una uni\u00f3n de transferencia (impulsada por una din\u00e1mica centr\u00edpeta de agregaci\u00f3n de riqueza hacia un centro, ya sea Alemania o los centros urbanos de las metr\u00f3polis europeas). Aqu\u00ed encontramos los fundamentos de la democracia moderna: la figura del ciudadano europeo, y por tanto una Europa pol\u00edtica, s\u00f3lo puede tomar forma a condici\u00f3n de que se grave el mercado interior y, por tanto, se generen ingresos y gastos p\u00fablicos que escapen en parte al alcance de cualquier contabilidad interestatal. Corresponde al legislador europeo (Estados miembros y Parlamento Europeo) elegir el instrumento fiscal europeo que tenga m\u00e1s posibilidades de obtener consenso: un impuesto europeo sobre la renta de las sociedades, un mecanismo de ajuste del carbono en las fronteras de la Uni\u00f3n, un impuesto sobre las transacciones financieras, etc\u00e9tera. Pero lo importante, m\u00e1s all\u00e1 de la elecci\u00f3n del instrumento fiscal, es romper el techo de cristal de la pol\u00edtica europea.<\/p>\n\n\n\n

La figura del ciudadano europeo, y por tanto una Europa pol\u00edtica, s\u00f3lo puede tomar forma a condici\u00f3n de que se grave el mercado interior.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Con el sistema actual, en el que las contribuciones nacionales son la principal fuente de financiaci\u00f3n del presupuesto europeo, <\/span>29<\/sup><\/a><\/span><\/span> los bienes p\u00fablicos europeos producidos pueden rastrearse en un sistema de contabilidad interestatal y, por tanto, vincularse (imputarse) en \u00faltima instancia a los ciudadanos nacionales. Como era de esperar, esto da lugar cr\u00f3nicamente a la posibilidad de fomentar una ret\u00f3rica electoralista interna de \u00abI want my money back<\/em>\u00bb dentro de las clases pol\u00edticas nacionales. Esta perpetua estigmatizaci\u00f3n rec\u00edproca entre \u00abbeneficiarios netos\u00bb y \u00abcontribuyentes netos\u00bb hace imposible contemplar los intereses p\u00fablicos comunes del conjunto, pero alimenta la politizaci\u00f3n negativa de la Uni\u00f3n, en forma de juego de suma cero entre c\u00e1lculos de utilidad nacionales. S\u00f3lo un sistema fiscal aut\u00e9nticamente europeo permitir\u00eda crear una cuenta europea<\/em> directamente imputable a los ciudadanos europeos en tanto que ciudadanos europeos, no reductible a la agregaci\u00f3n de los ciudadanos nacionales de los distintos Estados miembros. Esta condici\u00f3n relativa a la naturaleza de los recursos fiscales remite al principio de inmediatez<\/em> que, seg\u00fan Jean Baechler en su an\u00e1lisis del federalismo, \u00abexige que cada nivel de la construcci\u00f3n federal est\u00e9 en contacto directo con la poblaci\u00f3n incluida en ese nivel (…) La fiscalidad, por ejemplo, debe instituirse de tal manera que los recursos de cada nivel no sean la suma de las contribuciones efectuadas en todos los niveles\u00bb. <\/span>30<\/sup><\/a><\/span><\/span> Sin retomar en este momento el marco te\u00f3rico del federalismo en nuestro propio an\u00e1lisis, debido a su gran polisemia y a la confusi\u00f3n actual entre federalismo y Estado federal, consideramos que el principio de inmediatez es una condici\u00f3n sine qua non<\/em> para cualquier democracia y, por tanto, para una aut\u00e9ntica democracia europea.<\/p>\n\n\n\n

