{"id":40358,"date":"2024-07-26T12:16:38","date_gmt":"2024-07-26T10:16:38","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=40358"},"modified":"2024-07-26T13:25:22","modified_gmt":"2024-07-26T11:25:22","slug":"la-gran-destriplicacion-europea","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2024\/07\/26\/la-gran-destriplicacion-europea\/","title":{"rendered":"La gran destriplicaci\u00f3n europea"},"content":{"rendered":"\n
Cada mes, cientos de miles de ustedes acuden a estas p\u00e1ginas para intentar ver las cosas con m\u00e1s claridad, para tomar distancia de la vor\u00e1gine de los acontecimientos, para orientarse en el v\u00e9rtigo de lo contempor\u00e1neo.<\/em> Si crees que nuestro trabajo es \u00fatil y puedes permit\u00edrtelo, <\/em>considera la posibilidad de suscribirte al <\/em>Grand Continent<\/a><\/p>\n\n\n\n La situaci\u00f3n pol\u00edtica continental posterior al 9 de junio de 2024 nos recuerda que no podemos apresurarnos a sustituir el \u00abtodo mercado\u00bb de la globalizaci\u00f3n feliz por el \u00abtodo geopol\u00edtico\u00bb de la Europa potencia. Porque en Europa, la democracia, con su resistencia y sus fallas, est\u00e1 en la ra\u00edz de todo. La sostenibilidad ecol\u00f3gica, social, econ\u00f3mica y geopol\u00edtica se derrumba por falta de sostenibilidad democr\u00e1tica, por falta de seguridad democr\u00e1tica continental<\/em>.<\/p>\n\n\n\n La transici\u00f3n energ\u00e9tica se estancar\u00e1 si los esc\u00e9pticos del cambio clim\u00e1tico llegan al poder. El mantenimiento del frente ucraniano se desmoronar\u00e1 si las fuerzas prorrusas se hacen con las palancas de mando. La democracia es la infraestructura cr\u00edtica de las infraestructuras cr\u00edticas<\/em>. Sobre esta base \u2014y no sobre la de una confusa y problem\u00e1tica soberan\u00eda europea\u2014 los europeos debemos construir la nueva arquitectura de Europa capaz de resolver la ecuaci\u00f3n pol\u00edtica fundamental a la que se enfrenta. Construir el arco de la seguridad democr\u00e1tica continental es la misi\u00f3n hist\u00f3rica de nuestra generaci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n De hecho, esta es la esencia del discurso de Ursula von der Leyen ante el Parlamento Europeo el 18 de julio de 2024, cuando se centr\u00f3 en la decisi\u00f3n de la Uni\u00f3n Europea de \u00abproteger su propia democracia\u00bb<\/a> <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span> sobre la base de una \u00abEuropa fuerte\u00bb para evitar \u00absu destrucci\u00f3n, ya sea desde dentro o desde fuera\u00bb. Porque la amenaza no es s\u00f3lo exterior: surge del interior de las propias democracias nacionales de los Estados miembros, sometidas a la guerra de la informaci\u00f3n que libran las potencias extranjeras hostiles, pero a\u00fan m\u00e1s a la \u00abpolarizaci\u00f3n extrema\u00bb de las sociedades europeas. La primera alimenta a la segunda, que a su vez hace efectiva a la primera. Junto a los temas esperados, desde el Pacto Verde a la uni\u00f3n de los mercados de capitales, pasando por el refuerzo de las iniciativas conjuntas en materia de defensa o Europol y Frontex, el presidente de la Comisi\u00f3n Europea invierte as\u00ed en el \u00e1mbito de la vivienda, que no es competencia de la Uni\u00f3n. Porque, seg\u00fan sus palabras, \u00absi es importante para los europeos, es importante para Europa\u00bb. M\u00e1s ampliamente, con el fin de frenar el proceso de desconsolidaci\u00f3n democr\u00e1tica, <\/span>2<\/sup><\/a><\/span><\/span> pide que \u00abno se deje a nadie atr\u00e1s\u00bb. Lejos de un discurso funcionalista con lenguaje tecnocr\u00e1tico, pero tambi\u00e9n a distancia de un discurso puramente geopol\u00edtico, Ursula von der Leyen compromete decididamente a la Uni\u00f3n con el discurso de la democracia, \u00abnuestro tesoro com\u00fan\u00bb. Ni una sola vez se menciona la palabra \u00absoberan\u00eda\u00bb.<\/p>\n\n\n\n La democracia es la infraestructura cr\u00edtica de las infraestructuras cr\u00edticas<\/em>.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Pero la defensa de la democracia, tanto en el interior como en el exterior, no puede lograrse aumentando la capacidad de inversi\u00f3n p\u00fablica ni recuperando la competitividad econ\u00f3mica mediante una uni\u00f3n de los mercados de capitales, esa vieja serpiente de mar. Pensar la democracia para los europeos significa pensar la democracia europea <\/em>en relaci\u00f3n con las democracias nacionales de los Estados miembros. Este es el elemento que falta en el discurso democr\u00e1tico europeo que est\u00e1 germinando al m\u00e1s alto nivel. Construir el arco de la seguridad democr\u00e1tica continental significa recordar las coordenadas fundamentales de lo pol\u00edtico y de la democracia. Para ello, hay que recurrir a una larga sociolog\u00eda hist\u00f3rica, que es la \u00fanica manera de reexaminar el fen\u00f3meno de la integraci\u00f3n europea a trav\u00e9s del prisma de un an\u00e1lisis general de lo pol\u00edtico. En efecto, si bien la Uni\u00f3n no es un Estado federal ni una simple organizaci\u00f3n internacional, no deja de ser una construcci\u00f3n humana que responde a las limitaciones antropol\u00f3gicas de todo colectivo pol\u00edtico.<\/p>\n\n\n\n Inmersa en la globalizaci\u00f3n econ\u00f3mica y la globalizaci\u00f3n cultural, confrontada a las limitaciones perennes de las materialidades geof\u00edsicas, geoecon\u00f3micas y geoestrat\u00e9gicas, la Uni\u00f3n se distingue de las dem\u00e1s placas continentales por sus determinantes pol\u00edticos fundamentales. A pesar de las inevitables divergencias internas de intereses y representaciones, la Uni\u00f3n se caracteriza ante todo por un estado de paz estructural<\/em> entre sus Estados miembros. De hecho, desde las dos cat\u00e1strofes sangrientas de 1914-1918 y 1939-1945, esta contenci\u00f3n voluntaria de la guerra interestatal en el seno de la Uni\u00f3n ha sido el \u00fanico horizonte concebible para las poblaciones y las clases dirigentes de los Estados miembros. Mientras que el lado positivo de este estado de paz estructural es el sistema pol\u00edtico de la democracia y los derechos humanos, el lado negativo sigue siendo, como identidad impl\u00edcita, un amplio espectro de afectos y recuerdos traum\u00e1ticos, impregnados transgeneracionalmente, incluso en la cultura de masas.