{"id":16221,"date":"2023-04-28T16:00:55","date_gmt":"2023-04-28T15:00:55","guid":{"rendered":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/?p=16221"},"modified":"2023-04-28T18:05:54","modified_gmt":"2023-04-28T17:05:54","slug":"un-green-new-deal-global-desde-washington-el-mundo-de-jake-sullivan","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/legrandcontinent.eu\/es\/2023\/04\/28\/un-green-new-deal-global-desde-washington-el-mundo-de-jake-sullivan\/","title":{"rendered":"Un Green New Deal global desde Washington: el mundo de Jake Sullivan"},"content":{"rendered":"\n
El jueves 27 de abril, el influyente consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, present\u00f3 en la Brookings Institution su visi\u00f3n de una estrategia econ\u00f3mica estadounidense renovada.<\/p>\n\n\n\n
La intenci\u00f3n del discurso de Sullivan es doble. En primer lugar, pretende presentar los nuevos motores del liderazgo econ\u00f3mico estadounidense a escala mundial tratando de justificar una nueva inversi\u00f3n del Estado en la econom\u00eda con el fin de liberar el poder y el ingenio de los mercados privados. En otras palabras, hace expl\u00edcita la v\u00eda estadounidense en la guerra de los capitalismos pol\u00edticos mediante una nueva doctrina basada en la intervenci\u00f3n del Estado para garantizar que las empresas protejan y desarrollen las capacidades nacionales. <\/p>\n\n\n\n
Algunas discretas referencias a la historia pol\u00edtica e industrial de Estados Unidos -a decisiones tomadas despu\u00e9s de 1945 o al Presidente Kennedy- pretenden tambi\u00e9n situar esta nueva orientaci\u00f3n estrat\u00e9gica a largo plazo. <\/p>\n\n\n\n
En segundo lugar, el discurso pretende tranquilizar a los aliados de Washington -especialmente a los europeos y a las democracias asi\u00e1ticas- sobre las consecuencias de esta nueva estrategia: se trata de \u00abtrabajar con [sus] socios para garantizar que ellos tambi\u00e9n refuerzan sus capacidades, su resistencia y su capacidad de integraci\u00f3n\u00bb -en una referencia apenas velada a las reacciones de los europeos ante la Inflation Reduction Act<\/em>.<\/p>\n\n\n\n En definitiva, el arquitecto de la pol\u00edtica exterior de Joe Biden dibuja un mundo estructurado en c\u00edrculos conc\u00e9ntricos: en el centro, encontramos una potencia estadounidense renovada, con bases econ\u00f3micas bien afianzadas. En la periferia inmediata, evolucionar\u00edan los aliados m\u00e1s pr\u00f3ximos de Estados Unidos, cuyos esfuerzos, en materia de recuperaci\u00f3n industrial y ecol\u00f3gica, se coordinar\u00edan con los de Washington. Por \u00faltimo, en este marco renovado, el \u00abresto del mundo\u00bb podr\u00eda comerciar y desarrollarse. <\/p>\n\n\n\n Esta ambiciosa doctrina reaviva un imaginario estadounidense conquistador, en el que la prosperidad del mundo est\u00e1 ligada a la de Estados Unidos, en una relaci\u00f3n de codependencia: \u00abAm\u00e9rica debe estar en el coraz\u00f3n de un sistema financiero internacional din\u00e1mico que permita a los socios de todo el mundo reducir la pobreza y aumentar la prosperidad compartida\u00bb. Es la primera vez que un funcionario estadounidense de este nivel adopta esta l\u00ednea de forma tan expl\u00edcita.<\/p>\n\n\n\n En primer lugar, quiero agradecerles que hayan aceptado que un Consejero de Seguridad Nacional hable de econom\u00eda.