{"id":2858,"date":"2022-02-15T17:36:10","date_gmt":"2022-02-15T17:36:10","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=2858"},"modified":"2022-05-31T16:07:12","modified_gmt":"2022-05-31T15:07:12","slug":"europa-el-mito-como-metafora","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2022\/02\/15\/europa-el-mito-como-metafora\/","title":{"rendered":"Europa: el mito como met\u00e1fora\u00a0"},"content":{"rendered":"\n

Si hasta hace muy poco tiempo los historiadores pensaban que en la lengua griega primitiva la palabra \u00ab Europa \u00bb significaba \u00ab sol poniente \u00bb, ahora sabemos que lo que los griegos llamaban Europa era simplemente \u00ab el continente \u00bb, es decir, un espacio que no era una de sus innumerables islas. Con el tiempo, desde las incursiones b\u00e9licas hasta las ocupaciones territoriales, esa definici\u00f3n negativa se enriqueci\u00f3 con una connotaci\u00f3n positiva. Bajo la influencia de los mitos creados por Roma, el continente b\u00e1rbaro se convirti\u00f3 en sin\u00f3nimo de civilizaci\u00f3n, pues se empez\u00f3 a fusionar con un territorio civilizado gracias a la intervenci\u00f3n romana. Por otra parte, Grecia, cuyos ej\u00e9rcitos se hab\u00edan atrevido a incendiar las murallas de Ili\u00f3n, qued\u00f3 asimilada a un burdo Otro<\/em>, de modo que Eneas, el pr\u00edncipe troyano derrotado y m\u00edtico fundador de Roma, pudo vengarse. Cuando se encuentra con su padre Anquises en el reino de los muertos, Eneas oye al fantasma profetizar la futura gloria imperial de Roma.<\/p>\n\n\n\n

El inter\u00e9s por la lectura de mitos puede surgir de la b\u00fasqueda de al menos dos objetivos. El primero pretender\u00eda extraer de la historia todos los significados que parecieran estar justificados por la evidencia emp\u00edrica, objetivo que podr\u00edamos llamar \u00ab hist\u00f3rico \u00bb, y a trav\u00e9s del cual, en el caso del mito del toro y Europa, saldr\u00edan a la luz los lazos que mantuvo Grecia con la civilizaci\u00f3n fenicia y con la sociedad minoica y sus ceremonias taurinas. El otro objetivo nos llevar\u00eda a introducir en el mito interpretaciones que carecen de justificaci\u00f3n hist\u00f3rica, pero que le otorgan un sentido cultural in\u00e9dito, tendencia a la que podr\u00edamos llamar \u00ab ficticia \u00bb, en el sentido del concepto escol\u00e1stico de fictivus<\/em>, que le permite al poeta o al lector ir m\u00e1s all\u00e1 de la exploraci\u00f3n racional de la realidad. Un mito como el de Europa servir\u00eda como met\u00e1fora para cualquiera de estos prop\u00f3sitos.<\/p>\n\n\n\n

Montesquieu defini\u00f3 a Europa como un Estado \u00fanico compuesto por varias provincias. Unidas bajo un mismo nombre, esas nacionalidades \u00ab provinciales \u00bb eligieron colectivamente un mito que las definiera. <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span> El mito elegido autorizaba la hegemon\u00eda que deseaba el conjunto de naciones, ya que seleccionar un mito por encima de otros denotaba cierta superioridad imaginaria, una prerrogativa imperialista impl\u00edcita conferida por la mitolog\u00eda elegida, una voluntad de preservar los derechos antiguos que justifica los derechos ulteriores. Atenea ofreciendo el olivo a la ciudad de Atenas, el hijo de Venus concibiendo los planos de la futura ciudad de Roma, Ulises fundando la ciudad de Lisboa eran todos mitos que otorgaban impl\u00edcitamente prerrogativas divinas a los atenienses, romanos y portugueses. El mito de Europa raptada por el toro contribuy\u00f3 a definir el Estado colectivo que Montesquieu imagin\u00f3 como una sociedad que existe bajo la \u00e9gida de una figura fundadora, Europa, elegida inter mulieribus<\/em> por el dios supremo del Olimpo.<\/p>\n\n\n\n

