{"id":18686,"date":"2023-06-20T11:09:00","date_gmt":"2023-06-20T10:09:00","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=18686"},"modified":"2023-06-21T10:21:37","modified_gmt":"2023-06-21T09:21:37","slug":"la-guerra-extendida-vista-desde-washington","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2023\/06\/20\/la-guerra-extendida-vista-desde-washington\/","title":{"rendered":"La guerra extendida vista desde Washington"},"content":{"rendered":"\n
Entre 2017 y 2019, Fiona Hill fue miembro del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, donde tuvo la responsabilidad espec\u00edfica de Europa y Rusia. Desde la d\u00e9cada de 1990, se consolid\u00f3 como una de las principales expertas en el mundo postsovi\u00e9tico. Tras un intercambio en la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica en 1987, cuando a\u00fan era estudiante en la Universidad de Saint Andrews (Escocia), pas\u00f3 a especializarse en historia rusa y dedic\u00f3 su tesis a las representaciones que las \u00e9lites postsovi\u00e9ticas ten\u00edan de la Rusia prerrevolucionaria. A lo largo de su carrera, se ha movido entre la investigaci\u00f3n acad\u00e9mica, los think tanks y el servicio p\u00fablico, y trabaj\u00f3 para las administraciones de Bush y Obama. En los \u00faltimos a\u00f1os, ha sido una de las voces m\u00e1s pesimistas sobre la evoluci\u00f3n de Rusia, y lleg\u00f3 a afirmar, pocos d\u00edas despu\u00e9s de la invasi\u00f3n de Ucrania, que la Tercera Guerra Mundial ya<\/em> hab\u00eda comenzado, y que era hora de despertar. <\/p>\n\n\n\n El 13 de mayo de 2023, Fiona Hill pronunci\u00f3 una conferencia en el marco de las Conferencias Lennart Mari (que llevan el nombre del presidente estonio entre 1992 y 2001), organizadas por el Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad (ICDS), un think tank creado en Estonia en 2006 para promover el pensamiento estrat\u00e9gico en materia de seguridad y defensa en la regi\u00f3n. Su esperado discurso se centr\u00f3 en las tensiones surgidas entre Occidente y el resto del mundo a ra\u00edz de la invasi\u00f3n de Ucrania (\u201cthe West and the rest\u201d<\/em>, para retomar una expresi\u00f3n conocida). Se dice que la agresi\u00f3n de Vladimir Putin ha provocado el resurgimiento definitivo de un bando no alineado. Situados en su mayor\u00eda en el Sur global, estos pa\u00edses quieren mantenerse al margen de la guerra que ha estallado en Europa. M\u00e1s en general, decididos a conservar su autonom\u00eda, no quieren verse envueltos en la confrontaci\u00f3n que se est\u00e1 gestando entre Estados Unidos y Rusia. De hecho, Fiona Hill va m\u00e1s all\u00e1 y describe las reacciones a la guerra de Ucrania como \u00abuna rebeli\u00f3n de intermediarios contra la hegemon\u00eda de Estados Unidos\u00bb (\u201ca proxy rebellion against the U.S.<\/em>\u201d). Uno de los aspectos decisivos de la disputa entre Estados Unidos y, en menor medida, sus aliados europeos -lo que ella llama tambi\u00e9n la \u00abcomunidad transatl\u00e1ntica\u00bb- y el resto del mundo es tambi\u00e9n la impresi\u00f3n de que Occidente, que se moviliza muy r\u00e1pidamente en favor de Ucrania (al menos en 2022), es incapaz de acudir en ayuda de los pa\u00edses del Sur. Tambi\u00e9n llama la atenci\u00f3n que la \u00abCumbre para un nuevo acuerdo financiero mundial\u00bb, que se present\u00f3 como un momento clave durante la \u00faltima cumbre del G7 en Hiroshima, haya sido ampliamente abandonada por las potencias occidentales: de los miembros del G7, s\u00f3lo Francia, que acoge la cumbre, y Alemania han anunciado hasta ahora su participaci\u00f3n. <\/p>\n\n\n\n En su conferencia, Fiona Hill sienta las bases de la diplomacia del kayak, met\u00e1fora que despliega a lo largo de todo el texto. En pocas palabras, sugiere a los estadounidenses que cambien de perspectiva y transformen su doctrina estrat\u00e9gica y diplom\u00e1tica. Se