<\/p>\n\n\n\n Como la mayor\u00eda de ustedes saben, la Secretaria Yellen pronunci\u00f3 la semana pasada un importante discurso sobre nuestra pol\u00edtica econ\u00f3mica hacia China. Hoy me gustar\u00eda centrarme en nuestra pol\u00edtica econ\u00f3mica internacional m\u00e1s amplia, especialmente en lo que se refiere al compromiso fundamental del Presidente Biden -de hecho, las directivas que nos da de forma diaria- de integrar m\u00e1s profundamente la pol\u00edtica interior y la exterior.<\/p>\n\n\n\n La l\u00ednea de actuaci\u00f3n de Joe Biden en pol\u00edtica exterior, en un arco coherente que va desde la retirada estadounidense de Kabul hasta el apoyo a Taiw\u00e1n, ha sido teorizada en gran parte por Jake Sullivan utilizando el concepto de \u00abpol\u00edtica exterior para las clases medias\u00bb. Sin embargo, este discurso marca un punto de inflexi\u00f3n: en un mundo cuyos cimientos -sentados por Estados Unidos, seg\u00fan Sullivan- se est\u00e1n rompiendo, la pol\u00edtica exterior estadounidense debe volver a proyectarse en los asuntos mundiales, pero con una base firme en consideraciones de pol\u00edtica interior.<\/p>\n\n\n\n Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos lider\u00f3 un mundo fragmentado en la construcci\u00f3n de un nuevo orden econ\u00f3mico internacional. Sac\u00f3 a cientos de millones de personas de la pobreza. Apoy\u00f3 apasionantes revoluciones tecnol\u00f3gicas; eso ayud\u00f3 a Estados Unidos y a muchas otras naciones de todo el mundo a alcanzar nuevos niveles de prosperidad.<\/p>\n\n\n\n Pero las \u00faltimas d\u00e9cadas han revelado grietas en esos cimientos; una econom\u00eda mundial cambiante ha dejado atr\u00e1s a muchos trabajadores estadounidenses y a sus comunidades; una crisis financiera ha sacudido a la clase media; una pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de nuestras cadenas de suministro; el cambio clim\u00e1tico amenaza vidas; la invasi\u00f3n rusa de Ucrania ha puesto de relieve los riesgos de una dependencia excesiva.<\/p>\n\n\n\n Este momento nos exige, pues, forjar un nuevo consenso.<\/p>\n\n\n\n Los \u00faltimos quince a\u00f1os habr\u00edan sacudido definitivamente el orden nacido tras la Segunda Guerra Mundial. Todos estos factores han resquebrajado los cimientos de la prosperidad mundial y, por ende, de la hegemon\u00eda estadounidense, que se enfrenta adem\u00e1s a la emergencia de China como rival global y a fen\u00f3menos existenciales como el cambio clim\u00e1tico. Las vidas directamente \u00abamenazadas\u00bb por el cambio clim\u00e1tico se refieren a los c\u00e1lculos de un investigador adscrito al personal de la Casa Blanca, R. Daniel Bressler, sobre la relaci\u00f3n entre las emisiones de CO2 y la mortalidad, comentados por Andreas Malm en nuestras p\u00e1ginas.<\/p>\n\n\n\n Esta es la raz\u00f3n por la que Estados Unidos, bajo el liderazgo del Presidente Biden, persigue una estrategia industrial y de innovaci\u00f3n, tanto a nivel nacional como con socios de todo el mundo; una estrategia que invierte en las fuentes de nuestra propia fuerza econ\u00f3mica y tecnol\u00f3gica, promueve cadenas de suministro globales diversas y resistentes, establece normas estrictas para todo, desde el trabajo y el medio ambiente hasta las tecnolog\u00edas de confianza y la buena gobernanza, y despliega capital para proporcionar bienes p\u00fablicos como la salud.<\/p>\n\n\n\n La idea de que un \u00abnuevo consenso de Washington\u00bb, como algunos lo han llamado, representa de alg\u00fan modo s\u00f3lo a Estados Unidos, o a Estados Unidos y Occidente excluyendo a los dem\u00e1s, es sencillamente err\u00f3nea.<\/p>\n\n\n\n Esta estrategia construir\u00e1 un orden econ\u00f3mico mundial m\u00e1s justo y sostenible, en nuestro inter\u00e9s y en el de todos.