<\/p>\n\n\n\n Pero este cuerpo pol\u00edtico continental, la Uni\u00f3n Europea, se caracteriza tambi\u00e9n por la especificidad de su ecuaci\u00f3n pol\u00edtica, es decir, por el hecho de que sus democracias estatal-nacionales (Estados miembros) se ven afectadas, como sistema de poderes instituidos y circuito de legitimaci\u00f3n pol\u00edtica, por la protoestatizaci\u00f3n europea (constitucionalizaci\u00f3n del orden jur\u00eddico de la Uni\u00f3n Europea y dotaci\u00f3n progresiva de capacidades gubernamentales a la Comisi\u00f3n Europea, al Banco Central Europeo, etc.), por un lado, y, por otro, por el desdoblamiento progresivo del sistema democr\u00e1tico a nivel de la propia Uni\u00f3n (institucionalizaci\u00f3n de una democracia de la Uni\u00f3n).<\/p>\n\n\n\n A partir de ahora, los europeos tendr\u00e1n que hacer tangibles, mediante realizaciones pol\u00edticas concretas, dos niveles morfol\u00f3gicos de identificaci\u00f3n y solidaridad de grupo (es decir, lo que mantiene unido a un colectivo humano), cada uno de los cuales corresponde a escalas operativas diferentes (nacional, europea), y para los que se est\u00e1 luchando por establecer un nuevo equilibrio identitario. El primer nivel sigue siendo el de la nacionalidad<\/em> como comunidad nacional de seguridad, prosperidad y libertad (escala estatal-nacional). A \u00e9ste se a\u00f1ade \u2014y aqu\u00ed es donde radica nuestra problem\u00e1tica original\u2014 el nivel de la europeidad<\/em> como comunidad europea de seguridad, prosperidad y libertad (escala continental).<\/p>\n\n\n\n Pensar la democracia para los europeos significa pensar la democracia europea <\/em>en relaci\u00f3n con las democracias nacionales de los Estados miembros.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n A estas dos escalas hay que a\u00f1adir una tercera, que va mucho m\u00e1s all\u00e1 del marco de los Estados y los reg\u00edmenes democr\u00e1ticos europeos: la escala de la globalidad<\/em> a trav\u00e9s de la \u00abhumanidad planetaria\u00bb, <\/span>3<\/sup><\/a><\/span><\/span> es decir, como comunidad humana de seguridad, prosperidad y libertad (escala global), en la era del Antropoceno (o Capitaloceno). Transnacionales y transestatales por definici\u00f3n, estos intereses espec\u00edficamente humanos, a escala planetaria y bajo la restricci\u00f3n antropoc\u00e9nica, complican ahora enormemente las tensiones y oportunidades incrustadas de la globalizaci\u00f3n econ\u00f3mica de las \u00faltimas cuatro d\u00e9cadas y la globalizaci\u00f3n cultural en curso desde el siglo XVI. M\u00e1s all\u00e1 del problema de la Europa continental, los riesgos globales actuales \u2014clim\u00e1ticos, ecosist\u00e9micos, pand\u00e9micos, etc.\u2014 nos obligan a inventar nuevas instancias m\u00faltiples para tratar los problemas que dificultan el ajuste identitario de los ciudadanos como miembros de las comunidades de seguridad, prosperidad y libertad de la era cl\u00e1sica estatal-nacional. En esta \u00e9poca pasada, un bucle relativamente sencillo y legible de demandas y ofertas pol\u00edticas estatal-territorializadas podr\u00eda conducir a la reformulaci\u00f3n, ciertamente conflictiva pero a la larga mejorable, de compromisos sociopol\u00edticos adecuados a la resoluci\u00f3n de los problemas pendientes. La legalidad de los reg\u00edmenes, siempre criticable y criticada, podr\u00eda as\u00ed recobrar cr\u00f3nicamente su legitimidad en el ba\u00f1o de \u00f3leo \u2014santo\u2014 de la unci\u00f3n contractualista de los Modernos.<\/p>\n\n\n\n Hoy esto ya no es as\u00ed, y el resultado es que el punto bajo estructural de la pol\u00edtica significa que la \u00abagrupaci\u00f3n pol\u00edtica\u00bb territorializada (Max Weber) y el r\u00e9gimen democr\u00e1tico liberal dentro de la Uni\u00f3n Europea ya no son los \u00fanicos proveedores de identidad pol\u00edtica. Se trata de una nueva limitaci\u00f3n para la legitimidad y la acci\u00f3n pol\u00edticas, con la que ahora debemos ponernos de acuerdo. Las redes normativas de la intersocialidad transnacional, por medio de la relevancia de la gobernanza multilateral y de las comunidades ideol\u00f3gicas de afectos interconectadas globalmente en pr\u00e1cticas digitales masivas, eminentemente manipulables por las \u00abenormes manos\u00bb institucionales p\u00fablicas y privadas, est\u00e1n desafiando el bello acuerdo democr\u00e1tico estatal-nacional.<\/p>\n\n\n\n Llamamos a la triple complicaci\u00f3n de la pol\u00edtica en Europa \u00abla gran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Sin embargo, el nivel de los problemas transnacionales objetivos, y los afectos conscientes relacionados, no deben enga\u00f1arnos en el sentido de que no existe ning\u00fan organismo pol\u00edtico concreto, capaz de una acci\u00f3n central y de un compromiso coordinado, al nivel superior del planeta y de la humanidad. Si bien la escala humana planetaria es, en efecto, el horizonte regulador supremo, no es ni una escala verdaderamente operativa ni la escala en la que se juegan los procesos concretos de politizaci\u00f3n en curso.<\/p>\n\n\n\n En este an\u00e1lisis, por tanto, nos centraremos en las escalas estatal-nacional y europea, y en la cuesti\u00f3n decisiva de su codistribuci\u00f3n. Porque estas dos escalas de problemas y de imaginarios de solidaridad dan lugar, concretamente en la Uni\u00f3n Europea, a una triple complicaci\u00f3n de lo pol\u00edtico engendrada por los efectos de la integraci\u00f3n europea sobre el equilibrio estatal-nacional en las tres dimensiones de lo pol\u00edtico: la polity<\/em> o entidad pol\u00edtica, el r\u00e9gimen pol\u00edtico y la morfolog\u00eda social, <\/span>4<\/sup><\/a><\/span><\/span> sin por ello ofrecer un nuevo equilibrio de lo pol\u00edtico a escala de la Uni\u00f3n Europea. Llamamos a esta triple complicaci\u00f3n de lo pol\u00edtico en Europa \u00abla gran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb. Cualquier proyecto pol\u00edtico nacional o europeo \u2014siendo lo nacional necesariamente europeo, y lo europeo necesariamente nacional\u2014 debe partir de esta ecuaci\u00f3n b\u00e1sica, a riesgo de perder uno de los tres pilares sobre los que se ancla la pol\u00edtica en Europa y quedarse en el camino.