Lo importante, m\u00e1s all\u00e1 de la elecci\u00f3n del instrumento fiscal, es romper el techo de cristal de la pol\u00edtica europea.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Este es, sin duda, el escollo fundamental de la integraci\u00f3n europea actual en su camino hacia una Europa pol\u00edtica. La falta de inmediatez (fiscal y presupuestaria) entre los ciudadanos y la Uni\u00f3n Europea rompe el circuito de legitimaci\u00f3n democr\u00e1tica que simetriza, por un lado, la obediencia de los ciudadanos al legislador europeo (obediencia percibida como inmediata por la aplicabilidad directa de la legislaci\u00f3n europea en los ordenamientos jur\u00eddico-pol\u00edticos nacionales) y, por otro, los bienes p\u00fablicos votados por el legislador europeo de acuerdo con las preferencias de los ciudadanos (tangibilidad de los bienes p\u00fablicos europeos percibida como m\u00ednima, o incluso inexistente, con la excepci\u00f3n de ciertos segmentos de la poblaci\u00f3n como los agricultores, debido a la nimia capacidad presupuestaria de la Uni\u00f3n Europea). Una tercera condici\u00f3n impl\u00edcita en el principio de inmediatez completa las dos primeras: los bienes p\u00fablicos europeos deben incorporar un valor a\u00f1adido europeo<\/em>, es decir, deben responder realmente a necesidades europeas, y no a un conjunto de necesidades nacionales.<\/p>\n\n\n\n\n

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Vista a\u00e9rea de un campo de tulipanes cerca de Lisse, Holanda Meridional, Pa\u00edses Bajos. \u00a9 Dimitri Weber<\/figcaption> <\/figure>\n <\/a>\n \n <\/div>\n
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Vista a\u00e9rea de un campo de tulipanes cerca de Lisse, Holanda Meridional, Pa\u00edses Bajos. \u00a9 Dimitri Weber<\/figcaption> <\/figure>\n <\/a>\n <\/div>\n <\/div>\n \n
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Vista a\u00e9rea de un campo de tulipanes cerca de Lisse, Holanda Meridional, Pa\u00edses Bajos. \u00a9 Dimitri Weber<\/figcaption> <\/figure>\n \n <\/div>\n
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Vista a\u00e9rea de un campo de tulipanes cerca de Lisse, Holanda Meridional, Pa\u00edses Bajos. \u00a9 Dimitri Weber<\/figcaption> <\/figure>\n <\/div>\n <\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

As\u00ed pues, la fiscalidad europea sigue siendo la gran pregunta sin respuesta del discurso de Ursula von der Leyen, <\/span>31<\/sup><\/a><\/span><\/span> a pesar de que el reembolso de los pr\u00e9stamos mutualizados en el marco del plan europeo de recuperaci\u00f3n comenzar\u00e1 ya en 2028, sin que se haya acordado todav\u00eda ninguna soluci\u00f3n financiera. Contrariamente a las afirmaciones de Emmanuel Macron en su discurso de la Sorbona II, <\/span>32<\/sup><\/a><\/span><\/span> la deuda com\u00fan contra\u00edda en la emergencia de la crisis pand\u00e9mica, en 2020, no es un paso hist\u00f3rico, sino un paso a medias que sit\u00faa a la Uni\u00f3n Europea en una encrucijada: por un lado, se inclina hacia un salto pol\u00edtico (fiscalidad europea), por otro, hacia una regresi\u00f3n plagada de peligros pol\u00edticos (reembolso por los Estados miembros, pagadores de \u00faltima instancia, de una operaci\u00f3n \u00ab\u00fanica<\/em>\u00bb en la que algunos considerar\u00e1n que han pagado la factura de otros). <\/span>33<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Gravar el mercado interior, deducir la parte leg\u00edtima de la riqueza privada que hace posible la existencia misma del mercado interior y de sus instituciones, no es, sin embargo, el resultado de ninguna locura hist\u00f3rica de grandeza, ni de ninguna complejidad filos\u00f3fica superior, sino simplemente de un pensamiento democr\u00e1tico coherente aplicado a la integraci\u00f3n europea. Si la creaci\u00f3n del euro fue posible, tambi\u00e9n lo es el establecimiento de un sistema fiscal europeo. Y del mismo modo que la moneda \u00fanica y el Sistema Europeo de Bancos Centrales dieron lugar a una configuraci\u00f3n pol\u00edtica radicalmente nueva para los Estados miembros de la zona euro, la creaci\u00f3n de un presupuesto pol\u00edtico europeo abrir\u00e1 un nuevo espacio de inconmensurabilidad<\/em>: la apertura de una cuenta europea irreductible a la contabilidad interestatal, una parte europea que s\u00f3lo puede asignarse a los ciudadanos europeos, es decir, que no puede asignarse a la suma de los ciudadanos nacionales, y que permite producir un valor a\u00f1adido europeo. El infierno del binomio solidaridad-responsabilidad dar\u00eda paso entonces al hacer-sociedad europeo. Los estadounidenses nacieron del lema \u00abNo taxation without representation!<\/em>\u00bb. Los europeos nacer\u00e1n de la lucha victoriosa bajo el lema \u00abNo representation without taxation<\/em>!<\/em>\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Si la creaci\u00f3n del euro fue posible, tambi\u00e9n lo es el establecimiento de un sistema fiscal europeo propio.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

