{"id":24014,"date":"2023-10-05T17:36:42","date_gmt":"2023-10-05T15:36:42","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=24014"},"modified":"2023-10-05T17:53:57","modified_gmt":"2023-10-05T15:53:57","slug":"ampliar-la-union-una-procesion-sin-fin-alrededor-del-pasado-de-europa","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2023\/10\/05\/ampliar-la-union-una-procesion-sin-fin-alrededor-del-pasado-de-europa\/","title":{"rendered":"Ampliar la Uni\u00f3n: una procesi\u00f3n sin fin alrededor del pasado de Europa"},"content":{"rendered":"\n

El xhiro<\/em> europeo<\/h2>\n\n\n\n

Cuando crec\u00ed en la Albania comunista de los a\u00f1os ochenta, no hab\u00eda mucho que hacer en las calurosas tardes de verano. Nada, salvo el xhiro<\/em>. El xhiro<\/em> \u2013que se pronuncia jee-ro<\/em> y deriva del lat\u00edn girare<\/em> o del griego antiguo \u03b3\u1fe6\u03c1\u03bf\u03c2<\/em>, literalmente dar vueltas en c\u00edrculos\u2013 era lo que otros europeos llamar\u00edan una passeggiata<\/em>, un paseo o un Spazierengang<\/em>. Pero xhiro<\/em> era mucho m\u00e1s que una palabra: era un ritual de esperanza y resistencia, como si a uno no le importara que no hubiera otra cosa que hacer que el xhiro<\/em>, como si, en medio de la mir\u00edada de actividades alternativas que no exist\u00edan, el xhiro<\/em> hubiera sido la mejor de todas formas. <\/p>\n\n\n\n

\u00bfEn qu\u00e9 consist\u00eda el xhiro<\/em>? En el caso de mi ciudad natal, Durr\u00ebs, en la costa adri\u00e1tica, la gente llevaba puestas sus mejores galas y, en cuanto se pon\u00eda el sol, paseaba por el centro de la ciudad hasta llegar al paseo mar\u00edtimo. <\/p>\n\n\n\n

Pero explicar d\u00f3nde culmina el xhiro<\/em> es algo enga\u00f1oso. Se corre el riesgo de hacer creer que ten\u00eda una finalidad: ir a alguna parte, encontrarse con alguien o hacer algo. La verdad es que no hab\u00eda ninguno. El xhiro<\/em> era un fin en s\u00ed mismo. Ten\u00eda sus propias reglas, su propio simbolismo e incluso sus propios ritmos. Ni demasiado r\u00e1pido \u2013porque eso habr\u00eda significado intentar llegar a alguna parte\u2013 ni demasiado lento \u2013porque eso habr\u00eda provocado una congesti\u00f3n humana y habr\u00eda detenido la lenta procesi\u00f3n\u2013.<\/p>\n\n\n\n

En muchos aspectos, el xhiro<\/em> se parece al proceso de ampliaci\u00f3n de la Uni\u00f3n. Dura eternamente, gira en c\u00edrculos y la pregunta de ad\u00f3nde va exactamente parece singularmente inapropiada. En su circularidad, su previsibilidad, su f\u00f3rmula mon\u00f3tona, es a la vez desesperado y lleno de esperanza \u2013alegremente desafiante y miserablemente resignado\u2013.<\/p>\n\n\n\n

