{"id":17793,"date":"2023-06-01T11:40:00","date_gmt":"2023-06-01T10:40:00","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=17793"},"modified":"2023-06-02T09:48:56","modified_gmt":"2023-06-02T08:48:56","slug":"las-guerras-culturales-mundiales-de-giorgia-meloni","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2023\/06\/01\/las-guerras-culturales-mundiales-de-giorgia-meloni\/","title":{"rendered":"Las guerras culturales mundiales de Giorgia Meloni"},"content":{"rendered":"\n

A pesar de las preocupaciones, no ha surgido ninguna marcha en Roma, al menos, por el momento. Al contrario, la tan temida toma del palacio por Giorgia Meloni y el partido que lidera la derecha italiana emprendi\u00f3 el camino de la institucionalizaci\u00f3n de los hombres, de las reivindicaciones y de las posiciones pol\u00edticas de un grupo que, durante a\u00f1os, hab\u00eda sido marginal. Este camino podr\u00eda, quiz\u00e1s, inscribirse en un proceso de europeizaci\u00f3n y de atlantizaci\u00f3n de la derecha italiana y de un mundo que se hab\u00eda nutrido de lecturas, a menudo, mimeografiadas y distribuidas por libreros inveros\u00edmiles, para mantener viva una llama (tricolor) que el viento democr\u00e1tico hab\u00eda sepultado bajo el avance de la cultura de los derechos individuales y de la modernidad. La institucionalizaci\u00f3n, m\u00e1s que la normalizaci\u00f3n, tambi\u00e9n es evidente en los recientes nombramientos para puestos directivos en las principales empresas p\u00fablicas del pa\u00eds<\/a>. En varios casos, se ha optado por nombrar a t\u00e9cnicos que tambi\u00e9n hab\u00edan trabajado con gobiernos anteriores, en lugar de personalidades del aparato o de c\u00edrculos pr\u00f3ximos a Fratelli d’Italia. Tambi\u00e9n, es probable que hubiera sido muy dif\u00edcil, para un partido que ha experimentado un crecimiento vertiginoso en los \u00faltimos a\u00f1os, desempe\u00f1ar el papel de incubadora y reservorio de la clase directiva necesaria en un pa\u00eds tan complejo y estructurado como Italia. Como escribieron Francesco Maselli y David Allegranti<\/a>: \u00abMeloni demuestra que comprende que la soberan\u00eda ya no es s\u00f3lo vertical, que el mandato popular no basta para gobernar con provecho, sino que, tambi\u00e9n, se necesita la soberan\u00eda horizontal, es decir, el reconocimiento de los pares internacionales y de las estructuras supranacionales que toman decisiones que repercuten en los Estados que forman parte de ellas\u00bb. <\/p>\n\n\n\n

Esta afirmaci\u00f3n, que, sin duda, parece v\u00e1lida para Meloni, quiz\u00e1s, no lo sea tanto para otras figuras de la derecha europea. Basta pensar en lo que hemos visto con los experimentos de Marine Le Pen y las posiciones de los conservadores brit\u00e1nicos sobre el Brexit. En este caso, Italia se ve presionada por la necesidad de una coacci\u00f3n externa que enmarque el desarrollo pol\u00edtico de Roma. Hay, sin embargo, un aspecto que va m\u00e1s all\u00e1 de las contingencias estrictamente pol\u00edticas que parece oportuno explorar y que tiene que ver con la posici\u00f3n de la Italia meloniana en el contexto de las culture wars<\/em> globales \u2013creo que es pertinente utilizar la expresi\u00f3n en ingl\u00e9s porque, como veremos, es dif\u00edcil entender lo que est\u00e1 ocurriendo si no tomamos como referencia el contexto estadounidense. Este discurso no s\u00f3lo concierne a Italia, sino que, tambi\u00e9n, podr\u00eda extenderse a los debates pol\u00edtico-culturales de otros pa\u00edses. Es obvio que, dada la diversidad de culturas pol\u00edticas de los pa\u00edses europeos, las culture wars<\/em> no son homog\u00e9neas y deben entenderse e interpretarse a la luz de las particularidades nacionales. Por ejemplo, un debate como el de Francia sobre la centralidad del laicismo no ser\u00eda comprensible en otros pa\u00edses si no fuera a la luz de las particularidades del desarrollo hist\u00f3rico de Italia. Del mismo modo, el papel particular del catolicismo en Italia ser\u00eda dif\u00edcil de exportar a otros contextos. Hace m\u00e1s de treinta a\u00f1os, el soci\u00f3logo estadounidense James Davison Hunter public\u00f3 una influyente obra titulada Culture Wars. The struggle to control the family, art, education, law, and politics in America<\/em>. Es una obra fundamental para entender lo que ocurri\u00f3 en Estados Unidos y c\u00f3mo los cambios estadounidenses influyeron, posteriormente, en el debate p\u00fablico y cultural de otros pa\u00edses \u2013no s\u00f3lo occidentales\u2013 sobre cuestiones centrales para la definici\u00f3n de identidades p\u00fablicas. Hunter identifica las variables que han conducido a la actual polarizaci\u00f3n en Estados Unidos, a la imposibilidad del di\u00e1logo p\u00fablico sobre cuestiones complejas y al triunfo del odio como hilo conductor de los debates nacionales. Hemos visto algunos ejemplos recientes de esto, en Italia, con las protestas posteriores a la Feria del Libro de Tur\u00edn <\/span>1<\/sup><\/a><\/span><\/span>.<\/p>\n\n\n\n