Un mito es un relato que adquiere, con el tiempo, un significado metaf\u00f3rico que trasciende la imaginaci\u00f3n individual de cualquier lector. Ya sea que surja de acontecimientos hist\u00f3ricos, de sue\u00f1os inconscientes o de enso\u00f1aciones conscientes, el imaginario de una sociedad lo refleja en su presente, su pasado y su futuro, hasta que, misteriosamente, pierde fuerza y desaparece. Algunos mitos tienen una vida m\u00e1s larga que sus hermanos, otros sufren cambios tan profundos que se vuelven casi irreconocibles, de modo que es posible definir el mito como el producto de la imaginaci\u00f3n de un poeta, y que es transformado por la imaginaci\u00f3n de la sociedad, en la que se alberga como emblema o como met\u00e1fora.<\/p>\n\n\n\n

Los mitos se transforman, se alteran, se retoman y se convierten en met\u00e1foras seg\u00fan las necesidades de una \u00e9poca y un lugar. <\/p>alberto manguel<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Los mitos se transforman, se alteran, se retoman y se convierten en met\u00e1foras seg\u00fan las necesidades de una \u00e9poca y un lugar. Pero el mito, por muy modificado que est\u00e9, en esencia sigue siendo intr\u00ednsecamente el mismo porque no surge de una fantas\u00eda arbitraria, sino que es una manifestaci\u00f3n concreta de ciertas intuiciones primordiales individuales y sociales. \u00ab Los mitos nos intrigan \u00bb, dice el junguiano Craig Stephenson, \u00ab porque sus relatos son m\u00e1s profundos que la simple narraci\u00f3n de una buena historia. Se sienten cargados de un significado que es a la vez elemental y compartido. Quiz\u00e1 no sorprenda que los mitos vivan y mueran, vayan y vengan, ya que pueden perder su solidez y su significado en una versi\u00f3n o un contexto determinados. Pero \u00bfqu\u00e9 ocurre exactamente cuando un mito aparece, desaparece y vuelve a aparecer, repetidamente, como si se opusiera a los tiempos, como si protestara por su valor? \u00bfUn mito no s\u00f3lo est\u00e1 dotado de sentido, sino tambi\u00e9n de vigor y determinaci\u00f3n? \u00bb. <\/span>2<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Nachleben<\/em><\/strong> de un mito<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Si bien puede disfrazar al mito, la intenci\u00f3n ficticia nunca podr\u00e1 eliminar su esqueleto ancestral, incluso arquet\u00edpico. La historia del rapto de Europa, probablemente imaginada por primera vez en la Edad de Bronce, se populariz\u00f3 en Roma gracias a Ovidio. <\/span>3<\/sup><\/a><\/span><\/span> Sea cual sea la historia original de la muchacha y el toro, en la versi\u00f3n de Ovidio se convirti\u00f3 en la historia de una transformaci\u00f3n: de la virgen Europa a la compa\u00f1era sexual de Zeus; de la princesa a la reina y madre de reyes; de la nativa de un pa\u00eds a la migrante forzada, lo que justific\u00f3 que Ovidio la incluyera en sus Metamorfosis<\/em>, un libro que afirmaba impl\u00edcitamente el traspaso del imaginario<\/em> griego al de Roma.<\/p>\n\n\n\n

El nombre del mito var\u00eda seg\u00fan la lengua en la que se cuente: \u00ab rape<\/em> \u00bb en ingl\u00e9s o \u00ab rapto \u00bb en espa\u00f1ol pueden referirse a la violencia f\u00edsica, no s\u00f3lo al secuestro. El alem\u00e1n \u00ab Entf\u00fchrung<\/em> \u00bb y el franc\u00e9s \u00ab enl\u00e8vement<\/em> \u00bb no implican necesariamente una violaci\u00f3n. Pero empieza a implicar violaci\u00f3n en cuanto Zeus se involucra: se cre\u00eda que el dios del Olimpo era culpable de al menos media docena de violaciones, la mayor\u00eda de las cuales tuvieron como resultado la posterior aceptaci\u00f3n del fruto del crimen por parte de la mujer violada; sus hijos se convirtieron en h\u00e9roes, a veces dotados de inmortalidad. <\/span>4<\/sup><\/a><\/span><\/span> En el imaginario griego, la violaci\u00f3n por parte de un dios se juzgaba por sus consecuencias.<\/p>\n\n\n\n