trata de una lectura esencial en un momento en que Estados Unidos parece atrapado en un callej\u00f3n sin salida geopol\u00edtico, atrapado por su poder y la forma en que lo ha utilizado desde 1945. <\/p>\n\n\n\n M\u00e1s de un a\u00f1o despu\u00e9s de la invasi\u00f3n rusa de Ucrania, la brutal guerra desatada por Vladimir Putin se ha convertido, como suelen hacer los grandes conflictos regionales, en una guerra con ramificaciones mundiales. No se trata, como afirman Putin y otros, de una guerra de intermediarios entre Estados Unidos, o el \u00abOccidente colectivo\u00bb (Estados Unidos y sus aliados, europeos o no), y Rusia. En el escenario geopol\u00edtico actual, la guerra en la que estamos inmersos ofrece una imagen invertida: una guerra de intermediarios para una rebeli\u00f3n de Rusia y el \u00abresto del mundo\u00bb contra Estados Unidos. La guerra en Ucrania es quiz\u00e1s el acontecimiento que hace evidente para todos la desaparici\u00f3n de la pax americana<\/em>.<\/p>\n\n\n\n Al perseguir la guerra, Rusia ha explotado h\u00e1bilmente la resistencia internacional profundamente arraigada y, en algunos casos, los desaf\u00edos abiertos a la continuidad del liderazgo estadounidense de las instituciones mundiales. Rusia no es la \u00fanica que quiere marginar a Estados Unidos en Europa, ni China la \u00fanica que quiere minimizar y contener la presencia militar y econ\u00f3mica estadounidense en Asia, para poder asegurar sus respectivas esferas de influencia. Otros pa\u00edses tradicionalmente considerados \u00abpotencias intermedias\u00bb o \u00abEstados pivote\u00bb (\u201cswing states<\/em>\u201d) -el llamado \u00abresto\u00bb, para distinguirlos de Occidente- buscan reducir la influencia de Estados Unidos y ejercer una mayor influencia en los asuntos mundiales. Quieren decidir, no que les dicten sus intereses. En resumen, en 2023 estamos escuchando un no rotundo a la dominaci\u00f3n estadounidense y viendo un fuerte apetito por un mundo sin hegemon\u00eda.<\/p>\n\n\n\n En este contexto, la pr\u00f3xima iteraci\u00f3n del sistema de seguridad, pol\u00edtico y econ\u00f3mico mundial no estar\u00e1 enmarcada \u00fanicamente por Estados Unidos. La realidad ya es otra. No se trata de una cuesti\u00f3n de \u00aborden\u00bb, que intr\u00ednsecamente remita a una jerarqu\u00eda, ni siquiera de \u00abdesorden\u00bb. Toda una serie de pa\u00edses est\u00e1n empujando y jalando seg\u00fan sus propias prioridades para producir nuevos acuerdos. Dentro de la comunidad transatl\u00e1ntica, puede que tengamos que desarrollar una nueva terminolog\u00eda y adaptar nuestros planteamientos de pol\u00edtica exterior para tratar con redes horizontales de estructuras que se traslapan y a veces compiten entre s\u00ed. Hemos entrado en lo que Samir Saran, presidente de la Observer Research Foundation de la India, ha denominado la era de las \u00absociedades de responsabilidad limitada\u00bb. La regionalizaci\u00f3n de la seguridad, el comercio y las alianzas pol\u00edticas complica nuestras estrategias de seguridad nacional y la planificaci\u00f3n de pol\u00edticas, pero tambi\u00e9n puede entrecruzar nuestras prioridades de forma \u00fatil si somos flexibles y creativos, en lugar de limitarnos a resistir y reaccionar cuando las cosas van en una direcci\u00f3n que no nos gusta. Como ha sugerido el experto brit\u00e1nico en seguridad Neil Melvin, deber\u00edamos adoptar la idea del \u00abminilateralismo\u00bb.<\/p>\n\n\n\n A diferencia del bilateralismo o el multilateralismo (a menudo preferidos por los europeos), el minilateralismo se refiere a la diplomacia entre peque\u00f1os grupos de Estados que persiguen objetivos comunes en el marco de organizaciones multilaterales.