<\/p>\n\n\n\n Para apreciar la importancia de esta red de restricciones, hay que volver sobre un cierto n\u00famero de hechos macrosociol\u00f3gicos que, aunque alegremente desatendidos en la gesti\u00f3n cotidiana de lo social, se venga en la realidad de los hechos y en las evoluciones ideol\u00f3gicas que han tenido lugar. Pensar la integraci\u00f3n europea a esta doble escala nacional y europea no nos parece imposible ni carente de sentido si partimos de nuevo de un cierto n\u00famero de verdades primarias a trav\u00e9s de una larga sociolog\u00eda hist\u00f3rica enraizada en una ontolog\u00eda perenne de lo pol\u00edtico. Lo haremos regresando al exigente pensamiento del soci\u00f3logo franc\u00e9s Jean Baechler (1937-2022), cuyo an\u00e1lisis de lo pol\u00edtico constituye la matriz m\u00e1s s\u00f3lida disponible hoy en d\u00eda, para reevaluar la cuesti\u00f3n democr\u00e1tica en Europa desde el punto de vista de sus inseparables dimensiones interna y externa.<\/p>\n\n\n\n Las sociedades humanas son el resultado de una mir\u00edada de actividades, de las cuales la pol\u00edtica, la econom\u00eda, la t\u00e9cnica, la demograf\u00eda y la \u00e9tica no son m\u00e1s que partes. <\/span>5<\/sup><\/a><\/span><\/span> Estas cosas pueden dar lugar a infinitas combinaciones, algunas de las cuales son contingentes y, por tanto, imprevisibles a largo plazo, de modo que cualquier pron\u00f3stico futurol\u00f3gico es cientificismo o profetismo incantatorio.<\/p>\n\n\n\n Hasta ahora, la modernidad ha sido esencialmente economicista. En efecto, desde finales del siglo XVIII, y m\u00e1s a\u00fan en el XIX, la econom\u00eda ha sido considerada como la fuerza cliodin\u00e1mica por excelencia, el \u00abmotor de la historia\u00bb. Desde entonces, se la ha considerado la principal instancia estructuradora de las interacciones sociales, de las redes de flujos e intercambios entre comunidades humanas y de la doble conflictividad interna (amenaza de guerra civil) y externa (amenaza de guerra) de toda unidad pol\u00edtica. Hoy, las distop\u00edas tecnicistas, de la inteligencia artificial a la biorob\u00f3tica, han hecho que la supuesta unidireccionalidad de la tecnolog\u00eda refuerce la supuesta unidireccionalidad econ\u00f3mica de la historia. En ambos casos, la pol\u00edtica no se considera central.<\/p>\n\n\n\n El riesgo de un despertar demasiado brutal es el del p\u00e1nico, que lleva a sustituir el \u00abtodo es pol\u00edtica\u00bb por el \u00abtodo es geopol\u00edtica\u00bb.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Se trata de un error fundamental de apreciaci\u00f3n, cargado de errores pr\u00e1cticos: la econom\u00eda y la t\u00e9cnica siempre dependen hist\u00f3ricamente de la pol\u00edtica para su efecto causal, aunque estas dos instancias tengan sus propios efectos de poder que dan lugar a interferencias perpetuas en sus servicios por parte de los poderes pol\u00edticos, tanto dentro de los reg\u00edmenes como entre las comunidades pol\u00edticas. Pierden de vista las coordenadas primarias del problema pol\u00edtico: la guerra exterior (inter-polity<\/em>) y la guerra interior (guerra civil o intra-polity<\/em>). Sin embargo, este doble problema sigue siendo el fundamento de la historia. Por comodidad, llam\u00e9moslo la doble latencia beligerante de todo orden pol\u00edtico<\/em>, en el sentido apof\u00e1tico de que es imposible<\/em> que la pol\u00edtica no tenga que<\/em> gestionar perpetuamente estos dos escollos perennes de la pacificaci\u00f3n interna y externa, mediante un sistema de poderes instituidos, por un lado, y un sistema internacional sin propiedades de equilibrio externo alguno, por otro.<\/p>\n\n\n\n Esta verdad b\u00e1sica es cegadora, y basta con abrir un solo libro de historia para recordarla. Y sin embargo, desde John Rawls a m\u00e1s tardar, la filosof\u00eda pol\u00edtica se ha centrado esencialmente en la teor\u00eda de la justicia distributiva, a partir de la base primaria de los derechos subjetivos del liberalismo pol\u00edtico. En esto, no es m\u00e1s que un mero efecto cameralista de la democratizaci\u00f3n de masas, ajeno a sus propias condiciones macrosociol\u00f3gicas de posibilidad, <\/span>6<\/sup><\/a><\/span><\/span> a saber: un sistema internacional en equilibrio oligopolar no imperializable que posibilite las exploraciones democr\u00e1ticas territorializadas, entidades pol\u00edticas estables con un policentrismo interno (contrapoderes institucionales y sociales) que no pueda ser atomizado por un poder fuerte, y unas virtudes pol\u00edticas interiorizadas por ciudadanos-dem\u00f3cratas que a\u00fan no hayan deca\u00eddo en derechohabientes utilitaristas, a veces incluso hipercr\u00edticos e ingobernables. <\/span>7<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n La resistencia democr\u00e1tica es precaria, desde arriba y desde abajo, desde fuera y desde dentro.