<\/p>\n\n\n\n As\u00ed pues, hoy me gustar\u00eda exponer lo que estamos intentando hacer. Empezar\u00e9 definiendo los retos tal y como los vemos: los retos a los que nos enfrentamos. Para afrontarlos, hemos tenido que revisar algunos viejos supuestos. A continuaci\u00f3n describir\u00e9, paso a paso, c\u00f3mo se adapta nuestro enfoque para hacer frente a estos retos.<\/p>\n\n\n\n Cuando el Presidente Biden tom\u00f3 posesi\u00f3n de su cargo hace m\u00e1s de dos a\u00f1os, el pa\u00eds se enfrentaba, desde nuestra perspectiva, a cuatro retos fundamentales.<\/p>\n\n\n\n En primer lugar, la base industrial de Estados Unidos se hab\u00eda vaciado de sustancia. <\/p>\n\n\n\n La visi\u00f3n de la inversi\u00f3n p\u00fablica que hab\u00eda dinamizado el proyecto estadounidense en los a\u00f1os de la posguerra -y, de hecho, durante gran parte de nuestra historia- se hab\u00eda desvanecido. Hab\u00eda dado paso a un conjunto de ideas que abogaban por los recortes fiscales y la desregulaci\u00f3n, la privatizaci\u00f3n a expensas de la acci\u00f3n p\u00fablica y la liberalizaci\u00f3n del comercio como un fin en s\u00ed mismo.<\/p>\n\n\n\n Todas estas pol\u00edticas se basaban en la premisa de que los mercados siempre asignan el capital de forma productiva y eficiente, independientemente de lo que hagan nuestros competidores, de la magnitud de nuestros retos comunes y de cu\u00e1ntas salvaguardias hayamos derribado.<\/p>\n\n\n\n Nadie -y mucho menos yo- cuestiona el poder de los mercados. Pero en nombre de la eficiencia de un mercado excesivamente simplificado, se han transferido al extranjero cadenas enteras de suministro de bienes estrat\u00e9gicos, as\u00ed como las industrias y los puestos de trabajo que los fabricaban. La suposici\u00f3n de que una profunda liberalizaci\u00f3n del comercio ayudar\u00eda a Estados Unidos a exportar bienes, y no puestos de trabajo y capacidades, fue una promesa hecha pero no cumplida. <\/p>\n\n\n\n Otro supuesto arraigado era que el tipo de crecimiento no importaba. Cualquier crecimiento era bueno. As\u00ed, varias reformas se combinaron para favorecer a determinados sectores de la econom\u00eda, como el financiero, mientras que otros sectores clave, como los semiconductores y las infraestructuras, se atrofiaban. Nuestra fortaleza industrial, crucial para que un pa\u00eds pueda seguir innovando, ha sufrido un aut\u00e9ntico golpe. <\/p>\n\n\n\n Las sacudidas de una crisis financiera mundial y una pandemia global pusieron al descubierto los l\u00edmites de estos supuestos dominantes.<\/p>\n\n\n\n El segundo reto al que nos enfrentamos fue el de adaptarnos a un nuevo entorno definido por la competencia geopol\u00edtica y de seguridad, con importantes repercusiones econ\u00f3micas.<\/p>\n\n\n\n Gran parte de la pol\u00edtica econ\u00f3mica internacional de las \u00faltimas d\u00e9cadas se ha basado en la idea de que la integraci\u00f3n econ\u00f3mica har\u00eda a las naciones m\u00e1s responsables y abiertas, y que el orden mundial ser\u00eda m\u00e1s pac\u00edfico y cooperativo -que la integraci\u00f3n de los pa\u00edses en el orden basado en normas les inducir\u00eda a adherirse a \u00e9l-.<\/p>\n\n\n\n No ha sido as\u00ed. En algunos casos, s\u00ed, y en muchos otros, no.<\/p>\n\n\n\n Cuando el Presidente Biden tom\u00f3 posesi\u00f3n de su cargo, nos enfrent\u00e1bamos a la realidad de una gran econom\u00eda no de mercado integrada en el orden econ\u00f3mico internacional de una forma que planteaba retos considerables.