<\/p>\n\n\n\n Lennart Meri, a quien celebramos y conmemoramos con esta conferencia, dio muestras de flexibilidad y creatividad en un momento igualmente inquietante, al final de la Guerra Fr\u00eda, como cabr\u00eda esperar de un talentoso pol\u00edglota, escritor y cineasta, que como pol\u00edtico fue ministro de Asuntos Exteriores y presidente. De hecho, podr\u00edamos incluso sugerir que Lennart Meri prefigur\u00f3 nuestra \u00e9poca actual. En los a\u00f1os noventa, el presidente Meri defendi\u00f3 la idea de que convertirse en europeo o transatl\u00e1ntico no significaba descartar la propia identidad estonia o ignorar el contexto regional espec\u00edfico. Historiador de formaci\u00f3n, entend\u00eda este contexto al nivel m\u00e1s profundo. El presidente Meri trat\u00f3 de desarrollar m\u00faltiples perspectivas regionales y globales para Estonia. Dio prioridad a las relaciones con los vecinos inmediatos y Europa, con Estados Unidos y con Naciones Unidas. Las relaciones con Estados Unidos fueron cruciales para \u00e9l, ya que Washington nunca reconoci\u00f3 la ocupaci\u00f3n sovi\u00e9tica de los Estados b\u00e1lticos tras la Segunda Guerra Mundial y facilit\u00f3 la libertad de Estonia despu\u00e9s de 1991. Pero Meri tambi\u00e9n adopt\u00f3 un enfoque decididamente b\u00e1ltico a la hora de configurar la pol\u00edtica estonia. Nunca subordin\u00f3 Estonia a una potencia mayor. El presidente Meri era muy consciente de lo que un pa\u00eds peque\u00f1o pod\u00eda lograr y por qu\u00e9. Sobre la evidente proximidad de Estonia a Rusia y su historia con ella, coment\u00f3: \u00abComparada con Rusia, Estonia es como un kayak inuit. Un superpetrolero tarda 16 millas n\u00e1uticas en dar la vuelta, pero los inuit pueden hacer un giro de 180 grados en un abrir y cerrar de ojos\u00bb.<\/p>\n\n\n\n Lennart Meri (1929-2006), que da nombre a la conferencia en la que interviene Fiona Hill, fue presidente de Estonia entre 1992 y 2001 tras haber sido su ministro de Asuntos Exteriores entre 1990 y 1992. Nacido en el seno de una familia de notables estonios, Meri se form\u00f3 en el extranjero en los a\u00f1os treinta. Estaba en Estonia en 1940, cuando la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica se anexion\u00f3 el pa\u00eds. Poco despu\u00e9s fue deportado con su familia a Siberia. Tras la guerra, fue repatriado a Estonia, donde estudi\u00f3 historia, asignatura que no le estaba permitido impartir. Despu\u00e9s se dedic\u00f3 al cine y la literatura; hizo pel\u00edculas y escribi\u00f3 libros de viajes. La mayor\u00eda de sus obras fueron parcialmente censuradas o prohibidas. A partir de los a\u00f1os setenta, obtuvo ocasionalmente el derecho a salir de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica y aprovech\u00f3 los viajes a Finlandia para empezar a hacer o\u00edr la voz de la disidencia estonia, sobre todo en la lucha contra los proyectos de extracci\u00f3n de fosfatos. En 1988, se afili\u00f3 al Frente Popular Estonio, una referencia directa a la movilizaci\u00f3n antifascista de los Estados b\u00e1lticos en los a\u00f1os treinta. Dos a\u00f1os m\u00e1s tarde, tras las elecciones libres de marzo de 1990, se convirti\u00f3 en ministro de Asuntos Exteriores, antes de ser elegido presidente de la Rep\u00fablica como candidato de Pro-patria, plataforma pol\u00edtica que agrupaba a dem\u00f3cratacristianos, conservadores y nacionalistas. Tras un segundo mandato como presidente, se retir\u00f3 y muri\u00f3 de c\u00e1ncer cerebral unos a\u00f1os m\u00e1s tarde. A\u00fan hoy es una figura de la independencia estonia y de la apertura a Occidente.\u00a0<\/p>\n\n\n\n Si estuviera hoy aqu\u00ed, creo que el presidente Meri reconocer\u00eda que la guerra de Ucrania es una guerra que est\u00e1 cambiando el mundo o el sistema. Ha desnudado los detalles superficiales y ha puesto de relieve las grietas y fallas del orden internacional. No es un conflicto del siglo XXI. Es una guerra retr\u00f3grada, lo que esperamos que sea el espasmo terminal de las convulsiones europeas que sacudieron al resto del mundo en el siglo XX como consecuencia del dominio mercantilista y las conquistas imperiales de Europa. Putin y Mosc\u00fa luchan en Ucrania por recuperar el control de antiguos territorios coloniales abandonados a finales del siglo XX.