Pero eso no es todo. Otros elementos de estos paseos juveniles me recuerdan inevitablemente lo que Europa est\u00e1 viviendo hoy. En Durr\u00ebs, salir a dar el xhiro<\/em> era como hacer un recorrido imaginario por la historia del continente. Por lo general, pas\u00e1bamos por un peque\u00f1o y ruinoso yacimiento arqueol\u00f3gico, donde unas columnas rotas recordaban la \u00e9poca en que la ciudad se llamaba Epidamnos, nombre que los romanos cambiaron m\u00e1s tarde, quiz\u00e1 porque ten\u00eda algo de damnos<\/em> \u2013o condenado\u2013. Los oligarcas exiliados de Epidamnos ocupan un lugar destacado en La Guerra del Peloponeso<\/em> de Tuc\u00eddides, uno de los textos fundacionales de la civilizaci\u00f3n europea y una de las primeras lecciones sobre el poder y el realismo internacional. Tambi\u00e9n aparecen en la Pol\u00edtica<\/em> de Arist\u00f3teles como ejemplo de la degeneraci\u00f3n del poder olig\u00e1rquico: los ricos se vuelven contra los pobres, los pobres arrebatan el control a los ricos \u2013y en medio aparecen los demagogos\u2013. Poder, riqueza, Realpolitik<\/em>: si todo esto nos suena familiar, es porque el legado cultural europeo est\u00e1 hecho de valores universales, pero tambi\u00e9n de violaciones universales.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\r\n\t<\/picture>\r\n \n
El hotel Adriatiku en Durres, Albania, 1999 (SIPA)<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

Hacer los deberes<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Un poco m\u00e1s all\u00e1, m\u00e1s all\u00e1 de las ruinas, hay un anfiteatro romano \u2013o m\u00e1s bien medio anfiteatro, ya que el resto sigue enterrado bajo tierra, con la esperanza de ser resucitado alg\u00fan d\u00eda con fondos de la Uni\u00f3n\u2013. Se trata del anfiteatro m\u00e1s grande de los Balcanes, construido por el emperador Trajano en el siglo II d.C. Para ser m\u00e1s precisos, Trajano s\u00f3lo encarg\u00f3 la obra: las piedras fueron colocadas por esclavos an\u00f3nimos. No es s\u00f3lo que las violaciones y los valores coexistan, es que a veces una es requisito para el otro. M\u00e1s all\u00e1 del xhiro<\/em>, justo detr\u00e1s del anfiteatro, se encuentran las murallas bizantinas de la ciudad, erigidas tras un terremoto por el emperador oriental Anastasio I, nacido y criado en la ciudad. Al otro lado de la muralla hay una torre veneciana, que data de la \u00e9poca en que Durr\u00ebs era conocida como Ducado de Durazzo, colonia de la Rep\u00fablica de Venecia arrebatada a los normandos, luego disputada entre los Anjou, los serbios y los h\u00fangaros, antes de que el conflicto se resolviera definitivamente con la expansi\u00f3n del Imperio Otomano. Curiosamente, quedan pocos vestigios de esa ciudad: una antigua mezquita, convertida en centro juvenil cuando los comunistas abrazaron por la fuerza el ate\u00edsmo, algunas casas y unos pocos comercios.<\/p>\n\n\n\n

Poder, riqueza, Realpolitik<\/em>: si todo esto suena familiar, es porque el patrimonio cultural europeo est\u00e1 hecho de valores universales y violaciones universales.<\/p>LEA YPI<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Con el final de la Guerra Fr\u00eda, todo cambi\u00f3. El xhiro<\/em> se extendi\u00f3. Llev\u00f3 a la gente m\u00e1s all\u00e1 de las ruinas arqueol\u00f3gicas, m\u00e1s all\u00e1 de las murallas de la ciudad, m\u00e1s all\u00e1 incluso del agua, a otra parte de Europa \u2013a la Uni\u00f3n Europea\u2013. Los soldados europeos, antes movilizados para conquistar tierras extranjeras, vigilan ahora las fronteras exteriores de Europa. Las instituciones europeas se preocupan por saber si estos nuevos europeos en ciernes son iguales a los antiguos que triunfaron. \u00bfMerecen venir? \u00bfTienen documentos de viaje v\u00e1lidos? \u00bfSobre qu\u00e9 base pueden establecerse? \u00bfSon sus valores compatibles con los valores europeos?<\/p>\n\n\n\n

Cuando me preguntan si Albania merece estar en<\/em> Europa, pienso en mi paseo por Durr\u00ebs y me hace sonre\u00edr: ha sido dif\u00edcil mantenerse alejado de Europa en los \u00faltimos milenios \u2013tanto en el buen sentido como en el malo\u2013.<\/p>\n\n\n\n

