{"id":28104,"date":"2024-01-01T05:18:00","date_gmt":"2024-01-01T04:18:00","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=28104"},"modified":"2024-01-06T18:29:30","modified_gmt":"2024-01-06T17:29:30","slug":"1993-1994-las-aguas-turbias-de-un-mundo-nuevo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2024\/01\/01\/1993-1994-las-aguas-turbias-de-un-mundo-nuevo\/","title":{"rendered":"1993-1994: las aguas turbias de un mundo nuevo"},"content":{"rendered":"\n

\u00bfC\u00f3mo explicar un punto de inflexi\u00f3n? Para ver con claridad las macrocrisis, a veces necesitamos aumentar la escala de an\u00e1lisis, hasta el final del a\u00f1o. Para ayudarnos a pasar de 2023 a 2024, pedimos al historiador franc\u00e9s Pierre Grosser que encargue diez textos, uno por cada d\u00e9cada, para estudiar y contextualizar puntos de inflexi\u00f3n m\u00e1s amplios. <\/em>En este \u00faltimo episodio de la serie, Fr\u00e9d\u00e9ric Charillon profundiza en las desilusiones del punto de inflexi\u00f3n de 1993-1994.<\/p>\n\n\n\n

Descubre nuestras otras series de 2023 \u2013de Estrategias<\/a> a Oppenheimer<\/a> pasando por Kabul<\/a>\u2013 y aprovecha las fiestas para suscribirte o regalar el Grand Continent<\/a>.<\/em><\/p>\n\n\n\n

Fue hace 30 a\u00f1os. Las certezas se hab\u00edan evaporado. Durante casi medio siglo, actores y observadores de las relaciones internacionales hab\u00edan pensado en el mundo a trav\u00e9s del prisma de una bipolaridad que desapareci\u00f3 en el espacio de unos meses, entre noviembre de 1989 y diciembre de 1991. Elegido en noviembre de 1992, Bill Clinton tom\u00f3 posesi\u00f3n del cargo en enero siguiente. A sus 46 a\u00f1os, era el primer presidente estadounidense de la posguerra fr\u00eda y, sobre todo, el primero nacido despu\u00e9s de la Segunda Guerra Mundial. La nueva Federaci\u00f3n Rusa hab\u00eda perdido casi el 25% de su territorio y el 50% de su poblaci\u00f3n frente a la antigua Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica. En Europa, la Comunidad Europea se transformaba en Uni\u00f3n en un intento de adaptarse a las convulsiones en curso. La Alemania reunificada se convierte en el nuevo centro de gravedad geogr\u00e1fico del continente. \u00bfEn qu\u00e9 se convertir\u00edan Asia, \u00c1frica, Medio Oriente, el Mediterr\u00e1neo y Sudam\u00e9rica sin la Guerra Fr\u00eda?<\/p>\n\n\n\n

La transici\u00f3n de 1993 a 1994 estuvo llena de esperanzas, pero tambi\u00e9n de preocupaciones e interrogantes. Ni el futuro del sistema internacional ni el de las grandes potencias estaba claro. La nueva era posbipolar hab\u00eda sido inaugurada por grandes conflictos. La guerra de Kuwait en 1991 moviliz\u00f3 a una coalici\u00f3n victoriosa de m\u00e1s de 900 mil hombres, liderada por Estados Unidos contra el Irak de Sadam Husein en nombre del derecho internacional, y que inclu\u00eda a pa\u00edses \u00e1rabes desde Marruecos hasta Arabia Saudita e incluso Siria. Sin embargo, el l\u00edder iraqu\u00ed permaneci\u00f3 en el poder y se le permiti\u00f3 reprimir despiadadamente tanto a los kurdos del norte como a los chi\u00edes del sur. \u00bfQu\u00e9 era ese nuevo mundo? <\/p>\n\n\n\n