S\u00f3lo una Europa de poderes p\u00fablicos (no soberanos), una comunidad de ciudadanos europeos capaces de actuar colectivamente como ciudadanos europeos, es capaz de interactuar con los Estados nacionales soberanos, respet\u00e1ndolos y abriendo al mismo tiempo una dimensi\u00f3n pol\u00edtica espec\u00edficamente europea, que no puede ser la suma agregada de los poderes p\u00fablicos nacionales, aunque se coordinen lo mejor posible, porque toda coordinaci\u00f3n alcanza r\u00e1pidamente ciertos l\u00edmites de eficacia y es contraria al principio de autolegislaci\u00f3n de las democracias nacionales. Los bienes p\u00fablicos europeos producidos deber\u00e1n estar vinculados en primer lugar a los ciudadanos europeos, independientemente de su nacionalidad. Pues, como explica Laurent Davezies, \u00ablos efectos territoriales m\u00e1s potentes de las pol\u00edticas p\u00fablicas se deben, curiosamente, a su car\u00e1cter no territorial\u00bb. <\/span>34<\/sup><\/a><\/span><\/span> Xavier Ragot propone la idea de un seguro de desempleo europeo. <\/span>35<\/sup><\/a><\/span><\/span> Tambi\u00e9n son concebibles otras propuestas: una extensi\u00f3n de Erasmus a todos los estudiantes europeos, un seguro de enfermedad europeo, ayudas a la movilidad ferroviaria intraeuropea para todos los europeos, una renta universal europea, un \u00abpase clim\u00e1tico\u00bb <\/span>36<\/sup><\/a><\/span><\/span> o \u00abpass rail\u00bb europeo. A diferencia de las transferencias territorializadas, que conducen a una l\u00f3gica de solidaridad negociada entre unidades pol\u00edticas territoriales en la que cada parte rinde cuentas de lo que recibe y de lo que da, las transferencias sociales no territorializadas, al estimular una circulaci\u00f3n invisible de la riqueza a lo largo del tiempo, sientan lenta pero inexorablemente las bases de un sentimiento de pertenencia propicio a la fundaci\u00f3n de una comunidad pol\u00edtica, a la solidificaci\u00f3n de una affectio societatis<\/em>, la coalescencia de una europeidad<\/em>, el cemento morfol\u00f3gico de la democracia europea.<\/p>\n\n\n\n

7 \u2014 La Uni\u00f3n Europea como factor de oligopolarizaci\u00f3n del sistema internacional<\/h2>\n\n\n\n

Al final de este esbozo, conviene precisar de frente lo que nos parece ser el fin \u00faltimo de la Uni\u00f3n Europea, m\u00e1s all\u00e1 de la integraci\u00f3n funcional negativa, m\u00e1s all\u00e1 de la divisi\u00f3n de intereses entre los Estados miembros e incluso m\u00e1s all\u00e1 del Antropoceno: ser un factor de oligopolarizaci\u00f3n del sistema internacional<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