Pero la pregunta es indicativa de la actitud de quienes la formulan \u2013al equiparar los ideales de Europa con la realidad de las instituciones europeas, Bruselas con la emancipaci\u00f3n universal, el proceso de ampliaci\u00f3n con una carrera de obst\u00e1culos montada por los Estados miembros meritorios y pr\u00f3speros de Europa contra sus hom\u00f3logos aspirantes, en el mejor de los casos incompetentes, en el peor corruptos\u2013.<\/p>\n\n\n\n

En septiembre de 2022, tras una visita oficial a Tirana tras la apertura de las negociaciones formales de adhesi\u00f3n, los albaneses se sintieron aliviados al o\u00edr a la Comisaria Europea Ursula von der Leyen decirles en una conferencia de prensa: \u00abAlbania ha hecho sus deberes\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Eso resume todas las luchas de la Uni\u00f3n y todos los tormentos de la ampliaci\u00f3n en una sola met\u00e1fora. Es la formulaci\u00f3n m\u00e1s elemental de una relaci\u00f3n distorsionada: la relaci\u00f3n no entre iguales, sino entre alumno y maestro, entre los que tienen sabidur\u00eda que impartir y los que tienen lecciones que aprender, entre la zanahoria y el palo, entre las sanciones y las recompensas. \u00bfPueden \u00abense\u00f1arse\u00bb realmente la libertad y la democracia? \u00bfY son \u00e9stas el tipo de lecciones que los actuales Estados miembros de la Uni\u00f3n est\u00e1n en mejores condiciones de ense\u00f1ar?<\/p>\n\n\n\n

Al menos los pa\u00edses candidatos tienen deberes. \u00bfY la Uni\u00f3n? Sus valores son bien conocidos: derechos humanos, dignidad humana, Estado de Derecho, igualdad, libertad, democracia, respeto de las minor\u00edas. Se ense\u00f1an con tanta pasi\u00f3n a los pa\u00edses candidatos y se refrendan con tanto entusiasmo en los discursos de los l\u00edderes en el camino hacia la adhesi\u00f3n que har\u00edan creer en ellos hasta al c\u00ednico m\u00e1s inflexible. La realidad es m\u00e1s compleja. No se puede sermonear sobre los derechos humanos mientras se cortan los fondos para proyectos humanitarios \u2013como ha pedido Italia recientemente\u2013. No se puede predicar la dignidad humana mientras se deja que la gente se ahogue en el Mediterr\u00e1neo. No se puede alabar el Estado de Derecho mientras se orquestan sistem\u00e1ticamente ataques contra los tribunales \u2013como en Polonia y Hungr\u00eda\u2013. La triste verdad es que, en todas estas cuestiones, los ideales est\u00e1n muy alejados de la realidad, y la agenda de la Uni\u00f3n est\u00e1, si no fijada, al menos orientada por la extrema derecha. La izquierda, los liberales, los Verdes y el centro tratan de consolarse diciendo que la situaci\u00f3n no es tan mala como podr\u00eda ser \u2013sorpresa: es tan mala como d\u00e9bil es la resistencia que encuentra\u2013.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\r\n\t<\/picture>\r\n \n
Durres, Albania, 1999 \u00a9 Alexandra Boulat\/SIPA<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

La moral interna de la ampliaci\u00f3n<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

La imagen que la Uni\u00f3n ha proyectado tradicionalmente sobre los pa\u00edses candidatos \u2013con principios, segura de s\u00ed misma, decidida\u2013 es lo contrario de lo que parece desde dentro. Mientras que los acad\u00e9micos sol\u00edan debatir la ausencia de democracia dentro de la Uni\u00f3n, la cuesti\u00f3n se ha convertido ahora en la de la supervivencia de esta organizaci\u00f3n\u2013. Porque las cuestiones de la ampliaci\u00f3n exterior y la reforma interior no son tan distintas como podr\u00eda parecer. Con los partidos de derechas ganando elecci\u00f3n tras elecci\u00f3n en los Estados miembros<\/a>, y cada vez m\u00e1s partidos de izquierdas imitando sus programas, los cimientos del proyecto parecen tambalearse. \u00bfQu\u00e9 tipo de Uni\u00f3n Europea saldr\u00e1 de la crisis actual? Por lo que sabemos, podr\u00eda reflejar el zeitgeist<\/em>: pol\u00edticamente autoritaria, culturalmente esencialista<\/a> \u2013excluyente hasta la crueldad\u2013.<\/p>\n\n\n\n