\u00bfEn qu\u00e9 se convertir\u00edan Asia, \u00c1frica, Medio Oriente, el Mediterr\u00e1neo y Sudam\u00e9rica sin la Guerra Fr\u00eda?<\/p>FR\u00c9D\u00c9RIC CHARILLON<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

En 1990, mucho antes de Internet, una importante obra, Turbulence in World Politics<\/em>, del polit\u00f3logo estadounidense James Rosenau, predec\u00eda unas nuevas relaciones internacionales compuestas por vientos en contra, arbitradas por ciudadanos cada vez m\u00e1s competentes y cr\u00edticos. El autor nos advert\u00eda que ya no deb\u00edamos intentar describir el mundo en t\u00e9rminos de una \u00fanica ecuaci\u00f3n, como \u00abbipolaridad\u00bb o \u00abunipolaridad\u00bb. En su lugar, deb\u00edamos reconocer el desorden, la \u00abturbulencia\u00bb. Estados como Checoslovaquia, Yugoslavia y, por supuesto, la URSS se desintegraron. Otros, como Yemen y Alemania, se reunificaron. Los sistemas pol\u00edticos autoritarios pudieron ser derribados, como el comunismo en Europa del Este. Algunos, por \u00faltimo, pudieron mantenerse mediante la represi\u00f3n, como en Pek\u00edn tras las manifestaciones de la plaza de Tiananmen.<\/p>\n\n\n\n

La noche del 31 de diciembre de 1993, el mundo parec\u00eda haber perdido la br\u00fajula. El a\u00f1o 1994 no traer\u00eda m\u00e1s puntos de referencia. <\/p>\n\n\n\n

Esperanzas ef\u00edmeras <\/strong><\/h2>\n\n\n\n

\u00bfDeb\u00edamos ser optimistas o pesimistas a finales de 1993? Ese a\u00f1o fue el de la esperanza de paz israelo-palestina en Medio Oriente, y el de la publicaci\u00f3n del art\u00edculo de Samuel Huntington (en la revista Foreign Affairs<\/em>) que anunciaba guerras entre culturas y civilizaciones (\u00ab\u00bfUn choque de civilizaciones?\u00bb). Tambi\u00e9n fue el a\u00f1o en que se concedi\u00f3 el Premio Nobel de la Paz al presidente sudafricano Frederik de Klerk y al l\u00edder del CNA Nelson Mandela (que lleg\u00f3 a ser presidente de Sud\u00e1frica en 1994) por su contribuci\u00f3n al fin del apartheid, pero tambi\u00e9n fue el a\u00f1o en que comenz\u00f3 la primera guerra civil en el Congo.<\/p>\n\n\n\n

Empecemos por las esperanzas de paz y estabilidad. El avance m\u00e1s espectacular de 1993 fue sin duda el apret\u00f3n de manos entre el primer ministro israel\u00ed Yitzhak Rabin y el l\u00edder palestino Yasser Arafat en el jard\u00edn de la Casa Blanca con el presidente estadounidense Bill Clinton el 13 de septiembre. En paralelo a la conferencia de Madrid de 1991 sobre un proceso de paz en Medio Oriente, se celebraron conversaciones confidenciales entre israel\u00edes y palestinos en la capital noruega de Oslo. Todos esos esfuerzos culminaron con la tranquilizadora imagen del 13 de septiembre y el inicio de un proceso que, como sabemos, ten\u00eda como objetivo la entrega gradual de territorios a una nueva Autoridad Palestina, en Gaza y Cisjordania. El 4 de mayo de 1994, el llamado acuerdo de Jeric\u00f3-Gaza otorg\u00f3 a dicha Autoridad nuevos poderes, aunque limitados. Asimismo, el 26 de octubre de 1994 se firm\u00f3 un tratado de paz israelo-jordano (los acuerdos de Wadi Araba) entre Israel y Jordania, que supuso la segunda normalizaci\u00f3n de relaciones entre Israel y un Estado \u00e1rabe, tras la paz israelo-egipcia de 1978. Pod\u00edamos imaginar entonces un Medio Oriente y un Mediterr\u00e1neo en paz. Incluso pod\u00edamos so\u00f1ar con una zona de prosperidad compartida en torno a un Tratado de Libre Comercio de Medio Oriente, apoyado econ\u00f3mica y pol\u00edticamente por los pa\u00edses occidentales y, en particular, por la nueva Uni\u00f3n Europea.<\/p>\n\n\n\n