Dada la diversidad de culturas pol\u00edticas de los pa\u00edses europeos, las culture wars<\/em> no son homog\u00e9neas y deben entenderse e interpretarse a la luz de las particularidades nacionales.<\/p>PASQUALE ANNICCHINO<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

En su trabajo de principios de los noventa, Hunter identific\u00f3 dos motores fundamentales de la vida p\u00fablica estadounidense: los \u00abprogresistas\u00bb y los \u00abortodoxos\u00bb. Los progresistas creen que las referencias tradicionales a la moral p\u00fablica y privada deben actualizarse a la luz de los avances modernos. Los ortodoxos creen que la autoridad moral no reside en las decisiones del individuo, sino en una autoridad externa, a menudo, religiosa. En torno a esta divisi\u00f3n, se construye la gran polarizaci\u00f3n estadounidense, que divide al electorado y a la sociedad y contribuye a la creciente fractura social, sobre todo, despu\u00e9s de a\u00f1os de avances en materia de derechos individuales. Para Hunter, no hay posibilidad de recomposici\u00f3n entre progresistas y ortodoxos. Las dos tribus viven en realidades paralelas y alternativas, destinadas a no encontrarse nunca mientras compiten por la hegemon\u00eda de la sociedad. No olvidemos que, en la \u00e9poca en la que Hunter escrib\u00eda, las redes sociales a\u00fan no exist\u00edan ni, tampoco, su ahora demostrada capacidad para crear perfiles y polarizar, cosa que ha influido en tantas elecciones.<\/p>\n\n\n\n