<\/p>\n\n\n\n Putin cree que Rusia no es s\u00f3lo el Estado sucesor del Imperio Ruso y de la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, sino un Estado en continuidad con ellos. As\u00ed es como todos reconocimos a Rusia tras la disoluci\u00f3n de la URSS en diciembre de 1991. Este hecho explica en gran medida el presente. Rusia es el \u00faltimo imperio continental de Europa. En el siglo XX, la Primera Guerra Mundial acab\u00f3 con los imperios otomano y austroh\u00fangaro, as\u00ed como con el emperador alem\u00e1n y el zar ruso. Los bolcheviques reconstituyeron Rusia en forma de Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica y retuvieron por la fuerza muchas posesiones territoriales adyacentes a Mosc\u00fa. La Segunda Guerra Mundial marc\u00f3 el fin del colonialismo europeo y provoc\u00f3 la desintegraci\u00f3n del Imperio Brit\u00e1nico de Ultramar, pero la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica volvi\u00f3 a expandirse. La URSS reconquist\u00f3 Estonia y los dem\u00e1s Estados b\u00e1lticos, e intent\u00f3 reconquistar Finlandia. Los sovi\u00e9ticos tambi\u00e9n ejercieron un nuevo dominio sobre Europa Oriental tras la Segunda Guerra Mundial. El af\u00e1n expansionista de la URSS la llev\u00f3 entonces a un enfrentamiento de casi medio siglo con Estados Unidos, antigua colonia brit\u00e1nica. La Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, el Imperio ruso, se derrumb\u00f3 finalmente al final de ese periodo, la Guerra Fr\u00eda, pero no en la mente de Vladimir Putin y sus secuaces.<\/p>\n\n\n\n Desde 1991, Estados Unidos parece haber seguido siendo la \u00fanica superpotencia mundial. Pero hoy, tras un turbulento periodo de dos d\u00e9cadas de intervenciones militares lideradas por Estados Unidos y de implicaci\u00f3n directa en guerras regionales, la guerra de Ucrania pone de manifiesto el declive del propio Estados Unidos. Este declive es relativo en t\u00e9rminos econ\u00f3micos y militares, pero grave en t\u00e9rminos de autoridad moral. Por desgracia, como predijo Osama bin Laden, las reacciones y acciones de Estados Unidos han erosionado su posici\u00f3n desde los devastadores atentados terroristas del 11 de septiembre. La \u00abfatiga de Estados Unidos\u00bb y la desilusi\u00f3n con su papel hegem\u00f3nico mundial est\u00e1n muy extendidas. Lo mismo ocurre con los propios Estados Unidos, como atestiguan los debates en el Congreso, los medios de comunicaci\u00f3n y los grupos de reflexi\u00f3n. Para algunos, Estados Unidos es un actor internacional defectuoso que debe resolver sus propios problemas internos. Para otros, Estados Unidos es una nueva forma de Estado imperial que ignora las preocupaciones de los dem\u00e1s y hace valer su peso militar.<\/p>\n\n\n\n A corto plazo, esta situaci\u00f3n es especialmente perjudicial para Ucrania. En general, la guerra de Ucrania se considera uno m\u00e1s de los dram\u00e1ticos acontecimientos ocurridos desde 2001 por instigaci\u00f3n de Estados Unidos. La mano dura de la \u00abguerra contra el terror\u00bb ha alienado a gran parte del mundo musulm\u00e1n. La invasi\u00f3n estadounidense de Irak en 2003, tras la de Afganist\u00e1n, revivi\u00f3 los horrores de las intervenciones estadounidenses durante la Guerra Fr\u00eda en Corea y Vietnam. La inacci\u00f3n estadounidense en conflictos como el de Yemen y sus intervenciones selectivas en Libia y Siria han subrayado la incoherencia de la pol\u00edtica exterior estadounidense. La crisis financiera de 2008-2010 y la Gran Recesi\u00f3n, seguidas de la agitaci\u00f3n interna estadounidense y la elecci\u00f3n de Donald Trump en 2016, debilitaron el poder del ejemplo democr\u00e1tico estadounidense. El desprecio de Trump por los acuerdos internacionales y su burda mala gesti\u00f3n de la pandemia mundial, as\u00ed como, m\u00e1s recientemente, la torpe retirada de Afganist\u00e1n de la administraci\u00f3n de Biden, han puesto a\u00fan m\u00e1s en duda la capacidad de Estados Unidos para desempe\u00f1ar un papel de liderazgo mundial.