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Cuando esta filosof\u00eda pol\u00edtica tan escolar se enmienda, es para incorporar a su teor\u00eda puramente subsectorial de la democracia los mil y un componentes del \u00abreconocimiento\u00bb (y del prestigio) a la luz de la individuaci\u00f3n indefinida de la persona moderna. Desde el \u00abg\u00e9nero\u00bb hasta el \u00abbienestar social\u00bb, pasando por todas las posibilidades de reconocimiento de la \u00abdignidad\u00bb del individuo, la teor\u00eda pol\u00edtica moderna potencia ciertamente, y de forma saludable, la cotidianidad gerencial con la po\u00e9tica justicialista de lo \u00edntimo, pero al hacerlo se desv\u00eda de su concepto: ser una teor\u00eda pol\u00edtica no parcial y sectorial del r\u00e9gimen pol\u00edtico en tiempos de paz democr\u00e1tica (sin exterioridad peligrosa), sino una teorizaci\u00f3n de lo pol\u00edtico como actividad humana particular a definir, en su esencia transhist\u00f3rica, por un lado, y su determinaci\u00f3n sociol\u00f3gica, por otro, en el curso de la experiencia hist\u00f3rica de las morfolog\u00edas sociales.<\/p>\n\n\n\n\n S\u00f3lo la experiencia inmediata y masiva (la guerra de Ucrania y del Nagorno-Karabaj, el conflicto israelo-palestino, la narcodescomposici\u00f3n interna de Ecuador y M\u00e9xico, los intentos venezolanos de anexionarse el Esequibo de Guyana, la agresi\u00f3n programada de Taiw\u00e1n por China, etc.) de este dato ontol\u00f3gico de la especie humana que es la guerra desde su entrada en el Neol\u00edtico, <\/span>8<\/sup><\/a><\/span><\/span> despierta de vez en cuando el esp\u00edritu et\u00e9reo de nuestra filosof\u00eda pol\u00edtica de su letargo dogm\u00e1tico, sin que se concluya, sin embargo, una exigencia de refundaci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n El riesgo de un despertar demasiado brutal es el del p\u00e1nico, que lleva a sustituir el \u00abtodo es pol\u00edtica\u00bb (la escala nacional y su cuesti\u00f3n de pacificaci\u00f3n interna mediante la sola justicia distributiva) por el \u00abtodo es geopol\u00edtica\u00bb (la escala internacional y su cuesti\u00f3n de supervivencia ante la amenaza de guerra). Pero si un r\u00e9gimen democr\u00e1ticamente equilibrado s\u00f3lo puede sostenerse internamente si es capaz de estabilizar sus aristas externas como entidad pol\u00edtica inserta en un sistema internacional, lo contrario tambi\u00e9n es cierto: las propiedades del sistema internacional siguen dependiendo de los reg\u00edmenes internos de las entidades pol\u00edticas, cuyo mal funcionamiento del poder puede desembocar en cualquier momento en aventuras belicosas, nacionalistas o neoimperialistas. La resistencia democr\u00e1tica es precaria, desde arriba y desde abajo, desde fuera y desde dentro.<\/p>\n\n\n\n El an\u00e1lisis de la pol\u00edtica volver\u00e1 a valerse por s\u00ed mismo cuando la larga sociolog\u00eda hist\u00f3rica de la democracia consagre la teor\u00eda normativa de la justicia pol\u00edtica, y cuando por fin avancemos hacia una teor\u00eda pol\u00edtica unificada<\/em>, hoy intelectualmente balcanizada en silos de especialistas m\u00e1s o menos hemipl\u00e9jicos, m\u00e1s preocupados por las disputas por el prestigio y la vecindad que por identificar las condiciones de posibilidad realistas para la b\u00fasqueda coordinada de bienes p\u00fablicos primarios que garanticen en lo interno la pacificaci\u00f3n mediante la justicia y en lo externo el equilibrio sub-b\u00e9lico global de intereses y poderes. As\u00ed es como debemos pensar la integraci\u00f3n europea.<\/p>\n\n\n\n Antes de plantear la cuesti\u00f3n de una Europa pol\u00edtica, es preciso recordar y definir claramente las coordenadas fundamentales de todo orden pol\u00edtico a trav\u00e9s de las tres nociones conexas de \u00abpolity<\/em>\u00bb, \u00abr\u00e9gimen pol\u00edtico\u00bb y \u00abmorfolog\u00eda social\u00bb. En cuarto lugar, tambi\u00e9n deben aclararse las propiedades hist\u00f3ricas del sistema internacional (transpolity<\/em>) que engloba la constelaci\u00f3n de los tres, en cada \u00e9poca, porque ah\u00ed reside gran parte de la din\u00e1mica de conjunto. Definamos estas cuatro grandes dimensiones del an\u00e1lisis de lo pol\u00edtico de Jean Baechler: polity<\/em>, r\u00e9gimen pol\u00edtico, morfolog\u00eda social y sistemas transpol\u00edticos.<\/p>\n\n\n\n La noci\u00f3n gen\u00e9rica de polity <\/em>designa toda unidad pol\u00edtica soberana, con capacidad estatal interna y externa, independientemente de las reglas de juego instituidas en su seno (r\u00e9gimen<\/em>). La polity<\/em> es b\u00e1sicamente una \u00abcomunidad de seguridad\u00bb territorial con dos caras. Internamente, es responsable de pacificar las interacciones sociales de todo tipo. En el exterior, forma parte de un sistema de interacci\u00f3n entre al menos dos polities<\/em>, en el que la guerra siempre est\u00e1 estructuralmente latente, a pesar del desarrollo del derecho internacional, las pr\u00e1cticas diplom\u00e1ticas y los reg\u00edmenes internacionales, ya sean formales o informales. Es la naturaleza del r\u00e9gimen pol\u00edtico, y los principios que justifican ideol\u00f3gicamente la labor de pacificaci\u00f3n interna y externa, lo que define si estamos ante algo m\u00e1s que una \u00abcomunidad de seguridad\u00bb simplemente coercitiva, a saber, una comunidad de paz mediante la justicia a trav\u00e9s de la aplicaci\u00f3n de intereses p\u00fablicos comunes normalizados (libertades sociales, bienestar humano, sostenibilidad de los ecosistemas, etc.).<\/p>\n\n\n\n La polity<\/em> es b\u00e1sicamente una \u00abcomunidad de seguridad\u00bb territorial con dos caras.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Un r\u00e9gimen pol\u00edtico<\/em> determina las reglas del juego que se aplican a todas las partes interesadas (individuos, grupos y redes) en el sistema de interacci\u00f3n social, garantizado por la capacidad estatal de una entidad pol\u00edtica. Estas reglas del juego est\u00e1n definidas por principios de legitimidad, normas con fuerza de ley y procedimientos m\u00e1s o menos formalizados hist\u00f3ricamente. Todo r\u00e9gimen pol\u00edtico implica un tipo particular de obligaci\u00f3n pol\u00edtica, es decir, una forma de que los gobernados pongan el poder instituyente en manos de los detentadores concretos del poder mediante un cierto n\u00famero de outputs<\/em> tangibles (internos y externos) y la sumisi\u00f3n de los miembros de la sociedad a las reglas de juego p\u00fablicas. Para ello, organiza la distribuci\u00f3n social entre los tres modos fundamentales de poder siguientes: poder, autoridad y direcci\u00f3n. <\/span>9<\/sup><\/a><\/span><\/span> El poder representa la capacidad coercitiva y asim\u00e9trica en \u00faltima instancia, que implica la obligaci\u00f3n a trav\u00e9s de la persuasi\u00f3n pasional o racional. La direcci\u00f3n corresponde a la capacidad de resolver, de forma competente y eficaz, los problemas que surgen y no pueden quedar sin resolver en la oferta pol\u00edtica, a menos que se intensifiquen los conflictos sociales, las tensiones y las rupturas del equilibrio interno de las comunidades pol\u00edticas.