<\/p>\n\n\n\n La Rep\u00fablica Popular China ha seguido subvencionando fuertemente industrias tradicionales, como la sider\u00fargica, as\u00ed como sectores clave del futuro, como las energ\u00edas limpias, las infraestructuras digitales y la biotecnolog\u00eda avanzada. Estados Unidos no s\u00f3lo perdi\u00f3 la industria manufacturera: erosion\u00f3 su competitividad en tecnolog\u00edas clave que definir\u00edan el futuro.<\/p>\n\n\n\n La integraci\u00f3n econ\u00f3mica no impidi\u00f3 que China ampliara sus ambiciones militares en la regi\u00f3n, ni que Rusia invadiera a sus vecinos democr\u00e1ticos. Ninguno de los dos pa\u00edses se ha vuelto m\u00e1s responsable o cooperativo.<\/p>\n\n\n\n E ignorar las dependencias econ\u00f3micas que se hab\u00edan acumulado durante d\u00e9cadas de liberalizaci\u00f3n se hab\u00eda convertido en algo verdaderamente peligroso: desde la incertidumbre energ\u00e9tica en Europa hasta las vulnerabilidades de la cadena de suministro en equipos m\u00e9dicos, semiconductores y minerales cr\u00edticos. Este es el tipo de dependencias que pueden explotarse para obtener beneficios econ\u00f3micos o geopol\u00edticos.<\/p>\n\n\n\n El tercer reto al que nos enfrentamos era la aceleraci\u00f3n de la crisis clim\u00e1tica y la urgente necesidad de una transici\u00f3n energ\u00e9tica justa y eficaz.<\/p>\n\n\n\n Cuando el Presidente Biden tom\u00f3 posesi\u00f3n de su cargo, est\u00e1bamos lejos de alcanzar nuestros objetivos clim\u00e1ticos y carec\u00edamos de una v\u00eda clara hacia un suministro abundante de energ\u00eda limpia, estable y asequible, a pesar de los considerables esfuerzos de la administraci\u00f3n Obama-Biden por lograr avances significativos.<\/p>\n\n\n\n Demasiada gente pensaba que ten\u00edamos que elegir entre el crecimiento econ\u00f3mico y el cumplimiento de nuestros objetivos clim\u00e1ticos.<\/p>\n\n\n\n El uso del imaginario de la clase media y del tejido industrial de Estados Unidos como determinantes vitales del poder estadounidense no es exclusivo de Joe Biden. Antes de \u00abbuild back better<\/em>\u00ab, Trump tambi\u00e9n hab\u00eda hecho campa\u00f1a con la idea de renovar el pa\u00eds mediante la reconstrucci\u00f3n de infraestructuras. La originalidad destacada por Jake Sullivan reside en la pol\u00edtica del presidente estadounidense de vincular la pol\u00edtica industrial a la cuesti\u00f3n clim\u00e1tica, identificada a la vez como el centro del problema y un punto por el que deben pasar las soluciones.<\/p>\n\n\n\n El Presidente Biden vi\u00f3 las cosas de otra manera. Como ha dicho a menudo, cuando oye \u00abclima\u00bb, piensa en \u00abempleo\u00bb. Cree que construir una econom\u00eda de energ\u00edas limpias en el siglo XXI es una de las oportunidades de crecimiento m\u00e1s importantes de nuestro tiempo, pero que para aprovechar esta oportunidad, Estados Unidos necesita una estrategia de inversi\u00f3n deliberada y concreta para hacer avanzar la innovaci\u00f3n, reducir los costes y crear empleos de calidad.<\/p>\n\n\n\n A diferencia de la situaci\u00f3n en muchos Estados miembros de la Uni\u00f3n, la cuesti\u00f3n clim\u00e1tica est\u00e1 muy polarizada en Estados Unidos. Frente a cierto escepticismo clim\u00e1tico mostrado por Trump, pero tambi\u00e9n por una parte de la derecha republicana y de la comunidad empresarial (carbon coalition<\/em>), la estrategia de Joe Biden ha consistido en hacer de la transici\u00f3n una base pol\u00edtica y una oportunidad en t\u00e9rminos de empleo e industria.<\/p>\n\n\n\n Por \u00faltimo, afrontamos el reto de la desigualdad y el da\u00f1o que causa a la democracia.