Si bien deber\u00edamos alegrarnos del nuevo r\u00e9gimen de afectos antropoc\u00e9nicos planetarios, porque la unificaci\u00f3n de las historias humanas est\u00e1 en marcha, considerada a largo plazo, y nada puede plausiblemente revertirla, pol\u00edticamente la humanidad s\u00f3lo existe distribuida en c\u00edrculos de aculturaci\u00f3n y entidades territoriales (polities<\/em>) separadas, cada una persiguiendo sus propios intereses p\u00fablicos: intereses relativos a su posici\u00f3n geopol\u00edtica exterior, a su r\u00e9gimen pol\u00edtico interior, a la cultura pol\u00edtica de sus miembros y a los c\u00e1lculos medio responsables medio interesados de sus \u00e9lites pol\u00edticas, econ\u00f3micas y culturales. As\u00ed que no nos equivoquemos: a pesar de los riesgos \u00abobjetivos\u00bb del Antropoceno que reconocen sectores cada vez m\u00e1s amplios de la sociedad civil transnacional, son los fundamentos de la pol\u00edtica territorializada y sus desarrollos macrohist\u00f3ricos los que, tanto si la transici\u00f3n antropoc\u00e9nica tiene \u00e9xito como si es demasiado lenta, constituir\u00e1n las limitaciones gran\u00edticas y los factores cliodin\u00e1micos del ma\u00f1ana.<\/p>\n\n\n\n

Frente al calentamiento global, la inteligencia artificial, la guerra termonuclear o la infertilidad, la cuesti\u00f3n del siglo no es la supervivencia de la especie humana, ni mucho menos la supervivencia de los organismos vivos, sino una cierta idea del hombre socializado: la del hombre democr\u00e1tico<\/em> preocupado por recrear perpetuamente en su polity<\/em>, en su r\u00e9gimen de poderes y en la coordinaci\u00f3n multilateral de todos las condiciones \u00f3ptimas de posibilidad para la exploraci\u00f3n libre y mejor dispuesta, para cada uno y para todos, de una existencia, humana y no humana, no disminuida: una existencia digna de ser vivida, no disminuida por la violencia externa e interna, por la dominaci\u00f3n real o simb\u00f3lica, por la escasez, por la astucia no sancionada de los tramposos y por la casualidad utilitaria de los aprovechados<\/em> sin virtud. En este contexto, el hombre democr\u00e1tico europeo <\/em>no es m\u00e1s que un ejemplo particularizado del tipo que se ha dado cuenta de que s\u00f3lo dotando al continente europeo, como al resto del planeta, de una entidad pol\u00edtica continental (la Uni\u00f3n Europea) con capacidad real para actuar conscientemente sobre la imbricaci\u00f3n de los intereses humanos, europeos y nacionales, podr\u00e1 garantizarse estos \u00faltimos en un equilibrio planetario que se rehace constantemente.<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, la reserva de soberan\u00eda democr\u00e1tica<\/em> que representa el poder geopol\u00edtico estadounidense no ser\u00e1 suficiente a largo plazo.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Ah\u00ed reside gran parte de la soluci\u00f3n: la Uni\u00f3n Europea debe seguir integr\u00e1ndose pol\u00edticamente para constituir no s\u00f3lo un polo democr\u00e1tico leg\u00edtimo, eficaz y estable en el Viejo Continente, sino tambi\u00e9n para unirlo a largo plazo con una capacidad de acci\u00f3n y de movilizaci\u00f3n de poder material tal que pueda influir en el juego geopol\u00edtico, geoecon\u00f3mico y normativo mundial. Este es el segundo umbral geopol\u00edtico de la modernidad democr\u00e1tica<\/em>. El primero se cruz\u00f3 durante la primera parte del siglo XX, cuando al sistema polic\u00e9ntrico estadounidense se uni\u00f3 una reserva continental de poder material inexpugnable desde una perspectiva insular. De ello dependi\u00f3 el destino de las polities<\/em> europeas y del Sudeste Asi\u00e1tico durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fr\u00eda. Por primera vez en la historia de la humanidad, las limitaciones num\u00e9ricas y territoriales hab\u00edan quedado anuladas para el r\u00e9gimen democr\u00e1tico. La humanidad ya no estaba condenada a experimentar la l\u00f3gica democr\u00e1tica s\u00f3lo en peque\u00f1as ciudades, que pod\u00edan ser engullidas por reinos e imperios. A la inversa, del mismo modo que la ciudad republicana de Roma se convirti\u00f3 en un imperio, no era inevitable que la democracia se perdiera en favor de la autocracia sagrada como consecuencia de la expansi\u00f3n del poder imperial. La democracia, los contrapoderes y el poder continental se hicieron articulables y capaces de influir en las relaciones entre las polities<\/em>, siempre susceptibles de degenerar en guerra abierta si el sistema de poder interno de alguna de ellas funcionaba mal.<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, la reserva de soberan\u00eda democr\u00e1tica<\/em> que el poder geopol\u00edtico estadounidense ha constituido desde entonces no ser\u00e1 suficiente a largo plazo. Hay al menos tres razones obvias para ello. En primer lugar, la pacificaci\u00f3n del mundo no puede seguir dependiendo del riesgo de ruptura del r\u00e9gimen democr\u00e1tico estadounidense: los ciclos geopol\u00edticos mundiales deben desvincularse de los ciclos electorales estadounidenses. En segundo lugar, porque es asim\u00e9trico, el hiperpoder estadounidense suscita autom\u00e1ticamente sentimientos antiamericanos y un esp\u00edritu de venganza que es a su vez beligerante, ya sea a trav\u00e9s de las nuevas guerras de los d\u00e9biles contra los fuertes en la yihad global, ya sea a trav\u00e9s del ascenso y la contracoalici\u00f3n de potencias revisionistas, autocr\u00e1ticas y vengativas, impulsadas por una ideolog\u00eda nacionalista y neoimperial exacerbada por \u00e9lites autocr\u00e1ticas, en Rusia como en China, o potencias regionales de tama\u00f1o medio en otros lugares. En tercer y \u00faltimo lugar, porque el orden liberal internacional representa en s\u00ed mismo un costo de gesti\u00f3n considerable para Estados Unidos y, por tanto, alimenta cr\u00f3nicamente la tentaci\u00f3n aislacionista de la democracia estadounidense. El \u00abprimerismo\u00bb MAGA (make America great again<\/em>) de Trump nos recuerda la naturaleza y el contenido de este riesgo.<\/p>\n\n\n\n