<\/p>\n\n\n\n De las formas de composici\u00f3n de los tres modos de poder se derivan anal\u00edticamente, y se atestiguan hist\u00f3ricamente, tres tipos principales de r\u00e9gimen: autocracia, jerocracia y democracia. La autocracia favorece el modo de poder coercitivo. La jerocracia favorece el modo de autoridad a trav\u00e9s de un contrato de autorizaci\u00f3n sagrado desde arriba que determina los t\u00e9rminos del segundo contrato desde abajo que vincula al vicario temporal de lo sagrado y a sus s\u00fabditos obedientes. La democracia hace de los iguales de la sociedad la \u00fanica fuente de poder, y favorece el modo de gesti\u00f3n del poder respaldado por la autoridad de las reglas del juego constitucional.<\/p>\n\n\n\n A pesar de todas las variaciones hist\u00f3ricas de las formas de gobierno, la finalidad directa y objetiva de lo pol\u00edtico es garantizar la paz mediante la justicia, tanto interna como externa, evitando (mediante la ley, el derecho, la equidad y la pol\u00edtica exterior) que las diferencias de posici\u00f3n (riqueza, poder, prestigio), que a veces son funcionalmente necesarias (por ejemplo, para crear riqueza, coordinar, tomar decisiones o actuar con eficacia) escalen hasta convertirse en conflictos abiertos a trav\u00e9s de cr\u00edmenes astutos, violencia interpersonal, guerra civil entre grupos sociales o guerra externa entre polities<\/em>. Las especificidades del funcionamiento institucional de los distintos sistemas democr\u00e1ticos (parlamentario, semipresidencial, presidencial) deben considerarse subordinadas a esta estructura fundamental de poder, que es la fuente de la paz y la estabilidad, o de la ruptura del equilibrio y el conflicto abierto, tanto interna como externamente.<\/p>\n\n\n\n Por transpolity<\/em> o \u00absistema internacional\u00bb <\/span>10<\/sup><\/a><\/span><\/span> entendemos cualquier sistema de acci\u00f3n entre al menos dos polities <\/em>capaz de volver real la posibilidad siempre latente de la guerra entre ellas, o de impedirla implacablemente mediante la diplomacia, la pol\u00edtica exterior y, en los tiempos modernos, el derecho internacional. A diferencia de una polity<\/em>, una transpolity<\/em> no implica un bloqueo del poder a un nivel superior de determinaci\u00f3n \u00faltima de la posibilidad de la guerra. En otras palabras, mediante la instituci\u00f3n de un r\u00e9gimen pol\u00edtico, una polity<\/em> puede emerger institucionalmente del estado de naturaleza ontol\u00f3gico de lo social, mientras que un sistema de acci\u00f3n transpol\u00edtico nunca puede hacerlo definitivamente: a lo sumo, puede dar lugar a estrategias de reequilibrio de las diferencias de poder entre polities<\/em>, con el fin de estabilizar una homeostasis oligopolar mediante un juego realista de alianzas e inversiones de alianzas, con el fin de impedir que uno o varios poderes aliados hegemonicen la totalidad de un espacio transpol\u00edtico. El sistema de acci\u00f3n transpol\u00edtico es una restricci\u00f3n fundamental para la evoluci\u00f3n de las polities<\/em>, sus reg\u00edmenes pol\u00edticos y las morfolog\u00edas sociales subyacentes en cada periodo de la historia.<\/p>\n\n\n\n La naci\u00f3n condensa la ficci\u00f3n hist\u00f3rica del ser solidario de la unidad pol\u00edtica de referencia.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Las transpolities<\/em> o \u00absistemas de relaciones internacionales\u00bb se dividen en cuatro grandes tipos, cada uno con sus propiedades m\u00e1s o menos beligerantes: 1) unipolar (exceso de poder de una sola polity<\/em>), 3) bipolar (mediante una doble estabilidad hegem\u00f3nica de bloques), 3) polipolar (numerosas polities<\/em> en guerra perpetua, por ejemplo, el periodo de los \u00abReinos Combatientes\u00bb en China), y 4) oligopolar (de cinco a siete polities<\/em> en equilibrio, bloqueando cualquier unificaci\u00f3n imperial). Adem\u00e1s, las transpolities<\/em> pueden ser m\u00e1s o menos homog\u00e9neas o heterog\u00e9neas en funci\u00f3n de la naturaleza de los reg\u00edmenes pol\u00edticos de cada una de las entidades pol\u00edticas implicadas, de la intensidad de los contactos entre ellas, de sus respectivos coeficientes de movilizaci\u00f3n del poder y de las diferencias culturales o incluso civilizacionales.<\/p>\n\n\n\n Por \u00faltimo, la morfolog\u00eda social<\/em> garantiza la funci\u00f3n de lazo solidario de las unidades b\u00e1sicas del sistema social, hist\u00f3ricamente variables y vinculadas a la consecuci\u00f3n de todos los fines humanos (demogr\u00e1ficos, educativos, sanitarios, t\u00e9cnicos, econ\u00f3micos, pol\u00edticos, \u00e9ticos, religiosos, etc.). Este lazo puede desglosarse en dos dimensiones complementarias: 1) en primer lugar, la coherencia objetiva<\/em>, que significa que \u00abse mantiene unido\u00bb a trav\u00e9s de una mara\u00f1a de interdependencias en funci\u00f3n de los problemas que hay que resolver, pero tambi\u00e9n en virtud de la presi\u00f3n externa, geopol\u00edtica y medioambiental ejercida sobre el conjunto; 2) en segundo lugar, la cohesi\u00f3n subjetiva<\/em>, que se refiere al hecho de que los elementos b\u00e1sicos \u00abse mantienen unidos\u00bb a trav\u00e9s de pasiones<\/em> que brindan seguridad (dominaci\u00f3n o dependencia), intereses<\/em> (costo-beneficio) y representaciones<\/em> ideales (ficci\u00f3n unitaria). Esta mezcla de pasiones, intereses y representaciones no es en absoluto el resultado de una racionalidad estrat\u00e9gica exclusivamente, ni de una simple relaci\u00f3n de expresi\u00f3n de lo material en lo ideal.