<\/p>\n\n\n\n Aqu\u00ed, el supuesto dominante era que el crecimiento basado en el comercio ser\u00eda un crecimiento inclusivo, es decir, que las ganancias del comercio acabar\u00edan por repartirse ampliamente entre las naciones. Pero el hecho es que estas ganancias no han llegado a un gran n\u00famero de trabajadores. La clase media estadounidense perdi\u00f3 terreno, mientras que a los ricos les fue mejor que nunca. Las comunidades manufactureras estadounidenses se han vaciado, mientras que las industrias de alta tecnolog\u00eda se han trasladado a las \u00e1reas metropolitanas.<\/p>\n\n\n\n Los motores de la desigualdad econ\u00f3mica -que muchos de ustedes conocen mejor que yo- son complejos e incluyen retos estructurales como la revoluci\u00f3n digital. Pero uno de los principales factores son d\u00e9cadas de pol\u00edticas econ\u00f3micas de goteo, como recortes fiscales regresivos, recortes dr\u00e1sticos de la inversi\u00f3n p\u00fablica, concentraci\u00f3n empresarial descontrolada y medidas activas para socavar el movimiento obrero que originalmente construy\u00f3 la clase media estadounidense.<\/p>\n\n\n\n Llama la atenci\u00f3n que, justo al lado de la cuesti\u00f3n clim\u00e1tica, Jake Sullivan sit\u00fae la cuesti\u00f3n de la desigualdad dentro de un discurso que parece augurar un giro en la visi\u00f3n del capitalismo. Las referencias a la historia estadounidense, si bien no siempre se nombran, son claramente identificables: frente a la segunda vuelta, m\u00e1s esc\u00e9ptica frente al libre comercio, la figura que Sullivan esboza de Joe Biden es la de un anti-Reagan.<\/p>\n\n\n\n Los esfuerzos de la administraci\u00f3n Obama por adoptar un enfoque diferente, incluyendo pol\u00edticas para abordar el cambio clim\u00e1tico, invertir en infraestructuras, ampliar la red de seguridad social y proteger el derecho de los trabajadores a organizarse, se han topado con la oposici\u00f3n de los republicanos.<\/p>\n\n\n\n Y, francamente, nuestras pol\u00edticas econ\u00f3micas nacionales tampoco han abordado plenamente las consecuencias de nuestras pol\u00edticas econ\u00f3micas internacionales.<\/p>\n\n\n\n Por ejemplo, lo que llamamos el \u00abchoque chino\u00bb, que golpe\u00f3 duramente a parte de nuestra industria manufacturera nacional -con consecuencias significativas y duraderas-, no se anticip\u00f3 ni se respondi\u00f3 suficientemente a medida que se desarrollaba.<\/p>\n\n\n\n En conjunto, estas fuerzas han socavado los cimientos socioecon\u00f3micos sobre los que se asienta cualquier democracia fuerte y resistente.<\/p>\n\n\n\n Estos cuatro retos no son exclusivos de Estados Unidos. Las econom\u00edas establecidas y emergentes tambi\u00e9n se enfrentan a ellos, a veces de forma m\u00e1s aguda que nosotros.<\/p>\n\n\n\n Cuando el Presidente Biden tom\u00f3 posesi\u00f3n de su cargo, sab\u00eda que la soluci\u00f3n a cada uno de estos retos pasaba por restaurar una mentalidad econ\u00f3mica propicia a la construcci\u00f3n. Y ese es el n\u00facleo de nuestro enfoque econ\u00f3mico: construir. Construir capacidad, construir resiliencia, construir inclusi\u00f3n, en casa y con nuestros socios en el extranjero; construir la capacidad de producir e innovar, y de suministrar bienes p\u00fablicos como infraestructuras f\u00edsicas y digitales s\u00f3lidas y energ\u00eda limpia a gran escala; la resiliencia para soportar desastres naturales y conmociones geopol\u00edticas; y la inclusi\u00f3n para garantizar una clase media estadounidense fuerte y vibrante y mayores oportunidades para los trabajadores de todo el mundo.<\/p>\n\n\n\n Todo ello forma parte de lo que hemos denominado una pol\u00edtica exterior para la clase media.<\/p>\n\n\n\n El primer paso es sentar nuevas bases en casa con una estrategia industrial estadounidense moderna.<\/p>\n\n\n\n