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El Presidente estadounidense Bill Clinton y el Presidente ruso Boris Yeltsin discuten sobre las formas de consolidar la democracia en la antigua Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica durante su hist\u00f3rica cumbre en Vancouver, Columbia Brit\u00e1nica, Canad\u00e1. \u00a9 Casa Blanca v\u00eda CNP Photo v\u00eda Newscom<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n

En otros lugares, la integraci\u00f3n regional avanzaba, y con ella la esperanza de estabilizaci\u00f3n, acompa\u00f1ada de la l\u00f3gica de la prosperidad compartida. Tras el fin del comunismo en Europa y la perspectiva de integrar a nuevos miembros de Europa Central y Oriental en el Mercado Com\u00fan, las instituciones europeas deb\u00edan preparar tanto la ampliaci\u00f3n como la consolidaci\u00f3n de sus mecanismos conjuntos de toma de decisiones (o \u00abprofundizaci\u00f3n\u00bb). El 1 de noviembre de 1993, la Comunidad Econ\u00f3mica Europea (junto con las otras dos Comunidades, la Comunidad del Carb\u00f3n y del Acero (CECA) y la Comunidad de la Energ\u00eda At\u00f3mica (CEEA)) se convirti\u00f3 en la Uni\u00f3n Europea, marcando la entrada en vigor del Tratado de Maastricht firmado en febrero de 1992, que se basaba en tres pilares: las Comunidades Europeas, la Pol\u00edtica Exterior y de Seguridad Com\u00fan y la cooperaci\u00f3n policial y judicial. No era s\u00f3lo la esperanza de una Europa reunificada y m\u00e1s tranquila tras la Guerra Fr\u00eda, sino tambi\u00e9n la de una \u00abEuropa poderosa\u00bb, un nuevo actor estrat\u00e9gico internacional capaz de contribuir a la paz mundial. Al otro lado del Atl\u00e1ntico, las negociaciones sobre un Tratado de Libre Comercio de Am\u00e9rica del Norte desembocaron en la entrada en vigor del TLCAN el 1 de enero de 1994, creando otra enorme zona de libre comercio en torno a Estados Unidos, Canad\u00e1 y M\u00e9xico. Al sur del continente, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmaron en diciembre de 1994 un protocolo que establec\u00eda las reglas del futuro Mercosur.<\/p>\n\n\n\n

No era s\u00f3lo la esperanza de una Europa reunificada y m\u00e1s tranquila tras la Guerra Fr\u00eda, sino tambi\u00e9n la de una \u00abEuropa poderosa\u00bb, un nuevo actor estrat\u00e9gico internacional capaz de contribuir a la paz mundial.\u00a0<\/p>FR\u00c9D\u00c9RIC CHARILLON<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