Debido a estos factores, el planeta necesita otros polos continentales de reserva democr\u00e1tica de poder. La Uni\u00f3n Europea es un candidato plausible para este papel. Otros actores mundiales ser\u00edan deseables a largo plazo: Brasil, una o dos federaciones formadas en el continente africano, una gran entidad federada en Medio Oriente, India, China, una federaci\u00f3n del Sudeste Asi\u00e1tico, una Rusia desautocratizada. Pero por el momento, estos actores no est\u00e1n emergiendo, y si existen como entidades pol\u00edticas, no tienen ninguna de las caracter\u00edsticas democr\u00e1ticas internas susceptibles de favorecer el juego cooperativo mundial de pacificaci\u00f3n de los conflictos geopol\u00edticos y una nueva normatividad de los mercados favorable a la transici\u00f3n ecol\u00f3gica de las necesidades humanas planetarias. Por lo tanto, de momento, s\u00f3lo hay un candidato posible para este papel, y es la Uni\u00f3n Europea, que debe emerger como potencia equilibradora global con capacidad para desalinearse cr\u00edticamente<\/em> frente a todos los dem\u00e1s actores, incluido Estados Unidos, que pueden ser disfuncionales en el Gran Juego. Aqu\u00ed es donde reside el significado y el prop\u00f3sito hist\u00f3rico \u00faltimo de la integraci\u00f3n europea. Ser\u00eda su propia contribuci\u00f3n al fin correcto de lo pol\u00edtico: la paz continental y la contenci\u00f3n oligopolar de la guerra a escala mundial.<\/p>\n\n\n\n

El planeta necesita otros polos continentales de reserva democr\u00e1tica de poder. La Uni\u00f3n Europea es un candidato plausible para este papel.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Pero la dificultad estriba en que la Uni\u00f3n Europea no es todav\u00eda una entidad pol\u00edtica integrada, capaz de aunar r\u00e1pidamente recursos para actuar en caso de riesgo existencial exterior. Sigue siendo una coalici\u00f3n de polities<\/em> democr\u00e1ticas nacionales peque\u00f1as, militarmente desarticuladas e incapaces de una aceleraci\u00f3n geoestrat\u00e9gica a la altura de las autocracias neoimperiales. En su seno, el cerrojo estatal<\/em>–nacional<\/em> sigue plenamente vigente e impide la transici\u00f3n a una escala geopol\u00edtica global. Por el momento, la Uni\u00f3n Europea acompa\u00f1a como mucho al Gran Juego, cuyas reglas son establecidas por otros actores, m\u00e1s poderosos y m\u00e1s unificados en sus procesos de toma de decisiones y en sus acciones. As\u00ed pues, el segundo umbral europeo de la modernidad democr\u00e1tica sigue dependiendo estrictamente de si la integraci\u00f3n funcional, econ\u00f3mica y jur\u00eddica europea puede o no conducir a un cambio en la naturaleza de la cuasi-polity<\/em> europea mediante la invenci\u00f3n de una doble democracia europea.<\/p>\n\n\n\n