<\/p>\n\n\n\n Esto no quiere decir que la invasi\u00f3n rusa de Ucrania se vea con buenos ojos. Los principios fundamentales del derecho internacional son siempre un orden o principio universal, especialmente para los Estados peque\u00f1os. Los pa\u00edses del mundo han reconocido y condenado ampliamente los hechos de la agresi\u00f3n rusa, en particular mediante m\u00faltiples votaciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas. La Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional y otras sentencias internacionales han subrayado el liderazgo moral y jur\u00eddico de Ucrania en esta guerra. La conducta brutal y las atrocidades de Mosc\u00fa, as\u00ed como sus errores y fracasos militares, han debilitado la posici\u00f3n de Rusia<\/a>. Pero la forma en que la mayor\u00eda de los Estados y analistas ven a Estados Unidos es su prisma para evaluar las acciones de Rusia.<\/p>\n\n\n\n A Ucrania se la juzga esencialmente culpable por asociaci\u00f3n por haberse beneficiado del apoyo directo de Estados Unidos en sus esfuerzos por defenderse y liberar su territorio. De hecho, en ciertos foros internacionales, pero tambi\u00e9n en Estados Unidos, los debates sobre Ucrania degeneran r\u00e1pidamente en pol\u00e9micas sobre el comportamiento pasado de Estados Unidos. Las acciones de Rusia se discuten superficialmente. \u00abS\u00ed, Rusia ha anulado el principio fundamental posterior a 1945 de la prohibici\u00f3n de la guerra y del uso de la fuerza, consagrado en el art\u00edculo 2 de la Carta de las Naciones Unidas… Pero Estados Unidos ya socav\u00f3 este principio cuando invadi\u00f3 Irak hace 20 a\u00f1os\u00bb.<\/p>\n\n\n\n Este tipo de argumento no es s\u00f3lo una caracter\u00edstica de la ret\u00f3rica rusa. La invasi\u00f3n estadounidense de Irak socav\u00f3 universalmente la credibilidad de Estados Unidos y sigue haci\u00e9ndolo. Para muchos cr\u00edticos estadounidenses, Irak es el \u00faltimo de una serie de pecados estadounidenses que se remontan a Vietnam y el precursor de los acontecimientos actuales. Aunque un peque\u00f1o pu\u00f1ado de Estados se haya puesto del lado de Rusia en sucesivas resoluciones de la Asamblea General de la ONU, las significativas abstenciones, sobre todo de China e India, demuestran el descontento con Estados Unidos. Como resultado, la doble tarea vital de restaurar la prohibici\u00f3n de la guerra y del uso de la fuerza como piedra angular de las Naciones Unidas y del sistema internacional, y de defender la soberan\u00eda y la integridad territorial de Ucrania, se est\u00e1 perdiendo en el marasmo del escepticismo y la desconfianza hacia Estados Unidos.<\/p>\n\n\n\n En lo que se conoce como el \u00abSur Global\u00bb y lo que yo llamo vagamente el \u00abresto del mundo\u00bb, Estados Unidos no es percibido como un Estado virtuoso. La percepci\u00f3n de la arrogancia y la hipocres\u00eda estadounidenses est\u00e1 muy extendida. La confianza en el sistema internacional que Estados Unidos ayud\u00f3 a inventar y ha presidido desde la Segunda Guerra Mundial hace tiempo que desapareci\u00f3. Las \u00e9lites y las poblaciones de muchos de esos pa\u00edses sienten que el sistema les fue impuesto en un momento de debilidad, cuando acababan de asegurar su independencia. Aunque las \u00e9lites y las poblaciones se hayan beneficiado en general de la pax americana<\/em>, consideran que Estados Unidos y el bloque de pa\u00edses que forman el Occidente colectivo se han beneficiado mucho m\u00e1s. Para ellos, esta guerra consiste en proteger las ventajas y la hegemon\u00eda occidentales, no en defender Ucrania.