La esperanza de un \u00abmundo feliz\u00bb se apoder\u00f3 de las canciller\u00edas. El di\u00e1logo entre la nueva Federaci\u00f3n Rusa y la OTAN fue un poderoso s\u00edmbolo de ello. La luz verde que dio la moribunda URSS en 1991 a la coalici\u00f3n contra Irak (a pesar de haber sido aliada en el pasado) hab\u00eda suscitado la esperanza de un \u00abmundo de la ONU\u00bb, en el que el Consejo de Seguridad ya no se ver\u00eda obstaculizado por la rivalidad sistem\u00e1tica entre superpotencias. Tras la creaci\u00f3n del Consejo de Asociaci\u00f3n Euroatl\u00e1ntico en 1991, Rusia se uni\u00f3 a la Asociaci\u00f3n para la Paz en 1994. El Tratado de Reducci\u00f3n de Armas Estrat\u00e9gicas (START) entre Estados Unidos y la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, firmado en 1991, entr\u00f3 en vigor el 5 de diciembre de 1994. Ya en 1993 comenzaron las negociaciones sobre un tratado START II (que entr\u00f3 en vigor en 2001). El nuevo presidente ruso, Boris Yeltsin, que se hab\u00eda opuesto al regreso de los comunistas a Mosc\u00fa en 1991, congeni\u00f3 claramente con el presidente estadounidense Clinton. Su personalidad afable atrajo a Occidente y lo tranquiliz\u00f3 sobre el futuro de un mundo amenazado durante mucho tiempo por la guerra nuclear. Mosc\u00fa lleg\u00f3 incluso a firmar un Acuerdo de Asociaci\u00f3n y Cooperaci\u00f3n con la Uni\u00f3n Europea en Corf\u00fa, en junio de 1994. <\/p>\n\n\n\n

Gracias a los esfuerzos franco-alemanes, Europa tambi\u00e9n pudo felicitarse por las iniciativas para proteger a las minor\u00edas nacionales y fomentar la cooperaci\u00f3n regional en Europa Central y Oriental. Un Pacto de Estabilidad para Europa, propuesto por el primer ministro franc\u00e9s Edouard Balladur (julio de 1994), fomentaba el respeto de las fronteras y el di\u00e1logo entre Estados y minor\u00edas. En 1995 lo firmaron en Par\u00eds 52 pa\u00edses. Un Convenio Marco para la Protecci\u00f3n de las Minor\u00edas Nacionales, elaborado a instancias del ministro alem\u00e1n de Asuntos Exteriores, Klaus Kinkel, fue un paso en la misma direcci\u00f3n (adoptado en noviembre de 1994). Con todo ello se pretend\u00eda allanar el camino para la ampliaci\u00f3n de la Uni\u00f3n Europea a los pa\u00edses de Europa Central y Oriental que hab\u00edan salido del comunismo.<\/p>\n\n\n\n

Tambi\u00e9n se esperaba someter al mundo al imperio de la ley y poner fin a siglos de teor\u00eda pol\u00edtica que distingu\u00edan entre sistemas pol\u00edticos nacionales ordenados por la autoridad de un poder estatal leg\u00edtimo y la jungla de las relaciones internacionales, esencialmente an\u00e1rquicas y regidas \u00fanicamente por la ley del m\u00e1s fuerte. El 25 de mayo de 1993 se cre\u00f3 el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY, Resoluci\u00f3n 827 de la ONU) para procesar y juzgar a los responsables de violaciones del derecho humanitario en la ex Yugoslavia. Mucho despu\u00e9s de los tribunales de Nuremberg y Tokio que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, se esperaba establecer una justicia internacional para castigar a los disidentes.<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, esas perspectivas adolec\u00edan de dos graves debilidades: eran ingenuas y pretenciosas. Ingenuas porque los procesos lanzados entonces eran optimistas, como las especulaciones intelectuales sobre un \u00abmundo feliz\u00bb o el \u00abfin de la historia\u00bb, por utilizar el t\u00edtulo del famoso libro de Francis Fukuyama. Como sabemos, el proceso israelo-palestino no sobrevivi\u00f3 al asesinato del primer ministro Itzhak Rabin en 1995. El acuerdo firmado por la administraci\u00f3n estadounidense en Ginebra con Pyongyang en 1994 para poner fin al programa nuclear de Corea del Norte tampoco cumpli\u00f3 sus promesas. Desde el 24 de febrero de 2022, conocemos el valor que tiene para Vladimir Putin el Memor\u00e1ndum de Budapest firmado el 5 de diciembre de 1994 (Bielorrusia, Kazajst\u00e1n, Ucrania, Estados Unidos, Reino Unido y Rusia), que garantizaba la integridad territorial y la seguridad de las antiguas Rep\u00fablicas Socialistas Sovi\u00e9ticas (RSS), incluida Ucrania, a cambio de que ratificaran el Tratado de No Proliferaci\u00f3n de Armas Nucleares (TNP), es decir, la entrega a Mosc\u00fa de las armas nucleares desplegadas en su territorio.<\/p>\n\n\n\n