<\/p>\n\n\n\n Hist\u00f3ricamente, podr\u00edamos decir como Jean Baechler que la banda<\/em> (con sus facies culturales \u00e9tnicas), la tribu<\/em> (con su ideolog\u00eda de parentesco), la ciudad<\/em> (con su ideolog\u00eda pol\u00edtica), las castas<\/em> (India), la ciudad-capital<\/em> (Asia anterior), el mercado-centro<\/em> (China), el feudalismo<\/em> (Francia y Jap\u00f3n) y la naci\u00f3n<\/em> (primero en Europa, luego en todas partes como producto de exportaci\u00f3n poscolonial) han sido las principales formas de socialidad o solidaridad social. Es probable que esta tipolog\u00eda hist\u00f3rica <\/span>11<\/sup><\/a><\/span><\/span> rompa con la gran divisi\u00f3n durkheimiana, emp\u00edricamente subcompleja y de un evolucionismo resolutivo, entre sociedades segmentarias con \u00absolidaridad mec\u00e1nica\u00bb y sociedades de individuos en la moderna divisi\u00f3n del trabajo social con \u00absolidaridad org\u00e1nica\u00bb. <\/span>12<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n En el contexto europeo, destacar\u00edamos la especificidad hist\u00f3rica de la morfolog\u00eda de la naci\u00f3n, que asegura la cohesi\u00f3n de los individuos (y no de segmentos de grupos, linajes u otros) en relaci\u00f3n equidistante a un centro focal del imaginario social; la naci\u00f3n condensa la ficci\u00f3n hist\u00f3rica del ser solidario de la unidad pol\u00edtica de referencia. Durante la modernidad, la ficci\u00f3n jur\u00eddica del \u00abpueblo\u00bb a\u00f1adi\u00f3 a esto el motivo del derecho natural y la autoconstituci\u00f3n pol\u00edtica de lo social mediante el contractualismo y la ideolog\u00eda de la autolegislaci\u00f3n republicanista de lo social.<\/p>\n\n\n\n La justicia democr\u00e1tica que asegura la estabilidad de los t\u00e9rminos del intercambio pol\u00edtico es de un tipo muy especial. Est\u00e1 ordenada a la producci\u00f3n de intereses comunes primarios internos y externos que delimitan el per\u00edmetro de lo p\u00fablico, por oposici\u00f3n al espacio de lo privado. S\u00f3lo esto legitima la delegaci\u00f3n de posiciones de poder que se perciben como necesarias, competentes y eficaces, por oposici\u00f3n a la autocracia y la jerocracia.<\/p>\n\n\n\n Si estos bienes comunes no se producen en cantidad suficiente, la cr\u00edtica interna siempre latente (social, pol\u00edtica, econ\u00f3mica, \u00e9tica) se reanuda, crece y ruge en las audiencias a trav\u00e9s de los empresarios pol\u00edticos (individuos, grupos, organizaciones, medios). Esta cr\u00edtica nunca opera ex nihilo<\/em>, sino siempre vinculando problemas objetivos de suboptimidad y gram\u00e1ticas ideol\u00f3gicas de justicia sedimentadas en lenguajes y memorias pol\u00edticas. La estabilidad del contrato social (de la democracia a trav\u00e9s de los equilibrios del intercambio pol\u00edtico) debe considerarse, por tanto, como la infraestructura cr\u00edtica de las infraestructuras cr\u00edticas<\/em>: la metainfraestructura cr\u00edtica. Cuando \u00e9sta vacila, se resquebraja y colapsa, todo lo dem\u00e1s (seguridad, prosperidad y libertad) se ve amenazado de derrumbe.<\/p>\n\n\n\n Lo que queremos establecer aqu\u00ed es la prevalencia de la cuesti\u00f3n democr\u00e1tica sobre la econ\u00f3mica y, hasta cierto punto, la geopol\u00edtica.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n M\u00e1s all\u00e1 de ciertos umbrales de desequilibrio e inestabilidad (y estos umbrales son, por supuesto, hist\u00f3ricamente variables, en funci\u00f3n del sentimiento hist\u00f3rico medio de justicia y de las coaliciones contingentes entre grupos sociales cr\u00edticos), el modo potencia (coerci\u00f3n) del poder reabsorbe el modo autoridad (normado por principios jur\u00eddicos), as\u00ed como el modo direcci\u00f3n (competencia de los gobernantes para responder a las demandas de los gobernados). Asistimos as\u00ed a una transici\u00f3n de fase del r\u00e9gimen democr\u00e1tico a una subvariante \u00abautoritaria\u00bb. Cualquiera que sea la convenci\u00f3n verbal utilizada para describir esta transformaci\u00f3n autoritaria del contrato democr\u00e1tico disfuncional (\u00abdemocracia antiliberal\u00bb desde Fareed Zakaria, \u00abautoritarismo competitivo\u00bb con Steven Levitsky, democracia plebiscitaria o populista, o \u00abdemocracia hegem\u00f3nica\u00bb con Alain Rouqui\u00e9), <\/span>13<\/sup><\/a><\/span><\/span> se desarrolla generalmente en cinco fases fundamentales, en las que los choques ex\u00f3genos (guerra o crisis econ\u00f3mica, en particular) act\u00faan como potentes catalizadores:<\/p>\n\n\n\n a) una franja de las \u00e9lites se separa sem\u00e1nticamente del resto de las \u00e9lites sociales (cuya experiencia de clase comparten no obstante) denunciando lo sub\u00f3ptimo y atribuyendo su eficacia a las \u00e9lites olig\u00e1rquicas que secuestran el bien com\u00fan para sus intereses privados (denuncia de la democracia saliente como captura olig\u00e1rquica de los principios de la autoconstituci\u00f3n pol\u00edtica del pueblo y de la naci\u00f3n);<\/p>\n\n\n\n b) esta secesi\u00f3n intraelitista se dirige a los grupos sociales que salen perdiendo con el sistema sub\u00f3ptimo, sobre la base de an\u00e1lisis causales simplistas (ideol\u00f3gicos) pero ret\u00f3ricamente eficaces, destinados a atribuir los complejos resultados agregados del sistema sub\u00f3ptimo a una responsabilidad intencionada (un actor concreto, un grupo social concreto culpable, problemas, etc.);<\/p>\n\n\n\n c) se pone en marcha una l\u00f3gica de encarnaci\u00f3n de las experiencias sociales perdedoras y de su mediana sensaci\u00f3n de justicia entre los empresarios pol\u00edticos denunciantes y las bases sociol\u00f3gicas, minoritarias al principio, mayoritarias despu\u00e9s, en cuanto la semantizaci\u00f3n ideol\u00f3gica produce