La imaginaci\u00f3n po\u00e9tica \u2014Zeus herido por Eros\u2014 evoc\u00f3 un acto er\u00f3tico tan violento como culpable, que dar\u00eda lugar a la denominaci\u00f3n de todo un continente. Las flechas de Eros pueden desencadenar una pasi\u00f3n amorosa y atarla a un objeto cualquiera, como demuestra la forma en que su propia madre sucumbe a los encantos de Adonis. En caso de que el ser amado sea irrespetuoso con su amante, v\u00edctima del Amor, puede sufrir el castigo que inflige el hermano de Eros, Anteros (como en la leyenda recogida por Cicer\u00f3n en De natura deorum<\/em>). <\/span>5<\/sup><\/a><\/span><\/span> Las flechas de Eros tambi\u00e9n pueden conducir a la transposici\u00f3n, en el plano de las ideas, del acto er\u00f3tico; en el caso de Europa, la idea se convierte en una identidad continental.<\/p>\n\n\n\n

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\u00a9 CTK via AP Images<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

Imaginaci\u00f3n y anima<\/em><\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Los mitos nacen en el silencio. Ovidio, cuando declara que las historias que va a cantar nacieron de los dioses, explica que al principio no hab\u00eda nada, nada fuera de la masa silenciosa de la Naturaleza, sin forma ni control externos. En esa masa fue donde el dios, \u00ab sea cual sea el dios \u00bb, insufl\u00f3 su aliento y cre\u00f3 los vientos. As\u00ed, el primer mito fue el de la metamorfosis del mundo, el de su paso del silencio al lenguaje: el Verbo no fue en el principio, sino despu\u00e9s del principio. Recordemos que fue en Fenicia, reino natal de Europa, donde naci\u00f3 el alfabeto.<\/p>\n\n\n\n

M\u00e1s expl\u00edcito que el de Ovidio, el mito de la creaci\u00f3n que establece el G\u00e9nesis afirma claramente que las palabras llegaron despu\u00e9s de las cosas a las que designan. Despu\u00e9s de crear a Ad\u00e1n a partir del \u00ab polvo de la tierra \u00bb, y de colocarlo en un jard\u00edn al este del Ed\u00e9n, Dios empez\u00f3 a crear todos los animales del campo y todas las aves del cielo y se los llev\u00f3 a Ad\u00e1n para ver qu\u00e9 nombre les pondr\u00eda; \u00ab y el nombre de todo ser viviente hab\u00eda de ser el que el hombre le hab\u00eda dado \u00bb. Durante siglos, los estudiosos se han preguntado sobre este curioso intercambio. \u00bfEra el Ed\u00e9n un lugar en el que nada ten\u00eda nombre, y Ad\u00e1n deb\u00eda inventar nombres para los objetos y criaturas que ten\u00eda delante? \u00bfO acaso los animales creados por Dios estaban dotados de nombres que Ad\u00e1n deb\u00eda conocer de alg\u00fan modo, y que bastar\u00eda con que los pronunciara en voz alta, como un ni\u00f1o que ve un perro o la luna por primera vez? El mito del G\u00e9nesis permite al menos dos lecturas. La segunda vincula el lenguaje con la educaci\u00f3n y la memoria; las implicaciones de la primera son a\u00fan m\u00e1s amplias.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfC\u00f3mo nace un mito?<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Parte de la dificultad de la pregunta es que el problema de la imaginaci\u00f3n ignora el postulado escol\u00e1stico de que \u00ab Nihil est causa sui ipsum<\/em> \u00bb (\u00ab nada es causa de s\u00ed mismo \u00bb). El hecho de imaginar presupone aparentemente la capacidad de imaginar, capacidad que, a nuestro entender, se confunde con la propia capacidad de comprender. Imaginar, comprender, razonar, reflexionar, vislumbrar constituyen una gama de facultades que reconocemos como propias del cerebro humano, pero que, para ser comprendidas, tanto en el plano individual como en el colectivo, requieren que el cerebro determine un punto de vista que es un punto de partida fijo por formar parte de la propia cuesti\u00f3n. Formular una pregunta presupone muchas definiciones en el vocabulario de la pregunta, lo que crea un c\u00edrculo epistemol\u00f3gico vicioso; para obtener alguna respuesta, es necesario romper ese c\u00edrculo.<\/p>\n\n\n\n