En segundo lugar, la pretensi\u00f3n, porque muchos an\u00e1lisis occidentales de la evoluci\u00f3n de las relaciones internacionales se basaban en el supuesto de que el resto del mundo quer\u00eda parecerse a Occidente; que los alemanes del Este llorar\u00edan de alegr\u00eda al verse subsumidos en la Alemania liberal tras la reunificaci\u00f3n; que el Sur esperaba con impaciencia y gratitud las recomendaciones y directrices de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial; que el \u00abbuen gobierno\u00bb liberal s\u00f3lo har\u00eda felices a los pueblos, a pesar de la brutalidad -inevitable al principio- de sus m\u00e9todos econ\u00f3micos; que inmensas civilizaciones con historias tan ricas como la rusa, la china o la iran\u00ed tambi\u00e9n deseaban fervientemente parecerse a las sociedades occidentales; que una vez desaparecida la bipolaridad, la mayor\u00eda de los conflictos en el Sur morir\u00edan por s\u00ed solos, ya que no eran m\u00e1s que reflejos de una din\u00e1mica de enfrentamiento entre Mosc\u00fa y Washington, enfrentamiento que ya hab\u00eda terminado despu\u00e9s de que Estados Unidos hubiera ganado brillantemente la Guerra Fr\u00eda, hecho que sus antiguos adversarios reconocieron sin duda alguna, con la cabeza gacha. Todo eso deber\u00eda haber sido risible. Pero tales reflexiones se tomaron en serio.<\/p>\n\n\n\n

El cielo se oscurece<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

En realidad, los primeros signos de tensi\u00f3n y disfunci\u00f3n del nuevo sistema internacional ya estaban presentes en 1993. <\/p>\n\n\n\n

En primer lugar, estaba claro que las expectativas generadas por el anuncio de una nueva \u00abpotencia europea\u00bb se ver\u00edan defraudadas. En 1993, el polit\u00f3logo Christopher Hill lo anunciaba en el Journal of Common Market Studies<\/em>, en un art\u00edculo con un t\u00edtulo evocador: \u00abThe Capability-Expectations Gap, or Conceptualizing Europe’s International Role\u00bb <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Europa, profetizaba, no tendr\u00eda los medios para cumplir sus ambiciones ni, sobre todo, para satisfacer las esperanzas depositadas en ella tras el anuncio de sus sue\u00f1os estrat\u00e9gicos. Al comienzo de la explosi\u00f3n de la antigua Yugoslavia, el ministro de Asuntos Exteriores luxemburgu\u00e9s, Jacques Poos, pudo haber anunciado en 1991 que \u00abhab\u00eda llegado la hora de Europa\u00bb, pero en 1993 y 1994 lo que se vio fue la impotencia de Europa, tanto en los Balcanes como en Medio Oriente. Es cierto que los europeos consiguieron evitar graves tensiones entre ellos. Alemania y Francia, enfrentadas por el reconocimiento de la independencia de Eslovenia y Croacia, no pasaron de algunos enfados y muecas. Si recordamos las consecuencias de los desacuerdos franco-alemanes sobre los Balcanes en el pasado, el resultado era inesperado, pero insuficiente para convertir a Europa en un verdadero actor estrat\u00e9gico de calibre mundial. En Medio Oriente, a medida que se intentaba trazar el futuro de la regi\u00f3n tras los acuerdos del 13 de septiembre de 1993, tambi\u00e9n qued\u00f3 claro que Europa era, en el mejor de los casos, un acompa\u00f1ante verbal o un donante, tal vez un espectador en un asiento lejano, pero desde luego no un actor importante de lo que ocurr\u00eda en su entorno estrat\u00e9gico inmediato.<\/p>\n\n\n\n