Por lo tanto, las culture wars<\/em> no s\u00f3lo tienen que ver con opciones electorales y pol\u00edticas p\u00fablicas, sino con la definici\u00f3n misma de la realidad. \u00bfQu\u00e9 es un hombre? \u00bfQu\u00e9 es una mujer? \u00bfQu\u00e9 es el matrimonio? Hunter fue muy criticado por su an\u00e1lisis, pero, m\u00e1s de treinta a\u00f1os despu\u00e9s, sus teor\u00edas a\u00fan son objeto de debate. Esto tambi\u00e9n puede explicarse por el hecho de que Estados Unidos ha liderado el debate mundial sobre muchas cuestiones decisivas relacionadas con la construcci\u00f3n pol\u00edtica y antropol\u00f3gica de muchas sociedades. Basta con pensar en el debate sobre el reconocimiento del derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo consagrado en la sentencia Obergefell v. Hodges<\/em> del Tribunal Supremo de Estados Unidos el 26 de junio de 2015. La din\u00e1mica es puramente hunteriana: cuatro jueces en contra y cuatro a favor con un s\u00f3lo voto de diferencia debido al papel que desempe\u00f1\u00f3 el juez conservador, pero muy a favor de los derechos civiles, Anthony Kennedy. Esta decisi\u00f3n representa un verdadero punto de inflexi\u00f3n geopol\u00edtico. Mientras la Rusia de Putin redescubre los \u00abvalores tradicionales\u00bb, Estados Unidos, a trav\u00e9s de la decisi\u00f3n del \u00f3rgano judicial supremo, se presenta como el defensor del individualismo y del libre albedr\u00edo. Love is love<\/em>. En otros momentos de su historia, el Tribunal Supremo ha utilizado sus sentencias para dirimir disputas pol\u00edticas internas y ofrecer proyecciones de poder e im\u00e1genes de la historia de Estados Unidos. Pensemos en el caso Brown v. Board of Education<\/em>, de 1954, que allan\u00f3 el camino para el fin de la segregaci\u00f3n racial al comienzo de la Guerra Fr\u00eda y que, tambi\u00e9n, desempe\u00f1\u00f3 un papel decisivo en la exportaci\u00f3n de la narrativa emancipadora promovida por Washington. Gracias al papel del poder judicial y a sus decisiones, Estados Unidos tambi\u00e9n ha logrado exportar su modelo cultural y, en algunos casos, sus guerras internas. No obstante, desde la presidencia de Reagan, no s\u00f3lo ha exportado una narrativa progresista. El frente \u00abortodoxo\u00bb liderado por la derecha religiosa, tambi\u00e9n, ha empezado a abrirse camino en las jurisdicciones de otros pa\u00edses y a influir en la legislaci\u00f3n sobre cuestiones \u00e9ticas y morales fundamentales. Poca gente lo se\u00f1ala hoy en d\u00eda, pero la legislaci\u00f3n rusa contra los homosexuales estuvo, a su vez, muy influenciada por la derecha religiosa estadounidense. Ya sea en el frente \u00abprogresista\u00bb o en el frente \u00abortodoxo\u00bb, Estados Unidos no deja de ser la plataforma fundamental para el desarrollo y la difusi\u00f3n de ideas que, ahora, est\u00e1n en el centro de las culture wars<\/em> del mundo. El propio Emmanuel Macron ha criticado ciertas \u00abteor\u00edas de ciencias sociales totalmente importadas de Estados Unidos con todos sus problemas\u00bb. Desde hace varios meses, el te\u00f3logo del primer trumpismo, Steve Bannon, recorre Europa tratando de convencer a los l\u00edderes de la derecha europea de adoptar sus recetas milagrosas. Y, al menos, en algunas cuestiones, la promoci\u00f3n ha funcionado, como demuestra la cl\u00e1sica distinci\u00f3n entre pueblo y \u00e9lite que ha caracterizado una etapa pol\u00edtica en muchos pa\u00edses europeos. <\/p>\n\n\n\n

Ya sea en el frente \u00abprogresista\u00bb o en el frente \u00abortodoxo\u00bb, Estados Unidos no deja de ser la plataforma fundamental para el desarrollo y la difusi\u00f3n de ideas que, ahora, est\u00e1n en el centro de las culture wars<\/em> del mundo.<\/p>PASQUALE ANNICCHINO<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Para comprender el papel de la variable estadounidense en el contexto italiano, puede ser \u00fatil remitirse a una entrevista que concedi\u00f3 el actual ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, para el peri\u00f3dico Libero<\/em>, el 7 de noviembre de 2022. Los pasajes relacionados con la dimensi\u00f3n cultural del proyecto meloniano son especialmente interesantes. Sangiuliano afirma: <\/p>\n\n\n\n

En los \u00faltimos quince a\u00f1os, nos hemos visto asfixiados por un conformismo y una hipocres\u00eda del pensamiento, fruto del estilo liberal originario del Partido Dem\u00f3crata de Estados Unidos y adoptado acr\u00edticamente en Italia; me refiero a un sistema de control del pensamiento y de remodelaci\u00f3n de las conciencias a\u00fan peor que el viejo marxismo, que ten\u00eda su propia coherencia, aunque no fuera agradable. A veces, se tiene la impresi\u00f3n de presenciar una nueva Inquisici\u00f3n espa\u00f1ola: la imposibilidad de debatir y de llegar al fondo de la cuesti\u00f3n, la imposici\u00f3n de una \u00fanica visi\u00f3n autorizada.<\/p>\n\n\n\n

La centralidad del debate estadounidense y de las ideas producidas en este contexto resalta mucho. Para Sangiuliano:<\/p>\n\n\n\n