El hecho de imaginar presupone aparentemente la capacidad de imaginar, capacidad que, a nuestro entender, se confunde con la propia capacidad de comprender.<\/p>alberto manguel<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

A fines de los a\u00f1os sesenta, Jorge Luis Borges public\u00f3 un cuento, \u00ab El informe de Brodie \u00bb, en el que el narrador \u2014un misionero escoc\u00e9s\u2014 explica las costumbres de una tribu primitiva, los yahoos, llamada as\u00ed en homenaje a Los viajes de Gulliver<\/em>. Nos cuenta que una de las costumbres de la tribu es detectar poetas. \u00ab A un hombre se le ocurre ordenar seis o siete palabras, por lo general enigm\u00e1ticas. No puede contenerse y las dice a gritos, de pie, en el centro de un c\u00edrculo que forman, tendidos en la tierra, los hechiceros y la plebe. Si el poema no excita, no pasa nada; si las palabras del poeta los sobrecogen, todos se apartan de \u00e9l, en silencio, bajo el mandato de un horror sagrado (under a holy dread<\/em>). Sienten que lo ha tocado el esp\u00edritu; nadie hablar\u00e1 con \u00e9l ni lo mirar\u00e1, ni siquiera su madre. Ya no es un hombre sino un dios y cualquiera puede matarlo \u00bb. <\/span>6<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Al igual que nuestros lejanos antepasados reunidos en torno al fuego de sus cavernas, siempre hemos sentido la necesidad de reunir \u201cseis o siete palabras\u201d para comunicar nuestras experiencias inefables. Y como con los poetas yahoos, la mayor\u00eda de las veces \u00ab no pasa nada \u00bb. Las palabras que pronunciamos no conmueven, no emocionan a quienes las escuchan y, en las sociedades que empezaron a escribir hace seis mil a\u00f1os, esas palabras inertes, una vez escritas, quedan relegadas a las bibliotecas, donde aguardan con tranquila esperanza a sus redentores, en quienes alg\u00fan d\u00eda podr\u00edan despertar reconocimiento. La literatura \u2014el arte\u2014 tiene una paciencia infinita.<\/p>\n\n\n\n

Como portadoras de experiencias vividas a trav\u00e9s de otros, las \u00ab seis o siete palabras \u00bb ofrecen v\u00edas de identidad que son a la vez personales y espec\u00edficas para los miembros de un determinado grupo social. Es posible que, a pesar de la preocupaci\u00f3n por el cosmopolitismo y de la voluntad de ignorar las fronteras, la imaginaci\u00f3n sea end\u00e9mica por naturaleza. No en el sentido de una afirmaci\u00f3n reduccionista de que el significado s\u00f3lo existe fuera del cerebro, sino admitiendo que la imaginaci\u00f3n est\u00e1 inconscientemente atra\u00edda hacia ciertos objetos y que reconoce en determinados espacios una oscura familiaridad ancestral que permite el surgimiento de lo que el investigador estadounidense Daniel Dennett describe como \u00ab competencia sin comprensi\u00f3n \u00bb. <\/span>7<\/sup><\/a><\/span><\/span> La imaginaci\u00f3n no es s\u00f3lo una cuesti\u00f3n de jerarqu\u00edas universales: coordenadas espaciales y temporales, espectros crom\u00e1ticos, reacciones emocionales o sexuales. Tal y como la experimentamos individualmente, la imaginaci\u00f3n parece estar formada por v\u00ednculos m\u00e1s \u00edntimos \u2014con un paisaje, con una lengua, con una mitolog\u00eda particular\u2014 hasta el punto de que, privada de ellos, se debilita y se marchita. La nostalgia, t\u00e9rmino acu\u00f1ado en 1688 por el m\u00e9dico alsaciano Johannes Hofer, es la manifestaci\u00f3n cl\u00e1sica de tales p\u00e9rdidas. \u00bfBajo qu\u00e9 constelaci\u00f3n de mitos podr\u00edamos entonces so\u00f1ar?<\/p>\n\n\n\n