<\/p>\n\n\n\n El Occidente colectivo<\/a> es la expresi\u00f3n que utiliza Vladimir Putin para referirse a lo que \u00e9l describe como la connivencia de Estados Unidos y Europa para acabar con la naci\u00f3n rusa y sus tradiciones. Invocado regularmente en sus discursos<\/a> y en los de sus aliados, el Occidente colectivo ha adquirido el valor de antirruso, cargado de todos los valores que se\u00f1alan a Occidente como un espacio decadente y amenazador cuya ambici\u00f3n es destruir moral y geogr\u00e1ficamente a Rusia.\u00a0<\/p>\n\n\n\n Las falsas narrativas de Rusia sobre su invasi\u00f3n de Ucrania y sobre Estados Unidos resuenan y se arraigan en todo el mundo porque caen en terreno f\u00e9rtil. La desinformaci\u00f3n rusa se parece m\u00e1s a la informaci\u00f3n: se ajusta a los \u00abhechos\u00bb tal y como los perciben los dem\u00e1s. Las \u00e9lites no occidentales comparten la creencia de algunos analistas occidentales de que Rusia ha sido provocada o empujada a la guerra por Estados Unidos y la expansi\u00f3n de la OTAN. Les molesta el poder del d\u00f3lar estadounidense y el uso frecuente de sanciones financieras por parte de Washington<\/a>. No han sido consultados por Estados Unidos sobre esta serie de sanciones contra Rusia; consideran que las sanciones occidentales est\u00e1n limitando sus suministros de energ\u00eda y alimentos y haciendo subir los precios; culpan del bloqueo ruso del Mar Negro y de la interrupci\u00f3n deliberada de las exportaciones mundiales de cereales a Estados Unidos, y no al verdadero responsable, Vladimir Putin; se\u00f1alan que nadie insisti\u00f3 en sancionar a Estados Unidos cuando invadi\u00f3 Afganist\u00e1n y luego Irak, a pesar de que estas \u00e9lites se opon\u00edan a la intervenci\u00f3n estadounidense, as\u00ed que \u00bfpor qu\u00e9 deber\u00edan hacerlo ahora con Rusia?<\/p>\n\n\n\n La resistencia de los pa\u00edses del Sur a los llamados a la solidaridad de Estados Unidos y Europa sobre Ucrania es una rebeli\u00f3n abierta. Es un mot\u00edn contra lo que consideran el Occidente colectivo, que domina el discurso internacional y culpa a todos los dem\u00e1s de sus problemas, mientras desestima sus prioridades en materia de compensaci\u00f3n del cambio clim\u00e1tico, desarrollo econ\u00f3mico y alivio de la deuda. Los pa\u00edses del Sur se sienten constantemente marginados en los asuntos mundiales. De hecho, \u00bfpor qu\u00e9 nos referimos a ellos (como hago yo en este discurso) como el \u00abSur Global\u00bb, cuando antes los llam\u00e1bamos el Tercer Mundo o el mundo en desarrollo? \u00bfPor qu\u00e9 son incluso el \u00abresto del mundo\u00bb? Son el mundo, representan a 6 500 millones de personas. Nuestra terminolog\u00eda sigue siendo bastante colonialista.<\/p>\n\n\n\n Esta actitud del \u00abSur Global\u00bb puede ilustrarse con la pol\u00edtica internacional del presidente Lula. En relaci\u00f3n con la invasi\u00f3n rusa de Ucrania, su l\u00ednea diplom\u00e1tica est\u00e1 muy alejada de la del \u00abOccidente global\u00bb. El presidente brasile\u00f1o ha afirmado que la responsabilidad es compartida por ambas partes en el conflicto y ha sostenido que Estados Unidos est\u00e1 desempe\u00f1ando un papel nocivo en la prolongaci\u00f3n del conflicto. Tambi\u00e9n se muestra muy cr\u00edtico con el peso del d\u00f3lar en las relaciones econ\u00f3micas y financieras internacionales, y espera que el \u00abSur Global\u00bb desarrolle sus propios instrumentos para romper con esa dependencia: una moneda com\u00fan sudamericana e instituciones financieras alternativas al FMI y al Banco Mundial, como el nuevo banco de desarrollo de los BRICS<\/a>.