Nuestra izquierda ha importado, fuera de su esp\u00edritu cr\u00edtico, la respetabilidad anglosajona sin tener tal tradici\u00f3n ni renunciar a su propia identidad. El resultado es una melaza indigesta. Ha olvidado que la libertad tambi\u00e9n se consigue y se fortalece respetando las pertenencias tradicionales y culturales de cada pueblo. Tocqueville y Ortega y Gasset nos recordaron que una sociedad verdaderamente democr\u00e1tica no puede ignorar un conjunto de valores ampliamente compartidos que transforman a los individuos en miembros de la naci\u00f3n que cooperan en la consecuci\u00f3n de objetivos comunes. El reconocimiento de una identidad cultural y espiritual compartida es un valor inalienable, un primer principio de sentido c\u00edvico. <\/p>\n\n\n\n

En una entrevista para Voice of New York<\/em>, el 14 de septiembre de 2022, Giorgia Meloni confirm\u00f3 que acud\u00eda al debate norteamericano para importar sus culture wars<\/em>: <\/p>\n\n\n\n

Al acudir a Norteam\u00e9rica, lucharemos, en particular, por la defensa de s\u00edmbolos y monumentos que, en los \u00faltimos a\u00f1os, han estado en el centro de pr\u00e1cticas vergonzosas de cancel culture<\/em>. Y no es casualidad que, precisamente, la circunscripci\u00f3n de G\u00e9nova, cuna de Crist\u00f3bal Col\u00f3n, sea donde elegimos presentar a uno de nuestros l\u00edderes m\u00e1s confiables […]. Es una elecci\u00f3n simb\u00f3lica para renovar nuestro compromiso contra quienes quieren demoler los s\u00edmbolos de nuestra historia y de nuestra identidad en todo el mundo.<\/p>\n\n\n\n

En a\u00f1os anteriores, Giorgia Meloni hab\u00eda mantenido importantes relaciones con Steve Bannon, quien, incluso, hab\u00eda intentado crear una escuela de formaci\u00f3n en Italia con el objetivo de influir no s\u00f3lo en su desarrollo pol\u00edtico, sino, tambi\u00e9n, en el del catolicismo mundial. Mientras que el poder blando de Putin, que tanta influencia ha tenido en el desarrollo cultural de la derecha italiana, parece, ahora, un recurso inutilizable debido a la guerra de Ucrania, el modelo estadounidense ofrece un repertorio de acciones e ideas potencialmente \u00fatiles para la derecha gobernante, pero \u00bfes realmente el caso?<\/p>\n\n\n\n

Poca gente lo se\u00f1ala hoy en d\u00eda, pero la legislaci\u00f3n rusa contra los homosexuales estuvo, a su vez, muy influenciada por la derecha religiosa estadounidense.<\/p>PASQUALE ANNICCHINO<\/cite><\/blockquote><\/figure>\n\n\n\n

Mientras, en Estados Unidos, tras la decisi\u00f3n del Tribunal Supremo en el caso Dobbs<\/em><\/a>, algunos estados reducen dr\u00e1sticamente la posibilidad de acceder al aborto, Giorgia Meloni toma otra voz en el debate italiano:<\/p>\n\n\n\n

Trabajaremos para aplicar la primera parte de la ley 194 y apoyar a las mujeres que no quieran abortar. Defenderemos la libertad educativa de las familias frente a quienes quieren imponer teor\u00edas de g\u00e9nero en las escuelas. Lucharemos para que el vientre en renta sea un delito universal y para acelerar las adopciones (Panorama, 10 de agosto de 2022). <\/p>\n\n\n\n