Roberto Calasso<\/a>, al explorar el significado a largo plazo de los mitos como frutos de la imaginaci\u00f3n, compara el mito con la rama aislada de un \u00e1rbol enorme. \u00ab Para entenderlo \u00bb, dice, \u00ab hay que tener cierta percepci\u00f3n de todo el \u00e1rbol y del gran n\u00famero de ramificaciones que se esconden en \u00e9l. Pero el \u00e1rbol ya no est\u00e1 ah\u00ed, las hachas afiladas lo derribaron \u00bb. <\/span>8<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

\n \n \t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\r\n\t<\/picture>\r\n \n
\u00a9 \u00a9PromoMadrid, Max Alexander<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

El mito, una traducci\u00f3n<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Los mitos no son s\u00f3lo espejos, sino laberintos de espejos. Cuando entramos en ellos, se convierten en sistemas de pensamiento que se ramifican hacia el mundo exterior, y en madrigueras de iluminaci\u00f3n que echan ra\u00edces en el inconsciente. Los construimos para pasar del sue\u00f1o a la vigilia y de la sensaci\u00f3n a la experiencia, y, si decidi\u00e9ramos abandonarlos, nos encontrar\u00edamos sin conocimiento en todo el sentido de la palabra.<\/p>\n\n\n\n

Las m\u00faltiples lecturas que se han ofrecido de ciertos mitos constituyen la piedra de toque a partir de la cual los pueblos de Europa obtuvieron una imagen <\/em>tan intuitiva como cambiante, una fuente com\u00fan y un lenguaje compartido. A trav\u00e9s de sus transformaciones, traducciones y migraciones, cada mito ofrece a las diferentes sociedades una funci\u00f3n asociativa que atraviesa el tiempo y el espacio. Un mito con ra\u00edces antiguas puede desplegarse en el presente si algo en su esencia interpela al individuo o a la sociedad que decide entrar en di\u00e1logo con \u00e9l.<\/p>\n\n\n\n

Un mito con ra\u00edces antiguas puede desplegarse en el presente si algo en su esencia interpela al individuo o a la sociedad que decide entrar en di\u00e1logo con \u00e9l.<\/p>alberto manguel<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

El caso de la identidad europea es especial. Europa es un concepto inestable, una configuraci\u00f3n geogr\u00e1fica, demogr\u00e1fica y pol\u00edtica cuyos componentes no dejan de transformarse. La Europa de la Roma imperial no era la Europa de Dante; la Europa de Erasmo y Descartes no era la Europa de Goethe. Seg\u00fan Voltaire, cuando el nieto de Luis XIV accedi\u00f3 al trono espa\u00f1ol, el rey, consciente de que la geograf\u00eda era una construcci\u00f3n imaginaria, exclam\u00f3: \u00ab \u00a1Ya no hay Pirineos! \u00bb. <\/span>9<\/sup><\/a><\/span><\/span> En la actualidad, la identidad europea est\u00e1 en la cuerda floja debido al menos a dos preguntas: \u00bfse debe considerar a Turqu\u00eda como un Estado europeo?, y \u00bfse debe permitir a Gran Breta\u00f1a abandonar esa identidad?<\/p>\n\n\n\n

Seg\u00fan Julio Cort\u00e1zar \u00ab [t]odo escritor europeo es \u2018esclavo de su bautismo\u2019, si cabe parafrasear a Rimbaud; lo quiera o no, su decisi\u00f3n de escribir comporta cargar con una inmensa y casi pavorosa tradici\u00f3n; la acepte o luche contra ella, esa tradici\u00f3n lo habita, es su familiar o su \u00edncubo \u00bb. <\/span>10<\/sup><\/a><\/span><\/span> Hoy en d\u00eda, esa tradici\u00f3n se enfrenta al mito de Europa en un contexto cultural que ha reconocido (pero que ciertamente no ha eliminado) una serie de hechos, tales como: la deuda que deben pagar los colonizadores a la luz del poscolonialismo, el conocimiento del uso de la violaci\u00f3n como arma de guerra, la vasta cuesti\u00f3n de los refugiados y de los migrantes econ\u00f3micos. En concreto, el estatus de Europa como identidad se ve constantemente cuestionado por las nuevas percepciones. Y sin embargo, de cierta forma se ha conservado en gran medida. Ya en 1871, el poeta portugu\u00e9s Antero de Quental advert\u00eda contra la sumisi\u00f3n servil a la tradici\u00f3n, sumisi\u00f3n motivada por el deseo de formar parte de lo que \u00e9l llamaba la \u00ab Europa culta \u00bb. \u00ab Respetemos la memoria de nuestros ancestros, de acuerdo, recordemos piadosamente sus acciones, pero no los imitemos. No seamos, en pleno siglo XIX, fantasmas nacidos de una vida que tomamos prestada del XVI. Opongamos abiertamente a ese esp\u00edritu mortal el esp\u00edritu de hoy \u00bb. <\/span>11<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