una solidificaci\u00f3n de afectos de mayor fuerza que los afectos de las ofertas pol\u00edticas adversas;<\/p>\n\n\n\n d) una vez que el poder pol\u00edtico ha reca\u00eddo en esta franja de \u00e9lite secesionista, aliada a una base social mayoritaria ideol\u00f3gicamente afectada, comienza a poner en segundo plano el modo \u00abautoridad\u00bb y el modo \u00abliderazgo\u00bb en favor del modo \u00abcoerci\u00f3n\u00bb del poder, deconstruyendo las reglas del juego constitucional, el Estado de derecho y la sociolog\u00eda concreta de los contrapoderes, empezando por la independencia de los medios de comunicaci\u00f3n y la libertad de asociaci\u00f3n y de expresi\u00f3n cr\u00edtica en la sociedad civil;<\/p>\n\n\n\n e) para hacer aceptable esta concentraci\u00f3n de poder-potencia y estos retrocesos del policentrismo democr\u00e1tico, el nuevo personal pol\u00edtico autoritario instaura un clientelismo electoral diferencialista: se esfuerzan por distribuir los bienes comunes primarios (seguridad, prosperidad, libertades) en funci\u00f3n de los intereses privados de nichos electorales ideol\u00f3gicamente adquiridos, como si se tratara de bienes \u00abrivales\u00bb y \u00abexclusivos\u00bb que deben reservarse \u00fanicamente a los \u00abnacionales\u00bb, a riesgo de derogar ciertos principios generales de los derechos humanos independientemente de los derechos y deberes estrictos de la ciudadan\u00eda.<\/p>\n\n\n\n Es el riesgo de erosi\u00f3n imparable de la democracia el que acecha a Europa y al resto de Occidente.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n Una vez traspasado el umbral autoritario de la democracia, no hay punto sustancial que impida el desentra\u00f1amiento de las reglas de juego constitucionales, la erosi\u00f3n del policentrismo interno o la corrupci\u00f3n ideol\u00f3gica del debate p\u00fablico, de las virtudes c\u00edvicas y pol\u00edticas que permitir\u00edan destituir a los titulares autoritarios de los puestos de poder en las pr\u00f3ximas elecciones, y sin violencia abierta. <\/span>14<\/sup><\/a><\/span><\/span> Ning\u00fan imperativo de sostenibilidad ecol\u00f3gica, econ\u00f3mica, social o geopol\u00edtica puede alcanzarse ni mantenerse adecuadamente sin la producci\u00f3n de seguridad democr\u00e1tica<\/em>. Sin embargo, como veremos, la seguridad democr\u00e1tica se ve sustancialmente debilitada por la propia arquitectura del orden jur\u00eddico-pol\u00edtico europeo y su din\u00e1mica estructural. Lo que pretendemos establecer aqu\u00ed, como premisa primordial de toda reflexi\u00f3n y propuesta relativa a la Europa pol\u00edtica, es la prevalencia de la cuesti\u00f3n democr\u00e1tica sobre la econ\u00f3mica y, en cierta medida, la geopol\u00edtica.<\/p>\n\n\n\n En efecto, es este riesgo de erosi\u00f3n imparable de la democracia el que acecha a Europa y al resto de Occidente, pero con la singularidad europea de la din\u00e1mica estructural entr\u00f3pica propia de la integraci\u00f3n europea. \u00c9sta est\u00e1 distorsionando de un modo sin precedentes el equilibrio de lo pol\u00edtico estabilizado por la modernidad estatal-nacional. Las tres dimensiones de la polity<\/em>, el r\u00e9gimen pol\u00edtico y la morfolog\u00eda social est\u00e1n siendo corro\u00eddas por los avances de la integraci\u00f3n europea. <\/span>15<\/sup><\/a><\/span><\/span> Pero lejos de rechazar el proyecto europeo, en un momento en que su necesidad se afirma con nueva claridad a la luz de los bienes primarios continentales que exige el siglo XXI, nuestro an\u00e1lisis de la \u00abgran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb aboga, por el contrario, por una Europa pol\u00edtica \u2014y m\u00e1s a\u00fan por una democracia europea<\/em>\u2014 capaz de restablecer el equilibrio de lo pol\u00edtico en Europa mediante un reordenamiento fundamental de lo estatal-nacional y lo europeo.<\/p>\n\n\n\n En el plano de la polity<\/em>, la integraci\u00f3n europea difumina las fronteras de las pol\u00edticas nacionales (Estados miembros) e infunde muchas dudas a los ciudadanos sobre las verdaderas ra\u00edces de la soberan\u00eda contempor\u00e1nea. Del centro institucional de la Uni\u00f3n Europea mana una pretensi\u00f3n que compite con las soberan\u00edas nacional y estatal. El Tribunal de Justicia de la Uni\u00f3n Europea (TJUE), sin pronunciar la palabra, ha impuesto, en sentencias de principio dictadas a lo largo de varias d\u00e9cadas, una gram\u00e1tica del efecto \u00fatil (de sus condiciones existenciales) del derecho de la Uni\u00f3n Europea y de sus principios de efecto directo y de primac\u00eda absoluta del derecho europeo sobre el derecho nacional, aunque sea de rango constitucional. A este menoscabo de la base constitucional de las entidades pol\u00edticas de los Estados miembros se suma \u2014desde 2015 en el caso del terrorismo yihadista, desde 2016 con la elecci\u00f3n de Donald Trump y desde 2022 en el caso de la guerra convencional en suelo europeo\u2014 la creciente conciencia del desajuste entre la escala estatal-nacional y la escala de los retos de seguridad del siglo XXI. De este modo, la integraci\u00f3n europea est\u00e1 perturbando las polities<\/em> estatal-nacionales tanto en el exterior (incertidumbre sobre la capacidad colectiva para hacer frente a la guerra) como en el interior (debilitamiento del poder de decisi\u00f3n en materia de justicia con vistas a la pacificaci\u00f3n interna).<\/p>\n\n\n\n Nuestro an\u00e1lisis de la \u00abgran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb aboga, por el contrario, por una Europa pol\u00edtica \u2014y m\u00e1s a\u00fan por una democracia europea<\/em>\u2014.