Es particularmente interesante constatar que, al mismo tiempo que, en Estados Unidos, la derecha religiosa impulsa la prohibici\u00f3n de la p\u00edldora anticonceptiva, en Italia, con un gobierno de derecha, se habla de hacerla accesible y reembolsable para todas las mujeres. Esto no es un detalle. La derecha religiosa estadounidense tiene un n\u00facleo duro de personas que creen en estas ideas. La derecha italiana navega en un pa\u00eds totalmente inmerso en el postcristianismo<\/a> y no puede ir m\u00e1s all\u00e1 de enf\u00e1ticas referencias ret\u00f3ricas para intentar convertirlas en discurso identitario. La secularizaci\u00f3n es una variable importante para todas las derechas europeas que las distingue de su hom\u00f3loga estadounidense. Aunado a esto, tenemos el hecho de que ni siquiera los actores pol\u00edticos creen en estas ideas y conviven con ellas a diario. Como se\u00f1al\u00f3 Olivier Roy<\/a>: \u00abning\u00fan pol\u00edtico est\u00e1 dispuesto a hacer campa\u00f1a a favor de principios no negociables porque los nuevos valores se han vuelto dominantes, incluso, en la derecha y entre los populistas.\u00bb La \u00fanica concesi\u00f3n que pueden hacer los pol\u00edticos es mencionar la \u00abidentidad cristiana\u00bb, siempre que ello no implique poner en pr\u00e1ctica los valores cristianos. Y aquellos que, \u00aba t\u00edtulo personal\u00bb, dicen estar en contra del aborto se apresuran a declarar que no cuestionar\u00e1n este derecho. Para la inmensa mayor\u00eda de los pol\u00edticos, hombres y mujeres por igual, el cristianismo es una \u00abherencia\u00bb, un conjunto de \u00abra\u00edces\u00bb y una \u00abidentidad\u00bb, nunca una fe o un sistema de valores ni normas. El cristianismo es nuestro pasado, no nuestro futuro. Los populistas son hijos del 68 que a\u00fan quieren disfrutar de la vida, pero s\u00f3lo entre ellos. <\/p>\n\n\n\n

La Italia de Meloni es un barco a la deriva en el mar postcristiano en el que se ha convertido la sociedad occidental. No puede recurrir a la fuente de la derecha religiosa estadounidense porque ni siquiera sus principales actores creen realmente en ese repertorio de ideas. La guerra de Ucrania sec\u00f3 r\u00e1pidamente el soft power<\/em> de Putin basado en el \u00abredescubrimiento\u00bb de los \u00abvalores tradicionales\u00bb. As\u00ed que algunos intelectuales org\u00e1nicos, para distanciarse del repertorio fascista y posfascista, intentaron exhumar a los eternos Papini <\/span>2<\/sup><\/a><\/span><\/span> y Prezzolini <\/span>3<\/sup><\/a><\/span><\/span>. Sin embargo, en 1948, precisamente, este \u00faltimo fue quien aclar\u00f3 el margen de maniobra cultural de quienes decidieron dedicarse a construir el imaginario cultural italiano: <\/p>\n\n\n\n

Las energ\u00edas italianas nunca se han gastado por el bien del Estado ni de la ley, pero el espect\u00e1culo de la variedad de los individuos es extraordinario. Durante siglos, los italianos no tuvieron organizaci\u00f3n estatal ni clase dirigente ni ej\u00e9rcito nacional, pero dieron a luz a miles de artistas, estadistas, sacerdotes, santos, fil\u00f3sofos, h\u00e9roes, poetas y otros tipos \u00fanicos, extra\u00f1os, especiales que no pod\u00edan asimilarse a la poblaci\u00f3n; cada uno naci\u00f3 para triunfar y mandar y muy pocos para seguir, ejecutar planes y obedecer. La \u00fanica organizaci\u00f3n a la que dedicaron su energ\u00eda y que mantuvieron viva fue la Iglesia cat\u00f3lica, que, en cierto modo, los puso al mando del resto del mundo. En este empe\u00f1o, parece que agotaron, casi por completo, su capacidad de disciplinarse y trabajar juntos.<\/p>\n\n\n\n

\u00c9stas son las palabras de Prezzolini en L’Italia finisce<\/em>. Los mares de la globalizaci\u00f3n y del poscristianismo ya sacaron a la Iglesia de la \u00f3rbita no s\u00f3lo de Italia, sino, quiz\u00e1s, tambi\u00e9n de Occidente. A Italia, s\u00f3lo le queda interpretar una partitura desilusionada sacada directamente de una pel\u00edcula de Nanni Moretti, al menos, hasta que nos demos cuenta de que las ideas tienen consecuencias y de que su desarrollo no puede dejarse en manos de un desordenado pastiche posmoderno que no tiene nada de soberano.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Para Pasquale Annicchino, la Italia de Meloni es \u00abun barco a la deriva en el mar postcristiano en el que se ha convertido la sociedad occidental\u00bb. 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