\n \n \t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\r\n\t<\/picture>\r\n \n
\u00a9 Li Dongping \/ Costfoto\/Sipa USA<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

Surge una pregunta: en el contexto del antiguo mito de Europa y su toro enamorado, \u00bfcu\u00e1l es este \u00ab esp\u00edritu de hoy \u00bb? \u00bfEn qu\u00e9 punto estamos ahora, en el siglo XXI, de nuestra lectura del mito y el uso que le damos como met\u00e1fora? Umberto Eco afirm\u00f3 que la lengua de Europa es la traducci\u00f3n. Pero, \u00bftraducci\u00f3n de qu\u00e9 lengua a qu\u00e9 otra? Goethe, para ilustrar la desesperaci\u00f3n de Fausto ante la futilidad del conocimiento acad\u00e9mico, empuja al erudito a intentar traducir el primer verso del Evangelio de Juan al alem\u00e1n. El quid<\/em> de la escena es el momento en que Fausto se esfuerza por asir el significado de la palabra Wort<\/em>, la traducci\u00f3n de Lutero del antiguo griego Logos<\/em>, un t\u00e9rmino tradicionalmente traducido al franc\u00e9s como Verbe<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

Dice Fausto:<\/p>\n\n\n\n

Aqu\u00ed dice: \u00ab En el principio fue la Palabra \u00bb. Ya empiezo a atascarme, \u00bfqui\u00e9n me ayudar\u00e1 a seguir? No puedo darle tanto valor a la Palabra. Tengo que traducirlo de otra manera. Si el Esp\u00edritu me iluminara… Aqu\u00ed dice: \u00ab En el principio fue el Pensamiento \u00bb. Piensa bien en esta l\u00ednea, la primera; que tu pluma no se apresure. \u00bfEs el pensamiento el que todo lo crea y por el que todo se obra? Tal vez ponga \u00ab En el principio fue la Fuerza \u00bb. Pero ya, al escribirlo, algo me dice que no he de dejarlo as\u00ed. Me ayuda el Esp\u00edritu, veo cu\u00e1l es su consejo y escribo confiado: \u00ab En el principio fue la Acci\u00f3n \u00bb. <\/span>12<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p><\/blockquote>\n\n\n\n

Estos tres significados est\u00e1n incluidos en la palabra \u00ab Verbo \u00bb y en cualquier operaci\u00f3n de traducci\u00f3n. Sinn<\/em>, el esp\u00edritu en alem\u00e1n, anima a Zeus, al igual que anima a Europa; en un caso lleva a Zeus a imaginar c\u00f3mo raptar a la joven, y en el otro, ayuda a Europa a darse cuenta (demasiado tarde) de la estratagema urdida por el dios. Kraft<\/em>, la fuerza que le permite a Zeus llevar a cabo su voluntad, tambi\u00e9n se le concede a la Europa violada cuando llega a tierra firme. Tat<\/em>, la acci\u00f3n, es la recapitulaci\u00f3n del mito, la ejecuci\u00f3n de un rapto como met\u00e1fora de la migraci\u00f3n, de llegada y de fundaci\u00f3n: cada cosa se convierte en otra por el hecho mismo del desplazamiento. Rapto, metamorfosis, met\u00e1fora, traducci\u00f3n: todos ellos t\u00e9rminos que denotan el paso de una condici\u00f3n de existencia a otra, lo que Nietzsche define, refiri\u00e9ndose a Europa, como \u00ab un estado de devenir \u00bb. <\/span>13<\/sup><\/a><\/span><\/span> En este sentido, el mito de Europa es en s\u00ed mismo la met\u00e1fora perfecta de la historia que pretende contar, un mito que tiene como sujeto y objeto a la traducci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