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n En lo que respecta al sistema democr\u00e1tico, la superposici\u00f3n del nivel jur\u00eddico-pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea est\u00e1 produciendo graves efectos de inercia a nivel de los sistemas pol\u00edticos nacionales. La Europa de las normas y del mercado interior encierra a las democracias nacionales en una \u00abconstituci\u00f3n econ\u00f3mica y presupuestaria europea\u00bb. Estas democracias experimentan una tendencia a la baja del poder presupuestario parlamentario<\/em> (en t\u00e9rminos de capacidad de direcci\u00f3n de la pol\u00edtica presupuestaria y de volumen global del presupuesto p\u00fablico disponible) y una p\u00e9rdida de sustancia fiscal. <\/span>16<\/sup><\/a><\/span><\/span> La capacidad del r\u00e9gimen pol\u00edtico para traducir las preferencias de los ciudadanos en pol\u00edticas p\u00fablicas estructurantes disminuye en consecuencia. La papeleta electoral del ciudadano pierde su valor de cambio pol\u00edtico, se \u00abdesmonetiza\u00bb. Sin embargo, esta p\u00e9rdida no se recupera a nivel del sistema pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea debido a la extrema debilidad del presupuesto europeo, que ronda el 1% del PIB de la Uni\u00f3n Europea: un presupuesto t\u00e9cnico que, a modo de comparaci\u00f3n, lo acerca al presupuesto de la Agencia Francesa de Desarrollo (0.55% del PIB franc\u00e9s).<\/p>\n\n\n\n Sistema de protecci\u00f3n de los derechos fundamentales \u00fanico en el mundo, poderoso mercado interior capaz de imponer sus normas a Estados Unidos y China, primera potencia comercial, sistema jur\u00eddico-pol\u00edtico supranacional sin parang\u00f3n, la Uni\u00f3n Europea se ve sin embargo en su realidad pol\u00edtica como un superorganismo regulador que produce normas y desarrollo sectorial (agricultura, pesca, financiaci\u00f3n de la investigaci\u00f3n, etc.) y territorial (fondos estructurales regionales). En su estado actual, no puede pretender ser una democracia en el verdadero sentido de la palabra, con un Parlamento dotado de un verdadero poder presupuestario capaz de producir pol\u00edticas p\u00fablicas estructurantes de acuerdo con las preferencias de los ciudadanos. Esta ausencia de una democracia que produzca en concreto \u00abintereses comunes\u00bb a nivel del r\u00e9gimen pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea pesa mucho sobre las democracias nacionales, que a su vez experimentan una politizaci\u00f3n negativa. La oposici\u00f3n cl\u00e1sica, basada en la confrontaci\u00f3n entre las diferentes grandes opciones de pol\u00edtica p\u00fablica, est\u00e1 siendo sustituida gradualmente por una oposici\u00f3n de principios, en la que la divisi\u00f3n principal se basa ahora en la cuesti\u00f3n de la adhesi\u00f3n a los valores que conforman la Uni\u00f3n Europea, el respeto del Estado de derecho y las normas democr\u00e1ticas, y las grandes orientaciones geopol\u00edticas, empezando por la relaci\u00f3n con la Rusia de Putin. <\/span>17<\/sup><\/a><\/span><\/span> Como resultado, Europa est\u00e1 sufriendo una p\u00e9rdida total de sustancia democr\u00e1tica tanto a nivel estatal-nacional como de la Uni\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n La Europa de las normas y del mercado interior encierra a las democracias nacionales en una \u00abconstituci\u00f3n econ\u00f3mica y presupuestaria europea\u00bb.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n A nivel de morfolog\u00eda social, los potentes efectos de polarizaci\u00f3n social y territorial generados por una globalizaci\u00f3n madura (fragmentaci\u00f3n de las cadenas de valor mundiales) y una re-regionalizaci\u00f3n articulada en torno a rivales sist\u00e9micos como Estados Unidos y China, se ven agravados en Europa por el sistema jur\u00eddico-pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea, que cataliza la globalizaci\u00f3n al tiempo que obstaculiza la capacidad de respuesta de los reg\u00edmenes estatal-nacionales. Como consecuencia de los choques externos, los intereses creados y las pasiones pol\u00edticas internas, se instala un sentimiento de discordia, surgen vulnerabilidades democr\u00e1ticas que alimentan sentimientos nacionalistas, o incluso etnoidentitarios, en amplios sectores de la sociedad, mientras que ciertas franjas de \u00e9lite, estructuralmente (ultra)minoritarias en t\u00e9rminos num\u00e9ricos, desplazan progresivamente sus lealtades pol\u00edticas y afectivas hacia la escala supranacional y\/o mundial, utilizando en su caso estrategias de escapismo fiscal y c\u00edvico.<\/p>\n\n\n\n El continente europeo est\u00e1 descubriendo la ecuaci\u00f3n que tendr\u00e1 que resolver para el siglo XXI: las cuestiones de seguridad de todo tipo (desde la militar hasta la medioambiental, sin olvidar las migraciones) parecen sobrepasar manifiestamente la capacidad de respuesta de las pol\u00edticas estatales-nacionales europeas, sin que por ello pueda esperarse, en un plazo razonable, el advenimiento de una morfolog\u00eda social y un r\u00e9gimen pol\u00edtico sincronizados a escala de la Uni\u00f3n Europea (un s\u00faper-Estado federal europeo). La morfolog\u00eda social de las naciones europeas y el anclaje estatal-nacional del principio de soberan\u00eda parece que perdurar\u00e1n durante el resto del siglo. \u00bfC\u00f3mo resolver, pues, el reto de la \u00abgran destriplicaci\u00f3n europea\u00bb a partir de las coordenadas seculares del continente?<\/p>\n\n\n\n La ausencia de una democracia que produzca en concreto \u00abintereses comunes\u00bb a nivel del r\u00e9gimen pol\u00edtico de la Uni\u00f3n Europea pesa mucho sobre las democracias nacionales.<\/p>Alexandre Escudier y Nicolas Leron<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n1 \u2014 La doble latencia beligerante de lo pol\u00edtico o el car\u00e1cter incompleto de la filosof\u00eda pol\u00edtica<\/h2>\n\n\n\n
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\n <\/picture>\n 2 \u2014 Los cuatro puntos cardinales de lo pol\u00edtico: \u00abpolity<\/em>\u00bb o entidad pol\u00edtica, \u00abr\u00e9gimen\u00bb, \u00abmorfolog\u00eda\u00bb y \u00abtranspolity<\/em>\u00bb<\/h2>\n\n\n\n
3 \u2014 La democracia como infraestructura cr\u00edtica de las infraestructuras cr\u00edticas<\/h2>\n\n\n\n
4 \u2014 La gran destriplicaci\u00f3n europea<\/h2>\n\n\n\n