Es imposible decidir y prever el salto federal de supervivencia en la cara exterior de la polity<\/em> para Europa; s\u00f3lo puede ser el resultado de limitaciones hist\u00f3ricas inteligibles a posteriori<\/em>, pero imprevisibles o incluso deseables ex ante<\/em>, por su considerable violencia o molestia. En cambio, el desdoblamiento del poder p\u00fablico nacional de los Estados miembros de la Uni\u00f3n en un poder p\u00fablico con valor a\u00f1adido europeo puede lograrse mediante instituciones mejor configuradas, instrumentos adecuados (incluido el presupuesto de recursos propios de la Uni\u00f3n), pol\u00edticas de inter\u00e9s com\u00fan europeo, actores, discursos y procedimientos de movilizaci\u00f3n pol\u00edtica, todo ello informado por objetivos claramente establecidos. Este camino, no a trav\u00e9s de la cara externa de la polity<\/em>-Uni\u00f3n Europea, sino a trav\u00e9s de la cara interna del r\u00e9gimen democr\u00e1tico dual en Europa, puede proseguirse y profundizarse siempre que se establezcan las coordenadas macrosociol\u00f3gicas a largo plazo del orden pol\u00edtico.<\/p>\n\n\n\n

Los efectos sociales de la cohesi\u00f3n morfol\u00f3gica \u2014la europeidad democr\u00e1tica del homo europaeus<\/em>\u2014 se producir\u00e1n inevitablemente. No pueden decretarse de antemano, porque s\u00f3lo pueden ser fruto de las experiencias sociales y pol\u00edticas concretas de los ciudadanos europeos de la comunidad pol\u00edtica encargada de su destino p\u00fablico. A largo plazo, esto dar\u00e1 lugar a una forma de desegmentaci\u00f3n de las identidades pol\u00edticas, que tambi\u00e9n se escindir\u00e1n en identidades nacionales y europeas. Este es, por lo que se ve, el camino que se ofrece a los europeos a lo largo del siglo XXI.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Bloqueo, repetici\u00f3n, huida hacia delante. La nueva ecuaci\u00f3n de lo pol\u00edtico est\u00e1 ejerciendo una peligrosa presi\u00f3n sobre la infraestructura m\u00e1s cr\u00edtica de Europa \u2014la democracia\u2014.
\nPara construir un arco continental de seguridad democr\u00e1tica, Alexandre Escudier y Nicolas Leron presentan una propuesta en 7 puntos.<\/p>\n","protected":false},"author":17959,"featured_media":40359,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"templates\/post-editorials.php","format":"standard","meta":{"_acf_changed":true,"_trash_the_other_posts":false,"footnotes":""},"categories":[6],"tags":[],"geo":[177],"class_list":["post-40358","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-politica","staff-alexandre-escudier","staff-nicolas-leron","geo-europa"],"acf":[],"yoast_head":"\nLa gran destriplicaci\u00f3n europea - El Grand Continent<\/title>\n<meta name=\"robots\" content=\"index, follow, max-snippet:-1, max-image-preview:large, max-video-preview:-1\" \/>\n<link rel=\"canonical\" href=\"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2024\/07\/26\/la-gran-destriplicacion-europea\/\" \/>\n<meta property=\"og:locale\" content=\"es_ES\" \/>\n<meta property=\"og:type\" content=\"article\" \/>\n<meta property=\"og:title\" content=\"La gran destriplicaci\u00f3n europea - El Grand Continent\" \/>\n<meta property=\"og:description\" content=\"Bloqueo, repetici\u00f3n, huida hacia delante. 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