Toda traducci\u00f3n es una afirmaci\u00f3n. Traducir es transportar de un conjunto de signos sem\u00e1nticos a otro la identidad de un texto para confirmar y restablecer su identidad original bajo una forma distinta y, sin embargo, equivalente; un modesto acto de transubstanciaci\u00f3n que convierte la sustancia del texto en un gesto tan milagroso como concreto, y a trav\u00e9s del cual se afirma la validez del propio lenguaje. \u00ab Me parece \u00bb, dice don Quijote, \u00ab que el traducir de una lengua en otra, cuando no sea de las reinas de las lenguas, griega y latina, es como quien mira los tapices flamencos por el rev\u00e9s; que aunque se ven las figuras, son llenas de hilos que las escurecen, y no se ven con la lisura y tez del haz \u00bb. <\/span>14<\/sup><\/a><\/span><\/span> Una traducci\u00f3n es, pues, una afirmaci\u00f3n repleta de evidencia de la transformaci\u00f3n que ha sufrido, consciente de haber perdido el giro del original, pero sabiendo que, sean cuales sean los hilos aparentes, sigue reconociendo su lugar de origen. Europa sigue siendo, de principio a fin, la que define el reino fenicio abandonado o, para retomar los t\u00e9rminos de Dante: el lugar \u00ab donde Europa se convirti\u00f3 en una carga \u00bb. <\/span>15<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Toda traducci\u00f3n es una afirmaci\u00f3n. Traducir es transportar de un conjunto de signos sem\u00e1nticos a otro la identidad de un texto para confirmar y restablecer su identidad original bajo una forma distinta y, sin embargo, equivalente<\/p>alberto manguel<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

La traducci\u00f3n tambi\u00e9n es un di\u00e1logo. Puede tolerar una reacci\u00f3n cr\u00edtica al texto original por parte del traductor, a veces, al precio de la tentaci\u00f3n reductora que consiste en \u00ab sanear \u00bb el texto original, como en el caso de los traductores del griego y del lat\u00edn que, en el siglo XIX, se propusieron transformar a los amantes del mismo sexo en parejas heterosexuales; <\/span>16<\/sup><\/a><\/span><\/span> otras veces, con \u00ab ennoblecimientos \u00bb estil\u00edsticos, como un Arno Schmidt que traduce al alem\u00e1n las pomposas novelas de Edward Bulwer-Lytton; y otras incluso, con intervenciones de su cosecha en el texto traducido. San Agust\u00edn, en un texto sobre la doble naturaleza del alma, invoca el derecho o la obligaci\u00f3n de \u00ab escuchar a la otra parte \u00bb, <\/span>17<\/sup><\/a><\/span><\/span> audi partem alteram<\/em>, un principio jur\u00eddico que no fue adoptado por el Consejo de Europa sino hasta 2004, diecisiete siglos despu\u00e9s de Agust\u00edn, en una recomendaci\u00f3n oficial que defin\u00eda ese derecho como \u00ab la posibilidad de que toda persona pueda reaccionar ante cualquier informaci\u00f3n de los medios de comunicaci\u00f3n que presente hechos inexactos […] y afecte a sus derechos personales \u00bb. <\/span>18<\/sup><\/a><\/span><\/span> En un libro titulado Involuntary Dislocation<\/em>, Renos K. Papadopoulos sostiene que la otra parte \u00ab s\u00f3lo puede expresarse en un lenguaje capaz de plasmar las ambig\u00fcedades, los silencios y los dilemas, as\u00ed como el algos<\/em> (dolor) de la nostalgia de un nostos<\/em> [a\u00f1oranza] desconocido, en el marco de un espacio-tiempo elusivo. Por lo tanto, no ser\u00eda una extravagancia calificar esa \u2018otra lengua\u2019 de po\u00e9tica \u00bb. Y Papadopoulos concluye: \u00ab La \u2018otra lengua\u2019 es lo que uno se esfuerza por articular cuando se ve conmovido hasta lo m\u00e1s profundo de su ser por formas severas de adversidad \u00bb. <\/span>19<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Ahora llego al final. Tras un largo y sinuoso camino, intent\u00e9 explorar la espinosa cuesti\u00f3n de la identidad europea. Partiendo del mito griego, me pregunt\u00e9 c\u00f3mo un relato se convierte en mito, y c\u00f3mo un mito recuperado puede convertirse en la met\u00e1fora de una identidad, c\u00f3mo se da ese proceso y c\u00f3mo se desarrolla en la mente, y por \u00faltimo, c\u00f3mo funciona la imaginaci\u00f3n para crear relatos, teniendo en cuenta ciertas pistas fisiol\u00f3gicas y ciertas intuiciones po\u00e9ticas. Finalmente, al preguntarme si la noci\u00f3n de traducci\u00f3n podr\u00eda ayudar a explicar al menos parte del proceso, llegu\u00e9 a un punto que probablemente no sea una conclusi\u00f3n. Pero me consuela Flaubert, que dec\u00eda que \u00ab la mayor\u00eda de las veces, la conclusi\u00f3n me parece un acto de estupidez \u00bb. <\/span>20<\/sup><\/a><\/span><\/span><\/p>\n\n\n\n