La izquierda, los liberales, los Verdes y el centro tratan de consolarse diciendo que la situaci\u00f3n no es tan mala como podr\u00eda ser \u2013sorpresa: es tan mala como d\u00e9bil es la resistencia que encuentra\u2013.<\/p>LEA YPI<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

En estas condiciones, \u00bfqu\u00e9 sentido tiene hablar de la ampliaci\u00f3n como si fuera una pol\u00edtica normal? \u00bfQu\u00e9 sentido tiene seguir como siempre: cumpliendo plazos, comparando los casos de Ucrania y los Balcanes Occidentales, fijando objetivos e imponiendo prioridades? En un momento en el que la Uni\u00f3n nunca ha parecido tan impotente, seguramente el centro de atenci\u00f3n no deber\u00eda estar en lo que puede ense\u00f1ar para desarrollarse, sino en c\u00f3mo puede aprender a sobrevivir.<\/p>\n\n\n\n

[<\/em><\/strong>Leer m\u00e1s: una conversaci\u00f3n con Lea Ypi sobre Gran Breta\u00f1a<\/em><\/strong><\/a>]<\/em><\/strong><\/p>\n\n\n\n

Esto requiere un nuevo enfoque del proceso de ampliaci\u00f3n e integraci\u00f3n: no son dos problemas, sino uno solo. Requiere interactuar con los pa\u00edses candidatos no como subordinados sino como socios, no como sujetos pasivos sino como agentes en pie de igualdad. Durante d\u00e9cadas, el proceso de ampliaci\u00f3n ha tratado ciertamente de reforzar la democracia en los pa\u00edses candidatos, pero tambi\u00e9n la ha empobrecido. Por un lado, la perspectiva de la integraci\u00f3n europea ha alimentado la esperanza tanto dentro como fuera de la Uni\u00f3n, dando a los ciudadanos un sentido de prop\u00f3sito y una visi\u00f3n de futuro en medio del colapso total de la fe en las ideolog\u00edas. Por otro lado, ha fomentado la adhesi\u00f3n a principios abstractos y ha reducido las posibilidades de intercambiar principios. Ha fomentado el Estado de derecho, pero ha desviado la atenci\u00f3n de la cr\u00edtica estructural. Si ahora todos los males sociales se achacan a la \u00abcorrupci\u00f3n\u00bb de las \u00e9lites nacionales \u2013como si la corrupci\u00f3n s\u00f3lo pudiera encontrarse fuera de la Uni\u00f3n\u2013, ello se debe en gran medida a la hegemon\u00eda del discurso sobre la ampliaci\u00f3n de la Uni\u00f3n. Se daba a entender que no hab\u00eda reglas malas, sino personas malas para aplicarlas. Como resultado, los habitantes de la regi\u00f3n s\u00f3lo pueden ver a los pol\u00edticos \u2013a todos los pol\u00edticos\u2013 como ladrones.<\/p>\n\n\n\n

Por supuesto, lo mismo ocurre en la Uni\u00f3n. Esto demuestra que los tiempos han cambiado. El proceso de ampliaci\u00f3n hacia el exterior no puede permanecer insensible a lo que ocurre en el interior: quienes se oponen a la Uni\u00f3n actual, quienes se sienten atra\u00eddos por la derecha, no se oponen a ella porque sea demasiado abierta o demasiado cosmopolita. Muy sencillamente, y deber\u00eda agregar, muy racionalmente, se oponen a ella porque no les representa. Es esta falta de representaci\u00f3n la que colma la extrema derecha, que la convierte en un ultim\u00e1tum de O lo uno\u2026 o lo otro\u2026<\/em>, o \u00abt\u00fa\u00bb o \u00abellos\u00bb, o \u00abEuropa\u00bb o \u00abel Estado\u00bb o \u00abel inmigrante\u00bb o \u00abel trabajador blanco\u00bb. <\/p>\n\n\n\n