Sobre todo, los conflictos de los Balcanes revelaron atrocidades que se cre\u00edan imposibles en la era de los canales de noticias mundiales y las im\u00e1genes por sat\u00e9lite. Medio siglo despu\u00e9s del \u00abnunca m\u00e1s\u00bb de las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, los europeos se mostraron incapaces de evitar una limpieza \u00e9tnica a dos horas de vuelo de Par\u00eds. Entre 1991 y 1995, ciudades enteras dieron nombre a masacres de siniestro recuerdo: Bijeljina, Ahmi\u0107i, Tuzla o Srebrenica en Bosnia-Herzegovina; Vukovar en Croacia… Tambi\u00e9n en ese caso, los primeros cambios en la guerra llegar\u00edan con los Acuerdos de Dayton en 1995, preparados en gran parte por Francia, pero impuestos en \u00faltima instancia por Estados Unidos.<\/p>\n\n\n\n

En Medio Oriente, a medida que se intentaba trazar el futuro de la regi\u00f3n tras los acuerdos del 13 de septiembre de 1993, tambi\u00e9n qued\u00f3 claro que Europa era, en el mejor de los casos, un acompa\u00f1ante verbal o un donante, tal vez un espectador en un asiento lejano, pero desde luego no un actor importante de lo que ocurr\u00eda en su entorno estrat\u00e9gico inmediato.\u00a0<\/p>FR\u00c9D\u00c9RIC CHARILLON<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

A la nueva Rusia, de la que se esperaba que fuera democr\u00e1tica, tampoco le iba muy bien. El a\u00f1o 1993 estuvo marcado por una grave crisis constitucional entre el presidente Yeltsin y el Parlamento ruso. Un asalto militar al edificio del Parlamento (octubre de 1993), que dej\u00f3 decenas de muertos, condujo a la introducci\u00f3n de un fuerte sistema presidencial. Sabemos lo que Vladimir Putin har\u00eda despu\u00e9s con \u00e9l.<\/p>\n\n\n\n

Sobre todo, el periodo 1993-1994 marc\u00f3 el fracaso de las ambiciones occidentales de rehacer el mundo trayendo la paz a trav\u00e9s de iniciativas diplom\u00e1ticas o, en caso necesario, mediante una intervenci\u00f3n militar exterior. Durante un tiempo se pens\u00f3 que la expedici\u00f3n kuwait\u00ed de 1991 hab\u00eda inaugurado una nueva era marcada por el triunfo del derecho internacional, defendido por una comunidad internacional unificada. En realidad, se trataba de un anacronismo. El mundo que se avecinaba ser\u00eda un mundo en el que la mayor\u00eda de los intentos occidentales fracasar\u00edan.<\/p>\n\n\n\n

Los acuerdos de paz israelo-palestino e israelo-jordano auspiciados por Washington, alabados por todas las partes como logros importantes e irreversibles, fueron en realidad rechazados sobre el terreno por las sociedades afectadas<\/a>. Los grandes proyectos de cooperaci\u00f3n econ\u00f3mica entre vecinos chocaron tanto con el escepticismo de las empresas israel\u00edes, que no deseaban desarrollar coproducciones con actores \u00e1rabes con est\u00e1ndares industriales muy inferiores, como con la hostilidad de la opini\u00f3n \u00e1rabe, que rechazaba cualquier colaboraci\u00f3n con Israel. En Jordania, a pesar de la tranquilidad que daba el \u00abpeque\u00f1o\u00bb rey Hussein, algunos peri\u00f3dicos publicaron listas de empresas nacionales que hab\u00edan aceptado trabajar con el Estado hebreo, como listas negras de colaboradores a denunciar. Los planes de un acuerdo de libre comercio en Medio Oriente o de cooperaci\u00f3n transfronteriza bilateral, por ejemplo en el sector tur\u00edstico entre las ciudades vecinas de Eilat (Israel) y Aqaba (Jordania), en el Mar Rojo, quedaron en papel mojado. El regreso del partido Likud al poder en Israel trunc\u00f3 definitivamente todas las esperanzas.<\/p>\n\n\n\n