Poco despu\u00e9s de su exilio forzoso en 1302, quiz\u00e1 llevando consigo s\u00f3lo algunos borradores del poema que estaba componiendo en su lengua materna, Dante intent\u00f3 definir Europa, ese tercio del mundo tripartita del que formaban parte los estados italianos, y su querida Florencia en particular. Para ello, Dante recurri\u00f3 a una palabra que, siglos despu\u00e9s, James Joyce, \u00e1vido lector de Dante, elegir\u00eda para su beatriciana Molly: \u00ab Yes<\/em> \u00bb.\u00ab En toda la regi\u00f3n que se extiende desde la desembocadura del Danubio (o pantano de Meotide) hasta las costas occidentales de Inglaterra \u00bb, escribi\u00f3 Dante en De vulgari eloquentia<\/em>, \u00ab que est\u00e1 definida por las fronteras de los italianos y los franceses, y por el oc\u00e9ano, prevaleci\u00f3 una sola lengua, aunque despu\u00e9s se dividi\u00f3 en muchas lenguas vern\u00e1culas por los eslavos, los h\u00fangaros, los teutones, los sajones, los ingleses y varias otras naciones. S\u00f3lo queda un rastro de su origen com\u00fan en casi todas ellas, a saber, que en casi todas las naciones enumeradas, para responder afirmativamente, se dice i\u00f2<\/em> \u00bb. <\/span>21<\/sup><\/a><\/span><\/span> El mito de Europa comienza con un rapto, pero termina con una afirmaci\u00f3n: Europa traduce el deseo de violaci\u00f3n de Zeus en su propio deseo de fundaci\u00f3n, una traducci\u00f3n de lo negativo a lo positivo, una traducci\u00f3n de un No a un S\u00ed.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

\u00ab\u00a0Los mitos no son s\u00f3lo espejos, sino laberintos de espejos. Cuando entramos en ellos, se convierten en sistemas de pensamiento que se ramifican hacia el mundo exterior, y en madrigueras de iluminaci\u00f3n que echan ra\u00edces en el inconsciente.\u00a0\u00bb Una lecci\u00f3n magistral de Alberto Manguel.<\/p>\n","protected":false},"author":1366,"featured_media":2863,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"templates\/post-editorials.php","format":"standard","meta":{"_acf_changed":false,"_trash_the_other_posts":false,"footnotes":""},"categories":[9],"tags":[],"geo":[177],"class_list":["post-2858","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-arte","staff-alberto-manguel","geo-europa"],"acf":[],"yoast_head":"\nEuropa: el mito como met\u00e1fora\u00a0 - El Grand Continent<\/title>\n<meta name=\"robots\" content=\"index, follow, max-snippet:-1, max-image-preview:large, max-video-preview:-1\" \/>\n<link rel=\"canonical\" href=\"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2022\/02\/15\/europa-el-mito-como-metafora\/\" \/>\n<meta property=\"og:locale\" content=\"es_ES\" \/>\n<meta property=\"og:type\" content=\"article\" \/>\n<meta property=\"og:title\" content=\"Europa: el mito como met\u00e1fora\u00a0 - El Grand Continent\" \/>\n<meta property=\"og:description\" content=\"\u00ab\u00a0Los mitos no son s\u00f3lo espejos, sino laberintos de espejos. 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