Durante d\u00e9cadas, el proceso de ampliaci\u00f3n ha intentado sin duda reforzar la democracia en los pa\u00edses candidatos, pero tambi\u00e9n la ha empobrecido.<\/p>LEA YPI<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

El problema de la Uni\u00f3n no es que sea transnacional, sino que no lo es suficientemente, o m\u00e1s bien que s\u00f3lo es transnacional para las \u00e9lites. La idea de que todos somos iguales a la hora de configurar las leyes que estamos obligados a obedecer \u2013o las normativas europeas que cumplimos\u2013 es tan patentemente falsa en un mundo caracterizado por fracturas econ\u00f3micas y pol\u00edticas estructurales que resulta sorprendente y lamentable que se haya convertido en un grito de guerra s\u00f3lo para la derecha.<\/p>\n\n\n\n

\n \n \t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\t\r\n\t\t\t\t\r\n\t<\/picture>\r\n \n
Durres, Albania, 1999 \u00a9 Alexandra Boulat\/SIPA<\/figcaption>\n <\/a>\n<\/figure>\n\n\n\n\n

En el bazar constitucional europeo<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

En La Rep\u00fablica<\/em> de Plat\u00f3n, la democracia se compara con un bazar constitucional. La gente tiene tanta libertad que puede elegir cualquier forma de gobierno como base de la comunidad pol\u00edtica: gobierno del pueblo (democracia), gobierno de los ricos (oligarqu\u00eda), gobierno de los mejores (aristocracia) y, cuando la democracia se deteriora, gobierno de los tiranos. Plat\u00f3n, como sabemos, no era dem\u00f3crata, y pretend\u00eda dar la voz de alarma. Pero su cr\u00edtica nos recuerda a la Uni\u00f3n Europea, otra especie de bazar constitucional. El Parlamento Europeo se asemeja al poder del pueblo, el Banco Central Europeo se hace eco del poder de los ricos, la Comisi\u00f3n Europea y el Tribunal de Justicia representan el poder de los mejores \u2013o de los expertos\u2013 y el Consejo combina elementos de cada uno.<\/p>\n\n\n\n

Esta mezcla hace que el programa de transformaci\u00f3n de la Uni\u00f3n sea especialmente dif\u00edcil. En el caso de los Estados naci\u00f3n, la presencia nominal de la soberan\u00eda es lo que da la ilusi\u00f3n del control popular: la pol\u00edtica vuelve a ser el espacio de la libertad. Las instituciones de la Uni\u00f3n s\u00f3lo pueden basarse en la pol\u00edtica. Por eso siguen circulando buenas ideas pol\u00edticas: un nuevo Pacto Verde para Europa, una pol\u00edtica com\u00fan europea de migraci\u00f3n \u2013cuando las cosas van bien\u2013, un sistema fiscal progresivo. Pero, como hemos visto recientemente, las buenas pol\u00edticas se ven constantemente amenazadas por las malas.<\/p>\n\n\n\n

La Uni\u00f3n nunca ha sido tan vulnerable a las fluctuaciones pol\u00edticas de sus Estados miembros \u2013el Brexit fue, de hecho, solo el primer temblor\u2013. Por eso las buenas pol\u00edticas, incluidas las pol\u00edticas de ampliaci\u00f3n, ya no bastan. Las buenas pol\u00edticas no se sostienen por s\u00ed solas: tambi\u00e9n requieren la intervenci\u00f3n humana. Un cambio real en la Uni\u00f3n requiere el desarrollo de un movimiento paneuropeo que defienda pol\u00edticas verdaderamente integradoras y radicalmente igualitarias, un conjunto de normas e instituciones que pongan en pr\u00e1ctica la libertad y la igualdad que propugnan. El problema de la expansi\u00f3n exterior de la Uni\u00f3n no puede separarse del de su reforma interna. Lo que hace falta es una acci\u00f3n pol\u00edtica decidida y la claridad de miras que caracteriz\u00f3 a los padres fundadores: una nueva visi\u00f3n econ\u00f3mica capaz de trascender los l\u00edmites del capitalismo, e instituciones pol\u00edticas capaces de dar a los ciudadanos una representaci\u00f3n democr\u00e1tica adecuada. En resumen: un nuevo modelo econ\u00f3mico transnacional combinado con un nuevo modelo pol\u00edtico transnacional.<\/p>\n\n\n\n