Los acuerdos de paz israel\u00ed-palestino e israel\u00cd-jordano auspiciados por Washington, alabados por todos como logros importantes e irreversibles, fueron en realidad rechazados sobre el terreno por las sociedades afectadas.\u00a0<\/p>FR\u00c9D\u00c9RIC CHARILLON<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

En Somalia, el fiasco estadounidense fue clamoroso. Tras la resoluci\u00f3n 794 de las Naciones Unidas, a finales de 1992, que autorizaba el despliegue de una fuerza multinacional en Somalia, las primeras tropas estadounidenses llegaron a Mogadiscio, acompa\u00f1adas de contingentes franceses, italianos, canadienses, australianos y pakistan\u00edes. Bautizada como \u00abRestore Hope\u00bb, la operaci\u00f3n se descarril\u00f3 en 1993. En octubre, una operaci\u00f3n de comandos estadounidenses para capturar al se\u00f1or de la guerra Mohamed Farrah A\u00efdid termin\u00f3 con dos helic\u00f3pteros Black Hawk estadounidenses derribados por milicianos somal\u00edes. Las im\u00e1genes de los cad\u00e1veres de los soldados estadounidenses arrastrados por las calles de Mogadiscio por una multitud jubilosa desencadenaron la retirada estadounidense al a\u00f1o siguiente, tras el fracaso en la captura del \u00abgeneral\u00bb A\u00efdid. Somalia sumida en el caos, Estados Unidos humillado por adversarios muy inferiores: 20 a\u00f1os despu\u00e9s de Vietnam, la guerra asim\u00e9trica alcanzaba a Occidente, pronto acompa\u00f1ada de dos nuevos espectros, la proliferaci\u00f3n de Estados colapsados y el fracaso del \u00abcambio de r\u00e9gimen\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

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Julio de 1994, el Frente Patri\u00f3tico Ruand\u00e9s durante una patrulla fronteriza. \u00a9 Teun Voeten\/Sipa Press<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n

En \u00c1frica, la situaci\u00f3n ruandesa segu\u00eda sonando como una tragedia a la que Occidente no s\u00f3lo no hab\u00eda puesto fin, sino que incluso se le acusaba de haber agravado. A pesar de los Acuerdos de Arusha de 4 de agosto de 1993, que preve\u00edan el reparto del poder entre el gobierno, el Frente Patri\u00f3tico Ruand\u00e9s y los dem\u00e1s partidos pol\u00edticos, y el despliegue de una fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU (UNAMIR), y tras la muerte de los presidentes Habyarimana (Ruanda) y Ntaryamira (Burundi) en su avi\u00f3n derribado cerca de Kigali, comenz\u00f3 el genocidio de tutsis y hutus moderados. Las masacres culminaron entre abril y julio de 1994, donde murieron 800 mil personas, a pesar de la operaci\u00f3n Turquesa dirigida por Par\u00eds, a la que se acus\u00f3 de haber permitido escapar, entre los dos millones de hutus que abandonaron el pa\u00eds, a algunos responsables de genocidio.<\/p>\n\n\n\n

De los Balcanes a \u00c1frica, pasando por Medio Oriente y Argelia, a\u00fan sumida en una terrible guerra civil, el mundo de 1993-1994 ya no se parec\u00eda a la comunidad internacional en paz en un feliz \u00abfin de la historia\u00bb que nos hab\u00edamos imaginado.<\/p>\n\n\n\n

\u00bf30 a\u00f1os de fracaso?<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