\u00a0<\/p>\n\n\n\n El movimiento de los no alineados de la \u00e9poca de la Guerra Fr\u00eda ha resurgido, si es que alguna vez desapareci\u00f3. Hoy es menos un movimiento cohesionado que un deseo de distanciamiento, de mantenerse al margen del l\u00edo europeo sobre Ucrania. Pero tambi\u00e9n es una reacci\u00f3n negativa muy clara a la propensi\u00f3n estadounidense a definir el orden mundial y obligar a los pa\u00edses a tomar partido. Un interlocutor indio exclam\u00f3 recientemente sobre Ucrania: \u00ab\u00a1Es su conflicto! Nosotros tenemos otras cuestiones urgentes, nuestros propios problemas… En nuestra propia tierra, tenemos nuestras propias direcciones que tomar… \u00bfD\u00f3nde est\u00e1n cuando las cosas van mal para nosotros?\u00bb.<\/p>\n\n\n\n La mayor\u00eda de los pa\u00edses, incluidos muchos de Europa, rechazan la actual concepci\u00f3n estadounidense de una nueva \u00abcompetencia de grandes potencias\u00bb, un estira y afloja geopol\u00edtico entre Estados Unidos y China. Los Estados y las \u00e9lites despotrican contra la idea estadounidense de que \u00abo se est\u00e1 con nosotros o contra nosotros\u00bb, o de que se est\u00e1 \u00aben el lado correcto o equivocado de la historia\u00bb en una lucha \u00e9pica entre democracias y autocracias. Pocas personas fuera de Europa aceptan esta definici\u00f3n de la guerra de Ucrania o de las cuestiones geopol\u00edticas. No quieren que se les asigne a nuevos bloques impuestos artificialmente; ninguno quiere verse atrapado en un choque tit\u00e1nico entre Estados Unidos y China. A diferencia de Estados Unidos, y de otros pa\u00edses como Jap\u00f3n, Corea del Sur e India, la mayor\u00eda de los pa\u00edses no ven a China como una amenaza militar o de seguridad directa. Pueden tener serias dudas sobre el brutal comportamiento econ\u00f3mico y pol\u00edtico de China y sus flagrantes violaciones de los derechos humanos, pero siguen reconociendo el valor de China como socio comercial y de inversi\u00f3n para su futuro desarrollo. Estados Unidos y la Uni\u00f3n Europea no ofrecen suficientes alternativas para que los pa\u00edses se aparten de China, ni siquiera en el \u00e1mbito de la seguridad<\/a>, e incluso dentro de Europa var\u00eda el sentido de la importancia de lo que est\u00e1 en juego para cada pa\u00eds en el sistema internacional m\u00e1s amplio y en las relaciones con China.<\/p>\n\n\n\n Fuera de Europa, el inter\u00e9s por los nuevos \u00f3rdenes regionales es m\u00e1s pronunciado. En este contexto, los BRICS -que ofrecen a sus miembros una alternativa al G7 y al G20- resultan ahora atractivos para otros. Al parecer, diecinueve pa\u00edses, entre ellos Arabia Saudita e Ir\u00e1n, han manifestado su inter\u00e9s por unirse a la organizaci\u00f3n antes de su reciente cumbre de abril de 2023. Los pa\u00edses consideran que los BRICS (y entidades similares como la Organizaci\u00f3n de Cooperaci\u00f3n de Shangh\u00e1i u OCS) ofrecen acuerdos diplom\u00e1ticos flexibles y posibles nuevas alianzas estrat\u00e9gicas, as\u00ed como diferentes oportunidades comerciales m\u00e1s all\u00e1 de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, los miembros y candidatos de los BRICS tienen intereses muy dispares. Debemos tener eso en cuenta al tratar de encontrar una soluci\u00f3n a la guerra en Ucrania y al considerar los tipos de estructuras y redes con los que tendremos que tratar en el futuro.<\/p>\n\n\n\n Voy a examinar algunos de los factores m\u00e1s relevantes a la hora de pensar en Ucrania en el contexto de los BRICS.<\/p>\n\n\n\n Putin y Rusia esperan que la guerra haya sacudido la vieja ecuaci\u00f3n global posterior a 1945. Mosc\u00fa pretende salir de la guerra centr\u00e1ndose en ampliar su papel e influencia en organizaciones multilaterales como los BRICS, de las que Estados Unidos y el Occidente colectivo est\u00e1n excluidos. Pero cabe se\u00f1alar que, dentro del grupo de los BRICS, precisamente a causa de la guerra, Rusia es vista como cada vez m\u00e1s dependiente de China y como un actor global cada vez menos aut\u00f3nomo.<\/p>\n\n\n\nEl resto del mundo se rebela contra Estados Unidos<\/h2>\n\n\n\n