La Uni\u00f3n nunca ha sido tan vulnerable a las fluctuaciones pol\u00edticas de sus Estados miembros \u2013el Brexit fue, de hecho, solo el primer temblor\u2013. <\/p>LEA YPI<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Europa se encuentra en un momento decisivo. O se deja moldear por la derecha, que acabar\u00e1 destruy\u00e9ndola desde dentro; o debe tomar un camino distinto al que suele seguir, priorizando no lo que tiene que ense\u00f1ar a los dem\u00e1s, sino lo que debe aprender para que el ideal sobreviva.<\/p>\n\n\n\n\n

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Durres, Albania, 1999 \u00a9 Alexandra Boulat\/SIPA<\/figcaption> <\/figure>\n <\/a>\n \n <\/div>\n
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Durres, Albania, 1999 \u00a9 Alexandra Boulat\/SIPA<\/figcaption> <\/figure>\n <\/a>\n <\/div>\n <\/div>\n \n
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Durres, Albania, 1999 \u00a9 Alexandra Boulat\/SIPA<\/figcaption> <\/figure>\n \n <\/div>\n
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Durres, Albania, 1999 \u00a9 Alexandra Boulat\/SIPA<\/figcaption> <\/figure>\n <\/div>\n <\/div>\n<\/div>\n\n\n\n

El fin del paseo<\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Al final del paseo en Durr\u00ebs, llegamos a una zona conocida extraoficialmente por las generaciones mayores como Volga \u2013por el nombre de inspiraci\u00f3n sovi\u00e9tica de un antiguo hotel\u2013 y por nosotros, los ni\u00f1os, como Rezistenca<\/em>, o Plaza de la Resistencia, por un monumento comunista que celebra la resistencia de Albania a la invasi\u00f3n fascista durante la Segunda Guerra Mundial. El monumento consta de varios escalones de hormig\u00f3n \u2013a menudo utilizados por los ni\u00f1os como toboganes\u2013 que se elevan hasta una gran escultura socialista de un soldado no identificado. Su mirada est\u00e1 fija en el mar Adri\u00e1tico y hay algo nost\u00e1lgico, casi melanc\u00f3lico, en la expresi\u00f3n de su rostro y sus ojos. Pero sus manos est\u00e1n firmemente levantadas, sosteniendo un fusil que apunta hacia Italia, al otro lado del mar. Es una imagen pl\u00e1stica de violencia y deseo.<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, nadie le presta atenci\u00f3n. Los habitantes de Durr\u00ebs pasean alrededor del monumento como si se tratara de una procesi\u00f3n, absortos en sus ocupaciones cotidianas, apenas lo miran, ni siquiera se detienen a observarlo.<\/p>\n\n\n\n

Tambi\u00e9n este pasaje tiene algo de la Uni\u00f3n. Una procesi\u00f3n interminable alrededor del pasado. Un pasado que no es m\u00e1s que un hito, pero al que nunca nos detenemos a mirar, al que nunca levantamos la vista, sobre el que nunca reflexionamos. Est\u00e1 ah\u00ed, como una estatua de bronce fr\u00eda como la piedra \u2013sus lecciones m\u00e1s importantes tambi\u00e9n est\u00e1n ah\u00ed, a su vez a salvo de las miradas y a la vista de todos\u2013.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Xhiro. \u00bfY si una pr\u00e1ctica popular de las orillas del Adri\u00e1tico permitiera comprender los callejones sin salida del proceso de ampliaci\u00f3n europea? En un momento en que Emmanuel Macron, Pedro S\u00e1nchez, Ursula von der Leyen y otros dirigentes europeos debaten sobre el futuro de la Uni\u00f3n, Lea Ypi convoca del pasado el recuerdo de un paseo por la Albania comunista. 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