En 1993 so\u00f1\u00e1bamos con muchas cosas: una Rusia democr\u00e1tica y liberal, con Boris Yeltsin como arquitecto; una paz israelo-palestina basada en dos Estados, bajo supervisi\u00f3n estadounidense; una Europa estrat\u00e9gica al servicio de la paz, esperando una pol\u00edtica exterior y de seguridad com\u00fan; una China que se abriera al mundo y abriera su sistema pol\u00edtico, despu\u00e9s de muchos avances: los primeros contactos directos con Taiw\u00e1n desde 1949, la confirmaci\u00f3n de la pol\u00edtica de reforma y apertura iniciada por Deng Xiaoping hacia una \u00abeconom\u00eda socialista de mercado\u00bb, la elecci\u00f3n por sufragio universal de la mitad de los diputados de la Asamblea Popular Nacional, la adhesi\u00f3n del pa\u00eds, poco despu\u00e9s, al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT)… Tambi\u00e9n hab\u00eda esperanzas de una Asia m\u00e1s tranquila, donde Jap\u00f3n admitiera p\u00fablicamente su responsabilidad por los cr\u00edmenes de la Segunda Guerra Mundial (en el verano de 1993); de un \u00c1frica donde las convenciones nacionales de 1990-1993 daban esperanzas de una verdadera transici\u00f3n democr\u00e1tica; de un mundo regionalizado donde los principales bloques econ\u00f3micos y pol\u00edticos regionales podr\u00edan formar juntos un sistema de gobernanza mundial y, en consecuencia, una comunidad internacional capaz de resolver sus principales problemas.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfQui\u00e9n es el responsable de las oportunidades perdidas?<\/p>FR\u00c9D\u00c9RIC CHARILLON<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

30 a\u00f1os despu\u00e9s, ninguna de estas esperanzas se ha hecho realidad. \u00bfQu\u00e9 pasos nos hemos perdido? \u00bfQui\u00e9n es el responsable de las oportunidades perdidas? \u00bfHemos sobrestimado el atractivo de la democracia y subestimado la resistencia de los reg\u00edmenes autoritarios y la fascinaci\u00f3n que a\u00fan pueden generar? Cuando lanzamos las \u00absuperautopistas de la informaci\u00f3n\u00bb (la expresi\u00f3n fue acu\u00f1ada por el vicepresidente estadounidense Al Gore bajo la administraci\u00f3n de Clinton en 1993), precursoras de internet, \u00bfno vimos que esas tecnolog\u00edas, de las que se esperaba que inundaran los reg\u00edmenes autoritarios con debates procedentes de las democracias liberales, tambi\u00e9n permitir\u00edan a los reg\u00edmenes autoritarios destilar su falsa informaci\u00f3n en sistemas pol\u00edticos abiertos? \u00bfO hemos estado demasiado preocupados por los gobernantes y no lo suficiente por el pueblo? \u00bfNos desviamos del ideal de desarrollar la democracia al intentar imponerla por la fuerza en la d\u00e9cada de 2000, cuando el \u00abcambio de r\u00e9gimen\u00bb se convirti\u00f3 en la obsesi\u00f3n de la \u00abdiplomacia transformadora\u00bb de la administraci\u00f3n de George W. Bush? La guerra de Irak de 2003, impuesta arbitrariamente, borr\u00f3 la guerra de Kuwait de 1991, librada en nombre de la ley. La guerra contra el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el reconocimiento de Kosovo en 2008 y la guerra de Libia en 2011, entre otras, han borrado los intentos de consenso realizados en los a\u00f1os noventa.<\/p>\n\n\n\n

A finales de 2023 y principios de 2024, no queda nada de las esperanzas de paz en Medio Oriente. En su lugar, el choque de civilizaciones de Samuel Huntington se ha convertido en el mantra de muchos gobiernos.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Un sue\u00f1o que se convierte en pesadilla: el gran vuelco de 1993 a 1994. En el espacio de unos meses, de Yugoslavia a Ruanda, todas las esperanzas suscitadas por el final de la Guerra Fr\u00eda se desvanecieron con sangre. Fr\u00e9d\u00e9ric Charillon analiza esta convulsi\u00f3n en un estudio ambicioso y rico, \u00faltima entrega de nuestra serie \u00abEl siglo XX en diez fines de a\u00f1o\u00bb. 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